Queda claro que en las últimas semanas el imperialismo estadounidense y sus países lacayos han aumentado la agresión contra Venezuela. El objetivo es público y declarado: propiciar un golpe de estado que derroque el gobierno del presidente Maduro y permita a la oligarquía capitalista volver a tomar control. Es necesario responde con medidas revolucionarias que golpeen el poder económico de la oligarquía, los agentes del imperialismo el país.
Veamos los pasos que han dado. El 1 de febrero el Secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, antes de iniciar una gira por varios países del continente hizo unas declaraciones en las que planteó la necesidad de un golpe militar en Venezuela. “Cuando las cosas se ponen tan mal que el mando militar se de cuenta que ya no puede servir al pueblo, ellos gestionarán una transición pacífica”, dijo en un discurso en la Universidad de Texas en el que renovó apoyo a la Doctrina Monroe. Toda la gira de Tillerson, que recaló en México, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica, estuvo destinada a discutir el tema de Venezuela. Durante la misma gira Tillerson planteó la posibilidad de sanciones petroleras contra Venezuela, afectando la importación y refinación de petróleo en EEUU. Estas sanciones obviamente tendrían un impacto todavía más fuerte en la economía que las sanciones financieras ya vigentes. Tillerson se jactó de que los planes ya estaban sobre la mesa y quedaba solamente la decisión del presidente Trump.
Mientras tanto, fue una llamada que vino directamente de Washington la que finalmente dio la instrucción a la oposición para que no firmara el acuerdo en República Dominicana. Se demuestra de nuevo el carácter vendepatria y lacayo de la oposición venezolana que recibe sus instrucciones directamente del imperialismo. Tanto la oposición como el imperialismo ven muy difícil ganar las elecciones presidenciales y por lo tanto se han lanzado en una campaña de escalada de la presión imperialista para deslegitimarlas y de paso tratar de tumbar al gobierno provocando un golpe militar.
Al día siguiente de la retirada de la oposición de las conversaciones el Parlamento Europeo aprobó una moción exigiendo sanciones más duras contra Venezuela. Hasta el momento las sanciones afectan solamente a algunos altos funcionarios, pero queda claro que se está preparando una escalada de las mismas con el mismo objetivo que las amenazas de EEUU. Nada de esto es casual y forma parte de una campaña coordinada desde Washington.
El jueves 8, Colombia y Brasil anunciaron el envío de tropas a la frontera con Venezuela, con la excusa de la “crisis migratoria y humanitaria”. En el caso de Brasil se anunció que iba a duplicar el número de fuerzas patrullando la frontera entre ambos países, mientras que Colombia anunció el envío de 3000 efectivos de seguridad a la frontera. Al día siguiente del anuncio llegaba a Colombia el Comandante del Comando Sur del Ejército de los EEUU, Almirante Kurt W Tidd “para discutir cooperación de seguridad y examinar de primera mano los esfuerzos de seguridad y construcción de paz de Colombia”. Todos sabemos lo que este lenguaje quiere decir. Cuando el jefe del Comando Sur habla de esfuerzos de paz podemos estar seguro que se preparan para acciones de guerra.
Al mismo tiempo, Perú anunció la convocatoria de una reunión del Grupo de Lima para el 13 de febrero “para evaluar las medidas que corresponde adoptar ante el desarrollo de la situación política venezolana” añadiendo que la convocatoria de elecciones presidenciales “no permitiría realizar un proceso justo, libre, transparente y democrático”. El Grupo de Lima es un organismo sin ningún tipo de legitimidad, que se creó justamente cuando el imperialismo fracasó en sus intentos de aprobar medidas contra Venezuela en los organismos oficiales de las Naciones Unidas, la OEA y el Unasur. Está compuesto por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú. Lo escandaloso es que ninguno de estos países, todos con gobiernos de derechas, ha abierto la boca ante el escandaloso fraude electoral en Honduras, la violación constante de derechos humanos en Colombia y México, etc.
Finalmente, el 9 de febrero, el senador de EEUU Marco Rubio, Republicano y uno de los más ardentes defensores de la intervención imperialista contra Venezuela, declaró en un tuit que “el mundo apoyaría las fuerzas armadas de Venezuela si deciden proteger al pueblo y restaurar la democracia quitando de enmedio a un dictador”. La hipocresía del imperialismo no tiene límites. Mientras apoyan e instalan a dictadores, participan en la organización de golpes (Honduras, Venezuela, etc), se permiten el lujo de hablar de “restaurar la democracia y proteger al pueblo”.Una pieza de esta estrategia es el nuevo encargado de negocios de EEUU en Venezuela Todd Robinson que ha adoptado una actitud totalmente beligerante desde su llegada. La embajada imperialista en Caracas ha publicado un comunicado escandaloso apoyando la retirada de la oposición de las conversaciones en Dominicana. Claro, Washington ordena a la oposición retirarse y luego apoya la decisión. En su primera rueda de prensa en Caracas, Todd Robinson declaró sin ambigüedades sus intenciones: “Durante mi permanencia acá, trabajaré para darles voz a quienes no la tienen; y continuaré hablando con todos los sectores de la sociedad de manera tal que se conviertan en agentes del cambio que todos deseamos”. Traducido al idioma de Cervantes: “Trabajaré para que la oligarquía vuelva al poder y que ese sector de la sociedad pueda organizar el golpe que los EEUU deseamos”.
El plan del imperialismo es por lo tanto claro, diáfano y anunciado públicamente. No van a reconocer las elecciones presidenciales porque saben que sus lacayos de la oposición no pueden de ninguna manera ganarlas y van a poner toda la presión necesaria, incluyendo ahogar la economía, para provocar un golpe de estado contra el gobierno de Maduro.
Debemos oponernos con todas las fuerzas a esta nueva ofensiva del imperialismo que no es más que la continuación de 20 años de ataques, amenazas e interferencia contra la revolución bolivariana.
Para combatir esta amenaza de manera efectiva hay que tomar medidas serias que destruyen la base del imperialismo dentro del país. Hay que empezar por expropiar todas las propiedades del empresas multinacionales de EEUU y ponerlas bajo control obrero. Acto seguido hay que expropiar las empresas de todos los capitalistas venezolanos que están saboteando la economía y apoyan los esfuerzos del imperialismo por organizar un golpe de estado. Es necesario cesar de inmediato la entrega de dólares y créditos a las empresas privadas que participan en la guerra económica y aplicar el monopolio estatal del comercio exterior y la centralización de toda la banca en manos del estado bajo control de los trabajadores. Ya basta de entregar los dólares de la renta petrolero a los enemigos del pueblo trabajador.
Estas medidas además deben servir para poner las bases para resolver la situación de deterioro económico tan grave que padece el pueblo trabajador. Poniendo las fábricas, la banca y los latifundios en manos de los trabajadores y campesinos como parte de un plan democrático de producción para satisfacer las necesidades de las masas y no el lucro de un puñado de parásitos oligarcas capitalistas que además financian el golpe pro-imperialista que se prepara. La mejor manera de garantizar la unidad del pueblo trabajador en la lucha contra la agresión imperialista es al mismo tiempo resolver la escasez y la devaluación del salario.
Además hay que fortalecer la milicia, creando unidades en todas las grandes empresas. Armar a los trabajadores y campesinos es la mejor garantía de la defensa del país. Es necesario establecer organizaciones revolucionarias de soldados y oficiales dentro de la FANB. Esta vigilancia revolucionaria es la mejor garantía contra los complots que de buen seguro existen y se están preparando con la activa participación de la embajada de EEUU.
Hay que combinar estas medidas internas con un llamamiento internacional a defender a Venezuela contra la agresión imperialista. Debemos establecer vínculos directos con las organizaciones de los trabajadores y los campesinos pobres de todo el continente, en primer lugar en Brasil y en Colombia. El pueblo colombiano no es nuestro enemigo, la oligarquía colombiana, agente del imperialismo y hermana de clase de la oligarquía venezolana sí lo es. Es necesario expulsar al encargado de negocios de EEUU cuya tarea es la organización del golpe, y al mismo tiempo hacer un llamado a la clase trabajadora y a la juventud estadounidense a levantar un movimiento contra la intervención imperialista en Venezuela.
La agresión imperialista no se puede enfrentar con llamados a la paz y al diálogo, sino con medidas revolucionarias para aplastar el poder económico de la oligarquía que actúa como agente de Washington.
Escrito por David García Colín Carrillo y Gianninna Ninnette Torres Ramírez
Antoine Artous en su libro “Los orígenes de la opresión de la mujer” critica las tesis del “feminismo radical” de Christine Dupont. Ésta sostiene el siguiente razonamiento:
“Se observa la existencia de dos modos de producción en nuestra sociedad: 1) la mayoría de las mercancías se producen según el modo de producción industrial.
2) Los servicios domésticos, la crianza de los hijos y un determinado número de mercancías se producen según el modo de producción familiar.
El primer modo de producción da lugar a la explotación capitalista. El segundo da lugar a la explotación familiar, o exactamente, patriarcal. Y por tanto, coexistirían en cierto modo dos clases: la clase de los proletarios, surgida de la explotación capitalista, y la clase de las mujeres, surgida de la explotación patriarcal”.1
El error garrafal del feminismo de Christine Dupont –que ha sido sostenido también por la feminista radical Shulamith Firestone- es que separa de manera mecánica la familia patriarcal del modo de producción y los supone como dos realidades independientes. Esta separación mecánica y artificial le permite establecer la existencia de una “clase sexual” de mujeres explotadas por la “clase sexual” de los machos opresores –enfrentando a los trabajadores en líneas de género-, pero lo único que se demuestra es que no se entiende en absoluto ni el origen del patriarcado, ni qué es una clase social, ni la vinculación entre familia y modo de producción. El “radicalismo” aparente de este tipo de feminismo oculta una teoría reaccionaria.
Hemos tratado de demostrar, siguiendo a Engels, que la familia monogámica patriarcal responde a la necesidad de preservar la herencia centrada en el varón y, por tanto, está íntimamente relacionada con la propiedad privada [https://old.laizquierdasocialista.org/node/3842]. El patriarcado, por su parte, es resultado de la concentración de riquezas acumuladas por los varones de la clase dominante. A esto se debe que ni la familia monogámica ni el patriarcado sean exclusivos del capitalismo, sino más o menos transversales a todo modo de producción clasista –omitimos, por el momento, las infinitas variaciones de forma-. El origen de la opresión de clase tendió a centrar la riqueza en manos de los varones como una ruptura de la división primitiva del trabajo (mujeres predominantemente recolectoras y varones predominantemente cazadores) –misma que no implicaba, en los marcos del comunismo primitivo, opresión de género- en donde los rebaños recién domesticados y el excedente creciente no sólo generó la diferenciación y la desigualdad social, sino la subordinación de la mujer al hombre.
Por tanto, la familia y su evolución, desde el clan primitivo de cazadores recolectores comunistas, no puede separarse, como realidad con autonomía absoluta, con respecto al desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción que determinan la forma y el contenido de esta “célula” de la sociedad.
Por otra parte, la opresión y esclavización de la mujer en la esfera doméstica patriarcal no puede equipararse mecánicamente a la opresión de la mujer y hombre trabajadores en la producción capitalista -aun cuando ésta y aquélla se apoyen y determinen recíprocamente-. La existencia de una clase social se establece por las relaciones de producción, determinadas, a su vez, por la propiedad privada de los medios de producción fundamentales. La burguesía explota la fuerza de trabajo porque aquélla monopoliza los medios de producción y el obrero no tiene otra opción –al carecer de medios de producción propios- que vender su fuerza de trabajo. La opresión de la mujer en el hogar no convierte al obrero en una clase social –porque el obrero no detenta ningún medio de producción-. Expresa, sin embargo, a una sociedad dividida en clases que somete a la mujer trabajadora a una múltiple opresión (como trabajadora, como mujer, como indígena, etc). La opresión de la mujer obrera por su marido trabajador reproduce formalmente las relaciones patronales –el obrero machista se comporta como un patrón en su hogar- pero en estricto sentido no lo convierte en clase dominante. El obrero no tiene manera de “realizar” en el mercado de forma capitalista la opresión de “su” mujer en el hogar, tan es así que sin el salario la familia corre el riesgo inminente de morir de hambre. Por supuesto, esto no hace menos odiosa y nefasta la esclavitud doméstica de la mujer –cuyo trabajo no remunerado es funcional para el capital- pero es necesario ser muy precisos en los términos si queremos una lucha efectiva contra toda explotación y opresión, y no caer en la pendiente resbaladiza del pensamiento burgués.
Aunque la familia monogámica patriarcal ha existido mucho antes del surgimiento del capitalismo actualmente ambos son fenómenos que se determinan recíprocamente. Si bien es cierto que la extracción de plusvalía se da en la esfera de la producción, la burguesía no puede presidir de la esclavización de la mujer trabajadora en el hogar de la misma forma que no puede prescindir de otras esferas del capital que no están involucradas directamente con el capital productivo (por ejemplo, el transporte, el capital comercial, bancario, etc.). La burguesía requiere de la familia patriarcal porque sin el trabajo no remunerado de la mujer la clase dominante tendría que absorber los gastos que la familia monogámica absorbe con el salario y el trabajo doméstico: la burguesía tendría que invertir en casas cuna, guarderías, lavanderías, más escuelas, comedores públicos, etc. Además, la familia no sólo absorbe esos gastos –disminuyendo el salario absoluto y relativo del obrero, y, por tanto, aumentando la plusvalía- sino que reproduce la fuerza de trabajo y los valores de la clase dominante. Así pues, la familia tradicional es, en términos generales, indispensable para la perpetuación del capital.
Es verdad que la organización y lucha de los trabajadores ha obligado al estado burgués a invertir en el llamado “Estado de bienestar” pero en el capitalismo estas conquistas –que tienden a aflojar las cadenas de la esclavitud doméstica- son provisionales, frágiles, imperfectas, incompletas. Desde hace décadas, en prácticamente todo el mundo, estas conquistas han sido sistemáticamente desmanteladas y allí donde se mantienen por encima del promedio –como pasa en algunos países escandinavos- es sólo por excepción a la regla.
“Teorizar” sobre la existencia de “clases sexuales” no sólo es teóricamente equivocado, sino que sus consecuencias políticas son absolutamente reaccionarias: divide y confronta a las masas oprimidas en función del género dificultando la lucha por el socialismo. Esto es un crimen para el movimiento y es muy conveniente para una clase dominante (formada por hombres y mujeres) que está interesada en mantener a la familia tradicional (para explotar y oprimir a hombres y mujeres de la clase trabajadora). La familia monogámica y patriarcal no podrá ser desmontada sin liquidar la opresión de clase, lo que significa acabar con la última expresión de ésta: el capitalismo.
Se supone que Antoine Artous está en desacuerdo con Christine Dupont e intenta hacer un análisis marxista de la opresión de género, pero la verdad es que –como suele suceder con los mandelistas- claudica frente a los argumentos y las modas de la pequeña burguesía y termina sosteniendo las mismas tesis centrales del feminismo burgués: que la opresión de la mujer no tiene una relación directa con las relaciones de propiedad. Aunque aclara correctamente que entre el modo de producción y la familia monogámica existe una vinculación orgánica, y que la situación social de la mujer burguesa no es en nada parecida a la situación social de la mujer proletaria, al final afirma, aunque de manera insegura y pusilánime, que la opresión de la mujer ha existido siempre incluso en las sociedades que no están divididas en clases. Con esta claudicación expulsa el feminismo burgués por la puerta para dejarlo entrar por las ventanas. Con total ligereza se afirma que: “Engels seguramente se equivocaba cuando atribuía a la aparición de las sociedades de clase y de la propiedad privada el origen histórico de la opresión de la mujer”.2
Según Antoine Artous “lo importante […] es comprender que en estas sociedades [sociedades sin clases sociales] las formas de poder social no se organizan en torno al poder de una clase sobre otra sino en torno al poder del grupo de hombres sobre el grupo de mujeres, y que éstas, una vez más, e incluso cuando participan en la producción social, tienen como primera determinación el lugar que ocupan en las relaciones de parentesco”.3 Para sostener la existencia de opresión en sociedades que viven en bandas y aldeas Antoine señala que nadie ha probado la existencia del matriarcado y que incluso entre muchas sociedades matrilineales y matrilocales es en el hermano de la madre o los hermanos de ésta en dónde recae la autoridad en el hogar. También se señala la existencia de casas especiales para hombres y el rapto de mujeres como botín.
El error de Antoine Artous es que su método es formal y no dialéctico, razona en términos de “a” o “b”. Como no se ha probado la existencia del matriarcado, entonces sólo queda el patriarcado como forma omnipresente. Hemos tratado de demostrar [https://old.laizquierdasocialista.org/node/3842] que en las sociedades de cazadores y recolectores la relación entre los géneros tiende a ser equilibrada: aunque el producto carnívoro de la caza realizada, en términos generales, por los varones es muy codiciada no es menos cierto que el producto de la recolección, realizada normalmente por las mujeres, es la más recurrente y, por tanto, indispensable. Antoine cita a Godelier metiendo en un solo saco a sociedades horticultura, guerreras y otras de cazadores recolectores, pero es el mismo Godelier el que nos informa que entre los cazadores recolectores suele haber toda clase de formas de filiación y residencia. En el caso de los bosquimanos, por ejemplo, la relativa igualdad entre los géneros se manifiesta en los patrones de residencia ambilocalidad –es decir, no existe preferencia para que el varón se vaya a vivir al clan de la mujer o a la inversa- y la ambilinealidad –a veces la filiación se traza por la línea materna o paterna, sin preferencia aparente-. También hemos tratado de mostrar –incluso de forma estadística hasta donde nos ha sido posible [véase tabla en: https://old.laizquierdasocialista.org/node/3842]- que las sociedades no clasistas que se sustentan mediante la pequeña agricultura tienden a ser matirlineales y/o matrilocales lo que se relaciona con una participación destacada de la mujer en la obtención de los productos del campo y los simbolismos femeninos asociados a la horticultura, es decir, al papel de la mujer en la producción social. Pero la existencia de la matrilocalidad y la matrilinealidad no equivale a opresión alguna del género opuesto –a la existencia del algún matriarcado- sino simplemente una determinada división del trabajo y una alta valoración de la mujer.
Creemos que Antoine confunde en buena medida una división natural del trabajo con opresión de género. Es cierto que la división del trabajo en mujeres recolectoras y hombres cazadores es parte de un bajo desarrollo de las fuerzas productivas, especialmente de una tecnología de la edad de piedra, pero esta división espontánea del trabajo en las sociedades de cazadores recolectores no equivale a opresión de un género sobre otro. Ver en esto opresión de género es dar un salto al vacío injustificado y distorsionar una diferencia más allá de sus límites. Por lo demás, esa división del trabajo no tendrá ninguna razón de ser en un comunismo que se basará en fuerzas productivas modernas, en donde la fuerza del varón ya no juega ningún papel.
Los fenómenos contradictorios que Antoine Artous señala de forma genérica, dando apenas unos ejemplos sacados de contexto y realizando falsas generalizaciones, demuestran algo muy diferente: no que la opresión de la mujer ha existido siempre, sino que el formalismo es incapaz de entender los fenómenos de transición donde abundan elementos nuevos y viejos de forma simultánea. Hemos visto que la agricultura permite la acumulación y la acumulación la diferenciación social. Además, hemos señalado que en situaciones concretas la explotación de cotos de labranza –también de pesca, caza y recolección- puede provocar enfrentamientos por territorios limitados. La acumulación y la guerra promueven elementos embrionarios –más o menos desarrollados- de opresión de la mujer incluso antes de que esas desigualdades y privilegios de casta se consoliden en la forma de relaciones de clase. Así, sociedades fuertemente guerreras –por ejemplo, los Yanomano del Brasil- pueden llegar a ser fuertemente machistas y usar a las mujeres como botín de guerra. Hemos interpretado, por ejemplo, la ovunculocalidad (donde el poder tiende a recaer sobre el hermano de la madre) como el intento de sociedades guerreras, que aún no derriba ni la matrilinealidad y/o la matrilocalidad, de fijar el poder en manos del varón –incluso Marvin Harris ha sostenido esta hipótesis, aunque de manera diferente a la nuestra-. Pero aun en las sociedades tribales donde la guerra existe o existió –por ejemplo, en los iroqueses estudiados por Morgan- la mujer sigue teniendo un alto estatus social y, si bien los hombres suelen ocupar los cargos de jefes, las mujeres solían imponerse en las asambleas comunales.
Las “casas para hombres” de las sociedades tribales, donde los hombres viven solos durante cierto periodo como parte de ritos de iniciación, son un fenómeno relacionado, en nuestra opinión, con la fijación de roles específicos normalmente señalados por la diferenciación social y la división del trabajo que, en determinado momento, se traducen en la formación de castas. Las castas hindúes son un ejemplo extremo de este fenómeno. Es verdad que las “casas para hombres” suele acompañarse de la imposición de roles de género desventajosos para la mujer, pero una vez más hablamos de procesos de acumulación asociados con el surgimiento de clases sociales que el marxismo siempre ha señalado.
Estos casos contradictorios demuestran que la opresión de la mujer está relacionada con el surgimiento incipiente de la propiedad y la riqueza en pocas manos, normalmente en manos de un grupo de varones que están en proceso de convertirse en parte de una casta dominante –que oprime tanto a mujeres como a hombres-.
Estos elementos apoyan la tesis de Engels y demuestran que Antoine no ha entendido nada y se ha enredado en fenómenos transitorios y contradictorios que sólo se pueden interpretar de forma dialéctica. Al eternizar la opresión de la mujer- aún cuando Antoine Artous hable de la necesidad del socialismo- se claudica por completo frente a los prejuicios burgueses y se abona al feminismo burgués que insiste en que la opresión de la mujer nada tiene que ver con factores materiales sino con misteriosos fenómenos ideológicos cuyo origen es desconocido o, peor aún, son propios del diabólico género masculino como tal. Esto es feminismo burgués de la peor especie.
1 Antoine Artous, Los orígenes de la opresión de la mujer, Barcelona, Fontamara, 1982, p. 98-99. 2 Ibid. p. 113. 3 Ibid. p. 119.
Se han cerrado las precampañas electorales que, dados los registros únicos, vimos una primera fase de la campaña electoral, en general podemos decir que el proceso es más cercano al 2006 que al 2012. A continuación, los explicaremos: la mayoría de las encuestas coinciden en que Andrés Manuel López Obrador lleva una amplia ventaja con un 34% de preferencias, frente a Ricardo Anaya con 23% y un Meade muy rezagado con 18% (Parametría).
Incluso medios de extrema derecha como los editores de El Financiero coinciden en las diferencias y en el orden de las preferencias (38, 27 y 22 respectivamente).
A estas alturas en el 2012 la ventaja de Peña Nieto era superior a los 10 puntos, mientras que, en el 2006, pese a la ventaja en las encuestas AMLO ya estaba sufriendo la campaña de lodo más grande de nuestra historia reciente.
El apoyo a Meade y a Peña
La última encuesta de niveles de aprobación del gobierno (septiembre del 2017) arrojaba un dato muy esclarecedor, tenía un porcentaje del 22%, es decir prácticamente igual al apoyo al candidato oficial, es decir, inexorablemente la población identifica al candidato priista con el gobierno de Peña Nieto , no existen razones para creer que en estos 5 meses que faltan para la elección las cosas cambien drásticamente, de hecho la debilidad del peso, impulsada por una nueva debacle de las bolsas de valores a nivel internacional, el alza constante del precio de la gasolina y una nueva caída del mercado interno provocada por un incremento en las tasas de intereses y una mayor inflación, son la receta acabada para que Meade asegure el tercer puesto, aunque es probable que el voto duro del PRI le permita una votación entre el 15 y el 20%.
El propio gobierno era consciente de que el nivel de desprestigio sería un gran problema para ellos, de tal modo que se vieron en la necesidad de abandonar la idea de que fuese un candidato del propio partido quién se postulara por el PRI, cediendo el puesto a un tecnócrata filopanista, la idea era generar una especie de coalición de hecho PRI-PAN.
No obstante, esta fórmula tampoco es nueva, tanto priistas como panistas han compartido cargos gubernamentales desde el sexenio de Ernesto Zedillo y es complicado explicarles a las masas cuáles son las diferencias o ventajas de votar por un candidato que siempre ha trabajado para el PRI, que es de padres priistas pero que, según él, no es del PRI.
El candidato PAN-PRD
Por su parte el candidato del PAN Ricardo Anaya tampoco presenta un perfil muy atractivo, en general se habla de un nivel de simpatías entre el 20 y el 25 %, pero recordemos que ese partido en la última elección (2015) obtuvo un 22% de votaciones, el PRD obtuvo un 11 % y Movimiento Ciudadano obtuvo un 6%; de hecho, si vemos estas cifras entendemos que los dirigentes de dichos partidos daban por sentado que podrían sumar hasta un 40% de preferencias. No obstante, la preferencia es apenas igual a lo que el PAN logró, nos preguntamos ¿en dónde están los votos del PRD y MC? Lo cierto es que la mayoría está optando por AMLO. Los estrategas de este frente se equivocaron al creer que podían sumar aritméticamente, independientemente de su oportunismo.
A pesar de esas cifras, no hay duda que las presentes precampañas han resultado una especie de elección primaria entre el PRI y el PAN, que a la larga terminará por sumar todos sus esfuerzos para fortalecer al candidato más fuerte frente a AMLO, tratando de transferirle tantos votos como pueda.
Crisis política de la burguesía
Una cosa son las intenciones de los estrategas más inteligentes de la burguesía y otra cosa es lo que en realidad pueden hacer con lo que tienen, no olvidemos que uno de los rasgos más característicos de los procesos revolucionarios es la incapacidad de la burguesía para seguir gobernando como hasta ahora. No podemos, por ejemplo, explicarnos la llegada de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela sin la terrible debacle del sistema político burgués en los años previos a 1998.
El problema de la burguesía mexicana es que realmente vive una crisis política, derivada del desastre nacional al que ha llevado su política de rapiña. El único móvil del capital es la ganancia y en el contexto actual sólo sobrexplotando a los trabajadores podrían sostener dichos beneficios, solo recortando más y más el gasto social podían mantener a flote una situación cada vez más caótica en las finanzas públicas. No obstante, la consecuencia ha sido una profunda ingobernabilidad, el debilitamiento del aparato del Estado, en parte provocado por las facciones de la lumpen burguesía (específicamente el narcotráfico), que adquieren cada vez más espacios de control.
Algo parecido sucede con la burguesía parásita que vive de las ganancias de la bolsa, o con los grandes oligarcas que viven de los negocios con los grandes capitales externos, ya sea en la banca, en la industria o en los servicios, todos ellos chupan y chupan beneficios directamente por medio de la superexplotación de sus trabajadores, desmantelando las empresas en manos del Estado o por medio de la corrupción gubernamental o la corrupción del narco. Todos ellos coinciden en algo, la actual situación les viene bien para mantener su estatus de privilegio. El problema que todos tienen es que la situación ya no es sostenible. Todos coinciden, es decir “alguien tiene que ceder, pero ese alguien no voy a ser yo”.
En esas circunstancias el escenario de unidad que se dio frente a la elección del 2006, el cual cerró la puerta a AMLO mediante un estrepitoso fraude, está descartado. En suma, la crisis política de la burguesía se expresa (hasta ahora) en su incapacidad para proponer un candidato único, frente a la fuerza de López Obrador.
El Plan B
Por supuesto existe la posibilidad que el imperialismo imponga a uno de los suyos, probablemente a Anaya, no obstante, las posibilidades de que esta maniobra les resulte, como en el 2006, son mucho menores, especialmente debido a la extrema debilidad y división interna. Ya son muchos los representantes burgueses que curándose en salud, han planteado que “López Obrador no estaría tan mal”, uno de ellos es el estratega mediático español Antonio Solá quien diseño el slogan “peligro para México” de 2006, declaró en la Cumbre Mundial de Comunicación el día 6 de febrero: “Si tenemos condiciones normales con un INE, árbitro electoral en toda regla, Andrés Manuel, tengo la certeza muy profunda, muy íntima, de que será presidente de la República”
Otro caso es el empresario de Nuevo León Alfonso Romo, el cual declaró en noviembre del 2017 que el 80% de los empresarios no ven con malos ojos a AMLO, y el mismo es coordinador de su proyecto económico, otro tanto sucede con Esteban Moctezuma Barragán, Secretario de Gobernación de los tiempos de Ernesto Zedillo, encargado de la “política social “.
Ninguno de estos dos personajes representa la lucha por la trasformación social que ha impulsado la candidatura de AMLO, son más bien “garantías” frente a la burguesía en el sentido de que sus intereses serán protegidos.
De hecho, el proyecto alternativo de nación es una especie de compromiso por escrito de que se ha cambiado el “al diablo con las instituciones” por el “que vivan las instituciones”
Esto significa que ¿en esta ocasión no habrá objeción a la posible llegada de AMLO a la presidencia? De ninguna manera, la apuesta de los sectores dominantes de la burguesía será, como van las cosas a Anaya, no obstante, en el caso de que no funcione, trataran de mantener salvaguardas con AMLO como un plan B.
Los independientes
Respecto a los candidatos independientes tenemos que decir que con la excepción de Marichuy todos los demás juegan a “vender caro su amor”, ha sido el dinero o las estructuras burocráticas las que les han permitido conseguir las firmas de apoyo, pero ninguno de ellos tiene posibilidades reales de contender, es posible que incluso, en el caso de no declinar, terminen por hacerle el juego a los oligarcas centrando sus críticas en contra de AMLO en cuanto la elección se acerque.
Ahora bien y ¿qué es del bando popular?, el de los trabajadores, los campesinos y los estudiantes que luchan por una trasformación y que básicamente se han expresado tanto por la candidatura de Marichuy como por AMLO.
El zapatismo en su laberinto
Empecemos por la campaña del EZLN-CNI, sin duda constituía, y lo sigue siendo, una gran oportunidad de promover una campaña a nivel nacional haciendo una crítica seria y demoledora en contra del sistema capitalista, hasta la fecha en que se escribe esto (9 de febrero llevaba 227 mil firmas), es decir necesita más de 600 mil para cubrir el requisito
A estas alturas está claro que no lo logrará, no obstante, el proceso no es de desdeñarse, seguramente habrá al final del proceso 250 mil firmas que representan voluntades de carácter militante, en su mayoría miembros de organizaciones campesinas, sindicales y estudiantiles que políticamente tienen más claro que la mayoría, que el problema no consiste en un candidato sino en un sistema. Esto es una buena base de organización para el futuro.
Hay que decir que la principal responsabilidad para que este proceso no haya prosperado en esta fase, cuando tenía todas las posibilidades de hacerlo, se debe única y exclusivamente a los tradicionales métodos “desorganizativos” que caracteriza todas las campañas neozapatistas, sin duda hubo una absoluta desatención de la campaña, por parte del propio EZLN a tal grado de que ni siquiera en Chiapas había logrado el objetivo del 1% del padrón. (al 8 de febrero tenía 26 mil firmas y necesitaba 8 mil más)
Así mismo llama la atención que los únicos estados donde Marichuy ha tenido más de 10 mil firmas son Ciudad de México con 50 mil, Jalisco con 20 mil y Estado de México con otras 20 mil firmas. Lo que nos lleva a una paradoja, la mayoría de las firmas de apoyo a la candidatura indígena son urbanas.
El programa anticapitalista es el camino
Como sea la campaña de Marichuy podría continuar, aun sin aparecer en la boleta, poniendo en alto, un auténtico programa anticapitalista y exigiendo a los candidatos a que tomen posición frente al mismo, por ello es indispensable que ese programa anticapitalista se defina y se difunda por escuelas, fábricas y por el campo, para que quede claro que objetivo se tiene y como se pretende conseguirlo.
Proponer un programa anticapitalista y sobre esa base hacer una campaña es parte de lo que decía revueltas “antes de ser la conciencia organizada hay que organizar la consciencia”.
AMLO y las masas populares
Ahora miremos un poco el bando popular que apoya y apoyará a AMLO, este sin duda es muy poderoso, y pese a no tener muy claro que quiere sabe muy bien lo que no quiere y no quiere más PRI y ni más PAN, no quiere más corrupción, no quiere más violencia criminal, quiere más salarios y menos privilegios, repudia al sistema de partidos y solo vota por AMLO porque aún recuerda su llamado a “mandar al diablo las instituciones” aún cree que “solo el pueblo puede salvar al pueblo” pero al mismo tiempo considera que AMLO puede ser un vehículo para ello.
Ese sector de las masas populares escucha muchas cosas de AMLO, pero las ha escuchado siempre, desde hace 15 años y esos mismos que lo acusan, han saqueado al país una y otra vez, dicen que AMLO tiene malas compañías, muchos de mala reputación pero se preguntan “ será cierto o será otra de las mentiras que siempre se dicen” ese sector de las masas sigue firme y aumenta, y ese es la base para resistir todo tipo de ataque que se avecina, lamentablemente, es el sector del que el propio AMLO se está alejando cada día para parecer “más responsable”.
Dos caminos
Al cierre de la primera fase de esta contienda, llamada precampañas, podemos decir que AMLO se perfila como el rival a vencer por el sector más rancio de la burguesía y que sin duda, buscarán por todos los medios impedir que llegue, es decir, se perfila un nuevo fraude. Ante este, AMLO tiene dos opciones:
1.- Acudir a la organización de las masas, a retomar las banderas por las que están dispuestos a ir hasta el final y deslindarse de la multitud de oportunistas que hoy tocan las puertas de Morena. Ese sería el camino de la presidencia para Morena y aunque parcial, también una victoria para las masas populares
2.- Acercarse cada vez más a la burguesía, aceptando sus “consejos” y sus consejeros, diluirse como un político burgués más. Si esto sucede en el caso de que se consume el fraude no habrá opción más que el sometimiento ya que estará atado de manos. Pero en el caso de que aun así triunfe, pese a que su sola llegada sería un golpe para el sistema, significaría que las masas tendrían que irse preparando para dar la lucha en contra del gobierno de AMLO, una lucha en la que el programa anticapitalista, es decir socialista, ya no sería un ruido de fondo, sino un tema del orden del día.
Construyamos un programa anticapitalista, un programa socialista
El 23 de enero, Marco Antonio Sánchez Flores de 17 años, estudiante de la Preparatoria No. 8 de la UNAM fue detenido y después desaparecido por elementos de la policía de la Ciudad de México, entre un mar de opacidad, ineficiencia y cinismo, apareció cinco días después.
Las preguntas que salta a la vista es ¿qué fue lo que sucedió el día de su desaparición? ¿qué hizo este joven estudiante? ¿por qué fue desaparecido? ¿es un caso aislado? Pero sin duda son preguntas que siguen sin ser respondidas y al parecer seguirán siendo una incógnita, puesto que nadie en el gobierno ni en la policía desean que se sepa la verdad.
Lo cierto es la ineficacia de la policía capitalina, al no seguir protocolos, hacer caso omiso a los derechos humanos, uso de fuerza desmedida, patrullas sin cámaras, cámaras viales descompuestas, corrupción, y un largo etcétera. Eso todos lo sabemos, es a lo que nos enfrentamos cada día los ciudadanos, no solo en la Ciudad de México, sino en todo el país. Si le agregamos la violencia imperante, la delincuencia y el narcotráfico, los bajos salarios, el incremento al precio de la canasta básica y a la gasolina, tenemos una situación insoportable para cualquier ser humano.
Y casos como los de Marco Antonio se vuelven muy volátiles, la rabia contenida se expresa de miles de formas, la sensibilidad se pone de manifiesto y las acciones no se dejan esperar. Más allá de las causas por las que fue desaparecido este joven y la forma en la que regreso, que por supuesto son indignantes, despreciables, y que uno espera no vuelvan a pasar. Lo que paso con él, fue la gota que colmó el vaso, por un lado, por todas las injusticias de las que ha sido víctima la ciudadanía en los recientes meses por el gobierno de Mancera, y por otro, el papel de la policía, que siempre ha dejado mucho que desear.
El caso de Marco Antonio generó mucha expectativa e indignación, se inundaron las redes sociales, ese fue el principal motivo de que “apareciera” con vida, un gobierno desprestigiado no quería meterse en más problemas de cara a las elecciones de este año, en las que seguramente el PRD saldrá del gobierno, y sobre todo porque lo menos que se quería era que se desatará un movimiento en la capital del país, algo que lograron contener muy poco tiempo.
La juventud, decía Salvador Allende, es revolucionaria por naturaleza, y un movimiento era justamente algo que no les agradaría demasiado, sobre todo si éste se desarrolla entre la juventud, y para muestra tenemos el movimiento de los años recientes en el IPN o el histórico movimiento en la UNAM en 1999-2000.
Se ha estado gestando un movimiento que ha tenido impacto, primero en los activistas, en la sociedad en general, después este impacto se ha focalizado en la Preparatoria No. 8, institución en la que estudia Marco Antonio, y en los últimos días se ha extendido a la Preparatoria 2 y 5. Hasta ahora se han realizado paros de 24 horas en dichas instituciones, en solidaridad y exigiendo justicia para su compañero, pero sin duda la justicia tardará en llegar, y el movimiento se extenderá, pues lo que representa este caso no es el ensañamiento contra un joven, sino la política seguida por el gobierno de atacar a la juventud.
Podemos ver la campaña que han desatado en su contra, arguyendo una supuesta adicción a las drogas, en otras palabras, criminalizando no solo a Marco, sino a toda la juventud. Algo que ha venido ocurriendo desde hace unos años, ahora el crimen es ser joven, eso es suficiente, y justamente por eso tiene gran significancia el paro en las Preparatorias de la UNAM, porque si ahora fue Marco Antonio, mañana o pasado puede ser alguien más de la UNAM, o de cualquier institución, un joven trabajador, quién sea, por eso es importante extender el movimiento, no solo al resto de Preparatorias o CCH´s, sino a todas las escuelas de Educación Media Superior, Superior, hacer un llamado serio a los trabajadores (pues son sus hijos los que están en riesgo, ellos mismo lo están), a la sociedad en general, y exigir justicia.
Necesitamos organizarnos para defendernos de este tipo de injusticias, pero sobre todo para erradicar este sistema tan abominable que desaparece a un joven estudiante, mientras que protege a delincuentes y a los parásitos que viven del trabajo de los demás.
Una coordinación de lucha contra la criminalización hacia la juventud, la violencia y la militarización del país es necesaria.
Escrito por Rob Sewel, Corriente Marxista Internacional
A pesar de toda la euforia del último periodo acerca de la recuperación de la economía mundial y el crecimiento bursátil, los acontecimientos han dado un brusco giro a peor. La semana pasada, las bolsas de todo el mundo se derrumbaron.
Esto ha destrozado los alardes de Donald Trump y los apologistas del capitalismo de que todo estaba cada vez mejor. Sus pretensiones en Davos de que la Bolsa estaba “batiendo un record tras otro” se han convertido en polvo.
Las bolsas estadounidenses cayeron el viernes, seguidas por las europeas y asiáticas. El lunes sufrieron su mayor caída en más de seis años, acabando de golpe con las ganancias de todo un año.
Los inversores estaban asustados por la perspectiva de tipos de interés más altos y del regreso de la inflación. El fin del dinero barato (después de años de flexibilización cuantitativa y bajos tipos de interés) amenazaba con matar la gallina de los huevos de oro.
La desbandada del lunes mostró caídas agudas y un movimiento hacia valores refugio. En un momento dado, el índice industrial Dow Jones perdió más de ochocientos puntos en sólo diez minutos. En poco tiempo sufrió una corrección técnica del 10%. El volumen de negocio fue el segundo más alto en esta década.
Colapso y espejismo
Hacia el final de la jornada, el índice S&P 500 estaba por debajo del 4,1% a los 2.648,94: su peor caída porcentual desde agosto de 2011, cuando EEUU perdió su calificación “triple A”. Todos los mercados, salvo dos, cerraron en rojo. Fue un mazazo. El Dow Jones perdió 1.175 puntos, por debajo del 4,6%, mientras que el Nasdaq cayó el 3,8% hasta los 6.967 puntos.
Los mercados asiáticos también cayeron en picado. La referencia japonesa Topix cayó el 6,3%, su mayor caída en diecinueve meses. El índice compuesto Kospi, de Corea del Sur, perdió el 2,6% y el australiano S&P/ASX cayó un 3,7% con los bancos por debajo del 3,5%. El mercado de futuros S&P 500 cayó el 2,8%. El Nikkei 225 cayó el 4,7% y el Hang Seng de Hong Kong cayó el 5,1%.
Obviamente, el secretario de prensa de Trump trató de minimizar la gravedad de la situación. “Mire, los mercados fluctúan en el corto plazo, creo que todos lo sabemos”, dijo el ayuda del presidente, antes de añadir: “Pero los cimientos de esta economía son muy fuertes”.
Esta retórica no es nueva. Los mismos sentimientos se expresan antes de cada colapso. Ray Dalio, oficial subjefe de inversiones se autoengañaba de la misma manera: “Estos grandes descensos son sólo correcciones menores… lo que viene después será más importante”. Pero las correcciones “menores” pueden provocar una avalancha.
Reina el caos
Todos temen la anunciada restricción monetaria. Eso explica las turbulencias en los mercados de obligaciones en los últimos tiempos. Una subida del precio de los bonos puede socavar los mercados al aumentar los costes para las empresas, golpeando los beneficios. También se teme que el déficit estadounidense aumente debido a los últimos recortes de impuestos, que llevarán al gobierno a pedir más préstamos.
“Hemos tenido un periodo muy prolongado de bajos tipos de interés y, si pensamos en la economía como un enfermo, los bancos centrales la veían con respiración asistida”, dijo Brian Levittown, un estratega de inversión senior en Oppenheimer Funds. Ahora se está tratando este enfermo grave quitándole la respiración artificial.
Muchos creen que tenemos por delante una carretera llena de baches. Todos los que creían que el carrusel continuaría se engañaban a sí mismos. Los problemas que señaló la crisis de 2008 nunca se resolvieron. Por lo tanto, esta “recuperación” siempre iba a llevar a una caída posterior. Ahora la volatilidad domina los mercados, un reflejo de la crisis subyacente del capitalismo.
Presagios de depresión
Todo esto tiene lugar paralelamente a la revisión por parte del FMI de su previsión de crecimiento hasta el 3,9%. La predicción del FMI apuntaba a un “gran crecimiento sostenido desde 2010”. Otras previsiones han sido incluso más optimistas.
Aun así, otros son más cautelosos. La mejora económica global no se ha basado en nada sólido, sino en elementos de ciclo que no van a durar. “La reciente ola de crecimiento global es fundamentalmente un fenómeno cíclico de demanda”, explica Gavin Davies del Financial Times, “que hasta ahora ha tenido un impacto sólo moderado en el crecimiento sostenible a largo plazo”.
John Authers, también del Financial Times, también aporta una valoración aleccionadora:
“Odio reconocer esto, pero he encontrado un buen paralelismo histórico para lo que está ocurriendo en los mercados. Y es con la primavera y el verano de 2007, en vísperas de la crisis crediticia. No me gusta reconocer esto porque no quiero que me acusen de alarmismo”.
No obstante, el periodista prosigue, explicando cómo acontecimientos similares en 2007 llevaron a toda una serie de desastres financieros, concluyendo (en palabras de Jim Cramer) con “el Armageddon”.
Pese a que Authers intenta minimizar las coincidencias, está claramente alarmado por la vitalidad de éstas. Llamativamente, Trump no ha tuiteado acerca de la Bolsa desde el 29 de enero. Esta es una señal inequívoca de que no todo va bien.
La Bolsa nunca es un reflejo exacto de la economía real. Aun así, una caída de los mercados puede ser el presagio de una nueva recesión. De eso están asustados. Puede ser una fractura importante que lleve a una depresión como en 1929.
Tormentas en el horizonte
Se cumplen diez años de la crisis capitalista global. La “recuperación” ha durado más de ocho años, pero ahora se ha agotado. Cualquier cosa puede precipitar otra depresión. Y con toda la munición que se ha gastado en combatir la última crisis, este nuevo crash puede ser incluso peor que el de 2008. Esto es lo que aterra a Wall Street y al establishment capitalista.
Concluye Authers:
“Lo que estamos a punto de comprobar es si la red de productos financieros que ha florecido en este tiempo resulta estar construida tan precariamente como la ingeniería financiera que acabo cayendo de forma tan espectacular en 2007. La historia sugiere que estamos a punto de averiguarlo”
Si este colapso de las Bolsas evoluciona hacia algo mucho peor es imposible de predecir. Incluso el crash de Wall Street en 1929 pasó por toda una serie de altibajos.
El hecho de que el sistema capitalista hoy día ha llegado a sus límites está claro. Tarde o temprano el sistema entrará en otra depresión, que destruirá una vez más cualquier esperanza de alcanzar la estabilidad económica o política.
Los años de calma relativa en los mercados han llegado al final. Preparémonos para un arduo camino.
El domingo 14 de enero de 2018, decenas de miles de activistas de diferentes organizaciones sindicales y de izquierdas acudieron al cementerio socialista de Berlín, en el barrio oriental de Friedrichsfelde, para conmemorar el aniversario del asesinato de los destacados revolucionarios y marxistas alemanes Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, ocurrido el 15 de enero de 1919.
Rosa y Karl fueron los fundadores de la Liga Espartaquista y del Partido Comunista (KPD) en 1918 y los más famosos de entre muchas víctimas de una guerra civil unilateral desencadenada por las fuerzas militares reaccionarias del Freikorps que habían formado una conspiración contrarrevolucionaria con líderes socialdemócratas de derechas como Friedrich Ebert, Gustav Noske y Philipp Scheidemann para ahogar en sangre la revolución.
La conmemoración pública de sus asesinatos tiene una larga tradición que fue iniciada por el Partido Comunista (KPD) en la década de 1920 y que existió durante décadas en el antiguo estado estalinista de la RDA (Alemania Oriental). Hasta 1990 era un evento oficial del Estado y la participación se consideraba obligatoria para los funcionarios y trabajadores del partido en Berlín. Sin embargo, desde la unificación capitalista de Alemania en 1990, esta tradición ha seguido existiendo de forma voluntaria. Aunque los políticos burgueses y sus medios de comunicación pensaron que este evento anual tradicional desaparecería rápidamente en la década de 1990, jóvenes y ancianos de toda Alemania siguen viniendo a pesar de las condiciones climáticas y contra todo pronóstico.
Camaradas de Der Funke en la conmemoración
El evento, que tradicionalmente se celebra el segundo domingo de enero, duró desde las 9 a las 14 horas. Una interminable fila de personas caminó hasta el cementerio conmemorativo y puso flores allí. Como cada año, los principales líderes de DIE LINKE (Partido de Izquierda) llegaron todos juntos a las nueve de la mañana. La marcha tradicional comenzó desde la Avenida Karl Marx a las 10 am y llegó al monumento al mediodía. Los camaradas de Der Funke/CMI Alemania estuvieron presentes en el monumento conmemorativo durante todo el período de tiempo con un puesto de libros, vendiendo un gran número de periódicos, folletos y libros. Los ingresos de las ventas del domingo pasado fueron con creces los más altos alcanzados en este evento desde la década de 1990.
Este año se conmemora el centenario de la revolución alemana, que en noviembre de 1918 derribó al emperador (Kaiser), puso fin a la guerra y se caracterizó por la creación de consejos obreros y de soldados en todas las grandes ciudades industriales de Alemania. Las condiciones previas para una revolución obrera exitosa y el establecimiento de una república socialista eran mejores que en Rusia en 1917. Sin embargo, los líderes derechistas del SPD hicieron todo lo posible para detener la revolución y restaurar el Estado burgués. Aunque Liebknecht y Luxemburgo no contaron con el apoyo de masas en la fase inicial de la revolución y carecían de una organización disciplinada siguiendo el modelo del Partido Bolchevique, la clase dominante y los líderes derechistas del SPD reconocieron como una amenaza mortal sus ideas y su potencial para construir un partido revolucionario fuerte.
Rosa y Karl eran conocidos como grandes luchadores contra la guerra, el militarismo, el capitalismo y una casta socialdemócrata burocrática derechista al frente del movimiento obrero. Luxemburgo produjo valiosos escritos marxistas que son hoy tan relevantes como entonces. Liebknecht fue el primer diputado socialista que se opuso abiertamente a los créditos de guerra en el Reichstag, el antiguo parlamento alemán, el 2 de diciembre de 1914. En el contexto del aniversario de la revolución de 1918 es importante estudiar las vidas, luchas y escritos de Karl y Rosa y aprender las lecciones para hoy.
Como hemos venido señalando, específicamente en nuestro artículo “Venezuela: crisis, saqueos y hambre ¿Cuál es la salida?”, la actual crisis que atraviesa el país ha golpeado principalmente a las masas trabajadoras. Esta, enmarcada dentro de la crisis del capitalismo mundial, afecta principalmente a los países que, como el nuestro, se insertan en la economía mundial de forma dependiente, haciéndonos el eslabón más débil de la cadena. El aumento de la oferta mundial de crudo –principalmente en EEUU–; sumado a la desaceleración de la economía de China, y como consecuencia, el descenso en la demanda de materias primas por parte de esta potencia, resultó en un desplome abismal de los precios internacionales del petróleo, recurso que aporta el 96% de los ingresos del país. Este hecho, que también se combina con la merma en la producción petrolera (de 3 millones de barriles por día en 2012 a 1 millón 500 mil en la actualidad), puso en evidencia las limitaciones del capitalismo rentista venezolano, nunca trascendido por la dirección bolivariana.
La orientación de medias tintas de la dirección del proceso revolucionario, por un lado, restringió cualquier posibilidad de avanzar hacia el socialismo, pero por otro, impidió al funcionamiento del mercado capitalista, desatando una rebelión de las fuerzas productivas, que hoy se expresa en escasez, hiperinflación y miseria generalizada. El flagrante saboteo en la producción, por parte de la burguesía, a través de sus monopolios y oligopolios en la producción, distribución y comercialización de productos de primera necesidad, nunca fue abordado por el gobierno con la fuerza y tenacidad que se requiere ante la guerra de clases que se escenifica en el país. Es, en momentos críticos como el actual, donde se hace evidente la factura que la historia nos cobra, gracias a la negativa de la dirección bolivariana a completar la revolución expropiando las palancas de la economía, para planificar la gestión de los recursos, en beneficio de todos y bajo control obrero.
A pesar de administrar una enorme riqueza durante los últimos boom’s petroleros (2004-2008 y 2010-2014) el gobierno, en aras de sostener lo insostenible: un modelo rentista despilfarrador, ajustado al atraso productivo y al parasitismo de la burguesía criolla, dio pie a la brutal fuga de capitales (estimada en 300.000 millones de Dólares), por motivos fraudulentos, perpetrada por burgueses y burócratas en una simbiosis de corrupción y desposesión nacional. Esto precipitó altísimos niveles de endeudamiento externo, no solo del Estado, sino también de PDVSA, factor que, para el momento en que comienza a derrumbarse el decadente castillo rentista, puso en la palestra de decisiones gubernamentales: ¿O mantener los niveles de importación de alimentos y medicinas dejando de honrar los pagos pendientes, o sacrificamos la alimentación y la salud del pueblo (entre otras cosas) para pagar puntualmente? La política del gobierno se inclinó claramente por la segunda, haciendo que cayeran las importaciones en un 50% en los últimos años, mientras se cancelaron aproximadamente 73.000 millones de Dólares en “compromisos internacionales”, priorizando de este modo las ansias de lucro de los buitres especuladores, antes que las necesidades de la mayoría de la población del país. Todo lo descrito, clínicamente justificado a través de la conveniente exageración de que embargarían los activos del país si fallábamos las cancelaciones, cuando en realidad de lo que siempre trató para el gobierno era de generar “confianza entre los mercados” (entiéndase entre el imperialismo) y “atraer inversión”.
La corrupción, como un cáncer en fase metastásica, no ha dejado de revelar el carácter esencialmente putrefacto del Estado burgués y del capitalismo venezolana. Los desfalcos producidos en el CITME (20.000 millones de Dólares), CADIVI y PDVSA, por solo mencionar algunos, dan cuenta de los niveles de degeneración al que puede llegar cualquier burocracia de paso en el andamiaje estatal rentista, en connivencia con la parásita burguesía criolla. Por otro lado, el estilo de vida ostentoso de altos dirigentes acomodados a los privilegios y prebendas del Estado burgués, que no hacen cola en los supermercados, cuyo salario les alcanza y hasta sobra para vivir una vida lujosa, que se trasladan en camionetas último modelos, que residen en quintas, se contrasta con la degradación de los niveles de vida de las familias más vulnerables, quienes resisten el terrible peso de una crisis que no generaron.
Por otra parte, la dirección bolivariana no ha cesado en la implementación de la nefasta política de conciliación de clases, que se ha traducido en múltiples concesiones a la burguesía nacional (créditos, exoneraciones de impuestos y deudas al Estado, subsidios a la producción, permanentes devaluaciones al Bolívar, entre otras) y transnacional (creación de Zonas Económicas Especiales, garantías de explotación de recursos estratégicos, sanción a la Ley de Inversión de Protección y Promoción a la Inversión extranjera, entre otras), a la par del establecimiento de mesas de negociación con la derecha venezolana, de donde resultan acuerdos para el otorgamiento de más beneficios al sector privado, mientras en lo político, se liberan o conceden ventajas procesales a asesinos, corruptos y guarimberos.
En corroboración de lo que insistentemente hemos expresado en el pasado, esta vía nos ha conducido a un absoluto desastre, primero, en lo económico, al incidir en la pauperización de los niveles de vida de los trabajadores y pobres –sostén fundamental de la revolución–; y segundo, en lo político, al negociar estabilidad propiciando el permanente rearme de la reacción burguesa. Combinando todo lo anterior, junto con la asfixia burocrática de todas las instancias de participación popular: obstaculización para la conformación de consejos de trabajadores, destrucción desde el Estado de las iniciativas de control obrero, frenos a organización sindical clasista, y manejo desde arriba de las comunas y consejos comunales, no hay razones para dudar que nos hallamos ante el desmonte evidente del proceso revolucionario, de manera endógena.
Como hemos venido señalando, el periodo de reformas dirigidas a conceder mejoras en la calidad de vida de las mayorías, ha cesado. Ya no es posible redistribuir la riqueza petrolera, hoy extinta. Al contrario, producto de la voluntad colaboracionista del gobierno con el empresariado y el recrudecimiento de la crisis económica, se abre ante nosotros un periodo de contrarreformas que amenazan con desmontar lo poco que aún queda de conquistas favorables a la clase trabajadora y el pueblo en general. La hiperinflación ha superado todos los controles de precios establecidos en el pasado, ante la inacción de instituciones como la SUNDDE, que se ha quedado impotente en su razón de ser, o porque no está en capacidad de controlar nada, o bien por órdenes de arriba no es preciso atemorizar a los empresarios y comerciantes. Aquí cabe además recordar las palabras del presidente durante la campaña de la ANC: “¿Quieren congelación de precios? ¡Denme constituyente!”, pues a 7 meses después de tal aseveración, y luego de promulgar una Ley de Precios Acordados, la hiperinflación no se detiene. Así mismo, se vienen adelantando detalles del nuevo DICOM, que presentará una tasa de cambio “más flexible”, que busca legalizar lo que de facto se ha venido imponiendo a la realidad económica: el desmonte del control de cambios y una mega devaluación incidente también en la inflación y en la desvalorización de la fuerza de trabajo.
Por otro lado, mientras se otorgan divisas a los parásitos burgueses, las empresas nacionalizadas carecen de los recursos necesarios. Actualmente los trabajadores del Metro de Caracas, de Lácteos los Andes y hasta de PDVSA, empresas modelos, han denunciado el desmantelamiento de líneas enteras de producción y el debilitamiento del servicio (en el caso del metro) por falta de inversión, o en algunos casos, por la malversación de los fondos destinados para tales efectos. Ante estas denuncias, el ejecutivo en vez de responder castigando a los corruptos y colocando la industria bajo un control democrático y transparente de los trabajadores, ha procedido a criminalizar las protestas, encarcelando, despidiendo o señalando a los trabajadores y líderes sindicales clasistas
Es importante señalar además las concesiones que la Asamblea Nacional Constituyente ha hecho al capital internacional en detrimento del legado del comandante Chávez, cediendo nuestra soberanía a tribunales internacionales, controlados por los poderes facticos bancarios, en la Ley “constitucional” de protección de la inversión extranjera. Al parecer, la experiencia de países como Brasil y Argentina no les han servido para entender que bajo la supuesta inversión extranjera se encubre un saqueo ilimitado de recursos, que una ínfima inversión en divisas (el resto se realiza en moneda nacional y se reconoce como si fuese hecha también en divisas) se roba legalmente. Esta ley, que criticamos en nuestro artículo “¡En defensa de los trabajadores! Contra el pacto y la conciliación con la derecha”, en vez de abolir los tratados contra la doble tributación que permiten la evasión fiscal de las transnacionales que fijan su domicilio en países fiscales, los hace simples accesorios.
En este contexto, se presenta un escenario electoral complejo en el cual el presidente Nicolás Maduro anuncia su candidatura a la reelección, lo que ha traído un debate profundo entre las corrientes revolucionaria socialistas.
¿Y en materia social y política?
Hasta ahora, hemos abordado solamente las políticas económicas del gobierno, sin embargo, las políticas en materia social tampoco presentan una alternativa que de verdad se dirija si quiera a hacer más llevadera la crisis para la clase trabajadora. Por el contrario, el gobierno ha optado por una política clientelar que se puede equiparar al clientelismo adeco-copeyano como bien señaláramos en nuestro artículo “Movimiento Somos Venezuela: Un partido cuya ideología es el clientelismo”.
En contraste, las políticas sociales del comandante Chávez tenían como objetivo atender integralmente las múltiples necesidades de las mayorías empobrecidas. Misiones sociales que acabaron con la lacra del analfabetismo y pusieron a disposición de los oprimidos herramientas para salir del obscurantismo, y fomentando su auto-organización, refieren a beneficios que tenían un carácter verdaderamente revolucionario. Además, las misiones en materia alimenticia (mercal y pdval) y en materia de salud (barrio adentro) tenían como objetivo librar a las masas de la lucha diaria contra el hambre, la enfermedad y la muerte, permitiéndoles por primera vez en su historia poder ocuparse de temas políticos y culturales. Si bien, cabe destacar que esto también se logró con precios del petróleo que promediaban los 100 Dólares, saltaba a la vista la voluntad empeñada del líder original de la revolución en no solo mejorar la situación de los trabajadores y pobres del país, sino también de empoderar a estos para que asumieran la conducción del proceso.
Sin embargo, el carácter de los bonos (de navidad, de reyes y ahora de carnavales) que hoy se venden como una solución, además de las tarjetas de hogares de la patria, de embarazadas e incluso la asignación de alimentos a través del CLAP, en realidad es una política de paños calientes. Los bonos y aumentos de salario se financian emitiendo más dinero lo que tiene como consecuencia que la inflación resultante se los “coma” antes de llegar a los bolsillos del pueblo. En lugar de promover la auto-organización del pueblo, estas medidas potencian la idea de que “el estado proveerá” y en algunas ocasiones son usadas por el aparato burocrático para fidelizar y movilizar el voto.
Por otro lado, mientras se ataca la organización obrera y popular, se vulneran derechos democráticos básicos y se usan las instituciones para judicializar la política. Maniobras como la del CNE para invisibilizar la candidatura de Eduardo Samán en Caracas, al no imprimir su nombre en las boletas electorales, el no reconocimiento de las victorias de Regulo Reina y Ángel Prado en las alcaldías del municipio libertador del estado Monagas y del municipio Simón Planas del Estado Lara, arguyendo un supuesto permiso por el cual la directiva de la ANC se abroga competencias que son de la plenaria de la Asamblea, son elementos nada desdeñables que señalan el curso antidemocrático tomado por la dirección del proceso. Por un lado, se combate como enemigos cualquier alternativa a la izquierda del proceso, y se ata de pies y manos a las organizaciones obreras y populares en lucha, por otro, se liberan corruptos y terroristas, abriéndoles las puertas de los medios públicos –cerrados para la disidencia de izquierda y las bases organizadas– para que presenten libremente sus ideas contrarrevolucionarias.
En conclusión, a todo lo antes indicado, debemos clarificar que: nos oponemos firmemente a que la burguesía pro-imperialista retome el control político del Estado. De llegar a hacerlo, esto supondría la peor catástrofe para el pueblo trabajador. Aplicarían una política sistemática de recortes al gasto público, que eliminará las misiones y subsidios, recortará y eliminará las pensiones, cerrará diversas instituciones estatales (incluidas algunas educativas), y se producirán despidos en masa. A su vez avanzarían en la necesidad de imponer una flexibilización laboral, que enterrará lo poco que aún queda de conquistas y derechos laborales. También privatizarían los servicios públicos que hoy se pagan a bajos costos (agua, electricidad, telefonía e internet público), así como a PDVSA y las empresas básicas de Guayana. No hay que dudar que ampliarían el abanico de concesiones al imperialismo, mucho más de lo que la dirigencia bolivariana se dispone a entregar. Para frenar la inevitable respuesta popular y de los trabajadores, reforzarán todos los mecanismos represivos policiales, militares y paramilitares, seguido de una ola de persecución a líderes sindicales y barriales. El que tenga alguna duda de tales pretensiones, le invitamos a que se documente sobre la situación de los países donde la derecha volvió al poder, como Argentina y Brasil. Ante tamaña amenaza latente, no podemos apoyar bajo ningún concepto la política que desarrolla el gobierno nacional, puesto que la misma no sirve para combatir a la reacción burguesa, debido a que más bien la promueve indirectamente. La táctica emprendida por la dirigencia no solo conduce –aunque con un transitar más lento– hacia el desmantelamiento definitivo de todas las conquistas y derechos alcanzados por las masas durante la primera década del presente siglo, sino que también prepara el camino para que la derecha tome el poder tarde o temprano. Se hace necesaria la construcción de una alternativa de izquierda, dotada de un genuino programa revolucionario, que dirija la profunda voluntad revolucionaria de las masas trabajadoras, en procura de derrotar a la oligarquía y el imperialismo, con métodos revolucionarios.
Para el pueblo trabajador hoy impera la necesidad de volver a Chávez, a la lucha por el socialismo, al combate contra el capitalismo y el imperialismo. En algún momento, nuestro país era considerado epicentro de la revolución mundial. Es momento de que la clase obrera en primer lugar, y el conjunto de sectores oprimidos de la sociedad, retomemos ese legado, ajustando cuentas con quienes descarrilaron el proceso revolucionario de la ruta socialista que alguna vez se trazó.
Por lo antes expuesto, y teniendo en consideración el debate que se ha abierto dentro de la izquierda revolucionaria y socialista sobre la elección presidencial, cabe la pregunta ¿es necesaria una candidatura alternativa del chavismo?
El Partido Comunista de Venezuela, en su documento base para su XIV Conferencia Nacional, específicamente en el apartado 54 señala lo siguiente:
“Si en el análisis sobre el carácter antiimperialista del gobierno, llegamos a la conclusión de que el mismo no expresa una línea de consecuente resistencia antiimperialista, ¿por qué y bajo qué condiciones el PCV debe mantenerle su apoyo? ¿Por qué tenemos que apoyar su candidato? ¿Existe alguna razón de interés nacional, más allá del compromiso antiimperialista y/o con los derechos del pueblo trabajador, que determine la pertinencia de apoyarlo? ¿Qué opción o qué opciones frente a las elecciones presidenciales asumirá la XIV Conferencia Nacional del PCV?”
Ante estas interrogantes que cruzan transversalmente a toda la izquierda, no faltan quienes desde la burocracia del gobierno hayan comenzado una campaña de descrédito y chantaje. Campañas que en vez de rebajar la moral de los revolucionarios deben servirnos de insumo para un análisis científico del fenómeno que estamos viviendo, una acelerada burocratización del proceso.Es por esto que desde “Lucha de Clases”, sección Venezolana de la Corriente Marxista Internacional, invitamos a discutir sobre la pertinencia o no de una candidatura alternativa del chavismo revolucionario, para luchar por la construcción del socialismo en Venezuela. Participa! Escríbenos tu opinión en nuestras redes sociales y correo electronico! Comparte este articulo entre tus camaradas!
¡Ni un voto a la derecha pro-imperialista!
¡Todo el poder al pueblo!
¡Únete a Lucha de Clases y construyamos una alternativa revolucionaria!
Ya nadie lo sabe”. [Códice Matritense de la Real Academia de la Historia]1
La legendaria peregrinación de los mexicas desde la misteriosa Aztlán hasta llegar a su “tierra prometida” para fundar México Tenochtitlan está lejos de ser la única migración épica de los pueblos mesoamericanos, el mito de Aztlán –más allá de la ubicación geográfica real, tema interesante por sí mismo- y el mito del águila posada sobre un tunal devorando una serpiente, pueden ser comprendidos en el marco de fenómenos migratorios recurrentes que eran mitificados por sus protagonistas, migraciones que se explican en el marco del auge y declive de antiguos Estados, es decir, en el marco de un sistema socioeconómico que arroja luz sobre la confusa neblina de una leyenda épica. Veremos que los mitos –aun con sus grandes dosis de arbitrariedad- no se construyen caprichosamente, sino que obedecen a condiciones históricas que no tienen nada de arbitrarias.
El códice Boturini (o “Tira de la peregrinación”) -entre otros documentos como la Crónica mexicayotl, los relatos recogidos por Durán, Códice Azcatitlan, Mapa Sigüenza, Códice Mexicano- relatan o ilustran la larga peregrinación que los aztecas realizaron desde el norte antes de asentarse en el lugar donde fundarían la Gran Tenochtitlán, un éxodo que duro unos 200 años. Los aztecas fueron una de las 8 tribus chichimecas (de acuerdo a la Tira de la Peregrinación), siete (Torquemada) o seis tribus (según Durán)2, que peregrinaron desde el mismo lugar. Las tradiciones toletecas llaman al punto de origen Chicomóztoc –lugar de las siete cuevas-, mientras las narraciones mexicas le llaman Aztlán –lugar de la blancura- y localizan a éste en una isla
Las causas de éxodo
¿Cuáles fueron las causas del éxodo de los aztecas desde Aztlán hasta el Valle México? En términos generales podemos afirmar que los flujos migratorios en las sociedades mesoamericanas estaban determinados por patrones de atracción o repulsión causados por el reacomodo de los centros hegemónicos de poder. Así, por ejemplo, la caída del clásico mesoamericano en el área maya –tras el colapso de ciudades como Tikal, Copán y Yaxchilán- tuvo como consecuencia éxodos masivos desde las tierras bajas del sur hacia las costas del Caribe y el norte de la Península de Yucatán, que implicaron el colapso dramático del 99% de la población;3 algo similar sucede tras el abandono de Monte Albán en el 750 d. C., en el caso teotihuacano, se estima que tras el ocaso del 600 d.C. al menos el 80% de los habitantes de la urbe abandonaron la ciudad –la población de la cuenca de México se redujo de forma dramática en 75 mil individuos4-, dando como resultado una especie de balcanización y fragmentación del mundo mesoamericano, fragmentación que caracteriza el inicio del posclásico.5
Estos reacomodos dieron lugar a nuevas sedes relativamente modestas –como Cacaxtla, Xochicalco, El Tajín, etc.- que se disputaban el poder y el tributo, o a pueblos aldeanos que se replegaban a una lógica de autoconsumo. Tras la caída de la cultura norteña de Chalchihuites –caída vinculada, al parecer, con el colapso teotihuacano- los migrantes nonoalcas –entre otros pueblos-fundarán la importante ciudad del Tula-Hidalgo del posclásico. Así pues, el ascenso y colapso de las grandes civilizaciones mesoamericanas es la historia de idas y venidas de sus pueblos.
A primera vista resulta desconcertante que la caída de ciudades tributarias causara tan dramático reacomodo poblacional: los calpullis eran unidades aldeanas de autoconsumo en donde prácticamente todo su excedente se destinaba al sostenimiento de los centros urbanos, parecería –a priori- que los únicos que se verían obligados a migrar tras el colapso de las grandes capitales serían los habitantes de los centros urbanos. Si, por ejemplo, Teotihuacán en su punto álgido era habitada por unos 125 mil habitantes, parece no tener mucho sentido el reacomodo dramático que se da en toda la cuenca de México tras el declive de la gran ciudad (mismo que implicó que de los cerca de 230 mil habitantes que habitaron la Cuenca de México sólo quedaran 75 mil tras el colapso del 900 d C.).
Pero es necesario considerar, para entender este fenómeno, no sólo el aspecto económico de la cuestión sino también el aspecto político: las comunidades tributarias eran explotadas a cambio de recibir la protección ante la amenaza de otros centros de poder que ambicionaban también la expoliación y el control estratégico. Tras la caída de un polo muchas aldeas buscarían el padrinazgo de otros centros de poder o tratarían de coaligarse para llenar vacíos, en un reacomodo similar al del polvo de hierro ante el desplazamiento de fuertes polos magnéticos. De esta forma resultan perfectamente explicables las migraciones en el marco de su forma de vida y producción.
Es muy probable que la serie de éxodos de pueblos chichimecas estén vinculados con un reacomodo análogo a los anteriormente descritos. La diáspora chichimeca estaría relacionada con la caída y quema de Tula como centro hegemónico en el siglo XII d C. y, quizás, con el declive de jefaturas como la de los Anazasi de Oasisamérica –caída que comienza en el 1,110 d C.-. A esto habría que añadir la contracción de la frontera norte mesoamericana unos 250 kilómetros producto de un cambio climático que vuelve menos fértil el norte de la región. De esta forma nos encontramos con procesos que desde el norte presionan hacia el sur y con vacíos de poder en el sur que posibilitan la entrada de una serie de oleadas migratorias de pueblos norteños. Estos pueblos migrantes tenderían a seguir las viejas rutas comerciales que unían a Oasisamérica con los grandes centros mesoamericanos. La ruta de la turquesa y de la sal, que llegaba más al norte de Paquimé, parece marcar la ruta de las migraciones chichimecas.
Zona arqueológica Paquimé
Según Torquemada, los Chichimecas (“mamadores” “chupadores”) eran llamados con ese gentilicio náhuatl por la costumbre de comer carne cruda y “mamar” la sangre de los animales que cazaban.6 Pero en realidad, los pueblos chichimecas que vivían en la periferia del mundo mesoamericano se encontraban en distintos grados de complejidad social y eran de distinto origen étnico: desde simples cazadores recolectores, pasando por agricultores, hasta fuertes jefaturas herederas de ciudadelas megalíticas. Oleadas chichimecas fluyen hacia las cercanías del Valle de México desde el 1200 d C.: Mexicas, chichimecas de Xolotl, acolhuas, tepanecas, otomíes, etc.
Para entender la diáspora chichimeca, hay que agregar a los procesos geopolíticos que hemos señalado, patrones de dispersión que son comunes a pueblos tribales -cazadores recolectores e incipientes agricultores-, patrones que se verían acentuados por los vacíos de poder antes descritos. Las guerras en los pueblos preestatales no tienen como objetivo fundamental la explotación, ni la captura de esclavos–al menos hasta que no se conforman en Estados-; sino la dispersión, la expulsión de tribus de nichos ecológicos que resultan insuficientes o cuya explotación podría llevar a una producción agrícola decreciente. Las pugnas intertribales e interclánicas suelen estar motivadas por la insuficiencia de cotos de caza, pesca o labranza. Así, el objetivo de los choques bélicos, reiteramos, es el de dispersar la presión poblacional sobre un territorio más amplio. No debe ser casual que a principios del segundo milenio –coincidente con la época en la que los mexicas fueron expulsados de Aztlán- las tribus amerindias sufrieran un cambio climático que los sometió a una mayor presión al volver más árido el norte americano.7
También es interesante que la leyenda de la “Tierra prometida” sea común a tribus exiliadas que conocen la agricultura y que buscan nuevas zonas de cultivo. Por ello el éxodo judío y azteca tiene como leimotif la búsqueda de la tierra prometida por su Dios, y así como los judíos primitivos cargaban su “Arca de la alianza” -con el mandato de su Dios y un becerro de oro- los mexicas cargaban consigo su bulto sagrado “[…] al que adoraban, oían que hablaba, y le contestaban los aztecas […]”8. Claro que no podía haber, en este caso, “becerro de oro” puesto que en Mesoamérica jamás se conoció el pastoreo al carecer de grandes herbívoros domesticables. En los caso de judíos y mexicas vemos fetiches mágicos propios de pueblos tribales nómadas que no podían darse el lujo de construir templos permanentes y debían cargar con sus símbolos de identidad.
¿Dónde estaba Aztlán?
Para muchos, Aztlán es sólo un mito sin correspondencia con ningún lugar geográfico real. Pero, como ha señalado Matos Moctezuma, “detrás de todo rito hay un mito y éste, a su vez, surge de un hecho real, histórico”;9 por supuesto, el problema radica en determinar qué realidad histórica es la que el mito expresa. Si Aztlán no fue nunca un lugar realmente existente expresaría –de todas formas- una migración que sabemos existió. Matos mismo opina que Aztlán no tiene correspondencia con ningún lugar físico real. Pero sin olvidar nunca que en los pueblos mesoamericanos la historia y el mito se funden, quizá no debamos renunciar a explorar algunas opciones de lugares reales como correlato del mito, después de todo la peregrinación desde Aztlán señala lugares cuya correspondencia con la realidad – Pátzcuaro, Tula y Chapultepec- está fuera de duda. Si asumimos que Aztlán no existió podríamos estar cerrando la puerta a una interrogante válida y potencialmente fructífera.
De acuerdo a León Portilla, Aztlán estaba originalmente ubicada en tierras amerindias, en Oasisamérica, en donde actualmente habitan los llamados Indios Pueblo, pueblos que alcanzaron el nivel de jefaturas y que llegaron a construir ciudadelas como la de los Anasazi.10 La ubicación de Aztlán en estas latitudes no es una teoría nueva, Tezozomoc afirmó que Aztlán o Aztatlán estaba en Nuevo México.11 Portilla señala elementos circunstanciales, como el hecho de que en épocas invernales la nieve vuelva esas regiones un “lugar de la blancura”-uno de los significados que se le han dado a la palabra Aztlán-. También se ha llamado la atención sobre la especie de quibas subterráneas y circulares que existen en las protociudades de Oasisamérica, al norte de México y al suroeste de Norteamérica. Los pueblos Hopis, por ejemplo, construían espacios subterráneos de forma circular –que reconstruyen el inframundo y la matriz original- que en mucho recuerdan a Chicomóztoc: matriz de donde surgieron las diferentes tribus o clanes chichimecas. Esta matriz puede referirse al pueblo o tronco original del que se desprendieron.
Chicomóztoc en Códice Historia Tolteca Chichimeca
La Tira de la Peregrinación o Códice Boturini representa a los clanes que emprendieron la peregrinación. Están entre ellos el clan de la serpiente y otro que representa a Chimalma, madre de Quetzalcóatl, con un glifo que parece ser la reproducción de un escudo prácticamente idéntico pintado en una estela Hopi [Véase:Expedición Azteca, Capítulo I, documental de History Chanel]. Las tradiciones Hopis hablan de una antigua peregrinación en donde diversos clanes partieron hacia los cuatro puntos cardinales, entre ellas un clan conocido con el de la víbora de cascabel que partió hacia el sur y que podría ser uno de los clanes representados en La Tira de la Peregrinación.12 Lo que es cierto es que todas estas tribus –llamada genéricamente Indios Pueblo- hablan lenguas emparentadas con el nahua, las lenguas uto-aztecas.
El primer personaje lleva un escudo circular muy parecido al encontrado en una estela Hopi, también aparece el clan de la serpiente.
Curiosamente, los Zuñi –tribu de integrante de los Indios Pueblo-, en los tiempos de la conquista, “habitaban siete poblados relativamente grandes en el extremo occidental del actual estado de Nuevo México”13, la similitud numérica entre las siete tribus y las siete tribus nahuas que, según algunas fuentes como Fray Diego Durán, abandonaron Chicomóztoc –una de las cuales fundaría la Gran Tenochtitlan-no deja de ser llamativa. Adicionalmente, así como en Mesoamérica la tierra solía ser una vagina dentada -como se observa en el Códice Mendocino-, los Indios Pueblo solían representar a la tierra como un monstruo terrible, una “vagina dentada” que alimenta a los hombres pero también los devora y los reintegra a su ser.14 Llamativa similitud la de una “vagina con dientes” al que idolatraban y temían, aunque esta coincidencia bien podría ser una simbología producto de una relación con la tierra similar, sin que haya influencia directa.
Recién acabada la conquista de Tenochtitlán varias expediciones fueron rumbo al norte a la búsqueda de las Siete Ciudades de Cíbola con base en testimonios indígenas nahuas que ubicaban en esas latitudes su lugar original. El origen del mito de las siete ciudades no sería medieval como se había creído, sino era una idealización fantástica hecha por los ambiciosos invasores, de tradiciones nahuas, alimentada con relatos maravillosos de exploradores como Castañeda Nájera y Cabeza de Vaca, que despertaron el interés, incluso, del conquistador Hernán Cortés, quien por entonces se había enfrascado en una ruinosa expedición al Golfo de California –de ahí el nombre de “Mar de Cortés”-. Francisco de Ibarra, conquistador de Nueva Vizacaya, escribió que la búsqueda de Cíbola pretendía “descubrir el origen, venida, raíz y tronco de los antiguos culguas (sic) mexicanos, teniendo sospecha de gran número de indios, poblaciones e riquezas, para sugetarlos (sic) al gremio de nuestra santa fe católica”.15 Motolinia también localizó Chicomóztoc16 en Cíbola: “[…] los más ancianos de los Tlaxcaltecas tienen que vinieron de aquella parte del Noroeste; y de allí señalan y dicen que vinieron los Nahuales […] Hacia esta misma parte del Noroeste están ya conquistadas y descubiertas quinientas leguas, hasta la provincia de Cíbola […] han descubierto multitud de gente, en las cuales no se han hallado lengua de los nahuales, por donde parece ser gente extraña y nunca oída “.17 Cíbola, es, al parecer, “una deformación del término shiwina (o ashiwi) término con el que los zuñi se designaban a sí mismos”.18
En el periodo de 1539 a 1542 se emprendieron dos expediciones en búsqueda de una ciudad perdida de infinita riqueza en metales preciosos, algunos frailes franciscanos encontraron los restos de viejas ciudadelas abandonadas talladas en la roca –casas acantilado de los Paquimé-, pero la riqueza legendaria consistía en la producción de turquesa de poco interés para los invasores, que además “ofrecía pocas posibilidades para el enriquecimiento […] no tenía oro ni plata, su suelo era poco propicio para la agricultura y, sobre todo su población era escasa, de ánimo rebelde y poco dispuesta a prestar servicio a los españoles”.19 Se trata de condiciones adversas para la agricultura que no sólo pueden haber explicado el colapso de los Anasazi, sino, incluso el éxodo de pueblos nahuas. Los pueblos “chichimecas” tuvieron la suerte de no contar con excedentes considerables que los invasores les pudieran saquear, ni un sistema político de extracción de tributos que pudieran aprovechar; pero la conquista del norte mesoamericano –junto con el genocidio y esclavización pueblos como zacatecos y guachichiles durante la llamada Guerra Chichimeca- comenzará cuando los invasores descubran las venas de plata de Zacatecas en 1548, un proceso largo de conquista de una tierra incógnita que durará más de 200 años y que de cierta manera, con la lucha de los Yaquis por conservar las aguas de sus ríos sagrados, continua en la actualidad.
Por supuesto, dados los elementos puramente circunstanciales, otros lugares al occidente de México (como Nayarit -Jiménez Moreno- Guanajuato –Kirchoff-) reclaman ser el original Aztlán. Zacatecas, por ejemplo, cuenta con vestigios que refuerzan la idea de que el culto a Tezcatlipoca –representado en vasos del clásico como un águila devorando una serpiente- surgió en esta región fronteriza de Mesoamérica. En esta zona también está muy presente la tradición de empalar cráneos en hileras -en forma de Tzompantli- que tanto practicarán los mexicas-.20
El “Aztlán” que se ubica en una amplia zona que un señorío llamado Aztatlán dominó desde el siglo IX -comprendiendo los estados de Nayarit, Colima, Sinaloa y Jalisco- cuenta con elementos circunstanciales que retan a la hipótesis de los Indios Pueblo que referimos. Los aztatecas –cuya similitud con los Azteca es difícil omitir- pudieron haber sido los aztecas que tenían subyugada a una tribu que sería conocida posteriormente como los mexicas. Según Gomara: “[…] los chichimecas […] vinieron de Aculuacan, que está más allá de Jalisco, cerca de los años 720 que Cristo nació, reduciendo su cuenta”.21 Igualmente, Tezozomoc menciona el nombre Culhuacan22 que tal vez sea Culiacán Sinaloa. No es la única fuente que señala esta región como el original Aztlán; el fraile Antonio Tello (1590-1653) –el cual vivió en la Nueva España, más precisamente en la Nueva Galicia23– en su libro Crónica Miscelánea de Sancta provincia de Xalisco escribió: “Todas las familias que vinieron de las partes Septentrional[es], se llaman aztecas, por haber venido de la Provincia de Aztatlán que cae entre el norte y el poniente […]”.24 Alvarado Tezozomoc dice claramente que Aztlán es sinónimo de Aztatlán pero –de forma contradictoria-la ubica en las costas de Nuevo México: “[…] Aztlan Aztatlan, asiento de las garzas, que por eso se llama Aztlan -era allá por donde ahora quede tal vez muy próximo de las extensas costas, las extensas riberas, donde ahora llaman los españoles Nuevo México, Aztlán Chicomostoc-”.25
Alfredo Chavero intentó precisar aún más la localización señalando la isla de Mexcaltitán en el estado de Nayarit, en México a través de los siglos afirmó: “Aztlán […] en el lienzo de Tlaxcala, está entre Xalisco y Chiametla, sobre la costa del Pacífico, es decir, en la laguna de de Mescaltitán o Mexticacán: cualquier de estos nombres que aceptamos tienen la raíz Mexi, el dios de los aztecas. Y no nos detengamos porque en esta relación se dice Aztatlán y no Aztlán, pues en el manuscrito nonoalca se llama aztateca a los azteca”.26 Jiménez Moreno –a quien comúnmente se le atribuye la teoría del Aztlán nayarita- no es sino uno de los exponentes más recientes de una hipótesis que parece haber propuesto por vez primera el sabio liberal Alfredo Chavero. La propuesta nayarita no deja de ser muy sugerente aunque no está respaldada por evidencia arqueológica: Mexcaltitán no sólo es una isla ubicada hacia el noroeste, como lo señalan las crónicas y el Códice Boturini en su lámina 1; también es una isla cuyas calles, aún hoy, se llenan de agua durante la temporada de lluvias y puede ser recorrida en canoas, en un ambiente que recuerda lo que fue la Gran Tenochtitlán, ciudad construida por gente que debió conocer la vida lacustre. Jesús Jauregui, ha objetado que “[…] las calles de Mexcaltitán en realidad no son canales […] el diseño circular del pueblo […] no corresponde para nada con el diseño cuadrangular de Tenochtitlan y el dibujo del remador del Códice Boturini contrasta notablemente con el sistema típico de impulso con palanca de los mexcaltecos”.27 Pero, esto sea, quizá, pedir demasiada literalidad a una simbología mítica que debe ser leída en clave.
Mexcaltitán, Nayarit
Debe reconocerse, sin embargo, –y es advertido por este último autor- que la promoción del Aztlán nayarita ha sido impúdicamente usada por el gobierno estatal para promoverse a sí mismo –aun cuando el asunto de Aztlán no está de ninguna manera zanjado y en la isla no se ha encontrado evidencia arqueológica- llegando al extremo de decretar a Nayarit como “cuna de la mexicanidad” – inclusive le cambiaron el escudo de armas al estado en 1993 para introducir la simbología de Aztlán- creando una nueva mitología que ha servido de “consuelo a su depauperada población [para que] a pesar de su marginalidad [se vean como] los meros padres de los mexicanos”,28 como si el Estado Nación burgués de hoy hubiera existido eternamente y como si los cientos de señoríos, etnias, culturas y poblaciones mesoamericanas no hubieran contribuido a la llamada “mexicanidad”, cualquier cosa que esto signifique. Aun compartiendo estas objeciones, ello no significa, necesariamente, que Mexcaltitán deba descartarse como el Aztlán original (como tampoco aceptarse sin más omitiendo todo un abanico de hipótesis posibles que esperan demostración o su refutación definitiva).
La propuesta amerindia defendida por Portilla y la del occidente que hemos expuesto podrían complementarse. Después de todo Sinaloa –el lugar más norteño del presunto dominio Aztateca- no está muy lejano de la esfera de influencia de los Indios Pueblo, culturas que estaban relacionadas por lazos comerciales. Quizá la historia de la peregrinación amalgamó diferentes puntos de una amplia región norteña. Lo cierto es que los mexicas pudieron venir de cualquier lugar de la llamada “Gran Chichimeca” –la frontera más allá de los ríos Sinaloa, Santiago, Lerma Moctezuma y Pánuco (o más burdamente: por encima del trópico de cáncer), región que los mexicas llamaban Chichimecatlalli; una región que abarcó desde la frontera mesoamericana hasta centros protourbanos como Anazasi y Paquimé (Casas Grandes) –en lugares tan lejanos como Durango, Chihuhua, Sonora, Arizona y nuevo México-. Regiones que se conectaban a Mesoamérica por fortalezas como Chalchihuites –Zacatecas-, al parecer, puesto de avanzada teotihuacano.
Es cierto, sin embargo, que decir que los Aztecas vinieron de allá es decir mucho y nada: hablamos de una enorme macrorregión -valga la redundancia- que tuvo constantes vínculos entre sí (aunque de menor intensidad que las propias de Mesoamérica) en virtud del intercambio de minerales como la turquesa y la sal, comercio que conectaba a esta inmensa región norteña con las altas culturas mesoamericanas, una región emparentada por lengua y cultura.29 En virtud de estas conexiones comerciales – venas donde viajan también tradiciones- no sería extraño si se descubriera que todas las teorías sobre el origen de Aztlán tienen algo de verdad, que los mexicas sintetizaron en el mito diversas tradiciones de regiones interconectadas.
Sea como fuere, futuros descubrimientos arqueológicos arrojarán luz y quizá debelarán al Aztlán histórico.
El águila y la serpiente, símbolo de dominio
Alvarado Tezozómoc –como otras fuentes- relata que el hijo de Malinalxóchitl, Copil, quiso cobrar venganza de que los mexicas abandonaran a su madre para seguir su éxodo sin ella–el abandono se da en Malinalco (de ahí el nombre del lugar), representa una escisión tribal- Copil se enfrenta con su tío el dios Huitzilopochtli en Chapultepec; Copil es derrotado y sacrificado, su corazón es arrojado al lago30–según Diego Durán de aquí saldría el nombre de Copilco (Acopilco-que quiere decir el “agua de Copil”)-. El corazón de Copil se convertirá en una piedra y de ella crecerá el tunal donde se posará el águila devorando una serpiente –o un pájaro en otras fuentes-, la señal que a los mexicas les había dado su dios guerrero Huitzilopochtli, para construir su ciudad sagrada, en su “tierra prometida”.
Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme.
Sin embargo, la simbología del águila y el nopal fue construida posteriormente para justificar el dominio que esta tribu logrará sobre no menos de 30 señoríos que a su arribo a la Cuenca de México ya ocupaban el entorno lacustre. Fue el cuarto tlatoani, Izcóatl quien en 1428 mandó reescribir la épica historia de la peregrinación como si fuera parte del destino mandatado por su dios guerrero, con el objetivo de servir como un medio de propaganda imperial. Así en el Teocalli de la Guerra Sagrada –monolito que fue mandado a hacer en 1507- se observa en su parte posterior a un águila posada sobre un nopal sosteniendo en su pico el símbolo de la guerra: “atl tlachinolli” (significa “agua-hoguera”, o sea la lucha de los opuestos en el contexto de guerra). La simbología es clara: el dios solar –Huitzilopochtli- representado como un águila –símbolo sagrado- dominando mediante la guerra a todos los pueblos circundantes: los devora por medio del sacrificio e incluso el canibalismo ritual (la imagen podría ser más literal de lo que normalmente se cree) y –sobre todo- por medio del tributo. Pero la elección de la isla que los mexicas ocuparán no tuvo que ver nada con un designio divino, sino con la voluntad del señor de Azcapotzalco: Tezozomoc, quien imperaba en la región cuando los mexicas imploraron por un lugar para asentarse –se sometieron adhiriendo su linaje a Tezozomoc- Éste “decide darles ese espacio [señala Matos Moctezuma] para tener un pueblo [más] sujeto a él que le fuera de ayuda durante sus guerras de expansión y que también le pagara tributo, esa es la verdadera causa de por qué se van a asentar en esos islotes, ya después los mexicas van a crear esta imagen del águila […]”31 Es decir, la imagen expresaría la supremacía del Dios de la guerra, lo masculino y el Sol -asociado al águila- que “devora”, mediante tributos y sacrificios rituales, a otros grupos agricultores -simbolizados por la serpiente, deidad terrestre, asociada a la fertilidad y a lo femenino-.
La épica peregrinación mexica fue, en síntesis, uno más de los éxodos y reacomodos de poder del posclásico; la leyenda de la tierra prometida, el águila, la serpiente y el nopal no serán sino la simbología de una tribu que se convertirá en imperio, elementos de una ideología construida sobre experiencias reales mistificadas –en medio camino entre la fábula y la verdad histórica-, cuyo objetivo será justificar el dominio de la última gran civilización mesoamericana. En forma codificada el mito expresa la caída de Tula, la lucha entre pueblos nómadas e imperios, la escisión tribal, la sustitución de deidades predominantemente femeninas y agrícolas por otras predominantemente guerreras y tributarias.
En fin, el símbolo impreso en la bandera mexicana dice mucho más de lo que se aprecia a simple vista, oculto en este símbolo están las características principales –la guerra y el tributo- de las grandes civilizaciones mesoamericanas, aunque sobre ese significado se le hayan sobrepuesto otros propios de la actualidad.
1Citado en: Miguel León-Portilla, De Teotihuacán a los aztecas, México, UNAM, 2017, pp. 182-183.
2Duran, Diego; Historia de la indias de la Nueva España e islas de tierra firme, Tomo I, México, CONACULTA, 2002, p. 65.
3Diamond, Jared; Colapso, México, Random House Mondadori, 2007, p. 235.
4López Austin, Alfredo; López Luján, Leonardo, El pasado Indígena, México, FCE, 2014, p. 173.
5Escalante Gonzalbo, Pablo; “El Posclásico en Mesoamérica”, en: Nueva Historia general de México, México, Colmex, 2014, p. 119.
6Cf. Torquemada, Monarquía indiana, selección, introducción y notas por León Portilla,México, UNAM, 1964, p. 18.
7Amos Segala, Literatura náhuatl, fuentes, identidades, representaciones, México, Grijalbo, 1990, p. 47.
9Matos Moctezuma, Eduardo, El templo Mayor, crónicas del siglo XVI, México, Asociación nacional de librero de México, 1981, p. 25.
10León Portilla, “Aztlán: ruta de venida y de regreso”, Letras Libres: http://www.letraslibres.com/revista/convivio/aztlan-ruta-de-venida-y-de-regreso.
12 Cf. Expedición Azteca, Capítulo I, documental de History Chanel.
13Levin Rojo, Danna Alexandra; “Las Siete ciudades de Cíbola”, en Arqueología mexicana, Vol XII, num. 67, mayo-junio 2004, p. 51.
14Felix Báez, Jorge; “Mitología y simbolismo de la vagina dentada”, en: Arqueología mexicana, vol. XVIII, num. 104, julio-agosto 2010, pp. 51- 55.
15Citado en: Levin Rojo, Danna Alexandra; “Las Siete ciudades de Cíbola”, en Arqueología mexicana, Vol XII, num. 67, mayo-junio 2004, p. 53.
16En sus Relaciones de la Nueva España Chicomóztoc se nombra como “Chicomorto” pero correctamente traduce como “Siete cuevas”. Op. cit. p. 11.
17Toribio de Benavente (Motolinia), Relaciones de la Nueva España, México, UNAM, 1956, pp. 17-18.
18Levin Rojo, Danna Alexandra; “Las Siete ciudades de Cíbola”, en Arqueología mexicana, Vol XII, num. 67, mayo-junio 2004, p. 51.
19Levin Rojo, Danna Alexandra; “Las Siete ciudades de Cíbola”, en Arqueología mexicana, Vol XII, num. 67, mayo-junio 2004, p. 54.
20López Austin, Alfredo; López Luján, Leonardo; El pasado indígena, México, CFE, 2014, p. 143.
21López de Gomara, Francisco; La conquista de México, Madrid, Historia 16, 1987. p. 424.
22Crónica mexicayotl, México, Imprenta universitaria, 1949, pp. 27.
23Recordemos que Gomara nuca cruzó el Atlántico pero escribió sus relatos con valiosos testimonios tanto de Cortés como de otros invasores –por lo que su obra no se debe desdeñar-.
24Citado en: Jáuregui, Jesús; “Mexcaltitán-Azatlán Un Nuevo Mito”, Arqueología Mexicana, Vol. XII-núm. 67, mayo-junio de 2004, p. 59.
Compartimos denuncia de trabajadores del plantel Cármen Serdán, perteneciente al Instituto de Educación Media Superior del DF (IEMS), por el despido injustificado de la compañera Guadalupe Avellaneda Viveros de 87 años de edad quien trabajaba como empleada de intendencia bajo el infame modelo de explotación “outsourcing”, por dos mil pesos al mes. Esta nueva forma de esclavitud moderna es un negocio millonario pues el gobierno entrega a particulares -vinculados con los funcionarios públicos- unos 26 millones de pesos (tan sólo en lo que se refiere al IEMS)- de los que sólo invierte 9 millones en concepto de salarios. Se trata de empresas fantasmas -el “San Quintín” de Mancera- que pagan sueldos miserables. Este despido se suma a las 60 compañeras de intendencia que fueron despedidas por el gobierno de Mancera -en contubernio con la dirección central del IEMS- por exigir sus derechos y luchar por su basificación. Las compañeras llevan ya más de dos años en plantón permanente a las afueras del plantel Iztapalapa II. Hacemos un llamado a la solidaridad y a sumarnos a la exigencia para que termine la esclavitud de las trabajadoras de intendencia en el IEMS y en el Gobierno de la Ciudad de México que se presume -sin sustento alguno- de progresista y respetuoso de los derechos de la mujer.
Este miércoles 31 de enero el Comité de Huelga del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) acordó, por una abrumadora mayoría (63 delegados a favor, 12 en contra y 4 abstenciones) proponer el estallido de la huelga, la cual se pondrá a debate en todas las áreas de trabajo de las distintas unidades de la UAM.
Esta amenaza de huelga se desarrolla en el contexto en el que un grupo de universidades del país se han declarado insolventes e incluso algunas en quiebra. Esto es producto del saqueo de este gobierno corrupto y privatizador, pero también refleja esa ofensiva general en contra la clase obrera buscando que los trabajadores paguemos los platos rotos de su mala administración. La UAM no está en ese grupo de universidades mencionadas, sin embargo año tras año se ha atacado las prestaciones laborales conseguidas con importantes luchas. El SITUAM no plantea privilegios para sus agremiados sino simplemente la defensa de derechos. Lo que la rectoría busca es continuar en esa línea de ataque, lo cual tendría como inevitable resultado un deterioro de la calidad educativa de esta importante Universidad, siendo los estudiantes de ahora y del futuro los más perjudicados.
Pensamos que frente a la ofensiva de las autoridades de la UAM no queda otra opción que estallar la huelga. Pensamos que el SITUAM debe convertirse en ejemplo para el sindicalismo y para la clase obrera a nivel general, que sufre ataques similares. Hay una propuesta de impulsar un paro nacional, la lucha del SITUAM debe ayudar a avanzar en ese camino. Pensamos que el SITUAM internamente debe llamar a la unidad de la comunidad, especialmente de los estudiantes, explicando las causas de la lucha y escuchando sus demandas para luchar juntos por ellas que van desde la mejora de la calidad educativa hasta problemas sociales con los que se tiene que liderar como la fuerte ola de asaltos en el transporte público que están viviendo los estudiantes de la UAM Iztapalapa.
Para comprender mejor las causas de la huelga, presentamos un listado, elaborado por Guillermo Rosas, de la comisión negociadora por la unidad Azcapotzalco del SITUAM, donde se señala con claridad la pírrica propuesta de las autoridades de la UAM frente a las demandas de los trabajadores.
¿Qué ofrecen las autoridades de la UAM?
Para aguinaldo la respuesta de la UAM es de cero pesos a esta prestación.
Por compensación por antigüedad la respuesta de la UAM es de cero pesos.
Reconocimiento económico por antigüedad la respuesta de la UAM es de cero pesos.
Prima vacacional la respuesta de la UAM es de cero pesos.
Despensa mensual sube $74.64.
Despensa en especie $15.145 cada quincena.
Vale anual antes de vacaciones sube $53.88.
Apoyo alimentario sube $6.23 cada quincena.
Ayuda familiar sube $11.31 cada quincena.
Ayuda integral a la familia sube $14.05 cada quincena.
Vale anual libros solo académicos sube $91.80.
Ayuda mensual para estudios de maestría sube $98 para solo 250 personas.
Cómo dato desde 2009 a 2017 la partida 1000, que tiene que ver con apoyos y estímulos a mandos medios y superiores, la UAM ha destinado 1,581,577,000 de los cuales sólo en 2017 la UAM se gastó 206,854,000 millones.
Hay un paquete de plazas, que después del análisis, concluimos que estas son de cambio de adscripción que en su mayoría el sindicato ha rechazado a lo largo de su historia por no estar aprobadas por la base trabajadora. Hay otras plazas que no tienen en qué horario se cubrirían mientras que las de nueva creación no tienen problemas y en las de la TAUAM se buscará eliminar el párrafo dos del acuerdo.
Y a las violaciones la UAM quiere que se revisen solamente particularidades pues para ellos no han violentado nada.