Escrito por: Mayren Padilla, Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico – Juventudes Marxistas
El grupo que se denomina Asamblea General Politécnica ha sacado un comunicado donde menciona a nuestra organización, aunque su influencia es mínima en el movimiento estudiantil es muy ruidosa en los medios de comunicación reaccionarios como Televisa y el periódico Milenio que es el único punto de apoyo que les queda tras haber sido cómplices de la política autoritaria del exDirector del IPN General Enrique Fernández Fassnacht, queremos aprovechar el incidente para exponer nuevamente nuestros postulados como organización estudiantil, cuya tradición se remonta al movimiento estudiantil de 1968. Este año cumpliremos 50 años de actividad interrumpida.
Actualmente los jóvenes estudiantes y/o trabajadores, incluso jóvenes sin ocupación, somos el sector más vulnerable de la sociedad, los diferentes caminos que tomemos estarán influenciados por las políticas de los gobiernos que sirven a los intereses de la burguesía.
Los informes de este gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto, juran y perjuran que es el sexenio del empleo y que los salarios han aumentado, sin embargo los informes no detallan la situación real de estos empleos “creados” los cuales la mayoría rindan entre uno o dos salarios mínimos.
Otra situación que se ha encrudecido es la del desempleo, las cifras son una alerta roja en personas con estudios de nivel medio superior o superior, jóvenes en edad productiva que deberían estar desempeñándose como profesionistas en el ámbito laboral. En este sector, en el año 2000 la tasa de desempleo era del 30%, en el 2017 aumentó a un 47%. La precarización del sector laboral es producto de la demanda de las grandes empresas con trabajadores menos paga, jornadas laborales mayores y por ende mayor ganancia para los empresarios.
Además no se han construido puentes entre el sector educativo y el laboral que puedan garantizar el desarrollo de profesionistas y así el desarrollo productivo del país. Las posibles vías que en años de auge económico existieron fueron demolidas por la política de privatización, que la inversión extranjera y nacional de los grandes empresarios y banqueros han utilizado para seguir enriqueciéndose sin importar las condiciones de vida la mayoría.
La política educativa ha estado influenciada por la idea de la mercantilización de la educación, para perfilarla como creadora de hombres y mujeres que utilicen su saber no para resolver los retos y problemáticas a las que se enfrenta la sociedad, sino para satisfacer la sed de ganancia de los grandes empresarios.
La problemática que se vive fuera de las paredes de las escuelas nos afecta directamente como estudiantes, no vivimos en una burbuja aislados de la sociedad.
Los estudiantes organizados del IPN a lo largo de la historia han intentado vincular el movimiento estudiantil con el movimiento social popular ante los embates del Estado. Para librar estas luchas debemos construir organizaciones políticas democráticas y revolucionarias, independientes al gobierno, a las autoridades, a las instituciones y a los patrones.
La historia de lucha del IPN
A 6 años de la fundación del Instituto Politécnico Nacional, en el año de 1942, los estudiantes hijos de trabajadores y campesinos, salen a las calles con la demanda de proclamar la Ley Orgánica que garantizara la educación social, al servicio del pueblo, el reconocimiento de la profesionalización y por la mejora en las condiciones materiales del instituto. La Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), en su momento jugó un papel organizador, democrático y de vínculo con el pueblo, logró una victoria para lo que sería la primera huelga en el IPN, gracias a esta se cumplió la consigna larga vida al Politécnico.
Nuevamente en 1956 los estudiantes politécnicos se organizarían para la proclamación de la Ley Orgánica, aumento al presupuesto, resolver demandas particulares de los estudiantes como atención al internado, mejoras académicas y por la renuncia del Director General.
Esta huelga termina con la ocupación militar de una parte de las instalaciones y la desaparición de ese centro organizativo, social, cultural y político que era el internado. A lo largo de la historia del IPN, ha existido una agresión constante por parte del Estado hacia el proyecto que le dio origen: ser el baluarte de la educación tecnológica del país y brindarle educación a los hijos de la clase trabajadora.
Los dirigentes combativos de la FNET fueron encarcelados, fue infiltrada por el PRI, y sus dirigentes se convirtieron en burócratas serviles y corruptos, al servicio de las autoridades y el Estado; no es la primera vez que sucede esto en la historia del movimiento estudiantil.
A 50 años del glorioso movimiento estudiantil de 1968 seguimos sacando las mejores lecciones para la participación y organización de los estudiantes, los cuales si nos unimos masivamente y nos vinculamos con el pueblo trabajador podemos provocar grandes cambios sociales, así también salen a relucir los métodos del gobierno para resolver las demandas del pueblo: con violencia, militarizando las escuelas, despareciendo y matando estudiantes. Una práctica que hasta nuestras fechas se mantienen.
Ante la combatividad de los estudiantes del Politécnico el Estado ha intentado cooptar dirigentes estudiantiles, o crear grupos de choque para dividirnos y evitar nuestra organización, como han sido los grupos porriles y organizaciones estudiantiles oficiales o semi oficiales. Sin embargo, en la historia del IPN también existen luchas que le han hecho frente a estas medidas de control, como la desarrollada en 1987, con la que se logró expulsar a los grupos de choque y porros de las escuelas de Zacatenco, mediante una huelga estudiantil.
Como jóvenes estudiantes y/o trabajadores tenemos un gran reto para combatir las barreras que el gobierno y la clase dominante nos ha puesto para estudiar y trabajar.
Tenemos que organizarnos, construir una organización estudiantil permanente y combativa que levante las demandas más sentidas de los estudiantes y del movimiento social, pero que haga un trabajo de concientización permanente en las escuelas para explicar la necesidad de luchar también contra el Estado y el actual sistema político y económico que ofrece un futuro incierto a la mayoría de los jóvenes y estudiantes.
Concientizarnos y organizarnos nos abre un camino de lucha contra las autoridades institucionales y del Estado quienes creen que la educación debe ser un privilegio.
Debemos continuar con la bandera de la defensa de la educación pública y gratuita, científica y popular para los hijos del pueblo trabajador.
En septiembre del 2014 se desata una masiva lucha en el IPN contra la imposición de un Reglamento Interno que atentaba contra los derechos de los estudiantes, derivado de la visión de la mal llamada “Reforma Educativa”, implementada por el gobierno de Peña Nieto.
Además se aprobaban cambios en los planes y programas de estudio que rebajaban el nivel científico y técnico a un estudio muy básico, inútil para la profesionalización de los estudiantes pero muy útiles para el mercado laboral que desean las empresas privadas, en las manifestaciones fue recurrente la consigna: No quiero ser mano de obra barata y calificada.
El elemento fundamental fue la participación masiva de los estudiantes en todas las escuelas, la huelga no la hicieron cuatro o cinco personajes, sino miles, que anteriormente se habían abstenido de participar, pero la ofensiva contra la educación pública y el proyecto del IPN los llevó a organizarse, realizar asambleas, realizar las acciones directas como el cierre de instalaciones y salir a las calles.
Así durante tres meses de lucha se emprendían asambleas en todas las escuelas de las cuales se desprendía la Asamblea General Politécnica (AGP) el órgano máximo de coordinación del movimiento. En la AGP del 2014 veíamos una estructura sostenida por las bases estudiantiles, donde se discutían las propuestas de las 44 escuelas de nivel medio superior y superior del IPN, incluso las escuelas de Hidalgo, Guanajuato y Zacatecas se sumaron al movimiento y participaron.
La movilización de los estudiantes logró paralizar las calles en la ciudad, sacar de la comodidad de sus oficinas a los representantes del gobierno federal y exigirles solución a las demandas de movimiento, también nos solidarizamos con la demanda de la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, fuimos parte del grito multitudinario de #FueElEstado y #FueraPeña.
A pesar de sus vicisitudes, con todas las contradicciones y limitantes, falta de experiencia política y organizativa de algunos voceros (debemos entender que para muchos de ellos era su primera experiencia de lucha) la AGP era un organismo representativo y democrático, la cual la defendimos de los ataques rabiosos de los intelectuales del régimen y periodistas de derecha (en los mismos que ahora se refugian los que ostentan el nombre de la AGP).
En diciembre del 2014 se levantó la huelga, el reglamento se echó para atrás, la exDirectora renunció, se paró momentáneamente el desmantelamiento de los planes y programas de estudio, y surgió la propuesta de un Congreso Politécnico.
2015 fue un año duro pues teníamos que concluir tres periodos escolares y además las asambleas generales politécnicas seguían, pues era necesario darle seguimiento a la lucha y los acuerdos.
Las asambleas por escuela no continuaban, pero una de las grandes victorias del movimiento fue la conformación de comités estudiantiles, donde los activistas más comprometidos que participaron en la huelga deciden organizarse para continuar la lucha.
Y fueron estos compañeros, ahora activistas en el movimiento estudiantil mantiene el funcionamiento de la AGP, sin embargo no existían lineamientos, ni principios democráticos que pudieran mantenerla, la participación era significativa pero ya no jugaba un papel de coordinación, ya que el movimiento vivía una temporada natural y temporal de reflujo, después de la gran lucha del 2014.
Bajo el argumento de darle seguimiento a los acuerdos del movimiento del 2014, en ese año se estableció una mesa llamada 5×5 donde 5 integrantes de la AGP se reunían con 5 integrantes de la administración central, encabezada por Fassnacht.
Ya no existía una presión del estudiantado, con asambleas por escuela, la formación de los comités estudiantiles era muy embrionaria y la falta de perspectivas políticas dejo un vacío que utilizó la administración de Enrique Fernández Fassnacht. Aunado a eso muchos voceros del 2014 comenzaron a egresar, la asistencia a las reuniones semanales de la AGP comenzó a verse reducida.
Estos 5 representantes de la AGP, de la mesa 5×5 cayeron producto de las presiones de la dinámica de las autoridades, no había control democrático de esas reuniones, ni información certera de lo que ahí ocurría.
Un punto de ruptura fue la huelga de las Vocacionales, donde los compañeros de nivel medio superior exigían ir más allá en la lucha, frenar a la administración de Fassancht, involucrarse en la lucha contra la Reforma Educativa del gobierno de Peña, algunos de los activistas del nivel superior, vínculados a la mesa 5×5 funcionaron como apagafuegos y hasta cierto punto como elemento de protección de las autoridades del IPN.
Mientras un sector de la comunidad resistía los ataques violentos con los que la autoridad pretendía resolver las contradicciones a lo interno del IPN, mediante despidos injustificados de trabajadores y profesores, expulsiones a estudiantes, persecución, actas; (hubo más de 60 demandas penales a quienes participamos en el movimiento democrático). Este pequeño grupo que se fue enquistando en la mesa 5×5 estuvo tanto tiempo tan cerca de las autoridades y tan lejos de la comunidad estudiantil que ante los hechos que mencionamos, brillaron por su ausencia en las iniciativas de lucha estudiantil que surgieron, incluso aprobaron iniciativas de la Dirección General que violentaban los derechos de los trabajadores.
Durante el 2017 y en lo que va del 2018 han mostrado por completo su verdadera cara, de degeneración política estudiantil, primero defendieron a los funcionarios de la administración de Fassnacht, ahora con tal de recuperar las mesas 5×5 que a nadie de la comunidad politécnica benefician, se hacen valer de las demandas sentidas de estudiantes que quieren su cambio de carrera y que el instituto no les ha ofrecido una alternativa para poder desarrollarse en el ramo que desean.
El proceso de degeneración de la AGP, debe llevarnos a sacar lecciones del movimiento para construir la organización estudiantil que necesitamos en el IPN. La lección no debe ser: no debemos organizarnos, la lección debería enforcarse a organizarnos con ideas y métodos adecuados, escarbar en la historia y retomar algunos postulados.
Rescatando principios y nuestra historia
La independencia financiera, política e ideológica de las organizaciones estudiantiles del Estado, del gobierno y sus instituciones fue algo que se debatió ya hace mucho tiempo, pero que debemos volver a ello. Fue un duro proceso para separarse de la tutela del Estado y sus gobiernos, el cual no debemos olvidar.
En 1963 en el estado de Morelia, estudiantes de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED) se reunían ante la necesidad de los estudiantes para defender sus reivindicaciones inmediatas, trazar los lineamientos necesarios para dar esta lucha de los estudiantes con pueblo organizado y pugnar por una organización estudiantil independiente del Estado y las autoridades educativas ya que durante la década de los 50s y 40s una buena parte de las Federaciones Estudiantiles estaban controladas por el Estado.
A continuación citaremos un fragmento del punto número tres del manifiesto redactado de aquel encuentro, que se le conoció como la Declaración de Morelia:
¡Por la unidad y organización independiente del estudiantado democrático y revolucionario!
Las autoridades gubernamentales y universitarias, al servicio de los explotadores y opresores de nuestro pueblo, utilizan la demagogia, la corrupción y el soborno con todos los medios a su alcance, para dividir a los estudiantes y frenar su lucha por sus más auténticas demandas.(…) Los estudiantes de México, ante tal situación, necesitan un instrumento de lucha independiente, que garantice la defensa de sus derechos y la consecución de sus objetivos; necesitan de un organismo propio que encuentre en su independencia frente al gobierno la premisa básica de su existencia. Las organizaciones obreras, estudiantiles y campesinas que controla el gobierno, son precisamente antiobreras, anticampesinas y antiestudiantiles. (…)Las Razones antes expuestas y las propias experiencias del movimiento estudiantil nacional demuestran que solamente con la independencia frente al gobierno es posible luchar por nuestras reivindicaciones. Es necesario el conocimiento cabal y profundo de los problemas que nos afectan para lograr la participación activa y consciente de los estudiantes democráticos, por sus demandas más urgentes. La única forma efectiva de lucha es la de formar un solo frente, pues la experiencia demuestra que cuando los estudiantes no hemos estado unidos, las fuerzas enemigas nos han derrotado. La unidad del movimiento estudiantil es la condición fundamental para alcanzar el triunfo. Una organización amplia y representativa, basada en la democracia interna, es el objetivo que nos plantea ahora la realidad.
Los estudiantes que nos organizamos en el Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico (CLEP) y las Juventudes Marxistas, retomamos esos principios y creemos firmemente en la construcción de una organización estudiantil revolucionaria permanente, con un vínculo con las bases estudiantiles y ligada al movimiento del pueblo y los trabajadores, que trascienda las barreras de una escuela o de una universidad planteándose la perspectiva de tener un carácter nacional.
La necesidad de mantener una organización permanente no es la única tarea del movimiento estudiantil.
Nos basamos en la Línea Política de los Comités de Lucha, que fue escrita en la década de los 70´s y complementada una década después, enriquecida por la experiencia de 50 años de lucha y organización. Que fue plasmada en la declaración de principios de nuestra organización:
Por eso declaramos que ante los embates actuales de este sistema en crisis.
- Discrepamos radicalmente del actual carácter de la educación en nuestro país, porque a pesar de estar sustentada materialmente en el pueblo trabajador, este no beneficia en modo alguno. Solo está sirviendo para perpetuar los privilegios y las diferencias entre el pueblo y una elite minoritaria.
- Estamos en contra de los planes de estudios que promuevan un tipo de enseñanza que desvincula el proceso educativo de la realidad social, que instrumenta una enseñanza memorista y repetitiva e impide la formación de entes sociales críticos.
- Pugnamos y luchamos por la transformación del actual carácter de la educación, es decir la orientación actual de sus contenidos. Entendemos el proceso educativo como la formación de entes sociales humanizados y críticos, con un amplio acervo de conocimientos y con espíritu de servicio a las clases explotadas. El tiempo que los estudiantes dediquen a la escuela, tiene que hacer de ellos participantes de la lucha por liberarse de los explotadores.
Luchamos por una educación:
- Pública y gratuita. Por qué la educación pública que se imparte tenga un carácter gratuito, que no se restrinja el derecho ni la libertad de elegir y hacer la profesión que se quiera. Apoyando la demanda de quienes carecen de recursos económicos para tener acceso a la educación.
- Democrática. Una educación cuyos contenidos y orientación se encuentren determinados por sus actores directos. Por la participación de la comunidad en la toma de decisiones sobre todos los aspectos que involucre la escuela. Por la creación de órganos verdaderamente representativos y por la participación amplia de la comunidad dentro y fuera de las instancias formales.
- Científica y vinculada con la realidad social. Que los conocimientos que se impartan tengan su fundamento en la práctica y el desarrollo científico y que respondan a las necesidades del desarrollo y transformación social.
- Que este ajena a toda tendencia religiosa.
- Que establezca una clara independencia ideológica, política y en todos los aspectos del imperialismo.
Para cumplir con nuestros objetivos buscamos sustituir la acción individual, voluntarista pero desorganizada por una acción colectiva y la unión de un mismo programa de todos los estudiantes, terminando con el aislamiento de sus luchas. Buscamos la construcción de una organización amplia, democrática, permanente y estable del movimiento estudiantil.
En el último periodo nos hemos organizado con estudiantes y jóvenes de otras escuelas y universidades para lanzar la plataforma Juventudes Marxistas, con la finalidad de crear una organización de lucha que rebase las barreras de las universidades, defienda los derechos de la juventud y los estudiantes, que se vincule con las luchas sociales y aspire a la transformación de la sociedad.
Invitamos a los estudiantes interesados en luchar y organizarse a discutir ampliamente y democráticamente estas ideas, encuéntranos en el edificio 4 de la ESIME Zacatenco, segundo piso, asiste a nuestras reuniones semanales, y crea un comité estudiantil en tu escuela o llámanos al 55-8561-3576.
¡Viva la lucha estudiantil democrática y revolucionaria!
¡Viva los estudiantes que han dado su vida por liberar de toda opresión al pueblo trabajador!
¡Viva el movimiento estudiantil de 1968, A 50 años!
¡UNIDOS Y ORGANIZADOS VENCEREMOS!