Una nueva Nakba no es sólo un sueño de la extrema derecha israelí, sino que también sería una oportunidad rentable para el «libre mercado». Varias empresas occidentales están especulando en los territorios palestinos ocupados, y los bancos lo han promovido con más de 300.000 millones de dólares en inversiones y acciones ya vinculadas a los territorios.
Un reciente reportaje de Giulia Bosetti para Spotlight, RaiNews24 [el canal de noticias de la televisión estatal italiana], reveló cómo la ocupación de Gaza no es sólo un plan de un puñado de sionistas, como ponen de relieve los eslóganes de Daniella Weiss, presidenta de la organización de colonos Nahala («¡Dios nos dio la tierra de Israel!»), o de Belazel Smotrich, ministro de Finanzas israelí («¡Sin asentamientos no hay seguridad!»). De hecho, hay intereses económicos específicos de grupos capitalistas que van de la mano de la política imperialista de Israel.
Uno de los sectores más interesados es el de la construcción y el inmobiliario. En la página oficial de la agencia Harey Zarav se muestran imágenes de hipotéticas viviendas junto al mar sobre los escombros de la Franja de Gaza. Ya se han construido más de un millón de viviendas en terrenos ocupados y no parece haber límite hasta dónde llega su «sueño de llevar el libre mercado».
Como señala el informe, el «libre mercado» ya ha puesto un pie en Palestina. Un estudio de junio de 2023 del ACNUDH (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos) presenta una lista de 96 empresas israelíes y occidentales que participan en actividades comerciales en Cisjordania y Jerusalén Este.
Esta lista incluye servicios tan conocidos como TripAdvisor, Booking.com y AirBnB, que ofrecen en sus plataformas edificios arrebatados a los palestinos o construidos en terrenos ocupados, legitimando los abusos de Israel y beneficiándose de ellos. Los intentos superficiales de encubrir lo que están haciendo, como la declaración de AirBnB de que «donaremos los ingresos a obras benéficas», no logran ocultar el hecho de que son cómplices de verdaderos crímenes de guerra.
La guerra, como explicó Lenin, no deriva de la mera mala voluntad de los gobiernos, sino es una expresión de los intereses imperialistas de las clases dominantes.
Otro estudio presentado el pasado diciembre por la coalición «No compremos la ocupación» muestra que nada menos que 776 instituciones financieras participan económicamente en los asentamientos israelíes con un total aproximado de 160.000 millones de dólares en préstamos y otros 140.000 millones en acciones. En la primera posición por préstamos encontramos a BNP Paribas (22.190 millones de dólares), HSBC (14.210 millones de dólares), Deutsche Bank (13.230 millones de dólares) y, en décimo lugar, el banco italiano Unicredit (6.660 millones de dólares).
Todas estas maniobras financieras, llevadas a cabo a plena luz del día, nos demuestran una vez más que el sistema capitalista no tiene ninguna intención de salvaguardar al pueblo palestino, sino que no duda en beneficiarse incluso de la guerra y el exterminio.