Una generación que marcó el camino
El 68 mexicano significó un parte aguas en la historia del país, miles de jóvenes pusieron en jaque a un sistema despótico, explotador y autoritario, se echaron a la calle para cambiar su realidad. Fue una ola de la juventud empujada por las contradicciones sociales, la parálisis del llamado Estado de Bienestar y el aparato autoritario del priismo, los jóvenes fueron los primeros en salir a la lucha en este nuevo contexto, tomando las calles con movilizaciones masivas, parando escuelas y universidades, viviendo la represión en carne propia; se vivió la intransigencia de los gobiernos empresariales, se tuvo contacto con organizaciones políticas, se planteaban interrogantes políticas y teóricas contra el sistema capitalista, se organizaban contra un régimen imperialista, fue algo más que una reivindicación meramente estudiantil.
La lucha no era un terreno nuevo para la juventud de los 60’s, ayer como hoy es vital el análisis de las luchas que liberaron las generaciones anteriores y sacar las mejores lecciones.
Julio 1968
Un accidente puede ser el catalizador de todo un descontento generalizado, cosas aparentemente insignificantes pueden desatar las revoluciones sociales o grandes movimientos sociales, la necesidad de expresión y organización de la clase obrera o la juventud en ocasiones hace uso de algún accidente histórico, así sucedió con el inicio del movimiento estudiantil de 1968.
En “La Ciudadela” el 22 de julio se reportaba una pelea entre los grupos de la Vocacional 5 y 2 del Instituto Politécnico Nacional y la Preparatoria Isaac Ochoterana incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de México por el resultado de un partido de futbol americano, una situación que no tenía que pasar a mayores, terminó con la intromisión del cuerpo de granaderos. Al día siguiente la riña seguía, los grupos de las preparatorias fueron a apedrear la Vocacional 5, en esta ocasión los granaderos no intervinieron para diluir el conflicto pero el 24 de julio se vivió una ocupación policiaca de la Vocacional 2 y 5, golpeando a varios estudiantes y profesores.
Pareciera que estas simples rencillas entre porras estudiantiles, financiadas por el propio PRI y las autoridades universitarias para dividir a los estudiantes, fueron aprovechadas por “las fuerzas del orden” para desatar la represión, esta intromisión de las fuerzas del estado no era casual ya que era una política constante del gobierno priista de Díaz Ordaz.
La Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), organismo que durante muchos años controló la organización estudiantil en el Politécnico, convocó para el 26 de julio una manifestación para protestar en contra de la represión que habían sufrido los estudiantes y pedir la desocupación de Vocacional 2 y 5. La FNET ya era una organización degenerada, cooptada por el Estado y su dirigencia por lo tanto era controlada por el PRI; la movilización surge gracias a la presión del estudiantado.
Ese mismo día, paralelamente, la Central Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED), cuyos militantes estaban ligados al Partido Comunista Mexicano, convocó una movilización como acto conmemorativo al aniversario del asalto al Cuartel Moncada y el inició de la Revolución Cubana, a dicha movilización acuden algunos estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ambas movilizaciones se encuentran en el Hemiciclo a Juárez, la dirigencia de la FNET mostró una clara intención de desvincular las movilizaciones creando fricciones inexistentes para que los estudiantes politécnicos no se unieran al acto de la CNED, sin embargo unos 5 000 estudiantes al grito de “¡Zócalo!” se unen y marchan en conjunto sin diferencia alguna.
Un despliegue del cuerpo de granaderos comenzaba a inundar las calles del Centro Histórico para impedir la llegada de los estudiantes, la represión comenzó. Los granaderos usaron sus armas contra la juventud. Las persecuciones se dieron por todas la calles, hubo detenidos, muertos y desaparecidos. Ese mismo día la Dirección Federal de Seguridad y el servicio secreto ocuparían las oficinas del Partido Comunista Mexicano y los talleres donde imprimían su periódico, varios de sus miembros fueron aprehendidos. Al calor de ese acontecimiento comenzaba uno de los movimientos estudiantiles más enérgicos en la historia del país que el Estado combatió con una violencia y represión desproporcionada.
El 26 de julio se daba inició a este gran movimiento estudiantil que sacudió los cimientos del régimen autoritario priista.
El sábado 27 fueron ocupadas las Preparatorias 1, 2, 3 de la UNAM por los propios estudiantes como signo de protesta por la represión y el encarcelamiento de sus compañeros, el día anterior.
El 29 de julio fue un día de persecución policiaca, por la tarde fue disuelto un mitin que se iba a realizar en el zócalo y comenzaron los choques entre estudiantes y policías, la intervención de los granaderos se mantuvo hasta la madrugada del 30 de julio y el ejército intervino. Los militares con el disparo de una bazuca destruyeron la puerta de la Preparatoria 1, ocupando las Preparatorias 2, 3, 5 de la UNAM y la Vocacional 5 del IPN. Durante esos primeros días hubo mas de 1000 estudiantes detenidos, unos 400 heridos y 4 asesinados.
Durante los siguientes días la huelga estudiantil es votada masivamente en todas las escuelas del IPN, UNAM, la Universidad Autónoma de Chapingo, algunas universidades privadas y de provincia, hablábamos prácticamente de una huelga general de la educación media y superior.
El movimiento estudiantil entra en escena como un movimiento político por las libertades democráticas, la eliminación de los cuerpos granaderos y en contra de la política de violencia, opresión y autoritarismo del gobierno. Demandas que se mantuvieron durante el proceso de la huelga y la lucha.
La juventud en la lucha política
El movimiento estudiantil lejos de aspiraciones reivindicativas económicas o estudiantiles exigía demandas democráticas y políticas. El pliego de los 6 puntos lo mostraba; libertad de los presos políticos; extinción del cuerpo de granaderos, instrumentos de represión directa y no creación de órganos similares; indemnización a las familias de los muertos y heridos. Estas consignas pedían una apertura democrática y cuestionaban la existencia de una máquina de represión en el poder.
El movimiento fue en ascenso, las asambleas y los Comités de Huelga discutían el camino a seguir. En las escuelas de nivel medio superior: preparatorias y las vocacionales eran centros de agitación y discusión política donde estudiantes bastante jóvenes tomaban el futuro en sus manos.
Para los marxistas el movimiento estudiantil no constituye una capa homogénea, sino como plantea León Trotsky “refleja a toda potencia, tal como una caja de resonancia los intereses y aspiraciones sociales generales de las clases en las que es reclutado”. Siguiendo a Lenin podemos decir que “La división en clases, constituye, naturalmente, la base más profunda del agrupamiento político y, en resumidas cuentas, determina siempre sin duda dicho agrupamiento”. Es decir, el movimiento estudiantil es una capa heterogénea en la cual resuenan los intereses de clase de la cual provienen los diferentes sectores, los que a su vez determinan el agrupamiento político que se da en el seno del movimiento estudiantil.
Una parte importante de estudiantes provenientes de familias trabajadoras se expresó firmemente durante el movimiento de 1968, se incorporaron partir de la masificación de las universidades décadas anteriores y la entrada de estos estratos a la educación media y superior. Las brigadas estudiantiles a las zonas populares o los barrios obreros reflejaba un deseo de concientizar e informar a las pobladores de sus lugares de origen o los lugares donde sus familiares laboraban, esa oleada arrastró incluso a los sectores de la clase media de algunas universidades privadas.
La lucha iría adquiriendo importancia como sujeto político, logrando funcionar como una caja de resonancia de las contradicciones de la sociedad y sus luchas, funcionando como un catalizador y anticipo del proceso de lucha de clases. Una capa del estudiantado comprendió desde el comienzo que si se querían resolver las demandas del movimiento, se tenía que aliar con los trabajadores, pues el movimiento estudiantil tiene límites muy concretos.
El movimiento estudiantil apenas comenzaba y ya había sido una ola enorme que revolcaba el orden social autoritario preestablecido. Su inicio fue una gran sacudida para el régimen autoritario priista que parecía omnipotente y al parecer controlaba todos los poros de la sociedad, el movimiento demostró que no era así.