El surgimiento de las Escuelas Normales Rurales (ENR) se dio después de la revolución mexicana, específicamente en 1922. Su desarrollo se dio para transformar la vida de las comunidades rurales a través de la educación, cuyo objetivo principal fue formar maestros para que desempañaran sus funciones pedagógicas en el medio rural.
Para los años 30 se les cambió de nombre a Escuelas Regionales Campesinas (ERC) —aunque posteriormente se regresaría de nuevo a ENR— y con ello se cambiaron los objetivos, integrando actividades culturales, deportivas, educativas, económicas y de organización política en el marco de la reforma agraria. Los jóvenes entre 12 y 17 años se formaban con un plan de estudios de cuatro años en educación primaria, lo que posibilitó la formación de maestros rurales y técnicos agrícolas, así como técnicos en ganadería y de oficios en el campo. Asimismo, se les instruía sobre la Constitución para que pudieran defender a campesinos y obreros en las zonas en donde daban su instrucción.
A partir de 1934, tras la modificación del artículo tercero de la constitución, se estableció que la educación que impartiera el Estado seria socialista, por lo tanto, las ENR añadieron al plan de estudios algunas materias sobre materialismo histórico.
Posteriormente, el 18 de junio de 1935, en Roque, Guanajuato, en una asamblea estudiantil, se decidió que era necesaria una organización que defendiera los derechos de los estudiantes pertenecientes a las Normales Rurales a nivel nacional y se formó la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), como órgano que uniera a todas las Normales Rurales con el propósito de la formación política que permita comprender la realidad que se vive en el país, es decir, comprender que la sociedad está divida en clases, que hay regiones enormes con problemas de analfabetismo, y sobre todo para dar la lucha por mejorar las condiciones de trabajo de las escuelas, así como ampliar la educación a los hijos de campesinos y defender los derechos del pueblo.
En 1939, la SEP ya había abierto 36 escuelas en todo el país, aunque con condiciones que distaban de ser homogéneas entre las mismas. Los maestros, estudiantes y padres de familia fueron quienes mayormente proporcionaron, además de su trabajo, los materiales para la construcción de los salones, talleres y anexos, en pocas palabras fueron las comunidades las que construyeron las escuelas.
Entre 1941 y 1949, las escuelas normales rurales perdieron sus anexos, sus talleres, las tierras agropecuarias, por lo que los maestros y alumnos enfrentaban penurias por los bajos recursos que les proporcionaba la SEP. Para poner un ejemplo, no contaban con laboratorios y bibliotecas que son indispensables en su plan de estudios y que limitaban la formación de los estudiantes normalistas, pero en contraparte operaban comités de orientación y formación política e ideológica en donde se discutía a Marx, Lenin, al Che y se entrenaban en la oratoria.
A finales de los años cincuenta los estudios de la Normal se hicieron equivalentes al bachillerato, por lo que a las escuelas les dieron la oportunidad de que estos sectores ingresaran al servicio docente o continuar con sus estudios universitarios. Existían becas e internados que fueron oportunidades para estudiar, pero principalmente eran —y sigue siendo— un modo de sobrevivencia para los hijos de campesinos, que no hubieran podido estudiar sin esos recursos.
Ya para 1984, las escuelas normales elevan el nivel de estudios a nivel licenciatura, pero para 1990 las condiciones de las escuelas se diversificaron más por el crecimiento de los centros urbanos o aumento de estudiantes indígenas.
Por otra parte, la FECSM ha sido víctima de la represión del Estado, desde su fundación en 1935, después de 1968 y así hasta nuestros días, sin embargo, siguen de pie, ya que para ellos la lucha es la mejor forma de exigirle al gobierno que cumpla sus justas demandas.
A lo largo de su historia, las Normales Rurales han sido participes de varias luchas del pueblo mexicano. Se han enfrentado al gobierno en defensa de la educación pública, pero también a las promesas no cumplidas a los movimientos campesinos. También les tocaron los años de la revolución cubana y la lucha contra el autoritarismo del PRI.
Los egresados no sólo estaban capacitados en la enseñanza pedagógica sino también para la lucha social. Uno de los más importantes ejemplos es el de Othón Salazar (quien, entre sus estudios pasó por la normal de Oaxtepec y de Ayotzinapa), que encabezaría la gran lucha del Movimiento Revolucionario del Magisterio iniciado en 1956 que sería, junto al movimiento médico y ferrocarrilero, una de las grandes luchas que serían referencia para 1968. También, durante los años 60, algunos optarían por la vía armada para lograr el cambio.
Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos
Sin lugar a dudas, hay miles de maestros y maestras que se han formado y forjado en la Normales, muchos de ellos son los que han encabezado luchas por la defensa no sólo de la educación pública, sino que se han solidarizado con las luchas del pueblo e incluso se han vuelto sus defensores. No hay mejor ejemplo que Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas, ambos egresados de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, mejor conocida como la Normal Rural de Ayotzinapa. Ambos dirigentes de masas que por la represión se verían forzados a tomar las armas.
Genaro Vázquez nació en San Luis Acatlán, Guerrero, el 10 de junio de 1931. Ingresó a la Normal y a partir de 1950 ejerció su profesión en el mismo Estado. Fue militante del Movimiento Revolucionario del Magisterio y después del Movimiento de Liberación Nacional.
Desde temprana edad Genaro tuvo simpatía por las ideas revolucionarias, en 1959 formó parte de la Central Campesina Independiente (CCI) y de la Asociación Cívica Guerrerense (ACG), que luchó contra el represivo gobernador del Estado, general Raúl Caballero Aburto. Durante 1960, Genaro Vázquez encabezó la resistencia contra el gobernador, siendo aprehendido el 27 de abril y liberado el 12 de mayo siguiente; en junio realizó una caravana a la Ciudad de México y fue recibido por el presidente Adolfo López Mateos, ante quien denunció la falta de garantías constitucionales en el estado, el despojo de tierra a los campesinos, la represión por parte de pistoleros y policías, los fraudes electorales en algunos municipios y la corrupción del gobierno estatal. A su regreso a Guerrero fue detenido el 31 de octubre de 1960, acusado de injurias al gobernador y asociación delictuosa; pero el 7 de noviembre siguiente salió libre bajo fianza. Persistió en su lucha hasta lograr que el 4 de enero de 1961, se decretara la desaparición de poderes en Guerrero.
Motivado por el éxito logrado, en los años siguientes extendió su acción política a todo Guerrero y cuando la mayoría de las presidencias municipales fueron ocupadas por los “Cívicos”, se desencadenó la represión generalizada contra ellos y el 11 de noviembre de 1966, Vázquez Rojas fue detenido por la policía de Guerrero, a las puertas de la Central Campesina Independiente en la ciudad de México, conducido a Chilpancingo y consignado en Iguala.
En 1967, se reestructuró la ACG para transformarse en un “partido proletario de vanguardia en el combate político armado de las masas con una ideología revolucionaria marxista-leninista. Así se integró un Núcleo Armado Popular, compuesto por estudiantes, maestros y campesinos. El 22 de abril de 1968, Vázquez Rojas se fugó de la cárcel mediante una maniobra en la que se fingió enfermo y pidió que se le llevara a un dispensario médico; cuando se realizaba su traslado, un grupo del Núcleo Armado Popular al mando de Roque Salgado, por sorpresa, mató a sus custodios y todos huyeron hacia la sierra. A partir de entonces surgió la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria y sus Fuerzas Armadas, con una dirección Político-Militar Central cuyo Comandante en Jefe era el profesor Genaro Vázquez Rojas.
Lucio Cabañas, nació el 12 de diciembre de 1938 en El Porvenir, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Al ingresar a la Normal de Ayotzinapa, se convierte en líder estudiantil y posteriormente en el Secretario General de la FECSM en 1962. Obtiene el título de maestro rural e inicia su labor docente en Mezcaltepec, municipio de Atoyac. Ahí encabeza la protesta de los ejidatarios contra Silvicultora Industrial S. de R.L, que tala inmoderadamente los bosques sin dejar ningún beneficio a la comunidad; los madereros presionan al gobierno estatal y Cabañas es transferido a la escuela Modesto Alarcón de Atoyac, pero no se retira de la lucha agraria y funda la Delegación de la Central Campesina Independiente en esa región.
Participa con Genaro Vázquez en el Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM) encabezado por Othón Salazar, disidente del sindicalismo oficialista y en la Asociación Cívica Guerrerense (ACG) que provoca la caída de Raúl Caballero Aburto, gobernador de Guerrero. Asimismo, se acerca al Movimiento de Liberación Nacional y al Partido Comunista. Además, continúa asesorando y organizando la protesta campesina; trata de hacer comprender a la gente “que había maestros del pueblo que estamos dispuestos a orientar, no sólo en la educación, sino en su lucha como parte del pueblo; padres de familia, parte del pueblo contra todo el régimen, contra el gobierno, contra la clase rica”.
El 18 de mayo de 1967, en Atoyac, la Sociedad de Padres de Familia de la escuela primaria “Juan N. Álvarez» realiza un mitin en el que se pide la destitución de la directora de la escuela Julia Paco Pizá y de los maestros que la apoyan. Poco antes de las diez de la mañana, una comisión le solicita a Cabañas que funja como orador, porque el que iba a serlo no se prese4edntaría. Lucio acepta, pero cuando participa en el mitin, la policía judicial trata de impedirlo. Los agentes se abren paso entre la concentración de manifestantes para detener o eliminar a Lucio, hay forcejeos y disparos hacia la multitud. El resultado es de 11 muertos. Como se intenta culparlo de los acontecimientos, Cabañas se ve forzado a refugiarse en la sierra para defenderse de la persecución que busca eliminarlo.
A partir de esta fecha y durante los siguientes siete años, Lucio se mantiene en rebelión, lucha por la transformación de las condiciones de vida, opresión y miseria de los campesinos mediante la organización de los pueblos de la sierra del estado de Guerrero.
Funda el Partido de los Pobres y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento. La Brigada se instala a un costado del cerro «Las Patacuas» en la zona de «El Porvenir», en Atoyac de Álvarez. Al mismo tiempo, Cabañas recorre gran parte de la sierra tratando de consolidar en los ejidos y centros de población campesina formas organizativas que denomina «Comités de Autodefensa», o «Comités de Lucha».
El ataque al cuartel Madera y la Liga Comunista 23 de septiembre
En la zona norte del país, principalmente la vinculada a la minería y la ganadería, también se veía envuelta en las injusticias por parte de los caciques, obviamente bajo el auspicio de las autoridades.
En 1962, por invitación de los campesinos de la región, el profesor Arturo Gámiz llegó a impartir clases a un grupo de 85 niños al mineral de Dolores, Madera, un pueblo ubicado cerca de Sonora, en una de las zonas mineras más importante del estado de Chihuahua, que databa de la época colonial, inaccesible por falta de caminos adecuados y puentes y sin maestros desde hacía casi tres décadas.
A su llegada se encontró con múltiples injusticias. Los caciques de la región habían dinamitado la pila de agua del pueblo para usarla de corral para ganado, la escuela la habían convertido en caballeriza y se habían apropiado de la huerta comunal para engordar a sus animales, todo con permiso de la autoridad local.
Además, había otro gran problema que era el despojo de tierras, en tiempos del presidente Miguel Alemán se emitió un decreto que de la noche a la mañana convirtió a los campesinos y habitantes en “usurpadores”. Muchos fueron lanzados de sus viviendas, detenidos, torturados y asesinados por las corporaciones policiacas y guardias blancas contratadas los caciques de la región.
Ante esas injusticias y muchas más el 23 de septiembre de 1965, un grupo de maestros normalistas, estudiantes y campesinos de San Marcos, Zacatecas, y Salaices, Chihuahua, dirigidos por Arturo Gámiz García, Pablo Gómez Ramírez y Salomón Gaytán, y que conformaban el Grupo Popular Guerrillero de la Sierra (GPG), asaltaron el cuartel militar Madera, en Chihuahua.
De los 13 integrantes del GPG, murieron 8 en el ataque, los sobrevivientes del ataque se integrarían dos años después a otra organización armada de Tesopaco, Sonora, y fundarían el Movimiento 23 de septiembre (M-23) en honor de los hechos de Madera, al cual se sumarían después grupos clandestinos de toda la república para crear la “Liga Comunista 23 de septiembre”.
A esa organización, también se integrarían estudiantes y maestros tras la matanza que el gobierno federal cometió el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco. Por eso el ataque al cuartel Madera marcó el surgimiento de las guerrillas en la historia reciente de México y el gobierno a partir del asalto al cuartel se obsesionaron por cerrar las normales rurales denominadas por el gobierno de Gustavo Diaz Ordaz (1964-1970) como los años de la llamada “amenaza comunista”. Antes de la administración de Gustavo Diaz Ordaz había en México había 29 Normales Rurales, después de su administración solo quedaron 15.
Las Normales en la actualidad
Derivado de los acontecimientos ya mencionados, más los intentos de Genaro y Lucio por transformar la realidad de las comunidades más pobres en Guerrero, el gobierno va erradicando de una forma u otra a las Normales Rurales, recortándoles el presupuesto, dejándolas a su suerte o simplemente cerrándolas.
Para 2003, la SEP registraba 10 escuelas para varones, seis para mujeres y 4 mixtas. La planta docente fue cambiando y en algunas fue disminuyendo. Se cerró el internado de la escuela de Mactumatzá, Chiapas y se cancelaron las becas de los estudiantes. Cinco años después se cerró El Mexe, una de las escuelas más emblemáticas.
Los reclamos de los estudiantes por las malas condiciones de las escuelas, la insuficiencia y la cancelación de las becas, así como el aumento de la matricula se fueron incrementando, por lo que los normalistas se han visto en repetidas ocasiones a llevar acciones para visibilizar su problemática y que en serio el gobierno ponga manos a la obra, lo que ha llevado a que ciertos medios de comunicación los desprestigien por tomar casetas, autobuses o bloquear carreteras, pero no enfocándose que es el Estado quien corta los suministros de las escuelas, obligando a los estudiantes a realizar dichas acciones.
Sin embargo, las cosas no quedan solamente en el claro boicot hacia las Normales Rurales, los estudiantes han sido reprimidos una y otra vez, sobre todo en Chiapas, Michoacán, Puebla y Guerrero. Basta recordar que el 12 de diciembre de 2011 la policía mató a 2 estudiantes de Ayotzinapa cuando realizaban un bloqueo en la carretera del Sol en Guerrero, o uno de los más trágicos acontecimientos cuando los días 26 y 27 de septiembre el 2014 en Iguala, Guerrero, en donde asesinaron a varios normalistas y desaparecieron a 43.
Más recientemente se ha reprimido a los normalistas en Chiapas, Puebla (donde recientemente murieron dos compañeras en una protesta) y en Michoacán, tal pareciera que es una lucha a muerte contra quienes llevan la docencia un paso más allá y vinculan su labor docente con la lucha por la transformación de la sociedad.
La crisis del sistema capitalista se agudiza cada vez más y son los trabajadores, amas de casa, jóvenes, estudiantes, quienes siempre somos afectados, pero también está en nosotros movernos y luchar. Para ello necesitamos estar organizados para combatir unidos todas las injusticias, y no dar nunca más una lucha aislada.
¡No permitamos más abusos contra las Escuelas Normales Rurales!