Escrito por: Comité de Base Playa del Carmen
A raíz de las últimas imposiciones en MORENA, en el Estado de Quintana Roo, se ha visto una creciente ola de indignación entre la militancia de base y los seguidores del “Proyecto Alternativo de Nación” que impulsa nuestro partido. Aparte de la multiplicidad de factores y contradicciones que han limitado el desenvolvimiento efectivo del MORENA en nuestro territorio, la profunda insatisfacción y desconfianza de la gran mayoría se centra hoy principalmente en la ruptura de los principios éticos y políticos estatuidos en MORENA, producto de la corrupción de las estructuras de dirección que se ha producido en nuestro Estado, sobre todo, a partir del arribo del C. Luis Pech Varguez y de otros políticos afines.
En el año 2015, en que el señor Pech empezó a fungir como candidato y luego como delegado, con funciones de presidente y secretario general, la degeneración del movimiento-partido y la avalancha de imposiciones se han incrementado escandalosamente. Es un hecho comprobado que esta “dirigencia” está incluyendo, en posiciones de dirección y candidaturas estratégicas, a priístas de vieja calaña y políticos nefastos, identificados merecidamente en el deshonroso “muro de la ignominia”. Es lamentable, además, que estas imposiciones se hayan producido con el visto bueno de la C. Yeidckol Polenski. Entre estos cabe destacar a Juanita Alonso Marrufo, Marybel Villegas Canché y Jesús Pool Moo.
Esta problemática acuciante ya es del conocimiento del compañero Andrés Manuel López Obrador. Esperamos que pronto tome cartas en el asunto, así como toda la dirigencia nacional, en beneficio de la democracia interna del partido y de los intereses legítimos del pueblo, afectado por las políticas neoliberales impulsadas por esos mismos políticos que nos pretenden imponer una vez más.
Hemos estado al tanto de las imposiciones de políticos desprestigiados y de los correspondientes señalamientos realizados por las bases en casi todos los rincones de país. El problema es en todo el territorio nacional. Compartir su oportuna preocupación es más que una necesidad coyuntural un deber ético imperecedero, en honor a la verdad. Por consiguiente, rechazamos la desconfianza mostrada por parte de algunos dirigentes de la cúpula nacional hacia los militantes más críticos del partido en la base. Consideramos que la negociación de cargos y candidaturas con políticos corruptos u oportunistas, por las razones que sean, es una estrategia completamente errónea, incongruente no solo con los principios de izquierda, sino con los valores éticos y morales más universales.
Ante esta situación, no es difícil anticipar que, aunque López Obrador llegue a la presidencia en las próximas elecciones presidenciales, la dirección general del “Proyecto Alternativo de Nación”, cualquier posibilidad de reforma o mejora social, se verá obstruida por estos elementos parasitarios que responden inequívocamente a intereses particulares y cuya filiación política-ideológica ha estado y estará siempre con la derecha política, reaccionaria y ultraconservadora. En cualquier caso, se producirá una desvinculación tácita entre el partido y las bases populares que lo han acompañado en la lucha social desde antes del primer fraude electoral del 2006.
También vemos con desconfianza a ciertos individuos del MORENA que ahora se manifiestan en contra de Pech, pero antes no vacilaban en acatar sus órdenes, a pesar de conocer su trayectoria política vinculada a la mafia priísta en el Estado. ¿Qué se puede pensar de los que permanecieron mudos ante las imposiciones que se efectuaron durante el proceso electoral del 2015? Tal vez tenían la ingenua ilusión de lograr un buen “hueso”. Sin embargo, no se puede dejar de reconocer que la causa que impulsa tanto a estos elementos oportunistas como a los militantes honestos es pertinente: la destitución inmediata de Pech y la revocación de toda la estructura integrada por sus designados y ungidos.
Desde la creación del MORENA, hemos insistido en que solo el pueblo puede salvar al pueblo. Pero le añadimos, el pueblo organizado y consciente de su situación concreta bajo una dirección política revolucionaria. Persistiremos en esa línea, trabajando en el partido y en cualquier organización social que esté abierta al debate y a nuevas prácticas desde las bases.
En la organización política, para la democratización de la toma de decisiones, creemos que debemos fortalecer la confianza en las bases populares y atrevernos a hacer cosas diferentes: externar nuestras opiniones, aprender a escuchar a los compañeros, fomentar los círculos de estudio, debate y reflexión, donde se aborde y analice científicamente la realidad nacional en estrecho vínculo con la internacional, donde se profundice en las cuestiones medulares del sistema económico capitalista, hoy por hoy dominante en el mundo entero.
No es un secreto que este sistema social se sostiene también a partir de actitudes y conductas antisociales que no hemos logrado erradicar de nuestro partido, y que ahora tristemente las vemos crecer en su interior como un cáncer incurable, tales como: el autoritarismo, el nepotismo, el arribismo, el oportunismo, la corrupción. En sentido general, vemos como en el modelo de democracia resultante de este sistema, lo que predomina es el menosprecio al pueblo, a la clase trabajadora en su conjunto, la cual, en estas circunstancias, no tiene posibilidades de una representación política consecuente, solo funge como muchedumbre votante. La falta de conciencia de clase, crítica, no nos permite identificar en cada discurso, en cada promesa de campaña, en cada acción política, los beneficios de una u otra clase, la realidad objetiva de una sociedad dividida en explotados y explotadores.
Por ello, nos suscribimos al comunicado de prensa del MORENA, realizado el 5 de noviembre, en la ciudad de Cancún, a nombre de los 11 municipios del Estado de Quintana Roo. Además, denunciamos que estamos en contra no solo de los perfiles enjuiciados en ese momento, sino de cualquier designación arbitraria de candidaturas o direcciones que no hayan sido elegidas y examinadas en una genuina asamblea de bases, plataforma que, a nuestro modesto modo de entender, es la forma más democrática donde se podrían discutir con objetividad tanto los problemas del partido como los sociales.
15 de noviembre de 2017