Escrito por: David García Colín Carrillo
“Saber observar la vida en su diversidad, en sus manifestaciones originales, encontrar en ella las notas consonantes con las impresiones vivas, ¿acaso no significa gozar de la vida? ¿Acaso puede el asceta saber de esto?” [Krupskaia]
A finales de agosto de 1893 Lenin se muda a San Petersburgo, con el pretexto de ejercer como abogado, pero en realidad se dirige al epicentro del movimiento obrero, a uno de las ciudades más importantes de Rusia. Lo hace en una década en donde se construyen nuevas fábricas y líneas de ferrocarril, y en donde el proletariado comienza a agitarse en las fábricas. Son cerca de cinco años de labor de propaganda y esporádica agitación. Krupskaia explica la importancia de este periodo: “No se trataba de acciones heroicas, sino de la manera de establecer un contacto estrecho con la masa, de acercarse a ella, aprender a expresar sus mejores aspiraciones, hacerse comprender por ella y arrastrarla tras de sí. Pero fue precisamente en ese periodo de actuación petersbuguesa que Vladimir Ilich forjó su personalidad de dirigente de la masa obrera”.1 Si en el periodo anterior, el joven Lenin se hace marxista, en los barrio obreros de San Peterburgo aprenderá el virtuoso arte de aterrizar la compleja teoría marxista y las aparentemente áridas estadísticas económicas a un lenguaje comprensible para cualquier obrero inteligente y, a su vez, enriquecer la teoría con una fina sensibilidad para con las condiciones y necesidades inmediatas de las masas.
En esta ciudad se integra y anima a varios círculos de trabajadores en los barrios Nevski y Vyborg. En sus conferencias destaca sobre todo por la manera en que hace participar a los obreros, a la manera “socrática” de preguntas y cuestionarios de los que aprende y sabe extraer conclusiones generales. Lenin sabe conectar, como muy pocos, la teoría con la vida del trabajador común. En estos círculos Lenin brilla por sus conocimientos, por las estadísticas que maneja y con las cuales suele aplastar a populistas destacados que parecían imbatibles. Es en uno de esos debates donde la Ojrana –policía política zarista- pone su ojo en este recién llegado. En un informe policial de fecha del 20 de enero de 1894 leemos: “un tal Ulianof (casi seguramente el hermano del Ulianof que fue ahorcado) lanzó un fogoso ataque contra el escritor V.V.”.2
Pero no sólo es la Ojrana la que pone sus ojos sobre Lenin a partir de esos debates y charlas. También la que será su compañera para el resto de su vida: Nadiezhda Krupskaia. Hija de una familia noble arruinada que es desterrada por el régimen por las ideas radicales del padre (Constantin Krupski). El padre muere cuando Nadiezhda tiene 13 años. La adolescente apoya a la familia dando lecciones para niños y ayudando a su madre en una casa de huéspedes. Radicalizada por las circunstancias y la lectura de El Capital, será pionera del futuro sistema educativo soviético y jugará un papel irremplazable como consejera y adjunta administrativa de Lenin. Años antes de conocerlo había resumido en lenguaje popular, a pedido de la hija del gran escritor, “El conde de Montecristo” de Tolstoi. Ella pasará de educar a niños a alfabetizar obreros, no sólo como una labor educativa sino de politización de los trabajadores.
En el momento de conocer a Lenin, Krupskaia era maestra en una escuela para trabajadores que se convierte en un semillero para círculos clandestinos en los que Lenin dicta charlas. Al principio Lenin se burla de aquéllos que intentan luchar contra la autocracia alfabetizando al pueblo pues se opone a los que con “pequeñas obras” quieren desplazar la verdadera labor revolucionaria. Pero se convencerá que esas escuelas eran una plataforma táctica para la organización de los trabajadores. Krupskaia le mostrará a Lenin, por medio de su trabajo como alfabetizadora del pueblo, algunos caminos para conectar con las masas. A partir de aquí Lenin aprenderá a utilizar cada oportunidad táctica para desarrollar la organización y conciencia de clase. Toda rigidez en las formas desaparece, Lenin incluso asistirá a la iglesia para conocer a los obreros que siguen a curas con discursos radicalizados.
Es en este contexto donde Lenin afina su atención a los detalles particulares o accidentales, que –sin embargo-revelan lo general o lo necesario: “Vladimir Ilich se interesaba –dice Krupskaia- por cualquier cosa que caracterizara las condiciones de existencia de los obreros, se esforzaba por comprender, valiéndose de rasgos aislados, la vida del trabajador en su conjunto, encontrar el punto más apropiado susceptible de ser utilizado para enfocar mejor la propaganda revolucionaria entre los obreros”.3 En una nota muy profunda de sus memorias, Krupskaia nos descubre lo que para Lenin era el significado de saborear y disfrutar de la vida: “Saber observar la vida en su diversidad, en sus manifestaciones originales, encontrar en ella las notas consonantes con las impresiones vivas, ¿acaso no significa gozar de la vida? ¿Acaso puede el asceta saber de esto?”4 En este arte de conectar la teoría con la vida Lenin será un maestro, superior al erudito y asceta Plejanov. Esto, en parte, explica la bancarrota final de éste.
En mayo de 1894 Lenin publica de forma clandestina su primera obra importante: “Quienes son los amigos del pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas”. En este libro Lenin polemiza contra las ideas románticas de los representantes más destacados del populismo desde un punto de vista filosófico, histórico y económico, mostrando hasta qué punto había asimilado la teoría de Marx. Lenin se muestra como un polemista feroz que al tiempo que reproduce fielmente citas extensas de sus oponentes termina ridiculizándolos por una avalancha de rigor teórico, datos y análisis dialéctico. No hay nada personal en sus ataques polémicos, es la teoría misma la que se impone de forma apabullante. Al respecto de Lenin como polemista, Zasulich le dirá más tarde: “Georges (Plejanov) es un galgo. Muerde bien su presa pero al final siempre la suelta; pero tú (Lenin) eres un buldog: cuando muerdes, no la sueltas más”.5
Lenin explica en este libro que para el marxismo la teoría sirve para intervenir en el movimiento: “contribuir al desarrollo de la consciencia de clase del proletariado, organizándolo y agrupándolo estrechamente para la lucha política contra el régimen actual”.6 Los populistas, sin embargo, idealizan la pequeña propiedad campesina que en la realidad, por el contrario, se engarza en la lógica capitalista bajo las formas más despóticas de explotación. Quien quiera profundizar en el debate acerca de las limitaciones de los “caracoles” neozapatistas de la actualidad, debe leer esta obra de Lenin.
A finales de 1894 estalla una huelga donde participa un obrero integrante de los círculos donde Lenin interviene. Evidentemente para Lenin no se trata sólo de discutir en los círculos de formación, sino de prepararse para la acción. Redacta un volante para intervenir en el movimiento, es el primer volante escrito por Lenin. Éste toma con toda la seriedad posible los escritos de agitación, se preocupa por atender los detalles más sensibles que permitan hacer comprensibles las ideas de los obreros a los que la propaganda se dirige pero, al propio tiempo, elevar su visión más allá de sus reivindicaciones inmediatas. Krupskaia explica, por ejemplo, cómo Lenin recopilaba material para los volantes de la huelga en la fábrica Tornton-huelga que estallará más adelante, a su regreso de su primer viaje al extranjero-. Ella, junto con otros camaradas, visitaba los barrios obreros y recopilaba información directa, que trasmitía a Lenin, sobre la forma de vida de los trabajadores; además, Lenin entrevistaba directamente a los obreros. Para él “los datos eran muy valiosos, y en ellos Valdimir Ilich aprendió mucho. […] sólo a base del material recogido de esta forma escribía las correspondencias y las hojas. […] he aquí en qué época aprendió a prestar atención a las “nimiedades””.7 El impacto de la claridad de sus ideas es tan grande que su círculo de allegados le comienza a llamar “el viejo” aunque aún es un joven de 23 años. Los camaradas de Vladimir decían en broma que “tenía que haber nacido ya viejo y calvo”.8
Entra en contacto con un grupo de intelectuales –entre los que destaca Piotr Struve-, conocido en la historia como “marxistas legales”. Éstos utilizan el marxismo para analizar la realidad económica de Rusia pero lo hacen de forma escolástica y separada de la lucha de clases. Es un “marxismo” sin vida, rígido y formalista. En realidad se trata de liberales con ropaje radical a quienes el marxismo les viene bien para apuntalar teóricamente la introducción del capitalismo en Rusia. Lenin los combatirá en el futuro cercano pero por el momento aprovecha la tribuna de sus publicaciones para dar a conocer un artículo sobre economía rusa que firma con el pseudónimo de “Tulín” –como vemos las prosodia comienza a presagiar a “Lenin”-.
Con ese artículo bajo el brazo va a Suiza – viaje que el gobierno autoriza pues Lenin, tras una neumonía que contrae en marzo, alega motivos médicos -. Por otra parte, la Ojrana –la policía zarista- le permite el viaje para seguirle los pasos y detectar los hilos que le unen al extranjero. Sale de Rusia el 25 de abril de 1895. Su objetivo principal es encontrarse con el fundador del marxismo ruso: Gueorgui Valentinovich “Plejanov” y su grupo: Emancipación del Trabajo.
El Grupo Emancipación del Trabajo
“Nuevo tiempo, nuevo traje. Para el nuevo quehacer” [Heine citado por Plejanov]
El gran aporte de Gueorgui Plejanov a la historia del marxismo fue el de haber levantado la bandera del marxismo en un periodo de negra reacción –la década de los 80s- y haber aglutinado en torno suyo al primer círculo de propaganda marxista del cual surgirá el Partido Socialdemócrata Ruso (PSDR) y, eventualmente, el bolchevismo. Como el mismo Lenin afirmará: en tono a Plejanov y escritos como “El Socialismo y la Lucha Política” y “Nuestras Diferencias” se “educó a toda una generación de marxistas rusos”.9 Plejanov era un conocido veterano. Apenas con veinte años participa dentro de los jóvenes que van al pueblo bajo la bandera de Zemlia i Volia y participa en la organización de los obreros en Kazán. En la clandestinidad duerme en cualquier lugar con un revolver bajo su almohada y una nudillera de hierro en su puño.
Como hemos dicho, Zemlia i Volia es arrastrado por el impresionante acto aislado de una joven Vera Zasúlich quien dispara contra un represor. El terrorismo se vuelve una moda irresistible para la juventud impaciente. Las diferencias de Plejanov con los terroristas radicaban en dos puntos que –junto con su afán por la preparación teórica- le facilitaron su transición al marxismo: Plejanov –de acuerdo a las ideas de los primeros populistas de las década de los 70s- consideraba que la revolución sólo podía ser resultado de un movimiento de masas; en segundo lugar, como consecuencia de lo anterior, la actividad terrorista, aunque no descartable por completo, debía rechazarse como orientación general porque tendería a absorber a toda la organización desplazando el trabajo entre las masas –cosa que efectivamente sucedió-.
Sin embargo, aún dentro de los marcos “narodnikis”, Plejanov consideraba que las comunas campesinas eran el punto de referencia para la revolución socialista y mantenía el rechazo anarquista a la lucha política, aún cuando insistiera cada vez con mayor fuerza en la necesidad de organizar a los “campesinos de ciudad” (a los obreros fabriles) como un elemento auxiliar de la revolución campesina. Curiosamente, mientras la facción terrorista se hacía más extrema en sus métodos, se ablandaba en su programa: Mijailov, en los debates del congreso de 1879, había aceptado, ante los embates de Plejanov, que el objetivo del terrorismo era arrancar una constitución política. Posteriormente Plejanov reconocerá que los narodnikis, al poner en su bandera mayores libertades y un marco constitucional, fueron la primera organización política revolucionaria en Rusia. En realidad el “liberalismo” de los terroristas era la otra cara de la moneda de su desconfianza ante la capacidad de movilización de las masas.
Tras la escisión de Zemlia i Volia –en el congreso de junio de 1879- Plejanov funda la organización Cherni Peredel (“Reparto Negro”) con la perspectiva del populismo campesino y, por otra parte, la facción terrorista funda Narodnaia Volia. Curiosamente –pues es algo raro en una escisión- ambas organizaciones deciden repartir los fondos en partes iguales.
El terrorismo había sido el producto del callejón sin salida de la táctica “Id al Pueblo”. Los revolucionarios no encontraron eco a sus consignas socialistas entre las comunidades campesinas atrasadas y analfabetas. Si el terrorismo demostrará ser ineficaz, el populismo campesino no lo era menos y la organización de Plejanov no tuvo mayor éxito y sólo sobrevivió unos pocos meses. Sin embargo, Plejanov tenía una cualidad: sabía aprender y valoraba como pocos la teoría. Lee una obra de Orlov que lo llena de angustia pues demuestra la progresiva disolución de las comunas campesinas, dando lugar a elementos capitalistas. Plejanov emigra a Ginebra a inicios de los 80s para evitar la ola de detenciones que se abren tras una serie de atentados narodnikis y entra en contacto con literatura marxista que era casi imposible conseguir en Rusia. Pasará en el exilio los 37 años siguientes.
Lee los periódicos de la socialdemocracia alemana, el Anti-Düring, traduce –en 1882- el Manifiesto Comunista y se convence –finalmente- de la solidez teórica del marxismo y su pertinencia para los revolucionarios rusos. Bujarin –muchos años después- describirá la impresión que le producen las viejas ideas anarquistas a la luz de la teoría marxista –la impresión de Plejanov no fue diferente-: “las teorías de los socialistas revolucionarios me parecían una especie de papilla”.10 No obstante Plejanov es, en esos años de reacción, casi un profeta en el desierto. Incluso el puñado de camaradas que le siguen –no pasan de cinco- casi se ven arrastrados por el terrorismo cuando, en marzo de 1881, es asesinado el zar. Todo los exiliados festejan. La falta de dinero fue lo único que impidió a Deutsch regresar a Rusia para unirse a los terroristas. Vera Zasulich, pareja de aquél, era de la misma opinión y Axelrod desde Zurich escribe artículos favorables a los narodnikis. Plejanov describió el estado de ánimo de sus amigos con la siguiente frase: “Al margen de todo lo que podamos discutir, unámonos con Naródnaia Volia a toda costa”.11 Esto era algo que Plejanov no podía tolerar.
Plejanov fue, en aquella época, como una gran roca teórica en la que un puñado de militantes se aferraron para evitar el naufragio. Sin esta tenacidad el surgimiento del bolchevismo hubiera sido imposible. Plejanov insistió en la necesidad de la formación teórica y llegó con sus camaradas a una especie de compromiso: Plejanov colaboraría en algunas publicaciones narodnikis pero Deutsch y Zasúlich debían estudiar seriamente el marxismo… “gradualmente empezaron a adoptar los puntos de vista del marxismo”.12
Escribe en 1883 su primera obra marxista: “El Socialismo y la Lucha Política”. Originalmente iba a publicarse en un periódico de unificación de Narodnaia Volia y Cherni Peredel pero las diferencias hacen que naufrague el intento. El inexistente levantamiento popular que supuestamente ocurriría con el asesinato del zar –ni tan siquiera sucedió la promulgación de una Constitución- agudizó la decadencia política de la dirección de Narodnaia, Tijomírov –líder de la organización- afirmó que las tarea siguiente del movimiento consistía en la toma del poder por parte de un pequeño grupo de hombres decididos: era el retorno al blanquismo más crudo. Ante el fracaso de la unificación un pequeño grupo de cinco personas fundan en septiembre de 1883 el Grupo Emancipación del Trabajo Ruso: Plejanov, Axelrod, Vera Zasúlich, Lev Deutsh y Vasily Nikolaevich.
En “El Socialismo y la Lucha política” Plejanov explica que las comunidades campesinas no pueden servir de punto de partida para el comunismo moderno, que es necesario construir un Partido de los trabajadores y adoptar la lucha política en base a la movilización del pueblo y la lucha de clases del proletariado. Plejanov no se pronuncia abiertamente contra la táctica terrorista pues espera atraer con la solidez de sus argumentos a los sectores avanzados de los narodnikis. Plejanov- como viejo militante de la organización narodniki- no omitió rendir tributo a la organización populista: “[…] las divergencias particulares con determinados grupos socialistas no disminuyen en absoluto mi respeto hacia los que luchan sinceramente por la emancipación del pueblo”.13 Poco después escribe “Nuestras Diferencias” en donde pulveriza los puntos de vista populistas.
A decir verdad, estos escritos dejan lagunas importantes cuya resolución será el punto de quiebre político entre bolcheviques y mencheviques: si es verdad que el movimiento revolucionario no puede prescindir de las demandas democráticas para movilizar al pueblo, si es verdad que las tareas inmediatas de la revolución se enmarcan en la lucha contra el absolutismo feudal, ¿cuál es la clase social a la que le corresponde la hegemonía política? Plejanov estaba de acuerdo en que los trabajadores debían organizarse de forma independiente para impulsar la revolución, para presionar a los liberales con demandas cada vez más radicales –tal como Marx había recomendado en la ola revolucionaria de 1848-, pero no quedaba claro el tema de la dirección política del proceso. Con todo y sus ambigüedades, por el momento, el aporte de Plejanov era suficiente y fue toda una revelación pionera.
La influencia de estos escritos de la emigración fue mucho más poderosa que lo que se podía juzgar por el pequeño número y pequeñas fuerzas del Grupo Emancipación del Trabajo. Es el poder de las ideas en un terreno fértil. En torno a estos textos que llegaban a Rusia de forma clandestina cristalizaban los primeros grupos socialdemócratas. “Ya en la década de 1890, el Grupo empezó a disfrutar de una enorme autoridad ante ojos de un creciente número de jóvenes marxistas, y el nombre de Plejanov era conocido en cada círculo de propaganda en la clandestinidad y en cada comisaría de la policía”.14 Tan pronto como en 1884 surge en San Petersburgo el primer círculo marxista.15 Poco después, en Kazán, Fedoseyév organiza a un grupo de estudiantes que influyen en el círculo al que se integrará un Lenin en proceso de formación. Cuando en 1893 Lenin se incorpora en pleno a la lucha revolucionaria lo hará bajo la bandera del Grupo Emancipación del Trabajo y bajo la sombra poderosa del titán teórico Plejanov y cuando viaja por vez primera al extranjero –en 1895- lo hace, sobre todo, para entrar en contacto con el legendario grupo.
Continuará…
1 Krupskaia, Lenin, México, Fondo de Cultura Popular, 1970, p. 21.
2 Robert Payne, Vida y muerte de Lenin, en Grandes Biografías del Reader”s Digest, Madrid, 1970, p. 38.
3 Krupskaia, Lenin, México, Fondo de Cultura Popular, 1970, p. 16.
4 Ibid. p. 372.
5 Trotsky; “Lenin y la vieja Iskra”, en: La juventud de Lenin, en Lenin, Argentina, CEIP, 2009, p. 221.
6 Lenin, “Quiénes son los amigos del pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas”, Pekin, Ediciones en lenguas extranjeras, 1978, 92.
7 Krupskaia, Lenin, México, Fondo de Cultura Popular, 1970, p. 21.
8 Shub, David. Lenin(I), Madrid, Alianza Editorial, 1977, p. 48.
9 H. Baron, Samuel; Plejanov, el padre del marxismo ruso, España, Siglo XXI, 1976, p. 1.
10 Stephen F. Cohen, Bujarin y la revolución bolchevique, España, Siglo XXI, 1976, p. 16.
11 H. Baron, Samuel; Plejanov, el padre del marxismo ruso, España, Siglo XXI, 1976, p. 113.
12 Ibid. p. 114.
13 Plejanov, El socialismo y la lucha política, México, Ediciones Roca, 1975, p. 14.
14 Alan Woods, Bolchevismo, el camino a la revolución, México, Fundación Federico Engels, 2004, p. 57.
15 Cf. Ibid. p. 63.