Desde que el gobierno de AMLO llegó a la presidencia dijo que una de las grandes batallas que daría en su gobierno sería el combate a la corrupción, un cáncer bastante arraigado entre los políticos mexicanos. Por lo que hemos visto, pareciera que ser político implicaba necesariamente participar en una banda mafiosa y tenías que aceptar llenarte de porquería, porque así era la política. Aunque todo mundo lo sabía no nos habíamos dado cuenta hasta que punto la lucha contra la corrupción significaría una la lucha contra una estructura clandestina donde están involucrados partidos políticos, gobernadores, políticos de todos los niveles, instituciones de gobierno, dirigentes sindicales, grupos criminales, periodistas, etc.