El semestre en el Instituto Politécnico Nacional se inicia con el desarrollo de una lucha estudiantil, producto de una serie de afectaciones como la falta de cupos para inscribir materias y tomar clases en los salones deteriorados, falta de infraestructura para sostener la matricula actual y condiciones deplorables en las que se encuentran los edificios de las distintas escuelas.
Se han realizado asambleas en distintas escuelas, fue casi un efecto domino aprobar un paro después de discutir las problemáticas internar por escuela y generales del Instituto lo que permitió a los estudiantes organizarse y agruparse para llevar adelante sus exigencias.
El ambiente de lucha está vigente, tiene un calor y un fervor que aún no se apaga y mantiene organizada a un sector muy importante de los estudiantes, cabe señalar que han trascurrido dos meses de lucha y en este periodo podemos vislumbrar aciertos y algunos errores que podrían marcar el rumbo del movimiento estudiantil actual en el IPN.
¿Por qué hay un ambiente de lucha fuerte después de dos años de confinamiento?
Observamos entre una capa minoritaria de estudiantes y profesores que utilizaban el argumento de “dos años tomando clases en línea y ahora que están en la escuela paran las actividades presenciales” para romper asambleas e intentar dividir a la comunidad, esto se adoptaba como algo que fuera a desarrollarse de manera normal, sin embargo el regreso a clases reflejo significativamente las contradicciones y golpes al sector educativo que se han ido gestando en la última década.
Los estudiantes no fuimos beneficiados con las clases en línea, al contrario, nuestras familias se hicieron cargo de absolutamente todos los gastos que conllevara tomar una clase en línea, luz, internet, equipo electrónico para hacerlo, además las afectaciones por esta dinámica y la pandemia del COVID-19 provocó que más de 2.9 millones de estudiantes en diversos niveles desertaran, cuando esto sucede es casi imposible que un estudiante regrese a la escuela, más de 16 millones de familias no contaban con internet, la educación no fue publica ni gratuita.
Los efectos de la pandemia fueron devastadores para la juventud y las crisis del sistema profundizó los problemas que atraviesan los estudiantes y la juventud.
Primer escuela de lucha post pandemia
Claramente había una perspectiva de los estudiantes al regresar a clases, ver espacios dignos para estudiar, alimentarnos, poder socializar y realizar nuestras tareas, cosa que no existe y ha detonado esta lucha actual. A distintos niveles, los estudiantes ahora son la punta de lanza de la lucha actual. La juventud lleva de manera inherente la rebeldía que empujan los procesos, pero la falta de experiencia y formación también puede hacer que retrocedan.
Los estudiantes, al frente del proceso actual en el IPN, no conocen las tradiciones del movimiento estudiantil histórico, están aprendiendo bajo su propia experiencia y hay una capa pequeña de viejos activistas formados en las luchas del 2014 y 2016 que en su mayoría no están jugando un papel de vanguardia. La experiencia de lucha no se mide haciendo cuentas del número de asambleas o paros que has dirigido sino de las conclusiones que sacas a partir de la experiencia viva de la lucha y de una formación política, esa riqueza teórica se encuentra arraigada a los históricos comités de lucha, espacios de organización natural de los estudiantes para combatir cualquier tipo de injusticia y violencia.
Hay una noción de unificar el movimiento en el IPN, por lo que se hizo el llamado a una asamblea general de la cual resulto un pliego general que se presentó el 13 de septiembre en una marcha a dirección general, el director Arturo Reyes Sandoval, salió a recibir el pliego y se le exigió una respuesta inmediata, queda una cita para el 14 de septiembre a las 8 de la noche en plaza roja.
Además, diversas escuelas han llamado a asambleas generales, intentando unificar el movimiento, lo cual es positivo; pero debe existir esa unidad sobre una consigna y demandas claras.
El asunto a lo interno de esa jornada es que se planteó una política de no cuestionar al director, ni hacer ningún tipo de acción que supuestamente pudiera utilizarse en contra del movimiento, por lo que para la respuesta se montó todo un show, con escenario, letras de “I love poli” al fondo y una serie de periodistas que alguien los había contactado para estar ese día, de manera inmediata al arribo de los contingentes estudiantiles llenaron el escenario y las letras de carteles con denuncias de abuso y acoso sexual, se gritó un huelum lo que impidió que se escuchara la tan fina presentación que se haría del evento. Llegó el Director General pero no solo, sino con toda su administración como señal de respaldo para contrarrestar la presión de los estudiantes. La dinámica era que sólo leería su respuesta y no habría dialogo, esa dinámica la impuso un grupo de estudiantes de la escuela que hasta ese momento encabezaba el proceso algunos de los representantes de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, ENCB y así paso el DG leyó su respuesta y salió huyendo antes de que alguno de los estudiantes dijera siquiera una palabra.
Hay dos políticas que resaltan del mencionado sector: la primera es una intención abierta por cubrir y proteger al Director General y la otra de inhibir el ímpetu de cuestionamiento y rabia que tenían los estudiantes organizados con el Director General, él salió bien librado y el desenlace fue la toma de la palabra por parte de un representante estudiantil de ENCB simplemente “desconocer a quienes tengan intereses “distintos” a los del movimiento, utilizaron el problema grave de la violencia hacia la mujer para golpear políticamente a quienes le son incómodos. Por supuesto que nosotros estamos en contra de la violencia hacia las compañeras, pero también lo estamos de que esta lucha digna se use de pretexto deliberado para golpear a quien quiere defender la educación pública, democrática y al servicio del pueblo.
El director culpó al movimiento estudiantil de las afectaciones académicas, instruyo a todo su séquito a hacer cosas pero en realidad desde un inicio dijo que no empezaría ningún trabajo sino hasta 5 días hábiles después de levantar los paros.
Lo que pareció ser una oportunidad para unificar al movimiento estudiantil, empujarlo con una demanda contundente hacia las calles como la de aumento al presupuesto, derivó en una estrategia de un sector de los representantes de algunas escuelas para congraciarse con la administración del IPN
Días después algunos de los representantes de ENCB levantaron el paro en sus escuelas, mientras la lucha continúa en la mayoría que decidieron sumarse al movimiento.
A la derecha y a la izquierda
Al momento de terminar esa simulación de respuesta en Plaza Roja, el contingente de la Escuela Superior de Ingenería Mecánica y Eléctrica Zactenco, en desacuerdo con esa política, regresa a realizar una asamblea para discutir como continuar con el paro y resolver las peticiones internas que se la dirección ignoraría.
Lenin explica que los estudiantes reflejan las tendencias políticas que se expresan bajo esta sociedad capitalista y podemos encontrar estudiantes academicistas, apáticos, de izquierda o revolucionarios y no debe sernos extraño encontrar elementos o sectores en el movimiento estudiantil que sean la encarnación de esas tendencias políticas, debe preocuparnos que tendencia está marcando el ritmo y si es la mejor posición que el movimiento debe asumir para lograr sus metas.
Poder vislumbrar esto sólo nos lo permite la formación política y la organización permanente con una política claramente a favor de los explotados y sus hijos, un estudiante bien intencionado que guste ayudar y que tiene a ser muy academicista, a corregir la redacción de los comunicas y ver estos detalles “burocráticos” suele ser presa fácil de la autoridad para utilizarlo a lo interno del movimiento, sin una política consiente de lo que pasa, sin una dirección clara con una estrategia de lucha definido, tienden a reproducir prejuicios que le hacen el juego a las autoridades. Y estos elementos hay en cada escuela, por lo que deberíamos de oponernos y cerrar el paso a ésta política que favorece y fomenta la autoridad en el movimiento estudiantil. Esta ofensiva ha se decanta en ataques contra el Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico (CLEP), acusándolos de no ser parte del movimiento estudiantil, algo falso pues sus miembros hemos actuado activamente promoviendo desde el origen el movimiento en Zacatenco, hemos trazado perspectiva y puesto nuestra infraestructura al servicio de la lucha. Separar la historia de los comités de lucha del actual movimiento no favorece a nadie más que a las autoridades pues rompe el vínculo con el pasado, con la experiencia heredada tras el movimiento del 68 y las luchas posteriores.
Política del desconocimiento
Como señalamos anteriormente, en este proceso muchos compañeros están aprendiendo bajo su propia experiencia, se pueden sacar algunas tareas desde esta posición pero hay un límite, sin perspectiva no hay vista hacia el frente por lo que comienzas a ensimismarte, esto puede provocar errores graves.
Uno de esos errores es desconocer o deslindarse de todo lo que nos sea incomodo exceptuando a las autoridades. Esto lo hemos observado en las distintas escuelas, un prejuicio que puede ser mínimo entre el sector organizado parte de la ignorancia y el desconocimiento. No hay un conocimiento de que la unión de los estudiantes y los trabajadores es importante para llevar a la victoria la lucha y que esa unificación es resultado de la organización de la clase trabajadora siendo jóvenes y estudiantes somos hijos de trabajadores, cuando no se conocen las causas justas creemos que no tienen nada que ver con nuestras lucha ante esto es indispensable plantear un dialogo solidario con los distintos sectores organizados, estrechar lazos y trabajar sobre puntos en común.
Ha sido lamentable el desconocimiento que hicieron desde la ESIME Zacatenco contra los trabajadores del Centro de Educación Continua Ing. Eugenio Méndez Dorruco que han sido hostigados y violentados por parte de la dirección general ya que el objetivo es privatizar el edificio que hace 400 años ya comenzaba a gestar lo que sería el origen de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, sólo para convertirlo en un centro de eventos y espectáculos. Ahora los trabajadores atraviesan amenazas de despido injustificado e ilegal además de levantamientos de actas administrativas.
En diversas escuelas buscan deslindarse de grupos, personas o líneas políticas incluso de trabajos o pliegos petitorios porque no se les tomo en cuenta, como si eso tuviera un efecto purificador y legitimador del movimiento estudiantil, grave error, esa política solo le permite a la autoridad deshacerse más fácilmente de los sectores organizados a la izquierda y con ello desarticular el movimiento y evitar una solución profunda a los problemas de la comunidad.
A lo interno del movimiento estudiantil existen tendencias y tienen todo el derecho de participar quienes defiendan la educación pública, científica y de calidad y los derechos del pueblo trabajador que son quienes pagan nuestra educación. En todo caso sus propuestas pasaran o no dependiendo su capacidad de convencimiento y trabajo en las asambleas. El movimiento estudiantil nunca debe hacerle el trabajo sucio a la autoridad.
Dirección y orientación
El movimiento vive un pequeño espasmo debido a que no se sabe hacia dónde ir y como seguir la lucha, hay un eje fundamental que todos han olvidado: la exigencia del aumento al presupuesto de IPN, que sería punta de lanza para resolver los problemas inmediatos pero no los más profundo incluso.
Con el aumento al presupuesto planteas la solución en la infraestructura, mantenimiento a los edificios, contratación de más profesores, etc. Al momento de hablar de planes y programas de estudio hablamos de que proyecto social está planteado para la formación de profesionales. Debemos preguntarnos: ¿se necesitan o sólo necesitamos mano de obra barata? ¿Cuál es el futuro de un joven profesional, hay campo laboral o sólo seremos carne de cañón para enriquecer al capital privado? ¿La condición laboral es precaria y marginal? ¿Cuál es la función del politécnico en la construcción de una sociedad mejor, más desarrollada y sin explotación?
Si planteamos el eje del aumento al presupuesto 2023 y salimos a las calles a discutirlo frente a Palacio Nacional, empujas para que la propuesta establecida sea superada partiendo de las necesidades que se tiene. El problema no se resuelve dentro de los auditorios académicos con mesas de “trabajo” con la autoridad, se resuelve saliendo a las calles, haciendo una crítica política y señalando a nivel nacional que necesita el IPN.
La necesidad de unificar la lucha demandando mayor presupuesto y transparencia en el uso del mismo sigue presente.
Recuperemos la memoria histórica
El movimiento estudiantil politécnico siempre se ha vinculado a las luchas del pueblo trabajador. Además, ha asumido posturas combativas y contundentes de organización y movilización, confiando en la capacidad de organización y movilización de los estudiantes, el resultado en las mesas de trabajo no es resultado solamente de la buena capacidad de los negociadores, sino de la correlación de fuerzas; lo que no obtengamos mediante la organización y la movilización no lo haremos solamente en una mesa de trabajo con las autoridades y seremos presas de sus presiones y posturas.
Desde el Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico estamos trabajando para recuperar esas tradiciones del movimiento estudiantil, y creemos que es necesario avanzar en la demanda de mayor presupuesto para el Instituto Politécnico Nacional y el resto de la educación pública, reagrupar las fuerzas de las distintas escuelas del IPN e impulsar una movilización unificada de los estudiantes, trabajadores y profesores, del IPN y del resto de universidades, a las instancias del gobierno federal para lograrlo, además de plantear mecanismos de transparencia en el uso del mismo.
Hacemos un llamado a los estudiantes conscientes a organizarse bajo la bandera combativa y revolucionaria del movimiento estudiantil politécnico, recordando las reflexiones de José Revueltas sobre el movimiento estudiantil de 1968:
Se ha dicho que el Movimiento Estudiantil Julio-Agosto de 1968 carece de una bandera –es decir, de objetivos precisos y “miras elevadas”, conforme al trasnochado lenguaje de los monitores editorialistas de la prensa más corrompida del mundo, la mexicana– y que, junto a esta falta de bandera, índice de gratuidad de nuestro Movimiento, éste se ampararía en una su- puesta situación de privilegio social y económico de que el estudiante goza en violento contraste con otras capas de la sociedad menos favorecidas, que sin embargo son las que pagan en su mayor parte la educación superior (…) Que nadie pretenda llamarse a engaño. No estudiamos con el propósito de acumular conocimientos estáticos y sin contenido humano. Nuestra causa como estudiantes es la del conocimiento militante; refuta y transforma, revoluciona la realidad social, política, cultural, cientíca. No se engañen las clases dominantes:
¡Somos una Revolución!
Esta es nuestra bandera.