Escrito por: Hugo RE
La violencia que se ha desatado en el Estado de México en el sexenio del priista Eruviel Ávila ha escalado a niveles impresionantes. Desde robos a mano armada, asesinatos violaciones y feminicidios son el “pan nuestro de cada día”; esto sin contar que en la mayor parte del estado se dan casos de linchamiento a presuntos delincuentes.
La marginación juega un papel importe, en días pasados salió a la luz un estudio en el cual se da a conocer que municipios como Ecatepec y Naucalpan eran los peores para vivir, por detrás de Chilpancingo en el Estado de Guerrero. Y es que en los últimos años la violencia se ha apoderado de estos municipios, en los cuales los asaltos con violencia son los más comunes, pero a nivel estatal el Estado de México se ha convertido en el segundo más violento a nivel nacional, aumentando el número de asesinatos en el primer semestre, en el cual ya iban 1032 homicidios, sólo por detrás de Guerrero el cual ya sufrió 1052 homicidios.
Lo más preocupante de esta escalada de violencia son los feminicidios, once municipios han declarado alerta de género, no obstante en lo que va del año han sido asesinadas al menos 146 mujeres, aunque en 2014 el gobernador Eruviel Ávila declaró que habían cosas más graves que atender los feminicidios: tan sólo ente 2007 y 2013 fueron asesinadas más de 1500 mujeres y más de 600 menores de 20 años desaparecidas.
Por otra parte, la aplicación de justicia por los pobladores se está generalizado y se vuelve más común, todo esto debido a la falta de confianza hacia las instituciones policíacas las cuales muchas veces están coludidas con los criminales. Al menos 19 delincuentes han muerto en lo que va del año durante asaltos en transporte público.
La población en general está cansada de esta situación y en muchos casos ya no espera que los gobernantes resuelvan el problema de inseguridad y toman justicia por su propia mano, el surgimiento de grupos de autodefensa en colonias de Ecatepec con el lema “Ratero, si te agarramos no te vamos a remitir a las autoridades… ¡Te vamos a linchar!».
Otros casos son las manifestaciones pacíficas convocadas por colonos de Satélite y Lomas Verdes en Naucalpan. Todo esto es un reflejo una serie tensiones acumuladas que en cualquier momento pueden desencadenar en procesos similares a los que se dieron en Michoacán o Guerrero con grupos de autodefensa, los cuales hicieron el trabajo que el Gobierno no realizó. Para que estos grupos de “autodefensa” no degeneren en violencia gratuita, deben estar controlados y vinculados por asambleas populares en los barrios y vinculados de alguna manera con organizaciones populares en las que las masas confíen. Se trata de embriones de poder obrero a los que les hace falta una orientación política general que los encauce en la lucha contra la raíz del problema, que es el sistema capitalista.