El lunes 27 de marzo, cerca de las 10 de la noche, en un centro de detención migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez, Chihuahua, se registró una catástrofe humanitaria, en la que hubo decesos. Al momento de escribir este artículo se habla de 40 muertes y más de 20 personas en estado grave de salud.
Al interior del “albergue” —en realidad es una cárcel para migrantes—reinaba, desde la tarde de ese día, un malestar. Migrantes que en espera de regresar o ingresar por primera vez a los Estados Unidos, estaban realizando diversas actividades lícitas para conseguir un poco de dinero, sin embargo, fueron retenidos contra su voluntad en ese lugar. Para la noche la desesperación e inconformidad por los tratos indignos y por falta de condiciones mínimas para estar ahí —como la falta de agua para beber— hizo que estallara un pequeño motín. Los mismos migrantes prendieron fuego a sus colchonetas, es claro lo que buscaban con esas acciones: salir de ahí, ya que algunos tenían familia que les esperaban fuera de aquel sitio.
La actuación de las autoridades encargadas fue, para decir poco, criminal. En los vídeos que se han dado a conocer se observa el fuego y el humo abrazador que envuelve al lugar y las autoridades migratorias simplemente no abren la puerta. En otras palabras, les dejaron morir. Esta horrorosa escena es una más de todo lo que tienen que sufrir los migrantes en su trayecto por México para intentar pasar a los EEUU. Lenin decía que el capitalismo es horror sin fin. Lo que vimos el lunes por la noche es una muestra brillante de esto.
El papel del imperialismo americano
Los millones de jóvenes, trabajadores, mujeres y niños que se ven obligados a huir de sus países de origen, en casi ningún caso lo hacen por gusto o placer. Las condiciones económicas, políticas y sociales les han obligado a dejar a sus familias, amigos, escuela… todo, tratando de buscar una vida más digna.
¿Quién puede recriminar a estos migrantes la necesidad y la posibilidad de buscar vivir mejor? Cualquier trabajador sabe que eso es lo que hacemos todos los días, buscar que esta vida sea menos gris y pesada para la familia. Pues los que emigran no pueden tener una vida digna en sus barrios y ciudades.
Esa miseria y violencia, que son las principales causas de la emigración, no son fortuitas, son generadas por el sistema capitalista, donde un puñado de parásitos tienen enormes cantidades de dinero acumuladas en sus manos, mientras que la inmensa mayoría no tiene ni donde caerse muerto.
En la región americana el papel del imperialismo norteamericano es uno de los responsables directos de todo esto. En los países latinos no sólo se vive la explotación capitalista por las oligarquías locales, sino las imposiciones, el saqueo y la humillación de parte del imperialismo estadounidense. Ellos se han encargado de diseñar —y las oligarquías locales de acatar— la política económica y social. Ahí podemos encontrar a los responsables directos de la emigración.
Los gobiernos latinoamericanos son sus socios y cómplices de esta política imperialista, la cual siguen al pie de la letra. Prefieren someter a la gente que gobiernan, empobrecerla y expulsarla antes de oponerse a los dictados de los poderosos.
La política migratoria de AMLO
La muestra de lo que estamos diciendo lo tenemos en blanco y negro con el gobierno de AMLO. A pesar de la retórica de buenos vecinos y trato de iguales entre las dos naciones, sabemos perfectamente que México es dependiente económicamente, y por ende en términos políticos del vecino del norte.
Revisemos un poco cuál era la intención del gobierno antes de asumir el poder y lo que ahora se aplica, para observar esta docilidad y sometimiento.
En la campaña electoral de AMLO, así como en los primeros meses de su gobierno, hablaba sobre el libre tránsito a los migrantes, a los cuales se les ofrecería trabajo y residencia por si quisiesen quedarse en el país. Se oponía férreamente al muro fronterizo que Trump impulsó y se rehusó a hacer uso de la violencia sobre la situación migratoria. Son hermanos, decía. Sin embargo, los Estados Unidos respondieron que, si México asumía esa posición, le pondrían aranceles a todas las mercancías que entraran al territorio gringo, entonces, la política del gobierno de AMLO dio un giro de 180 grados.
La recién formada Guardia Nacional fue mandada a la frontera sur para formar una barrera de contención para la migración latina. Se dejó de hablar de los apoyos y trabajo para ellos y, en el último periodo se aceptó que todos aquellos migrantes que están esperando los resultados de visa humanitaria deberían esperar del lado mexicano. Eso es, aplicar la política migratoria gringa en el territorio mexicano.
Tomando los datos oficiales de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, el gobierno de AMLO se ha convertido en el que más migrantes ha detenido en toda la historia de México, alcanzando una cifra de 1 millón 289 mil. El 71% de estos ha pasado por estaciones migratorias como la de Ciudad Juárez, donde ocurrió la desgracia (twitter.com/julioastillero/status/1641181852323962880?s=19). México ya ha superado a EEUU como el país que más centroamericanos deporta en el mundo.
La tragedia del 27 de marzo se fragua sobre la aceptación de esta política criminal. La mayoría de los migrantes que estaban detenidos habían estado en los EEUU esperando su visa humanitaria. El gobierno norteamericano decidió que volvieran a México a esperar aquí para iniciar su trámite. Peor aún ahora el gobierno americano está planteando que por medio de una aplicación (App) se pueda hacer este trámite, sin dar una fecha clara para respuesta. Esto es una burla para las intenciones de los migrantes.
¿Qué alternativa puede ofrecer el capitalismo?
Los inmigrantes, que huyen por necesidades económicas o violencia, son el fruto más acabado de la crisis del capitalismo. No podemos esperar que con una respuesta burocrática se resuelva la petición de los migrantes.
El gobierno norteamericano le conviene mantener una política restringida de acceso a los migrantes porque los utiliza como presión para contener los salarios de los trabajadores de ese país. Las ideas reaccionarias de supremacía blanca utilizan a la migración para descargar la crisis del capitalismo en los migrantes. Los diferentes gobiernos de Norteamérica lo que mejor podría ofrecer es una migración a cuenta gotas y controlada, pero eso no resuelve nada sobre las necesidades de los migrantes latinos.
El gobierno mexicano debería de dejar de asumir el papel de guarda frontera norteamericano sobre su política migratoria. Debería de abrir las fronteras al libre tránsito, como su propuesta inicial y permitir que trabajen y hagan una vida normal aquí.
Para los socialistas no hay nada más importante que la vida de los trabajadores y sus familias. Las fronteras fueron inventos que las oligarquías locales armaron para defender sus intereses económicos.
La tragedia de la muerte de al menos 40 migrantes, no puede pasar desapercibida. Se deberían de detener a los involucrados de forma directa por no abrir los candados de la puerta y no atender las protestas. Se debe romper la política migratoria del gobierno mexicano y, principalmente, luchar por una nueva sociedad donde estas atrocidades no se vuelvan a repetir.