En las mañaneras de la última semana de octubre Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha hecho declaraciones sobre la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en donde ha señalado a la institución educativa de “individualista”, “neoliberal”, “conservadora” y “derechista”. Estas declaraciones están teniendo un eco entre la comunidad universitaria, pero sobre todo han impactado fuertemente entre la burocracia de dicha casa de estudios.
AMLO asegura que durante el periodo neoliberal la UNAM se volvió individualista y comenzó a defender los proyectos de ese periodo:
Fue mucho tiempo de atraso, de saqueo; además de manipulación, fue muchísimo tiempo, afectaron a dos generaciones. En las universidades públicas, hasta la UNAM se volvió individualista, defensora de estos proyectos neoliberales, perdió su esencia de formación de cuadros, de profesionales para servirle al pueblo.
Partiendo de esto ha dicho que la universidad se ha derechizado y que las facultades se llenaron de conservadores.
No solo la UNAM, todas las universidades fueron sometidas por el pensamiento neoliberal. Es lamentable que la UNAM se haya derechizado como sucedió en los últimos tiempos. Ejemplo hay muchos. Imagínense un ex rector que tiene mucha influencia, (José) Narro, se va de secretario de Salud y en ese tiempo habla de los ‘ninis’, de los jóvenes, algo ofensivo, pero no solo eso, siendo secretario de Salud acepta ser delegado del PRI en Ecatepec.
Dice que en las carreras de Ciencia Política, Sociología, Economía, Filosofía y Derecho estuvieron en silencio durante el gobierno de Salinas de Gortari.
¿Dónde estaban cuando entregaron concesiones, mineras por 120 millones de hectáreas, 60% del territorio nacional. Eso ni siquiera lo sabe la gente. Llegaron al extremo de entregar 70 y 80% de Sonora y Chihuahua y el propietario de la tierra, el comunero ni siquiera sabía que algo que estaba abajo de su tierra ya había sido concesionado.
Estas declaraciones han tenido efecto sobre todo en la casta burocrática de la UNAM, los políticos de derecha que se han manifestado en la supuesta defensa de la autonomía universitaria, como podemos ver en el tuit que publicaba el presidente del PRI hace unos días donde asegura que el conocimiento no debe estar condicionado por el contexto político, Alejandro Moreno omite la historia de los gobiernos priistas en México y su política de garrote, militarización y privatización de las escuelas y universidades.
Estas declaraciones ponen sobre la mesa un debate histórico, la defensa de la educación pública y gratuita, lo que nos obliga a definir posiciones políticas al respecto. Para los estudiantes este periodo de clases en línea, así como de resolver los problemas educativos a distancia ha resultado sumamente difícil y este debate es la antesala para la apertura de las escuelas y el regreso de los estudiantes a los salones de clases. Si las escuelas y las universidades se han derechizado, si las tienen en su poder conservadores y burócratas ¿qué le espera a los estudiantes y trabajadores docentes y no docentes, que también pertenecen a estos espacios educativos y que están sometidos a esta burocracia?
Neoliberalismo y educación
Las instituciones de educación superior no son meros espacios de conocimiento neutro, aislados de lo que sucede en las calles o la sociedad, no son castillos a prueba de crisis económicas y sociales, ni sus muros las mantienen aisladas de su entorno, por el contrario, las universidades son cajas de resonancia que expresan y potencian las problemáticas y dinámicas sociales que nos aquejan cotidianamente, en los espacios educativos no sólo se enseñan matemáticas puras, física, química, idiomas, geografía, las diversas materias se imparten tienen una perspectiva política de la condición social actual, las asignaturas de ciencias sociales, reflejan los efectos lucha de clases y también tienden a expresarse dentro de los muros de las universidades.
Carlos Marx señala en el Manifiesto del Partido Comunista que la educación de los hijos está determinada por la sociedad, está determinada por las condiciones sociales y económicas, la educación esta intervenida directa o indirectamente por la sociedad a través de las escuelas y el carácter de esta educación está influenciada por la clase dominante, por lo tanto, estamos hablando de que en las escuelas no sólo se le enseña matemáticas puras a los estudiantes, sino que se tiende a reproducir la moral, los vicios y prejuicios de la sociedad capitalista, pues la educación tiene que responder a las necesidades constantes del capital.
La ideología neoliberal nació como resultado de la tormenta económica que trajo consigo el final del gran boom de la posguerra. En 1973-1974 vimos la primera crisis generalizada del capitalismo mundial. El neoliberalismo fue la carta bajo la manga para salvar al capitalismo, ya que consiste en reducir al mínimo la intervención del Estado, política y económicamente. En la práctica se refiere al libre mercado y a la privatización de las grandes industrias estatales, así como de todos los aspectos sociales como la salud pública, la educación, la cultura, etc., oponiéndose firmemente a los derechos de los trabajadores y destruyendo las condiciones de vida de la clase trabajadora en pos del beneficio de la patronal. Este periodo de crisis también significó un periodo de lucha de la clase trabajadora y la juventud.
La educación no está exenta del proceso de privatización y eso se ve reflejado en los cambios de planes y programas de estudio, concretamente lo podemos notar en la eliminación de materias o la fragmentación de algunas carreras, los cobros de cuotas, como el aumento de las mismas, la reducción de becas y de la matrícula en el modo presencial, son expresiones de los ataques a la educación pública y gratuita, en donde organismos internacionales, tales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), tienen metidas hasta las narices.
Aunque también fue un periodo de lucha y vale la pena recordar la histórica huelga de 1999 en la UNAM, una lucha de los estudiantes en contra de la eliminación de los exámenes de recuperación y contra el aumento y cobro de cuotas, José Barnes en ese entonces rector de la Universidad empujaba un golpe privatizador para universidad, mismo que fue frenado por la organización de los estudiantes en una huelga general de todas las escuelas de la UNAM. Es importante considerar esto ya que en la UNAM se debe hacer una clara diferencia entre los estudiantes y trabajadores organizados en defensa de la educación y la casta dorada de la burocracia universitaria, aunado a las “vacas sagradas” que claramente representan a la derecha, el conservadurismo y se comportan como sanguijuelas chupando los recursos para mantener sus privilegios.
Corrientes políticas en las universidades
Hubo quienes saltaron en la supuesta defensa de la autonomía universitaria a partir de las declaraciones de AMLO, políticos y académicos de derecha fueron los más rabiosos, Gabriel Quadri escribía en twitter que él no había estudiado en la UNAM, pero que estaría dispuesto a ir a una manifestación contra López Obrador para defenderla de sus ataques. Por su parte, Santiago Creel se ofreció para darle clases a AMLO sobre Derecho constitucional. A su vez, Margarita Zavala haciéndole segunda a Creel y también a Ricardo Anaya habló del historial familiar de asistencia a la UNAM, pidiéndole a AMLO que respete la autonomía y la diversidad que según hace a la universidad la mejor institución.
Estos personajes que representan lo más rancio de la política y la derecha mexicana se sintieron aludidos y obligados a responder, aunque nadie se los pidió y continuamente hacen notar su injerencia e influencia de manera directa o indirecta dentro de la universidad. Por otro lado, tenemos las declaraciones del rector de la UNAM, Enrique Graue, en las que hace un llamado a respetar las distintas ideologías, corrientes del pensamiento, posiciones políticas y opiniones expresadas por integrantes de su comunidad, de sus egresados o por cualquier persona y así manifestar que esta supuesta diversidad es lo que siempre ha hecho superior a la UNAM.
En realidad, esto es una mentira, no existe tal respeto por la diversidad de corrientes políticas que claramente se asuman de izquierda o mínimamente progresistas, hay un historial de persecución política hacia estudiantes y profesores que luchan, hay una criminalización hacia los estudiantes organizados, a lo interno de la UNAM no hay más que el dominio de la derecha expresada en la rectoría y en la burocracia universitaria alentada por políticos y académicos de derecha.
A lo interno de la universidad los grupos políticos que se disputan constantemente el control de la universidad, obviamente lo hacen para sacar provecho y beneficio de ella, son una casta dorada que goza de elevados salarios, por ejemplo, el salario del rector Enrique Graue supera los 100 mil pesos. Y en varias ocasiones se ha evidenciado el derroche de los recursos económicos de la UNAM en ceniceros, cestos, sofás, bolígrafos, cámaras, autos, en donde los inventarios llegan a superar los 794 mil artículos. Gastos en conferencias magistrales como la de Denise Dresser que le costó a la universidad 250 mil pesos en 2019, denotan hacia donde se destinan los recursos universitarios e incluso la orientación política que tienen estos gastos.
Así se va configurando la burocracia universitaria, con elementos que se mantiene eternamente en puestos administrativos no porque sean buenos en lo que hacen, sino porque responden a los intereses de una minoría, y han generado cierta comodidad y riqueza a costa de los desvíos económicos, por medio de políticas administrativas y académicas que van en sintonía con el saqueo general de los recursos de la UNAM.
Pero, así como hay expresiones burocráticas y de derecha, también hay una fuerte corriente de izquierda que está reflejada entre los trabajadores y los estudiantes, siendo militantes de organizaciones revolucionarias o jugando un papel significativo en comités de lucha y espacios históricos de organización a lo interno de la UNAM, que han lanzado una ofensiva férrea en defensa de los derechos estudiantiles y laborales, así como contra los ataques a la educación. Y al hacerlo marcan una tendencia de lucha política constante, es el mismo reflejo de los antagonismos de clase que vivimos bajo la sociedad capitalista, la corrupción, el desvió de recursos, la falta de pago a los profesores y trabajadores, la violencia que se vive en la universidad hace que los estudiantes se cuestionen ¿qué tipo de autoridades tiene la institución en la que están estudiando?
Sin duda hay una influencia de la derecha, misma que se han encargado de formar tecnócratas y burócratas para ocupar los lugares en el parlamento, como también para administrar las empresas y los negocios de la burguesía, a la par de que en las materias de ingeniería las simplifican más y más para tener elementos que sólo puedan ser contratados como mano de obra barata.
Hay que prepararnos para la batalla
La influencia de la burguesía en la UNAM es clara, pero también es claro que existe mucha determinación por parte los estudiantes y trabajadores por su defensa, han resistido en cada ataque y en el día a día. No sólo pasa en la UNAM, puesto que es una lucha constante en otras universidades como la Universidad Autónoma Metropolitana o el Instituto Politécnico Nacional, y en general en todas las escuelas del país.
Ante esto es indispensable continuar con la organización política a la izquierda y por la vía revolucionaria por la defensa de la educación pública y gratuita, conformar comités de lucha donde no los hay para hacer contrapeso a las estructuras verticales y antidemocráticas. La apertura de las escuelas en 2022 será la oportunidad para discutir un programa de lucha entre los estudiantes y trabajadores que ponga sobre la mesa las demandas más sentidas de la comunidad, las cosas no son apacibles en el sector educativo y mucho menos en las escuelas, la violencia y el crimen organizado alcanzó desde hace tiempo a Ciudad Universitaria, y en general a la UNAM, tanto a nivel medio superior y superior, ante lo cual las autoridades solo se lavaron las manos, culpando y criminalizando a los estudiantes.
La lucha se abrirá en el próximo periodo en la UNAM, los estudiantes nos cobraremos los abusos que sufrimos durante la pandemia y vamos a exponer a los sectores más podridos y nefastos que viven a costa de la universidad.
En las Juventudes Marxistas tenemos un espacio ti, para la luchar.
¡Fuera derechistas y burócratas de la UNAM!
¡Estudiantes y trabajadores unidos y organizados vencerán!