El 24 de noviembre de 1919 se reúnen en la Ciudad de México un puñado de activistas y miembros del recién formado Partido Socialista Mexicano –se había integrado apenas 3 meses atrás, el 25 de noviembre– y en esta reunión deciden cambiar el nombre a Partido Comunista Mexicano y escoger tres delegados para asistir al Segundo Congreso de la Internacional Comunista. Los tres delegados a esta reunión representando al proletariado mexicano son: Manavendra Roy, Evelin Roy y Charles Phillips. Los tres son inmigrantes que vienen de Norteamérica, en el caso de los hombres, uno huyendo del servicio militar obligatorio y el otro tratando de escabullirse del Servicio Secreto Inglés el cual le seguía los pasos por ser un nacionalista radical indio (Manavendra Roy). Es en esta accidentada asamblea donde son citados los miembros de la capital, el Partido Socialista deja de existir y nace el primer PCM.
El contexto nacional
Como bien lo comenta la escritora Elvira Concheiro, los comunistas mexicanos son hijos de dos revoluciones, una de ellas es la mexicana que estaba a punto de entrar, en 1919, a una nueva fase después de que la guerra revolucionaria campesina había terminado (1914-1915) y el constitucionalismo había derrotado a los ejércitos de Villa y Zapata. La huelga general de 1916 también había sido derrotada y la base para pacificar el país estaba comprometida con un nuevo “pacto social” -la constitución de 1917-, en la cual se plasmaban derechos de los trabajadores y campesinos, a pesar de la oposición de Carranza. Estas leyes progresistas eran fruto de las fuerzas radicales nacionalistas y obreras que aún se mantenían dentro
del constitucionalismo.
El gobierno de Venustiano Carranza se apoyó en las diferentes fuerzas sociales, como la Casa del Obrero Mundial, organizaciones campesinas; en los dirigentes militares de varias regiones y la débil burguesía nacional para agrupar una fuerza, lo suficientemente fuerte, para derrotar a los poderosos ejércitos campesinos. Además, esto coincide con un repliegue de las masas campesinas y el comienzo del reflujo de la lucha revolucionaria.
Una vez que Carranza y Obregón aplastan a la insurgencia campesina, se deshacen de sus antiguos aliados y se mantienen en el poder gracias al apoyo de los caudillos y militares, el Estado es demasiado débil para impulsar lq democracia burguesa, la forma en que se estructura el Estado es de forma bonapartista -se recarga el poder en un solo hombre y el apoyo que tiene es burocrático-militar-policíaco, que se apoya en las diferentes clases en pugna y que aparece como neutral pero que al final refuerza el dominio capitalista-.
Hay un periodo de relativa calma que dura dos años (1917-1919) y ésta se rompe por la irrupción violenta de la clase obrera en la escena. El periodo de 1919 a 1922 son años de una rebelión obrera que lucha por salarios dignos, contratos colectivos, la sindicalización, etc. Todos estos derechos formalmente ya existían en la constitución, sin embargo, no se respetaban. Por el contrario, la patronal junto al gobierno hacían todo lo posible porque las luchas se perdieran y reprimían violentamente los intentos de organización.En algunos estados hay excepciones, por ejemplo, en Yucatán o Veracruz, donde los gobernadores radicales progresistas apoyaban las demandas de los obreros y presionaban para que los empresarios las cumplieran.
En este periodo se forman las dos organizaciones obreras más importantes del momento. La Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), fundada en 1918, era una organización encabezada por Morones, que es precursor de los dirigentes sindicales charros o vendidos. Planteando la idea de que las luchas obreras no solo tenían que ser por mejoras económicas, sino políticas, buscó alianzas con el gobierno de Carranza y después se consolidó bajo el gobierno de Obregón. Después de que asistieron a la asamblea del partido Socialista en agosto de 1919 y que no pudieron obtener nada para su beneficio, formaron el Partido Laborista de México, este era un partido a sueldo del gobierno que le servía como tapadera.
La otra gran central que se forma es la Confederación General de los Trabajadores (CGT), se funda en febrero de 1921. En ella se agrupan los diferentes grupos anarquistas y comunistas para hacer un contrapeso a la CROM. Su política es anarquista, rechazan cualquier trabajo político y su método es la acción directa. La CGT es la que encabeza las luchas más duras y donde el Partido Comunista juega un papel destacado hasta que es echado por intrigas de los grupos anarquistas, esta confederación formó parte de la Internacional Sindical Roja.
En términos políticos, el levantamiento de Obregón contra Carranza también marca un punto de inflexión de la vida y conformación del PCM. Muchos de los dirigentes del nacionalismo revolucionario o declarados socialistas que se estaban orientando al joven Partido Comunista, se unen al levantamiento de Obregón y rompen con el PC, el caso más emblemático de esto es el del dirigente del Partido Socialista de Yucatán, Felipe Carrillo Puerto el cual fue miembro, por unos meses, del PCM pero que rompe en el momento del levantamiento obregonista.
La influencia de la revolución rusa
La otra fuente que inspiró el nacimiento del PCM es, claro está, la Revolución Rusa de 1917. Este acontecimiento tuvo un gran impacto a nivel internacional, era la respuesta de un pueblo pobre y hambriento, cansado de la guerra que se rebelaba contra su gobierno y asumían el poder. La primera vez que la clase obrera derrotaba a la burguesía, asumía el poder y derrumbaba el capitalismo. Esto fue un aliento fresco en medio de la brutal guerra imperialista. Hubo levantamientos revolucionarios en varios países influenciados por los acontecimientos en Rusia: En Hungría se instauró por un breve periodo de tiempo la república socialista; hubo toma de fábricas por parte de los obreros en todo el norte de Italia en 1919; una insurrección obrera en Babaría; una huelga general en España en 1918; la revolución alemana en 1919, 1921 y 1923; una huelga general en Gran Bretaña en 1926, la revolución China de 1926-1927; etc.
Los obreros más radicalizados, en todas las partes del mundo veían como ejemplo a seguir lo que sucedía en Rusia. El continente americano no fue la excepción.
Las noticias que llegaron sobre la revolución bolchevique a México son muy confusas y llegaron con meses de retraso (tenemos que imaginarnos un mundo sin internet y redes sociales). Los primeros medios que dieron a conocer las noticias fue la prensa burguesa la cual expone los acontecimientos como locuras y delirios anarquistas. Estos periódicos publicaron artículos de Lenin, Trotsky, Bujarin y demás dirigentes del partido bolchevique.
El otro sector que dio a conocer las noticias de la revolución bolchevique fueron los anarquistas, los cuales estaban organizados en decenas de agrupaciones políticas y gozaban de gran influencia en el movimiento sindical. También hubo ciertas distorsiones en sus artículos y comunicados que pintaban a los soviets como el sueño anarquista, hablaban sobre la realización de los planteamientos anarquistas en la tierra.
Por medio de estos informes, diferentes personalidades de la revolución mexicana se enteraron de los acontecimientos en Rusia. Emiliano Zapata escribió una carta al general Genaro Amezcua que se encuentra en La Habana, Cuba, hablando sobre la importancia de entender la trascendencia de la revolución: “Mucho ganaríamos, mucho ganaría la humana justicia, si todos los pueblos de nuestra América y todas las naciones de la vieja Europa comprendiesen que la causa del México revolucionario y la causa de la Rusia irredenta, son y representan la causa de la humanidad, el interés supremo de todos los pueblos oprimidos”.
El ala del nacionalismo radical que se mantuvo militando dentro del Constitucionalismo también se manifiesta de forma favorable a la revolución rusa.
Dos de las figuras más relevantes son Felipe Carrillo Puerto y Francisco Mújica. Ambos serán, en el siguiente periodo, gobernadores, uno del estado de Yucatán y el otro de Michoacán.
Por otros medios, pero también manifestándose a favor, en un primer momento, están los hermanos Flores Magón, particularmente Ricardo es entusiasta en el primer periodo sobre la revolución rusa, escribe sobre ella, llama a replicar su ejemplo y mantenerla como el punto donde los trabajadores mexicanos tienen que llegar. Este entusiasmo se termina cuando comienzan los conflictos entre los anarquistas rusos agrupados en el Ejército Negro de Magno y el Ejército Rojo bolchevique.
La Tercera Internacional y la formación del PCM
La idea de los bolcheviques en Rusia no era, de ninguna forma, la construcción del socialismo en un solo país, esta idea reaccionaria es fruto del proceso de degeneración burocrática que se desata después de la muerte de Lenin, en 1924 -esta idea contraviene las ideas más generales del internacionalismo proletario que plantea el marxismo-. A pesar de la guerra civil y del bloqueo económico y militar del imperialismo, en enero de 1919 se reúne el primer Congreso de la Internacional Comunista (IC), esto significó un gran paso adelante en la organización del movimiento comunista a nivel internacional. Donde mayor influencia tiene el llamado de la IC es en Europa, ahí se viven grandes escisiones de masas de los partidos reformistas para sumarse a las filas comunistas.
En ese primer congreso de la IC sólo pudo estar presente del continente americano el famoso periodista John Reed. Lo importante de este congreso es la conformación del Comité Ejecutivo Internacional el cual tiene la tarea de producir las resoluciones más importantes de la Internacional, así como organizar el trabajo de lo que serán los futuros partidos comunistas. Para dar seguimiento a todo el mundo se forman Burós de apoyo al trabajo, El Buró de Ámsterdam fue el encargado de dar seguimiento al trabajo en América para formar los PC.
En México no existía un partido socialdemócrata de masas, como en los países europeos, en el cual hubiera cuadros marxistas. Sí existían algunos Partidos Socialistas que eran muy pequeños y muchos eran utilizados como cotos de poder personal para negociar con el gobierno. El único Partido Socialista de masas que había en el país era el de Yucatán (PSY) –más tarde del Sureste- con Felipe Carrillo Puerto al frente. En la capital había un grupo de socialistas que se había formado desde 1912 gracias a un militante del Partido Socialdemócrata Alemán que había sido exiliado en México, llamado Paul Zierold, quien forma, junto a un abogado socialista, Santibáñez, el Partido Obrero Socialista (POS).
En 1917, el año de la revolución rusa, el grupo del POS era muy pequeño y tenía poca participación en la lucha de clases.
Fue con la llegada de algunos migrantes que venían huyendo de los EE.UU., por diferentes razones, que el grupo vuelve a retomar su publicación y comienza un proceso de discusión sobre o que sucede al otro lado del mundo. Especialmente son dos, los que influyen de forma importante en el grupo de socialistas mexicanos, por un lado, está Manavendra Roy y su esposa Evelyn, ellos entran en contacto con el grupo de Socialistas en la capital y rápidamente se vuelven en los promotores de su periódico, también lo financian. El otro emigrante es un americano llamado Charles Phillips (utilizará otros sobre nombres en su estancia en México), él es militante del Partido Socialista Estadounidense y también se involucra en la lucha política nacional. Hay muchos otros migrantes que van a jugar un papel importante en la lucha de clases, por ejemplo, Robert Haberman, quien influirá decisivamente en Carrillo Puerto y el PSY. Estos migrantes vienen mejor preparados, con más conocimiento de lo que sucede en Rusia, y comienzan a agitar sobre una reunión de socialistas.
Para mediados de 1919 aparece en las calles de la Ciudad de México la convocatoria para una Conferencia Socialista. La convocatoria es muy confusa políticamente, sus objetivos eran la discusión sobre lo que sucedía en Rusia y escoger un delegado para mandarlo al Congreso Internacional de Berna, de la segunda internacional. El 25 de agosto comienza la reunión con una fuerte discusión. Están representados tres fuerzas antagónicas; por un lado, los socialistas encabezados por Manavendra; los anarquistas del periódico Luz y un grupo de dirigentes oportunistas, encabezados por Luis N. Morones.
Cuando termina la reunión los anarquistas se han retirado, pues una de las decisiones de la reunión ha sido la formación de un partido, el Partido Socialista de México. El otro grupo que se ha ido son los oportunistas de Morones. Otra de las resoluciones trascendentes de la reunión es que se decide, no mandar un delegado al congreso de la segunda internacional, sino vincularse con la Internacional Comunista, es decir con el sector más radical de la lucha internacional.
Poco tiempo después de terminar la reunión, llega al país el primer bolchevique que pisa suelo mexicano, Borodin (este hombre fue uno de los agentes del estalinismo que llevo adelante la desastrosa política del frente popular en China la cual causó la muerte de miles de obreros y comunistas). Miembro del partido bolchevique y exiliado en EEUU fue el encargado a venir a México, para aprovechar los antagonismos que existían entre el gobierno de Venustiano Carranza con el imperialismo americano, y que México estableciera negocios con la Rusia soviética. Otra de las tareas era encontrar un vínculo con los sectores más a la izquierda para formar el Partido Comunista. Borodin se reunió con Manavendra y parte de la dirección del nuevo Partido Socialista, seguramente acordaron el convocar una asamblea extraordinaria, la cual se desarrolló el 24 de noviembre, y en esta reunión, con un puñado de presentes, se decide cambiar el nombre a Partido Comunista de México y escogen a tres delegados (Manavendra Roy, Evelyn Roy y Charles Phillips) para participar en el Segundo Congreso de la Internacional Comunista. Además de esto, se escoge como primer secretario general del partido a un informante de la embajada americana Jesé Allen. La reunión vota un comunicado público que se llama “El Partido Socialista Mexicano trata de unificar sus acciones con los partidos comunistas de otras regiones”, en ella anuncian el cambio de nombre del partido.
Los primeros pasos en la consolidación
Se puede decir que el primer congreso del naciente Partido Comunista de México es una maniobra impulsada por Borodin y el grupo del recién Partido Socialista de México en la capital del país. No se sabe bien la cantidad de los asistentes, pero lo que sí se sabe es que los demás grupos de los diferentes estados no fueron avisados de esta reunión. De los 3 delegados al congreso mundial solo uno de ellos regresaría, la familia Roy se quedará en Rusia y después jugarán algún papel en la formación del Partido Comunista en la India. Borodin se queda 3 meses en México y antes de su partida conforma el Buró Latinoamericano de la Internacional Comunista. Una de las grandes tareas de este Buró era convocar a un Congreso latinoamericano a celebrarse en México lo antes posible.
Este órgano hay gente muy cercana a Carrillo Puerto y Francisco Mújica. La partida de los tres delegados y de Borodin dejan al PC en una situación complicada. A lo interno se comienza una lucha fraccional que va a terminar con una pequeña escisión y la declaración de un nuevo partido comunista, esta escisión la encabeza un esotérico americano de apellido Gale. A lo externo, hay una lucha importante entre los anarquistas y el nuevo partido por la influencia en el movimiento obrero, se le suma a esto el levantamiento obregonista. Se acerca al partido un grupo de jóvenes llamados Juventud Igualitaria, el más destacado de ellos y que jugará un papel muy importante en el próximo periodo es José C. Valadez.
Tenemos que decir que la mayoría de la gente que se acerca al PC y que milita en él tiene una formación ideológica y reproduce los prejuicios del anarquismo, esto no se remediará hasta después de una dura batalla de formación política que dará el enviado de la IC, el japonés Sen Katayama.
A finales de diciembre de 1919 el partido publica el periódico llamado El Comunista, que sustituye a El Soviet. El Comunista es una publicación que se mantiene con grandes esfuerzos, juega un papel muy destacado Elena Torres, cercana al grupo de Carrillo Puerto. El ambiente de lucha entre los trabajadores ayudó para que las ideas del partido tuvieran un eco. En Veracruz, por ejemplo, se forma un grupo llamado Revolución Social el cual es encabezado por Manuel Díaz Ramírez, quien también se integrará al PCM y él será el único mexicano que se reúne con Lenin en el tercer congreso de la IC. Otro de los sectores donde el PC tiene una influencia importante y recluta los primeros núcleos es del movimiento radical feminista, este trabajo fue realizado, entre otras, por Evelin Roy, quien formó en la Ciudad de México el Consejo Nacional de Mujeres.
El partido no se pudo mantener sino a partir de grandes esfuerzos y espíritu de sacrificio. Es cierto que la lucha de clases creció fuertemente, principalmente después de que Obregón llega al gobierno.
Entre los grupos anarquistas y comunistas forman un frente único que dura todo el año de 1920 y el resultado de esto es la formación de la CGT a principios del año siguiente. A finales de la década del 20 el PC tenía filiales en Ciudad de México, Orizaba, el puerto de Veracruz y Tampico. Editaban tres publicaciones: Boletín Comunista, Vida Nueva y Juventud Mundial. Hay un desplazamiento del secretario general y quedan al frente del partido José C. Valadez y Díaz Ramírez.
Los delegados de la Internacional
El regreso de Phillips fue muy importante para el partido porque, además de su participación, trajo noticias y textos de lo que se discutió en el congreso de la internacional, por ejemplo, las 21 condiciones de adhesión a la tercera internacional y otras resoluciones sobre el trabajo sindical fueron publicadas en el Boletín Comunista. Otros textos no se difundieron mucho porque contenían ideas que a las ideas anarquistas reinantes dentro del partido no les hacían gracia.
Hasta antes de la degeneración burocrática estalinista, la Internacional se basaba en el convencimiento y la formación política para fortalecer los Partidos Comunistas, en los tiempos de Lenin y Trotsky hubo muchos debates con diferentes partidos y nunca se impusieron ni tomaron alguna medida organizativa para hacer prevalecer sus ideas, su método fue el debate democrático y fraterno, en muchas ocasiones eran debates duros, pero siempre se pudo hablar y tener un punto de vista propio. La forma en que la Internacional funcionaba era como un partido único mundial, no era una suma de partidos. Había una dirección internacional escogida en sus congresos y está dirección tenía la tarea de dar seguimiento al trabajo de las diferentes secciones.
En el Segundo Congreso de la Internacional Comunista se decidió desaparecer el Buró de Ámsterdam y mandar a tres cuadros a América para formar la Oficina Panamericana de la Internacional Comunista. La tarea de esta Oficina era fortalecer el PCM, del de los EEUU y Canadá, y la formación de los partidos comunistas de Centroamérica. Los enviados fueron Louis Friana, un letón-americano, dirigente del partido comunista de los EEUU; el dirigente sindicalista japonés y fundador del Partido Comunista Japonés, Sen Katallama, y Carl Johnson, dirigente del partido comunista canadiense, el cual nunca se paró en México e intrigó contra los otros dos delegados.
De estos, quien jugó el papel más destacado para consolidar al partido fue el japonés Sen Katallama. A pesar de que no hablaba español y que tenía que actuar en la clandestinidad, se reunía de forma regular con la dirección del partido, daba orientación al trabajo dentro de la CGT y ayudaba -fue determinante, diría yo- para ganar una parte de un grupo llamada Federación de Jóvenes Comunistas, los cuales fueron la base para el desarrollo del partido a partir de 1923. Junto con Phillips, Fraina, Valadez y Díaz Ramírez, lograron sentar las bases para los primeros cuadros del partido y comenzar a escribir documentos sobre la historia del movimiento obrero mexicano, análisis sobre la revolución mexicana, etc.
A pesar de los giros bruscos en la política mexicana y la lucha contra los prejuicios anarquistas, el partido logró sobrevivir gracias al seguimiento de la Internacional Comunista.
Aunque la Oficina Panamericana fue disuelta, ya se había dado pasos para la creación de una dirección nacional que pudiera asumir los siguientes retos.
Desgraciadamente con el proceso de degeneración en la URSS, la IC llevó el mismo camino y rápidamente se convirtió en una agencia de burócratas que tenían que defender la política de la burocracia soviética a ultranza, los debates fueron desplazados por la obediencia y de una política revolucionaria se pasó a una colaboración de clases con la burguesía.
Todo esto lo vivió años después el PCM anulándolo como una herramienta de lucha para la transformación socialista de la sociedad. No se pone en entredicho la abnegación y espíritu de sacrificio de sus militantes, pero la política de su dirección siempre jugó un papel de freno en los momentos decisivos. Reivindicar estos primeros años de la formación del PCM y extraer sus experiencias es tarea fundamental para las nuevas generaciones que tenemos como meta de vida la transformación socialista de la sociedad.