Ricardo Flores Magón se convertiría en un defensor de la causa de la clase obrera y la lucha contra el capitalismo. Tras de sí estaba una fuerte tradición revolucionaria, de quienes lucharon en contra del colonialismo, el oscurantismo, la liberación nacional y los vestigios feudales.
Ricardo era uno de los elementos más lúcidos intelectualmente y más radicales de su generación. Sus escritos tendrían un impacto de masas. Pagaría esto con cárceles, con intentos de asesinato, con el exilio y con su vida misma, que perdió hace 100 años.
Los más firmes opositores al régimen porfirista se abrazaron a la tradición liberal, la tradición revolucionaria del pasado, y formarían el Partido Liberal Mexicano (PLM).
Durante el gobierno de Porfirio Díaz se consiguió un cierto desarrollo industrial. El capitalismo mexicano nació subordinado al capital imperialista debido a la debilidad de la burguesía nacional, marcando su desarrollo parasitario. Eso significó la aparición, en el sentido más moderno, del proletariado en México. El país no dejó de ser predominantemente campesino, pero con zonas en que predominó la gran producción capitalista, con concentración masiva de obreros. El desigual desarrollo capitalista tendría un impacto en el desarrollo del PLM.
Demandas obreras en el programa de 1906
El PLM, apenas nacido, fue víctima de brutal persecución. No hubo salida más que el exilio de los dirigentes. En EEUU se establece la Junta Organizadora del PLM (JOPLM). Resultado de un amplio debate, escribe su programa, que mantuvo un carácter liberal, pero reivindicando de forma muy clara demandas de las clases explotadas. Defiende el respeto de la constitución de 1857 y las leyes de Reforma, pero establece de forma clara derechos para la clase obrera.
Por primera vez se muestra a la mujer trabajadora como sujeta de derecho (artículo 22) y se reivindican toda una serie de demandas como: la jornada de 8 horas; el establecimiento de salarios mínimos que salven de la miseria al trabajador; la prohibición del trabajo infantil; regular el trabajo a destajo para evitar abusos; higiene y seguridad para el obrero; suprimir todo el sistema que endeudaba (y con esto esclavizaba) al trabajador, eliminando las tiendas de raya; obligatoriedad del descanso dominical; etc. Sería la primera vez que se levanta la voz a favor de los derechos proletarios.
Al programa se le dio la más amplia difusión. Esto, sumado a la persecución del que fue objeto el PLM, puso a ésta organización como el referente más consecuente en la lucha revolucionaria. Este programa reflejaba la entrada de clases explotadas en el partido y a su vez atrajo a más sectores obreros que nacían a la lucha.
La huelga de Cananea
En Cananea, a sólo 40 kilómetros de Arizona, EEUU, se establecería The Cananea Consolidated Copper Company, S.A con capital fundamentalmente norteamericano. Su principal accionista, William Greence, era dueño de medio millón de hectáreas en la región y dentro de sus propiedades se encontraban las minas. El gobierno municipal estaba bajo su control (con todo el respaldo del gobierno estatal y nacional). Era dirigido por Ignacio MacManus, que tenía nacionalidad norteamericana y era tesorero de la compañía.
En este caso particular los salarios que daba la compañía eran mayores comparativamente con otros sectores de los trabajadores del campo y la ciudad. Pero los niveles de explotación eran brutales. Se usaban prejuicios raciales y nacionales para denigrar a los obreros mexicanos y pagarles salarios más bajos que a los obreros norteamericanos, a la par de buscar la división de la clase obrera en líneas nacionales.
El PLM estableció círculos en ambos lados de la frontera. Regeneración, el periódico del partido, se introducía a México desde EEUU en medio de difíciles condiciones como falta de recursos, multas, censura y represión. Se enviaron artículos desde Cananea que explicaban la situación sufrida. También se cometieron errores como publicar los nombres de los corresponsales en los artículos, poniéndolos en la mira de la represión de la compañía. Ricardo sugirió, a los compañeros que los estaban vinculando a Regeneración, negar a la compañía su participación y escribir una carta privada (que seguramente sería leída por la policía) renegando del periódico revolucionario. También planteó usar seudónimos, incluso en las cartas privadas, y poner distintas direcciones para despistar a la policía. Todo esto tenía el objetivo de mantener un trabajo clandestino de los cuadros dentro de la fábrica.
Una histórica huelga, con dos millares de obreros, estalló el 1° de junio de 1906, demandando un salario equitativo a los trabajadores norteamericanos y posibilidades de ascender dentro del trabajo. Las demandas no solo eran económicas, se luchaba por dignidad. Se realizaron manifestaciones que terminaron en trifulcas, con compañeros caídos. Pero el poder obrero, que paró la producción y las ganancias, se hizo sentir. El gobierno de Porfirio Díaz intercedió como mediador del conflicto, pero sólo para darle la razón a los capitalistas imperialistas y llamar a los huelguistas a regresar al trabajo. Eso no se podía aceptar, la huelga siguió y el Estado debía ratificar su autoridad con la represión.
Dada la lejanía de Cananea del centro de México, fueron los rangers norteamericanos quienes, con toda impunidad y complicidad del Estado mexicano, cruzaron la frontera para aplastar al movimiento obrero de forma sangrienta. Es un buen ejemplo de cómo la nacionalidad pasa a segundo término al poner sobre la mesa los intereses de clase.
Esta huelga obedecía a una fuerte presión de la base obrera. Fue tan repentina que la Junta del PLM en el exilio no pudo jugar ningún papel, pero sí lo hicieron miembros de los círculos liberales del PLM.
No todos los dirigentes de la huelga de Cananea pertenecían a este partido, los militantes del PLM no tenían una posición emanada de la dirección del partido, pero jugaron un papel destacado.
El movimiento tuvo enorme fuerza, pero quedó aislado, facilitando así la represión. Fueron acciones de vanguardia las que abonaron a desarrollar una conciencia revolucionaria pero, en su momento, no reflejaban el sentir de las masas en su conjunto, sobre todo del campesinado.
Ricardo Flores Magón llevaba en su historial la represión y varias cárceles. Sacó la conclusión de que había que acabar con el régimen en su conjunto y esto no podría hacerse de forma pacífica. Por un lado, sus ideas y agitación comenzaban a reivindicar la causa obrera desarrollando un importante trabajo de agitación y organización proletaria, pero, por otro lado, su estrategia revolucionaria se asemejaba mucho a la del revolucionario francés Louis Blanqui. Buscaba de un golpe provocar una insurrección armada que derribara al sistema. Tenía la ilusión que la represión en Cananea generaría la indignación necesaria para ir a las armas. En una carta escrita el 27 de julio de 1906, dice:
“Ojalá que los compatriotas de Cananea no olviden el ultraje que han recibido y que estén dispuestos a conquistar con la fuerza lo que con la fuerza se les niega; pero es bueno también que no obren aislados. Es bueno que nos pongamos de acuerdo y que obremos en un sólo día y una misma hora en muchas partes de la república. Así podemos triunfar sobre el despotismo.”
Era correcto buscar una lucha generalizada. Contra un régimen así el tema de las armas (como demostraría la próxima revolución) era necesario, pero este debía ser empujado y avalado por sectores muy amplios de las masas. El proceso era inmaduro.
Pensaban hacer una agitación entre las bases del ejército llamando a que este no reprimiera las luchas del pueblo. Ya en ese tiempo, Ricardo se inspiró en la revolución rusa (iniciada en 1905) y veía lo bien organizada que estaba la clase obrera y como habían conseguido atraer a bases de las fuerzas armadas, fracturándolas en líneas de clase. Antes de su exilio, el PLM había hecho trabajo revolucionario dentro de las fuerzas armadas, lo cual llevó a Enrique Flores Magón y a Ricardo a la cárcel, conviviendo ahí con muchos soldados rasos. Entendían que estás instituciones eran un aparato represivo contra los trabajadores pero que muchos soldados eran trabajadores o campesinos, algunos de ellos caídos en ruina y reclutados de manera forzosa.
Los militantes del PLM fueron perseguidos y algunos encarcelados tras la huelga de Cananea. Uno de ellos alcanzó a escapar y cuando estuvo a salvo se puso en contacto con la JOPLM, para continuar la lucha revolucionaria. Lo primero que hizo, aun cuando estaba huyendo y había quedado desempleado de Cananea, fue enviar su contribución económica para apoyar el trabajo del partido. El PLM se construyó con un abnegado sacrificio revolucionario.
Se temía que los militantes del PLM detenidos en Cananea fueran fusilados, eso aceleró los preparativos de una insurrección. El plan era que si la indignación hacía que se levantara en armas Cananea (o se daba otro foco local de insurrección) esta acción sería secundada por el resto de los militantes. Sino, se organizaría un levantamiento en una fecha posterior.
Siendo un partido infiltrado y acosado por dos Estados capitalistas, el gringo y el mexicano, estos intentos insurreccionales fueron frustrados con detenciones policíacas en EEUU que terminaron en deportaciones y encarcelamientos. Ricardo Flores Magón escaparía milagrosamente de esas redadas pero pocos meses después caería también preso. El propio dueño de la compañía minera en Cananea le declararía la guerra y promovería su persecución en EEUU. ¿Qué es el Estado sino un cuerpo de hombres armados en defensa de la propiedad?
Regeneración fue prohibido y su dirección encarcelada, saliendo a la escena nuevas capas que asumieron roles de dirección.
Un partido revolucionario debe actuar en la legalidad e ilegalidad, saber desarrollar un trabajo clandestino y fomentar la acción de la clase obrera y la elevación de su conciencia. Pero es muy peligroso caer en la desesperación, tratar de buscar atajos, ver el proceso desde los ojos de la vanguardia y no ver el estado general de conciencia de las masas. Si se confunde el nivel de conciencia del sector avanzado con el conjunto del movimiento es posible que la vanguardia se distancie de la masa y se aísle. La popularidad del PLM se incrementó pero con sus acciones frustradas se inmolaron, pues no eran secundadas por el movimiento de masas de los trabajadores, que aún no habían llegado a la conclusión de llevar adelante una lucha de esta magnitud. Si a esto le sumamos las debilidades del partido y la represión, el resultado fue no sólo la derrota inmediata sino preparar el terreno para su aislamiento en la futura revolución.
Cananea fue el primer acto heroico de la clase obrera. El segundo acto sería la huelga general textil de 1907, que tuvo como epicentro a las fábricas de Río Blanco y La Rosita en Veracruz. Nuevamente fueron los círculos del PLM impactados por la clase obrera (de la cual varios de sus miembros formaban parte) quienes jugarían un papel determinante. El trabajo fue paciente, los primeros núcleos obreros que intentaron organizar a los trabajadores fracasaron, pero dejaron cuadros y sentaron las bases para las luchas futuras. La prensa obrera, distribuida clandestinamente dentro de la fábrica, fue clave.
La JOPLM estaba enfrentada a enorme represión y encarcelamiento, no pudo influir determinantemente en este proceso. Ésta masiva huelga también fue bañada en sangre. Cuando en enero de 1905 los obreros en Rusia marcharon haciendo sus peticiones al zar y este los masacró, fueron al partido bolchevique a pedir armas. El proceso revolucionario era más maduro, había una mayor organización obrera en Rusia pero sobre todo había un partido revolucionario más consolidado, con una dirección con mayor claridad política, cuadros y arraigo en la clase.
El PLM estaba en un proceso de transición, entre el liberalismo y tendencias radicales que oscilaban entre el anarquismo, el blanquismo y el marxismo, expresando en cierto sentido la misma inmadurez de la naciente clase obrera.
Del liberalismo a la lucha contra el capitalismo
EEUU había vivido dos revoluciones burguesas victoriosas. El exilio de los pelemistas echó abajo las ilusiones que éstos tenían hacia este país como referente liberal. Además, emergía como una gran potencia capitalista. Era un país de migración y organización revolucionaria de la clase obrera. Eso llevaría a los pelemistas a entrar en contacto con otras migraciones mexicanas que influenciaron mutuamente a las luchas locales en comunidades y nutrieron y ampliaron el panorama de los pelemistas.
También permitió entablar contactos con revolucionarios socialistas de EEUU y otros países. Algunos de ellos, como el Partido Socialista Estadounidense, tenían una dirección reformista, conectaron con esos sectores del PLM que no rompieron con el liberalismo. Había alas más radicales. En un país con alto campesinado, que venía del liberalismo, tuvieron buena acogida las ideas anarquistas. Esto también fue determinado por los contactos concretos que el núcleo de Ricardo Flores Magón estableció. Ricardo había leído también a Marx y no fue un anarquista ortodoxo pues expresaba una tradición revolucionaria con fuertes raíces nacionales. Era ante todo un revolucionario que buscó acabar con la explotación.
Frente al movimiento maderista
El exilio y cárcel pusieron su marca a estos revolucionarios que quedaron en libertad en 1910, poco antes del estallido de la revolución. Mientras estaban en la cárcel, había surgido un nuevo partido que adquirió un verdadero carácter de masas. Era un partido pluriclasista dirigido por un burgués liberal que no planteaba más que una reforma que permitiera mayor democracia, sin cambiar de fondo las relaciones sociales de producción ni mucho menos tocar la propiedad de los grandes terratenientes y capitalistas. Pero de su base surgirían los combatientes de la futura revolución. Las compuertas de la revolución se abrieron con la figura de un burgués de ideas liberales que se enfrentó a Porfirio Díaz en una elección en que le disputaba la presidencia.
Saliendo de la cárcel los dirigentes pelemistas, contaban con cuadros experimentados, un periódico con gran difusión y popularidad y militantes obreros dispuestos a seguirlos. Finalmente, la marea comenzaba a correr a su favor y una revolución de masas estaba por nacer.
Por un lado, un sector del PLM veía el proceso de masas que emergía y consideraba que el socialismo no era posible en lo inmediato en México, que era necesario acabar con el régimen, fortalecer a los sindicatos y establecer condiciones que desarrollaran el capitalismo para, en un futuro, luchar por el socialismo. Ricardo Flores Magón comprendía los límites del maderismo que no aspiraba a ninguna revolución social. Pero no buscaron atraer a la base trabajadora que creía y seguía a Madero. El PLM se escindió y un sector importante fue atraído al maderismo, otros a su combate.
El manifiesto del 23 de septiembre de 1911
El PLM, con Flores Magón, impulsó nuevos levantamientos armados que tuvieron su mejor desempeño en Baja California, en medio ya de la revolución. Pero fueron aplastados por el propio maderismo.
Enarbolaron el programa más radical de la revolución mexicana que fue publicado como manifiesto el 23 de septiembre de 1911. Dice que la humanidad está dividida “en dos clases sociales de intereses diametralmente opuestos: la clase capitalista y la clase trabajadora”. Los que poseen los medios de producción y quienes solo tienen sus brazos, su trabajo. Dice “¡Arriba todos; pero para llevar adelante la expropiación de los bienes que detentan los ricos!”
Este programa se quedó sin una organización que lo defendiera pues el PLM fue barrido y aislado en las primeras fases de la revolución.
Internacionalismo proletario contra la guerra imperialista
Ricardo Flores Magón continuó su actividad revolucionaria y la publicación de Regeneración en su exilio en EEUU. Siguió ahí el proceso de la revolución mexicana, simpatizando ampliamente con el zapatismo y al final comprendiendo el papel revolucionario del villismo.
La guerra mundial azotó al mundo. Magón se opuso a ésta con una posición proletaria e internacionalista. Cuando vino la revolución rusa de 1917, escribió estas palabras:
“La revolución de Rusia no es una revolución nacional, sino que es una revolución mundial. Los bolcheviques son los verdaderos internacionalistas. Ellos son los únicos que desean ver extenderse por todo el mundo las ideas de la revolución”.
La guerra continuaba haciendo estragos y mandando a la clase obrera al matadero. Su último escrito en libertad fue el manifiesto del 16 de marzo de 1918 dirigido a los obreros del mundo en que decía:
“El reloj de la historia está próximo a señalar, con su aguja inexorable, el instante en que ha de producir la muerte de esta sociedad que agoniza. (…) Preparar al pueblo no sólo para que espere con serenidad los grandiosos acontecimientos que vislumbramos, sino para que sea capaz de no dejarse arrastrar por los que quieren conducirlo ahora por caminos de flores, a idéntica esclavitud o a tiranía semejante a la que hoy sufrimos”.
Este manifiesto le llevaría a su última cárcel, de la que saldría en noviembre de 1922, pero sin vida.
Viva Ricardo Flores Magón
Ricardo Flores Magón revindicó la lucha a favor de las clases explotadas. Comprendió la necesidad de acabar con el capitalismo internacionalmente. Sus ideas penetraron en la clase obrera quien emprendió las primeras grandes luchas revolucionarias en México. Cometió errores de los que debemos aprender, pero también debemos aprender que por la causa de la clase obrera vale la pena hacer los más grandes sacrificios y ofrendar la vida.
Hoy el proletariado debe rendirle un digno homenaje a Ricardo Flores Magón luchando por conseguir un cambio revolucionario que acabe definitivamente con la explotación, el hambre y la represión. Para ello debemos construir un partido revolucionario con una prensa de combate. Ésta es nuestra tarea.