Decenas de miles de trabajadores a lo largo del país, particularmente en el sector educativo, han protestado ante la reforma de la Ley del ISSSTE presentada por el actual gobierno, la cual es limitada pues no toca de fondo el problema de las jubilaciones y pensiones. Un papel relevante en las movilizaciones han jugado los dirigentes y militantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) aunque el movimiento se ha desarrollado más allá de sus espacios de influencia tradicional.
El gobierno ha reaccionado ante las protestas, mencionando que la reforma no afectará a los trabajadores de base, particularmente lo que se refiere al aumento de la cuota destinado al seguro médico, además ha tomado la determinación de “dejar en suspenso” la aprobación de la Ley.
Un sector del movimiento ha definido que de los objetivos no se circunscriben a la limitada Ley presentada por el actual gobierno, sino a la abrogación de la Ley del ISSSTE del 2007, impulsada por el gobierno de Felipe Calderón, aprobada por el PRI, promovida por las cámaras empresariales y cúpulas sindicales.
Las movilizaciones avanzan
En Baja California, trabajadores de la educación afiliados a la Sección 2 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) impulsaron un paro de 48 horas en 300 escuelas del estado, el 27 de febrero, 5 mil trabajadores marcharon en la Ciudad de Tijuana, bajo la consigna de ¡hoy la clase es en la calle y el tema es la dignidad! Los dirigentes sindicales estatales brillan por su ausencia, los maestros reclaman que la última vez que supieron de ellos fue cuando se acercaron a solicitar el voto en las elecciones para elegir al Comité Seccional.

En el marco de la jornada de lucha convocada para el 27 y 28 de febrero, 10 mil profesores en la ciudad de Hermosillo, Sonora tomaron las calles y las tiñeron de rojo debido a las playeras que portaban los miles de manifestantes. La protesta culminó frente al Congreso del Estado.

En Chihuahua los trabajadores afiliados de la Sección 8 del SNTE, se movilizaron masivamente y redactaron una carta pública a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que vale la pena reproducir algunos extractos, pues sintetiza el sentir de miles de trabajadores del Estado:
Nos dirigimos a usted con la firme convicción de que su gobierno debe corregir una de las más grandes injusticias cometidas por los gobiernos neoliberales contra el magisterio y el conjunto de los trabajadores del Estado: la imposición de la Ley del ISSSTE de 2007.
Dicha Ley, impuesta sin consulta y en contra de los derechos laborales conquistados históricamente, ha precarizado nuestras condiciones de jubilación, sustituyendo el sistema solidario de pensiones por un modelo de cuentas individuales que condena a los trabajadores a una vejez en la incertidumbre y la pobreza. Esta medida benefició a los grupos financieros que administran nuestras Afores en detrimento de quienes hemos dedicado nuestra vida a la educación y al servicio público.
Hoy, su administración tiene la oportunidad histórica de saldar esta deuda con el magisterio y la clase trabajadora. Exigimos la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007 y el restablecimiento de un sistema de pensiones digno, solidario y suficiente, que garantice una jubilación justa para los trabajadores del Estado.
No podemos seguir permitiendo que las y los docentes se retiren con pensiones miserables después de años de entrega en las aulas. La educación pública de nuestro país merece maestros con condiciones de vida dignas, tanto en activo como en retiro.
En Oaxaca la Sección 22 del SNTE, un contingente fundamental de la CNTE, convocó a un paro de 48 horas, a tomas de edificios públicos y trasladó a una buena parte de sus agremiados a un mitin en la Ciudad de México. Ahí, otros contingentes de la CNTE, el sector democrático de la Sección 9, 10, 18 y 7, acompañados por otras organizaciones sociales y sindicales realizaron un mitin frente a la Cámara de Diputados federal.
La movilización logró algunos acuerdos firmados por el Director General del ISSSTE y la Secretaría de Gobernación, en el que dice que no se promoverá nada que afecte al magisterio y que no se discutirá nada en el Congreso si antes no existe un acuerdo con los trabajadores movilizados.

En el estado de Michoacán, otro sector que reivindica su militancia con la CNTE, convocó a una movilización multitudinaria. En Quintana Roo, las bases del SNTE obligaron al dirigente sindical a convocar a las movilizaciones, al que acudieron miles de profesores y además a decretar el paro indefinido.

Además hubo movilizaciones en Colima, Hidalgo, Jalisco, Yucatán.
Las movilizaciones no nacieron por generación espontánea, es producto de un proceso de toma de conciencia por parte de miles de trabajadores que ha calado profundo las promesas de abolir las llamadas reformas neoliberales, es decir, aquellas iniciativas promovidas por los gobierno del PRI y el PAN que sirvieron fielmente a los intereses de un puñado de ricos, los dueños de las grandes empresas y bancos, en detrimento de las condiciones de vida de la clase trabajadora. En este caso la Ley del ISSSTE del 2007, que puso fin al régimen solidario y público de pensiones y que fue sustituido por un sistema de cuentas individuales manejadas por un puñado de administradoras del sector financiero que obtienen jugosas ganancias, mientras que a miles de trabajadores se les incrementó los años para jubilarse y de facto se disminuyó el monto que recibirán en la pensión.
Morena y el gobierno de la 4T tiene los números y el apoyo social suficiente para abrogar esta y otras iniciativas del pasado, entonces ¿por qué no sucede?
El alcance del proyecto de reformas del gobierno de la 4T
Esto expresó el ex-presidente Andrés Manuel López Obrador al presentar el Plan Nacional de Desarrollo de su sexenio:
“Estamos iniciando una etapa nueva, es un cambio profundo, una transformación; no es un simple cambio de gobierno, es un cambio de régimen. Es el momento de expresar que para nosotros ya se terminó con esa pesadilla. Declaramos formalmente desde Palacio Nacional el fin de la política neoliberal, aparejada esa política con su política económica. Quedan abolidas las dos cosas: el modelo neoliberal y su política económica de pillaje, antipopular y entreguista.” Además, se entiende que el gobierno de Claudia Sheinbaum es una continuidad del proyecto político que han denominado la Cuarta Transformación.
En el terreno de la seguridad social hubo reformas que puede catalogarse de corte neoliberal, la de 1997 impulsada por el gobierno del PRI de Ernesto Zedillo al Instituto Mexicano del Seguro Social y, diez años después, la impulsada por el gobierno panista de Felipe Calderón al Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. Respecto a estas el ex-presidente Andrés Manuel López Obrador en reiteradas ocasiones mencionó que se tenían que revisar y puso sobre la mesa el tema de las pensiones y jubilaciones de los trabajadores; a su vez la actual presidenta durante la campaña presidencial propuso que habría pensiones dignas para los trabajadores e hizo referencia a esas leyes criminales impulsadas en el terreno de la seguridad social.
Eso ha calado fuerte en la mente de miles de trabajadores, los cuales se preguntan si ahora se plantea una nueva Ley del ISSSTE ¿para cuándo la discusión del tema de las jubilaciones y pensiones?
Si desde hace 7 años se decretó el fin de ese modelo de saqueo y corrupción, si se ha decretado el fin del neoliberalismo en diversos discursos ¿por qué no ponerle fin a la Ley del ISSSTE de 2007?
Como una reacción a las movilizaciones de miles de trabajadores, representantes del gobierno han salido a dar declaraciones respecto a que la Ley del 2025 no se aprobará sin el consenso de los trabajadores del Estado y en particular del magisterio, incluso la propia Claudia Sheinbaum ha utilizado minutos de su conferencia mañanera para declararlo.
Sin embargo llama la atención algunos aspectos.
La hostilidad con que se toman las movilizaciones por parte de algunos funcionarios de gobierno, en particular el Presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, quién incluso se ha enfrentado verbalmente en Sinaloa con manifestantes que le exigían una explicación sobre su posición de la Ley. En algunas declaraciones en tono retador ha insinuando que los trabajadores no leen bien las propuestas y que por mucho que haya manifestaciones no existe dinero para regresar al viejo esquema de pensiones anterior a la Ley del ISSSTE del 2007. ¡Una reacción muy peculiar de un representante que se asume como parte de un movimiento social que busca transformar la sociedad y que en el pasado llamaba enérgicamente a salir a las calles a manifestarse contra las llamadas medidas neoliberales!
El gobierno ha aclarado que el aspecto de la Ley del 2025 donde se contempla un incremento de la cuota que se aporta al seguro social con la finalidad de buscar fondos para mejorar el seguro médico para aquellas personas que perciben más de 10 Unidades de la Medida y Actualización sobre su salario integrado mensual (que equivalen a aproximadamente a $34,400) se refieren no a los trabajadores de base, sino a los altos directivos y funcionarios de las instituciones del gobierno.
Pero hay un pequeño detalle, en la página 3, de la exposición de motivos de la Ley del 2025, dice que el dinero se obtendrá por “cuotas y aportaciones con respecto a trabajadores de confianza y base que ganan más de 10 UMAS al mes.”
Efectivamente, el contenido de la Ley no vuelve a mencionar a los trabajadores de base, pues si se trata de un error o un mal entendido en la redacción de la exposición de motivos pues se debe aceptar, por que la redacción es clara y atendiendo las recomendaciones que brinda el Presidente de la Mesa Directiva del Senado “se deben leer bien” las propuestas antes de publicarlas.
En tono más mesurado la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha repetido que ese aspecto recaudatorio de la Ley está destinado a los altos funcionarios, que además se pondrá en pausa la aprobación de la nueva Ley y que se debe buscar la manera de obtener el dinero para discutir las semanas relacionadas a regresar al esquema solidario de pensiones, entendiendo que el Estado no tiene los suficientes recursos para cumplir esa demanda.
Efectivamente, el gobierno no tiene ese dinero, pero el reducido grupo que son los dueños del capital financiero sí. Y siguen haciendo una fortuna a costa de los ahorros de millones de trabajadores que están invertidos en las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores).
El dinero invertido en las cuentas individuales manejados por 10 Afores representan 6.02 billones de pesos, el equivalente al 20% del Producto Interno Bruto del país, de ese tamaño es su poder económico y anualmente sus ganancias por “administrar” los ahorros de los trabajadores equivale a más de 600 mil millones de pesos. ¿Acaso no hay dinero para otorgarle un futuro digno a todos esos trabajadores? ¡Existe! pero está concentrado en una ínfima minoría de empresarios y banqueros.
Los límites de la 4T, en este y otros temas, es que separa la lucha contra el modelo neoliberal del sistema que le dio origen: el sistema capitalista, el cual se basa en la explotación de millones de trabajadores por parte de un grupo sumamente reducido de millonarios y cuya riqueza proviene de la extracción de plusvalía de la clase trabajadora. Las reformas neoliberales provocaron que esa explotación y saqueo se hiciera aún más grande y evidente.
Efectivamente, el sistema capitalista es profundamente corrupto en nuestro país, y los funcionarios del gobierno reciben una tajada importante del pastel para enriquecerse y, efectivamente, necesitamos combatir a la corrupción, pero no olvidemos que el origen de la desigualdad social no está exactamente en las prácticas corruptas de los gobernantes, sino en el funcionamiento mismo del sistema capitalista.
Un gobierno revolucionario, que represente las aspiraciones de la clase trabajadora, expropiaría toda esa riqueza concentrada en un puñado de personas, que además es producto del sacrificio y esfuerzo de los trabajadores, para ponerla bajo la administración democrática de la sociedad y la clase trabajadora, con la finalidad de brindarle un futuro digno a aquellos trabajadores que han dedicado años de su vida al servicio y de trabajo y acabar con todo tipo de desigualdades sociales que genera el sistema capitalista.
Para cumplir con ese objetivo estratégico hace falta la construcción de una organización de la clase trabajadora que represente fielmente nuestros intereses y la recuperación de nuestras actuales organizaciones para este fin, pues actualmente la gran mayoría de los dirigentes se representan a sí mismo y sus intereses.
El papel de los dirigentes sindicales y los políticos de la izquierda
Es inaceptable que los docentes tengamos que recurrir a movilizaciones, alzar la voz y defender nuestros derechos sin contar con un respaldo sindical efectivo. Un respaldo, que cabe recordar, existe gracias a nosotros. Lamentablemente, el lema que utilizaron en su pleno, volver a las bases, con visión de futuro, se ha quedado en palabras vacías. Ya hemos podido observar qué futuro nos depara, y no podemos conformarnos con esa forma de defender los derechos de los agremiados.
(Carta de Secretarios Generales y Representantes de Centros de Trabajo de la Región Costa Norte en Jalisco, enviada al Secretario General de la Sección 16 del SNTE)
“Juan Enrique Villanueva, líder de la Sección 2 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, no se ha presentado ante la base sindical, la última vez que supieron de él fue cuando realizó una campaña para pedirles votaran a su favor en la elección interna”.
(Declaración al periódico La Jornada de un profesor que participó en una manifestación en Tijuana, Baja California).
¡Maestro presente, el SNTE sigue ausente!
(Consigna en las manifestaciones).
Existe la percepción entre miles de trabajadores de la educación que los dirigentes sindicales no los representan, sirven a otros intereses y no exactamente a los de los trabajadores. Por supuesto que hay honrosas excepciones, pero en nuestro país sigue existiendo ese fenómeno denominado charrismo sindical que no se ha eliminado con los gobiernos de la 4T, sino todo lo contrario los han acogido y les han entregado puestos de representación popular.
Aunque el índice de sindicalización es bajo en el país, existen sindicatos nacionales muy poderosos, por ejemplo el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que está presente en todos los rincones del país, con sus más de 1.5 millones de afiliados, sin embargo esa fuerza se encuentra atomizada y mermada debido a la actitud entreguista y cobarde de la mayoría de sus dirigentes sindicales.
El charrismo sindical es el fenómeno en el que el Estado y los patrones intervienen directamente en la vida de los sindicatos para imponer dirigentes a modo, los cuales suelen ser corruptos. La finalidad es mantener el control y sometimiento de los trabajadores. Ese fenómeno sigue persistiendo hasta nuestros días, pues muchos representantes sindicales se asumen como parte del proyecto de los gobiernos en turno, como parte de los funcionarios de las instituciones o del gobierno y asumen que su tarea es mantener el control de los trabajadores y ¡claro! recibiendo algunas moronas del pastel a cambio.
Ahora mismo ese fenómeno nuevamente se expresa de manera concreta, muchos dirigentes sindicales no han dado ni siquiera una explicación de lo que sucede con la Ley del ISSSTE, otros se asumen como instrumentos del gobierno y algunos simplemente han desaparecido de la escena pública esperando tiempos mejores para asomar la cabeza.
En algunas zonas los trabajadores han rebasado a los dirigentes sindicales charros, han convocado coordinaciones, comités de lucha que asumen las tareas de coordinación, información y convocatoria de las movilizaciones, lo cual es positivo.
Sin embargo, desde nuestra perspectiva el movimiento también se debería encauzar en democratizar las estructuras del sindicato, destituyendo a los dirigentes que no estén a la altura de las circunstancias, nombrando a otros y buscar su reconocimiento estatutario. Además, se deben tomar medidas para evitar que los dirigentes no se corrompan, como pueden ser la realización permanente de asambleas en los centros de trabajo, entrega de informes, la toma de decisiones democráticas donde se consulte la opinión de los trabajadores y mantener un contacto cotidiano con las bases sindicales, las cuales se deben asumir como parte activa del sindicato, entre otras.
Los sindicatos deben ser nuestros y deben servir como una herramienta de lucha, de organización, movilización y concientización de los trabajadores y no de la burocracia sindical que nos vende, nos entrega, nos engaña y hace negocios.
Otro elemento primordial es la formación política e ideológica de los dirigentes sindicales y los trabajadores en su conjunto, pues esta nos ayuda a asumir una posición de clase, es decir nos permite asumirnos como parte de la clase trabajadora y luchar por nuestros objetivos inmediatos, pero también estratégicos de manera colectiva, nos hace conscientes de la necesidad de la lucha colectiva y la fuerza de la clase trabajadora en la actual sociedad.
La creación o la ampliación de expresiones democráticas, clasistas y combativas a lo interno del SNTE y otros sindicatos sigue siendo una tarea primordial y que la presente coyuntura puede ayudar a concretarlas.
También como trabajadores necesitamos de una organización que nos una más allá del interés gremial, que vele por nuestros intereses colectivos, pero de una lucha decidida contra el sistema en que vivimos, ya observamos lastimosamente el actuar de algunos representantes de la 4T en los que confiamos en su momento plenamente, el espacio de la lucha política no debemos dejarlo a políticos arribistas que burlan los intereses de la clase trabajadora y el pueblo en su conjunto. ¡Necesitamos una auténtica representación de la clase trabajadora!
Al hablar de la lucha política, no nos referimos a aquella que los políticos profesionales hacen para llegar a acuerdos con aquellos que nos siguen robando y explotando, que se realiza a las espaldas de la población para beneficiar a un grupo reducido de funcionarios públicos. El acto de reunirnos, movilizarnos, discutir y debatir, es también un acto político, nosotros debemos realizar una política de clase, revolucionaria y regirnos bajo los principios de atender los intereses colectivos de la clase trabajadora. Creemos que es momento de comenzar un debate en nuestros centros de trabajo acerca de la necesidad de la organización política de la clase trabajadora para luchar por nuestras demandas inmediatas, pero también en contra de este sistema que saquea, nos empobrece y nos explota.
Los trabajadores y estudiantes de la Organización Comunista Revolucionaria buscamos estos objetivos, te invitamos a conocernos y participar. Si crees necesario crear una corriente clasista y combativa en tu centro de trabajo, delegación sindical, región o estado o piensas que es necesario organizarse para luchar por los intereses colectivos de la clase trabajadora desde una perspectiva revolucionaria, te hacemos una cordial invitación a que nos conozcas.