Se dice que los avances científicos y tecnológicos son creados para facilitar la vida de la humanidad y sus individuos, pero lo cierto es que su desarrollo responde siempre a las condiciones materiales en las que surge. Esto quiere decir que la tecnología no es neutral, sino que es otra arma en la lucha de clases, subordinada a la acumulación de capital y el control geopolítico.
Frente al avance que hay en Inteligencia Artificial te planteo la pregunta: ¿Piensas que es realmente un progreso para la sociedad?
El modelo R1
Para conocer al protagonista de este artículo, he de presentar a High-Flyer: una de las más grandes firmas de inversión en China, es decir, una empresa gigantesca que gana dinero por acaparar dinero. High-Flyer es propietaria de Deepseek, una empresa de IA que recientemente lanzó su modelo estrella, DeepSeek-R1.
Este producto es la respuesta china a la hegemonía de OpenAI, Google y Microsoft en el campo de la IA. La diferencia con ellas es que R1 es de código abierto, lo que significa que cualquiera con internet puede acceder, estudiar, descargar, instalar y modificar su código para cualquier aplicación. Esta característica no hubiese sacudido al mundo de la tecnología a no ser de su mayor fortaleza: la eficiencia. R1 resulta 50 veces más eficiente que su competencia directa ChatGPT en términos de procesamiento y, por lo tanto, de recursos.
Poniéndonos un tanto técnicos, mencionaré que esa reducción se consiguió con la implementación de módulos especializados que solo se activan cuando la tarea lo requiere; creando el código particularmente para chips con menor capacidad de procesamiento para exprimirlos por completo; sustituyendo la retroalimentación humana por la retroalimentación de otra Inteligencia Artificial en el entrenamiento; leyendo e interpretando frases en lugar de palabras para salvar memoria; entre otras técnicas computacionales.
Es admirable la capacidad creativa del ser humano, más no podemos suponer que estos avances existen de manera abstracta, sino que tienen muchas implicaciones en el mundo fuera de los semiconductores, por ejemplo en la economía. Según la información de la empresa china, todo este desarrollo costó menos de 6 millones de dólares y tardó menos de 2 meses en realizarse. Números que, si se comparan con los 100 mdd invertidos para su competidora estadounidense, explican lo que ocurrió el pasado 27 de enero.
El desplome más grande en la historia de Wall Street
El día 27 de enero del 2025, solamente Nvidia, la líder mundial en microprocesadores, cayó 600 mil mdd. El resto de acciones tecnológicas tuvieron la misma suerte, sumando al final la pérdida de ¡1 billón de dólares ($1,000,000,000,000)! en un solo día para la bolsa. Una caída así solo le pasa a un imperio en decadencia como lo es Estados Unidos. ¿La causa? El lanzamiento de DeepSeek-R1.
Incluso se habla de una frágil burbuja especulativa alrededor de la IA: Una semana antes de su desgracia, el Proyecto Stargate fue anunciado por el gobierno liderado por Donald Trump. Este es un plan que contará con una inversión de 500 mil mdd y busca construir nueva infraestructura para OpenAI. En él están involucradas otras grandes empresas de fondos de inversión como MGX (Emiratos Árabes Unidos) o Softbank (Japón) y otras gigantes de tecnología como Arm (Reino Unido), Nvidia, Microsoft y Oracle (EE.UU.).
Así nos hacemos un poco una idea acerca de las cantidades de dinero y la calidad de los intereses que mueve el imperio estadounidense para conquistar un mercado, pero también nos surge la pregunta —como lo hizo a los accionistas— con la aparición de DeepSeek: ¿Son necesarias tales inversiones? Inmediatamente queda al descubierto el despilfarro en la época actual, así como la incapacidad del sistema económico de generar valor real para la sociedad. A la vez, se concluye que si no cuentas con millones de dólares no puedes hacer propuestas sobre la ciencia, la tecnología o el futuro, así en general.
Para algunas personas, China representa una alternativa a esta enfermedad que sufre el mundo entero llamada Capitalismo. Veamos más de cerca.
Guerra tecnológica imperialista
A pesar de las últimas fluctuaciones, Estados Unidos continúa siendo el imperio hegemónico en muchas industrias, y en materia de semiconductores tiene la capacidad de cerrar el paso de chips avanzados a su más grande rival. La respuesta que consiguió de parte de China, que adaptó su software al material inferior que poseen y con ello dar un giro al panorama de IA, nos deja ver que es imposible para EE.UU. frenar el crecimiento chino. Análogamente, OpenAI es todavía superior a DeepSeek (en la calidad de sus respuestas), pero la ventaja que tiene ya no aparenta ser eterna.
Tras ver estos datos, habrá que tener cuidado para concluir si China propone el siguiente gran avance en la historia humana. Los intereses de uno y de otro país son exactamente el mismo: controlar la mayor parte de la economía del mundo por los medios que sean. Ambas son caras de la misma moneda: potencias imperialistas que usan la IA para controlar mercados, recursos y flujos de información. Si bien, la eficiencia de DeepSeek-R1 representa un avance técnico, esta rivalidad es fundamentalmente geopolítica y, aunque su estrategia difiere en ciertos aspectos, China sigue reproduciendo las mismas lógicas de explotación laboral, censura y control sobre la clase trabajadora.
A la clase obrera mundial, esta carrera tecnológica no le puede generar más beneficios que las migajas que caigan de ella. Por ejemplo, la emoción por el código abierto oculta que mientras México ofrece datos baratos y mano de obra precarizada para entrenar sus algoritmos (como los empleados en maquiladoras digitales de Jalisco o Nuevo León), DeepSeek convierte ese insumo colectivo en propiedad privada de élites en Shanghái y Shenzhen. No es un error que, en 2023, el 78% de las patentes generadas por la empresa en México fueran registradas en China. Así como los imperios europeos con materias primas, China hoy extrae datos, conocimiento y plusvalía en las empresas digitales, pero con un discurso de «cooperación win-win» que, en realidad, enriquece unas pocas manos. En realidad, no importa la nacionalidad de esas manos millonarias (aún siendo mexicanas), a las nuestras se les despojará igualmente. Nos encontramos debajo de una guerra entre imperios capitalistas y no hay en ella un botín para nosotros.
Te repito la pregunta: ¿Es realmente un progreso para la sociedad?
La dignidad no se exporta ni se importa, se construye
Si no es China con DeepSeek y tampoco EE.UU. con Stargate lo que mejore nuestro mundo, llegamos a la conclusión de que no la encontraremos en el capitalismo. Tómate un momento para imaginar un sistema donde no se prioriza la ganancia, sino el bienestar de la mayoría. Imagina que la IA se emplea para mejorar la planificación económica, reducir la jornada laboral sin precarizar a nadie y desarrollar conocimiento accesible para todos. ¿Pudiste hacerlo?
Esto no ocurrirá espontáneamente. La única forma de poner la IA y otros avances científicos al servicio del pueblo es arrebatándoselos a quienes hoy los usan para su propio beneficio. Se requiere organización, conciencia política y la construcción de un movimiento revolucionario capaz de disputar no sólo el poder tecnológico, sino también el control sobre la economía y la política.
A los amantes de la tecnología les digo: hablemos de las relaciones de producción. A los admiradores de China: no se trata de un socialismo con características chinas, sino de un imperialismo con características chinas. Y a quienes creen que un futuro mejor es posible: organízate y esforcémonos para conseguirlo.