La cuarta ola de contagios por COVID-19, con la variante Ómicron como la cepa más contagiosa, se ha desatado a nivel global, impacteando con mayor fuerza a los países del hemisferio norte del continente americano, y México es uno de los países que más está sufriendo las consecuencias con récords diarios en las cifras de contagios. Esto amenaza con desbordar el sistema sanitario, pues los servicios médicos y de salud están colapsando y sufren de una fuerte ineficiencia. Las filas para la prueba del antígeno son interminables y la cantidad de pruebas insuficientes, los hospitales comienzan a saturarse por casos de COVID-19 y el proceso para tramitar la incapacidad es otra tortura.