La pandemia del Covid-19 ha demostrado que el capitalismo no es capaz de superar una crisis sanitaria, ni brindar alternativas a nada ni nadie. Al contrario, se han expuesto las mayores contradicciones de lo que es este sistema de miseria. Uno de los sectores más golpeados es la juventud, sobre la cual está recayendo todo el peso de la crisis. La incertidumbre de un futuro digno retumba en nuestra cabezas hoy más que nunca. La inestabilidad aumenta, el trabajo es más precario, las trayectorias educativas son ineficientes, y todo esto se profundiza y recrudece con la pandemia.
Las grandes empresas, los patrones, y las universidades han evidenciado que no les interesa nuestra seguridad, ni mucho menos nuestra vida. Jóvenes de entre 15 y 24 años han tenido que lidiar con recortes de salario, aumento de horas extras, despidos masivos y a esto, se le suman las clases en línea. El sistema educativo es uno de los que se está viendo más afectado por la crisis, tanto a nivel básico, media superior y superior. Para “salvar el periodo”, decidieron emplear las actividades en línea y una gran cantidad de tareas y trabajos. Como vemos, la mayoría de las instituciones se han acoplado a estas medidas educativas. Mediante un sinfín de plataformas virtuales y medios digitales es como se llevan a cabo las clases. Pero, se les olvida una situación en concreto: las condiciones de miles de estudiantes que no cuentan con acceso a internet, un equipo de cómputo, ni dispositivos móviles, o que tienen que enfrentarse al mundo laboral para ayudar con los gastos de la casa.
Los alumnos no ven el objetivo de las clases, tareas y trabajos masivos en línea. No se aprende nada, y por el contrario todo el contenido de los programas está completamente desapegado de la realidad. Mientras nuestros padres son despedidos y nuestros familiares se enferman, la carga académica sólo aumenta. No cabe duda que la educación no sólo a nivel nacional, sino mundial, está entrando en un periodo abismal (incluso antes de la pandemia), al igual que otros sectores en materia social, política y económica. “El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó los resultados de la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) Trimestral y estos arrojaron que hubo una disminución de (-)17.3 por ciento en términos reales en el trimestre abril-junio, frente al trimestre previo. Esta caída del PIB ha sido la peor en la historia de México.” El factor económico se ha vuelto para los jóvenes un bocado indigerible, cada vez más nos llega un sentimiento de incertidumbre abrumador. ¿Cómo preocuparnos por entregar las tareas si estamos atravesando la peor crisis capitalista?
El último periodo hemos visto el constante golpeteo por parte de instituciones y autoridades universitarias, como lo han sido el aumento a las cuotas estudiantiles en Coahuila, Hidalgo y Tuxtla. Esto ha generado un ambiente de indignación por parte de los estudiantes que han respondido a favor de una educación pública y gratuita.
En Hidalgo, a principios de julio, estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) denunciaron que, en medio de la pandemia, las autoridades educativas recortaron el plazo de 30 a 4 días hábiles para realizar el pago de su inscripción semestral. La comunidad estudiantil de la UAEH también denunció que los montos a pagar se establecen de manera poco clara, y que existen discrepancias en las cifras que el sistema arroja.
Las cuotas varían de entre los 1,300 a 1,500 pesos sin dar una explicación clara de qué simboliza este cobro. Por si fuera poco, salieron a la luz los nombres y números de cuenta de las personas beneficiadas con becas de condonación de colegiaturas. En su mayoría son integrantes de la “Sociedad de Alumnos de la Universidad”, la cual es un organismo burocrático que directivos de los institutos usan como su brazo derecho. Además, no se brinda una respuesta clara sobre el proceso de regreso a clases del periodo julio-diciembre 2020. En ese sentido los estudiantes exigieron que se respetara el lapso de 30 días hábiles para cubrir los pagos, Para ello, lanzaron una petición en la plataforma change.org con el titulo “Pedimos alargar el plazo para el pago de colegiatura de la UAEH”, donde se desglosan todas las problemáticas que atraviesan los estudiantes para cumplir con el plazo de 4 días hábiles para realizar su inscripción. El hashtag #UAEHEscuchaATuAlumnado se hizo tendencia. Incluso se convocó a una movilización en la torre de rectoría. El 9 de julio, el rector de la universidad anunció que el pago de las cuotas se extendería hasta el próximo 7 de agosto. Estamos conscientes de que esta medida no ataca el problema de raíz, puesto que todas las irregularidades en el proceso de inscripción no terminan con la reducción del plazo para realizar los pagos.
El Comité de Lucha Universitaria de Hidalgo (CLUH) sacó un posicionamiento donde se exige a autoridades que atiendan de manera inmediata los siguientes puntos:
• Que se regularicen las tarifas por concepto de inscripción para toda la matrícula universitaria y se adapte el monto más bajo.
• Supresión de los pagos a todos aquellos alumnos cuya economía nos les permita realizar el pago correspondiente.
• Que la universidad brinde un informe claro sobre los cobros externos que no se muestran en los documentos oficiales, como son los pagos de las fichas de inscripción, exámenes extraordinarios, cuotas de retraso, cobro de credenciales; así como el destino y la aplicación de estos gastos.
• Que se de una respuesta clara sobre cómo será el proceso de regreso a clases periodo julio- diciembre 2020.
En la tercera semana de julio, la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdC), a través de sus redes sociales, sacó un comunicado donde se informaba a la comunidad estudiantil los costos exuberantes de inscripción y reinscripción. Las cantidades de pago son de 4,893 pesos para alumnos de nuevo ingreso y 4,326 pesos para alumnos de reingreso, esto siguiendo la trayectoria de clases en línea. A esto se le suma que en la misma semana se generaron las boletas de pago de cuota de inscripción universitaria, señalando como fecha límite el 14 de agosto con la cantidad mencionada anteriormente. Bajo el oscuro panorama en el que nos encontramos, esto claramente es un exceso grandísimo para miles de estudiantes. Claramente, la demanda inmediata por parte de la comunidad estudiantil de la UAdeC es la reducción de cuotas de inscripción y reinscripción de un 80%, con base a la actual situación que estamos atravesando. Incluso se convocó a una movilización el día 27 de julio. El movimiento estudiantil coahuilense expuso un pliego petitorio en donde se explicaba esta situación, que ademas señalaban los gastos externos que tienen que cubrir la mayoría de los estudiantes: gastos del servicio de internet mensualmente (son unos 350 a 500 pesos dependiendo de la capacidad de megas de internet); gastos de alimentación (un promedio de 50 pesos diarios para alcanzar mínimamente un desayuno y comida); gastos de transporte (en Saltillo, puedes tomar el “saltibus”, donde gastas 240 pesos aproximadamente, o sin saltibus son 520 pesos); gastos de las rentas y servicios del hogar.
Al sumar estos datos promedios mensuales obtenemos una gran cifra, la cual tienen que cubrir la mayoría de los estudiantes. Es por eso que un incremento en las cuotas de alumnos de nuevo ingreso y reingreso, sin considerar todas estas variantes económicas, es un acto de indiferencia, irresponsabilidad y cero empatía por parte de las autoridades de la UAdeC, que sólo demuestran que no ven ni verán por los intereses de los estudiantes. Al contrario, los colocan en una situación extremadamente preocupante. En este sentido, las peticiones que se formulan dentro del pliego petitorio son las siguientes:
• Primero y más inmediatamente la reducción de cuotas de inscripción y reinscripción un 80% respetando la fecha del 14 de agosto.
• Congreso o cuerpo democrático en el que toda la comunidad discuta y decida sobre los problemas que atraviesa la UAdeC.
• La reparación de daños a quienes se vieron obligados a pagar la cuota de inscripción de manera previa al presente acuerdo.
• La modificación del estatuto de la cuota de inscripción para que obligatoriamente se revise y se apruebe por el H. Congreso universitario y no por la comisión de hacienda de la universidad.
• La modificación de los sueldos de los altos funcionarios de la rectoría, del 60%.
Por último, dentro de estas situaciones queda Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en la Escuela Normal de Licenciatura en Educación Primaria, donde están atravesando el recorte de matrículas. La secretaría de educación sólo planea dar únicamente 20 matrículas por grupo. Así mismo, los estudiantes han tenido varios problemas al intentar registrarse. La Normal se encuentra en proceso de admisión a nuevos aspirantes y claramente el recorte de matrículas, donde antes eran 35 o 30 aspirantes, se reduce a 20 o 15. Esto es sumamente preocupante y más en un ambiente como este. A esta situación se le suma que el promedio mínimo que expide la convocatoria es de 8.0. Muchos compañeros no pueden sacar su pre-ficha ya que su promedio no alcanza. El comité ejecutivo estudiantil exigió de manera inmediata a la secretaría de educación del estado que abra el diálogo con la Escuela Normal y resuelva las necesidades que aquejan a la comunidad estudiantil.
Estos tres casos en concreto nos demuestran sin duda el gran golpeteo que está sufriendo actualmente el sector educativo. La educación pública y gratuita no puede ser jamás un privilegio, y menos ahora que millones de estudiantes hijos de la clase trabajadora están soportando todas las secuelas de la crisis capitalista. Mientras que unos cuantos se siguen llenando las bolsas y tienen dinero para vivir 10 vidas, nosotros nos sorteamos la vida diariamente. Durante este periodo las escuelas y todas las universidades autónomas van a querer justificar ante la pandemia cualquier tipo de recorte, reducción de matrículas o presión de fechas de pago, pero esto viene de tiempo para atrás. Mientras el capitalismo siga existiendo, la educación será precaria, plagada de desigualdad.
La pandemia no sólo ha sacado al exterior lo peor de este sistema, sino que también ha hecho que la juventud saque conclusiones; ha alcanzado un nivel de análisis grandísimo y ha demostrado que la organización estudiantil es una gran motor dentro de la lucha. Decía Trotsky “Solo el entusiasmo fresco y el espíritu beligerante de la Juventud pueden asegurar los primeros triunfos de la lucha y solo estos devolverán al camino revolucionario a los mejores elementos de la vieja generación. Siempre fue así y siempre será así”
El llamado es amplio para que toda la juventud se organice contra estos golpes a la educación, que mediante la lucha organizada y programas revolucionarios sigamos defendiendo y asegurando la educación pública y gratuita. Que destruyamos este sistema de barbarie que nos sigue negando la vida y la educación. Sólo con la organización permanente en las escuelas se podrá garantizar el éxito de una educación que sea para todos, que cada uno de nosotros podamos formarnos bajo las ideas revolucionarias y que hoy más que nunca podamos desterrar al capital.