El exceso de velocidad hizo que un camión se volcara en una curva, con al menos 166 migrantes a bordo, dando paso a una nueva tragedia. Resulta sorprendente entender que a plena luz del día, en una autopista principal, un tráiler transite sin problemas con su vagón abarrotado, hacinado, de seres humanos, escabullendo todos los retenes. Éste sólo hecho es la muestra clara de que sigue existiendo toda una red de complicidad con estructuras estatales y el tráfico de migrantes. Eso ocurrió el 9 de diciembre, poco antes de las 3:30 de la tarde, en la carretera panamericana en el tramo de Chapa de Corzo a Tuxtla Gutiérrez en el Estado de Chiapas. Había 19 menores de edad entre quienes viajaban, algunos de ellos han quedado huérfanos en un país desconocido. 49 pasajeros murieron al instante y en el momento de escribir estas líneas el conteo arroja 55 muertos y 111 hospitalizados. En escenas dramáticas, los cuerpos inertes fueron alineados en la carretera para transformarse en una hilera envuelta por sábanas blancas. Así terminó su sueño de una vida mejor.
Antes del accidente, los traficantes de migrantes los alojaron en sus casas de seguridad, cada vez que estos iban cruzando la porosa frontera entre Guatemala y México.
El problema migratorio es histórico. Los EEUU en su época de bonanza incluso lo fomentaron, para cubrir su déficit de fuerza de trabajo. El trabajo migrante sigue siendo necesario, sin éste la economía del país más poderoso del planeta se dislocaría. El carácter de ilegal es, además, una forma de abaratar el salario y cubrir los trabajos más duros que nadie más haría. Pero el nivel migratorio ha llegado a límites insostenibles de absorber. La crisis capitalista mundial, profundizada y generalizada por la pandemia, llevó a los EEUU a tener los niveles de desempleo más altos desde el tiempo de la gran depresión. Eso ocurre mientras que las presiones para las masas centroamericanas aumentan y con ello la búsqueda de una salida fuera del país.
“El estudio [realizado por el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas] señala que, en 2020, entre un 20% y un 30% de la población centroamericana perdió su empleo; entre un 17% y un 26% presentó disminución de ingresos, y entre un 4% y un 11% se vio afectado por reducciones en su jornada laboral. Sin embargo, ese impacto no fue homogéneo y tuvo un importante componente de género. Por ejemplo, el 28% de las mujeres perdieron su empleo, mientras que entre los hombres la cifra fue del 23%” (https://cnnespanol.cnn.com/2021/11/16/crece-la-vulnerabilidad-economica-por-el-covid-19-en-centroamerica-en-especial-entre-las-mujeres-segun-informe-del-incae/).
A esto hay sumar que las acciones imperialistas han generado verdadero caos en países como Haití (dominado por las pandillas) y Honduras, en que soportaron el golpe de estado de 2009 y los subsiguientes gobiernos impuestos fraudulentamente. En este último caso las masas les han puesto un puntapié a los partidos de la oligarquía en las pasadas elecciones para echarlos fuera, lamentablemente la dirección de Libre y el nuevo gobierno abre un dialogo y da concesiones a los golpistas y estos les responden con un fraude que busca mantener para ellos la mayoría en el parlamento. La situación migratoria en estos países se elevó por encima de los índices que podríamos considerar normales. El problema migratorio se ha convertido en un cáncer dentro del capitalismo difícil de extirpar.
Un síntoma de cómo ha evolucionado este fenómeno es que antes se veía fundamentalmente a hombres migrar para después volver común el tránsito de mujeres. De eso se pasó a ver migrar a familias enteras, en la que se llevaban a sus hijos por caminos inseguros. Llegamos al punto de ver a niños viajando solos. Eso sólo puede entenderse por los niveles de pobreza, violencia y desesperación que viven las masas en sus países de origen. Quedarte en tu país no asegura siquiera poder preservar tu futuro ni siquiera tu vida, por eso se explica que se corran tantos riesgos para intentar llegar a los EEUU.
De “País seguro” a “Quédate en México”
Cuando López Obrador ganó la presidencia hizo declaraciones, que parecían sinceras, a favor de los migrantes, diciendo que México estaba abierto para recibirlos. Eso fue una voz de esperanza en países centroamericanos como Honduras. A Trump le bastó con la amenaza de imponer aranceles a productos mexicanos y obligó al gobierno de AMLO a cambiar su postura, convirtiéndose en barrera para impedir que los migrantes llegaran a los EEUU movilizando de inicio a miles de efectivos de la Guardia Nacional a la frontera sur. Sumado a ello, obligaron a los migrantes a pedir asilo fuera de EEUU, haciendo el trámite en países como México o Guatemala. La gran mayoría de estas solicitudes son rechazadas.
Biden prometió demagógicamente un cambio en la política migratoria. Llegó a abolir el programa migratorio de su antecesor, eso desató alaridos de los sectores más xenofóbicos del Estado y un juez decretó restablecer las medidas. Ese decreto, hay que decirlo, dependía de la aceptación y la colaboración de países como México. Es decir que México, haciendo respetar su soberanía, podría haber rechazado reactivar el viejo acuerdo. Obviamente se sufrieron nuevas presiones del gobierno de Biden y el gobierno mexicano ante ellas cedió una vez más.
Estas medidas implican que los migrantes tienen derecho a pedir asilo, sin cruzar la frontera con EEUU, quedándose en México, que ha sido el slogan en la reactivación de estas medidas. El gobierno estadounidense cedió en cosas menores como ayudar a financiar la estancia de los migrantes en México. Un gobierno soberano puede verse obligado a ceder en algunos aspectos ante las presiones de un enemigo más poderoso, pero eso debería decirse tal cual es, un retroceso. El gobierno mexicano prefiere llamar amigo al imperialismo e incluso mostrar como un paso adelante estas concesiones. Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, dijo que la reactivación del programa “Quédate en México” se da por razones humanitarias.
En el papel este programa da derecho a asilo a algunos migrantes pero todo está diseñado para contenerlos. Los tramites son engorrosos, tardados, las condiciones de estancia no son adecuadas. El caso de la población haitiana es un claro ejemplo de ello. Se calcula que hay en Tapachula, Chiapas, 65 mil haitianos solicitando asilo. Algunos de ellos ya llevan más de un año en esperando respuesta. Los albergues instalados están en el olvido, no hay siquiera agua para que la gente se hidrate ni casi atención médica pese a que hay mujeres embarazadas y personas enfermas. A diario siguen cruzando cientos de personas la frontera sur de México.
Estas condiciones reales del “humanitario” programa Quédate en México ha llevado a que nuevas caravanas sigan surgiendo, pues la gente se queda varada sin ninguna alternativa de solución real. En el momento en que ocurre el accidente en Chiapas, una caravana migrante se encontraba en su traslado de Puebla para llegar a la CDMX. Decidieron tomar por algún tiempo la carretera México-Puebla para hacerse oír.
“Las autoridades mexicanas han interceptado a 228.115 migrantes y deportado a 82.627 de enero a octubre de 2021, con lo que se acerca a cifras no vistas en más de 15 años, revelaron este viernes los datos de la Unidad de Política Migratoria del Gobierno”.
“Los arrestos migratorios son ya casi 64% más que las detenciones de todo 2020, cuando hubo 82.379, mientras que las deportaciones son 27 % más que todas las del año anterior, cuando se registraron 60.315” (forbes.com.mx/mexico-rebasa-228000-arrestos-de-migrantes-y-82000-deportaciones-en-2021).
Esto muestra cuál es la política real. Regresar a los migrantes a la inseguridad y hambre de sus países.
El calvario
Al menos 55 muertos, la mayoría guatemaltecos, es el saldo de este imprudente accidente en que se trasladaba inhumanamente a los migrantes. Esto es ya desgarrador. Se suma, desgraciadamente, a una cifra de muertos aún mayor. Al menos 650 migrantes han muerto este año en el lado fronterizo estadounidense (cnnespanol.cnn.com/2021/12/09/muertes-migrantes-frontera-mexico-estados-unidos-trax). El problema migratorio crece exponencialmente y alcanza niveles de crisis humanitaria.
México ha sido azotado por el crimen organizado que monopoliza cualquier negocio ilícito. Hablamos de los negocios más barbáricos. La ilegiladidad de los migrantes que transitan por el amplio territorio mexicano los vuelve en presas suculentas para los secuestros y rescates, para la trata de blancas, hasta el tráfico de órganos y de niños.
Dentro del “humanitario” programa migratorio que México ha aceptado bajo la presión imperialista: “Según, la ONG Human Rights First, se han reportado más de 1.500 casos de violaciones, secuestros y torturas en contra de estos inmigrantes que esperaban en México a ser admitidos en EE.UU.” (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-59512700).
Este programa mantiene a los migrantes en ciudades peligrosas, por meses, al asecho del crimen organizado.
No hay solución nacional, no hay solución bajo el capitalismo
El fenómeno migratorio ha ido en aumento tras la crisis económica mundial, a la par que se implementan programas que en el fondo buscan impedir su ingreso y regresar a la inmensa mayoría de los migrantes a sus países de origen, sin resolver ninguna de las causas que provocan este fenómeno. Esta migración es resultado de la inviabilidad del capitalismo en las naciones pobres y dependientes, acentuado con la política rapaz del imperialismo, que en algunos países ha llevado a naciones enteras al caos, magnificando este fenómeno.
AMLO ha pedido a los EEUU inversiones en Centroamérica y atender el problema migratorio. Se ha quejado de la lentitud en que actúa su vecino del norte. Lo cierto es que en su gobierno el problema crece y ha superado las detenciones de migrantes que hubo cuando Calderón o Peña Nieto. AMLO ha lamentado el accidente que considera muy doloroso. Pero no basta con lamentarnos, este es un asunto literalmente de vida o muerte para miles de centroamericanos, caribeños y mexicanos. No se resolverá actuando como muro de contención del imperialismo.
Se requiere eliminar la condición de ilegal para todo migrante que transita en México, establecer refugios seguros con condiciones dignas. Dar empleos a todos los trabajadores migrantes en su paso por México, eso es posible creando empresas agrícolas e industriales estatales, que beneficien no sólo a los migrantes sino a los trabajadores locales. Hay que acabar con el mal de la delincuencia, que significa elevar el nivel de vida del conjunto de la sociedad y apoyarse en la organización revolucionaria del pueblo para barrer con el mal de la delincuencia, la policía corrupta y el crimen organizado. Es necesario barrer con el Estado burocrático, que no ha dejado de ser corrupto. Eso significa sustituir al actual Estado por uno organizado y al servicio del pueblo trabajador.
Solucionar el problema migratorio significa tener empleos suficientes, ya sea en los países de origen o receptores de migrantes. Significa acabar con la violencia y con las mafias del crimen organizado y las pandillas. El problema es que la anarquía capitalista, con su enorme concentración de riqueza en poquísimas manos, no es capaz de dar solución a esto. Se requiere establecer una economía armónica que se ponga en beneficio de la población, lo cual implica nacionalizar las palancas de la economía estableciendo una economía racional, planificada democráticamente. La migración es la prueba contundente de los límites del Estado Nacional, requerimos borrar las fronteras y establecer una federación socialista de América.