El asesinato de Francisco Javier, José Antonio Parada, Ximena Quijano y Josué Emanuel Vital ha desatado la indignación de la comunidad estudiantil poblana. El paro iniciado en la Facultad de Medicina de la BUAP se regó como pólvora encendida a toda la AR Universidad y demás escuelas de Puebla. Incluso estudiantes de la UNAM y del IPN ya se han movilizado en Ciudad de México. Las razones para la movilización son más que legítimas, hablamos de nuestra integridad y nuestras vidas. Sabemos que el problema de la inseguridad no se limita a los estudiantes, es un problema que sufre todo el pueblo trabajador, y no queremos salir de las aulas y nunca regresar a casa.
El movimiento acertadamente no se ha limitado a exigir justicia para los estudiantes asesinados sino para todos por igual. La violencia no sólo está afuera en las calles, sino también ocurren asaltos, dentro del transporte universitario y nuestras instalaciones.
¿Qué pasa con la violencia a la mujer? Varias escuelas en paro se han convertido en espacios de denuncia contra el acoso contra nosotras. La exigencia también va contra las autoridades de la BUAP, que deben dejar de tolerar la violencia y el acoso, y tomar medidas (reales, no ficticias como pasa con las autoridades de la UNAM) para enfrentar la violencia de los acosadores contra la mujer.
La de Puebla tiene una de las historias de lucha más importantes de todas las universidades del país. Llegó a tener un fuerte carácter popular. Sin embargo, vino una ofensiva dentro del periodo neoliberal buscándola hacer una escuela de élite. El fenómeno de violencia está asociado también a un resquebrajamiento social, entre otras medidas, es necesario elevar el nivel cultural y material de la población, necesitamos un cambio profundo de nuestra sociedad, que desde nuestra perspectiva, acabe con el mal de fondo, que es la sociedad capitalista, que genera violencia y desigualdad.
La demanda de una educación de calidad, democrática y con un fuerte sentido social, es parte de ésta misma lucha. Desde nuestro punto de vista, este enorme potencial de lucha de los estudiantes de la BUAP, debe servir para revertir el carácter elitista que han querido dar a nuestra Universidad en los últimos treinta años. Incrementando su matrícula, creando casas y comedores gratuitos para los estudiantes de escasos recursos que venimos de otros municipios y estados, necesitamos un programa que retribuya a la población trabajadora (quien es la que paga con sus impuestos nuestra educación), llevando nuestros conocimientos a los barrios obreros, comunidades y pueblos para mejorar su infraestructura, atender su salud, mejorar su entorno comunitario, etc.
Es necesario un incremento y mejor manejo de los recursos económicos de la Universidad, se deben abrir los estados de cuenta, hacer una auditoría para evidenciar casos de corrupción, bajar los sueldos de las altas autoridades. Ningún funcionario puede ganar más que un profesor de tiempo completo.
Se ha hecho un llamado, del estudiantado en lucha, a que la población apoye este movimiento. Eso es 100% correcto pero no debe mantenerse como un apoyo pasivo. La inseguridad nos afecta a todos. En la primera marcha que realizamos vimos la unidad de estudiantes con los trabajadores de Uber. Necesitamos movilizarnos y organizarnos trabajadores y estudiantes.
Se necesitan medidas urgentes para hacer frente a la violencia. El gobierno federal, estatal y las autoridades de la universidad deben asumir su responsabilidad en este grave problema. Se deben desmantelar las estructuras jurídicas corruptas, esos elefantes reumáticos que archivan los casos que se denuncian, esas supuestas estructuras de justicia que re-victimizan a las víctimas, esas autoridades y estructuras que protegen a los acosadores y los dejan libres… Pero la medida más efectiva es la organización de la comunidad y el pueblo trabajador. Necesitamos crear comités de vigilancia, policías surgidos y controlados por las mismas comunidades con ganada autoridad moral, tanto en las colonias y pueblos y un cuerpo de seguridad de trabajadores sindicalizados democráticamente, bajo control de las asambleas de las escuelas.
El movimiento estudiantil ha conformado la Asamblea 25/02 en la BUAP y el Comité Estudiantil Interuniversitario de Puebla. Éstas deben apoyarse en las asambleas de las escuelas. Las asambleas deben elegir a sus delegados que los representen dentro de la misma Asamblea 25/02 y el Comité Interuniversitario, éstos pueden ser revocables por sus bases y estar bajo su supervisión y control. Las instalaciones en paro deben estar bajo control de los estudiantes en lucha, formando brigadas de control y vigilancia, y deben ser utilizadas para fortalecer la organización de los estudiantes, pero también abrir sus puertas para la organización del pueblo trabajador.
El paro no es para ir a descansar a la casa, es para tener el tiempo libre para organizarnos y luchar. Se tienen que organizar debates políticos, círculos de discusión sobre la violencia, sobre los feminicidios, sobre lo que pasa en el país y en el mundo, sobre teoría marxista (pues necesitamos de una ciencia para comprender nuestra realidad y transformarla), etc., además de organizar brigadas informativas que vayan a otras escuelas, al transporte público, a colonias populares y zonas fabriles.
Esta lucha ha sido un despertar y será un aprendizaje, pero es una batalla. Lo que se está evidenciando es que el problema es muy profundo y requerimos un cambio de raíz en la sociedad y que este cambio no vendrá de una persona sino del pueblo organizado. necesitamos un movimiento democrático que sea capaz de integrar a las distintas tendencias afines a su causa, necesitamos mantener una organización permanente, necesitamos formación política para enfrentar la actual batalla y continuar para luchar por el cambio profundo que necesita nuestra sociedad.
Te invitamos a contactar con nosotros, a organizarnos y formarnos políticamente, fortaleciendo el actual movimiento.