Samuel, Juventudes Marxistas UAM-I
El 23 de mayo del presente año la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) emitió un comunicado, a través de su página web oficial, en el que se explica que dicha institución “está viviendo una situación inédita en sus 45 años de historia”. En el documento se explica que, debido a las políticas de austeridad de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el manejo de recursos se regirá bajo “nuevas reglas”.
Entre los puntos más polémicos se encuentra la imposición de una reserva presupuestal de $35,499,282.70. ¿Cómo se ven afectados los estudiantes con ésta medida de austeridad? En primer lugar a los estudiantes no se les depositó el apoyo de becas durante el conflicto laboral entre el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) y las autoridades de la UAM; pese a que los directivos cobraron su salario íntegro durante los tres meses de huelga. En segundo lugar, la beca complementaria para “Apoyo al Transporte” (que consistía en $200) desaparecerá. En tercer lugar, se cierra la posibilidad de contemplar nuevos becarios, por tanto, aquellos alumnos que no estaban inscritos en el programa de becas, así como los de nuevo ingreso, no podrán participar en el programa. En cuarto lugar, el monto de las becas será el mismo para todos los becarios: $9000 distribuidos en 5 pagos bimestrales de $1,800 cada uno. Anteriormente se les otorgaba un monto de acuerdo con el año que cursaban: $750 al mes para primer año; $830 al mes para segundo año; $920 al mes para tercer año y $1000 al mes para cuarto año, todo durante un plazo de 12 meses. En quinto lugar aumentarán las restricciones para aquellos que lleven a cabo el proceso de renovación de beca éste año.
Naturalmente, la respuesta de los estudiantes no se hizo esperar. El 26 de mayo se llevó a cabo una asamblea en las instalaciones de la Unidad Iztapalapa. A ésta asamblea asistimos alrededor de 200 estudiantes molestos e intrigados por el comunicado de las autoridades. Después de una plática informativa se llevó a cabo un intercambio de opiniones. Los estudiantes llegamos a varios acuerdos, entre ellos: 1) la redacción y envío de cartas dirigidas al Gobierno Federal, a la Secretaria de Hacienda y Crédito Público y al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y un pronunciamiento dirigido al DR. Eduardo Abel Peñaloza Castro, rector general de la UAM. El mismo día de la asamblea se hizo una marcha simbólica a rectoría para hacer visible el descontento estudiantil. Cabe mencionar que el rector de la Unidad Iztapalapa no estaba presente. Los trabajadores de confianza de rectoría se comportaron de forma hostil con los estudiantes hasta el grado de insultarlos y hostigarlos. Así mismo trataron de cerrar el edificio con cadenas por la fuerza. Los estudiantes no descartamos la posibilidad de un paro estudiantil si no se recibe una respuesta de parte de las autoridades de la UAM.
Dos cuestiones fundamentales
De éste hecho debemos resaltar dos cuestiones. La primera es la posición apática de los directivos de la universidad ante éste hecho que violenta a la comunidad estudiantil. Por parte de las autoridades de la UAM no hubo un pronunciamiento en contra de las medidas llevadas a cabo por el Gobierno Federal. Como todos recordamos, durante la huelga pasada las autoridades nos repitieron hasta el cansancio que su máximo interés es “el bienestar de la comunidad estudiantil”. Yo me pregunto, ¿cómo pueden mantenerse neutrales, ante el recorte al programa de becas, aquellos a los que les “interesa” el bienestar de la comunidad estudiantil? ¡Vaya incongruencia! Las autoridades de la UAM se limitaron, simple y llanamente, a comunicarnos los hechos. La segunda cuestión, en completa conexión con la primera, es que debemos de ser conscientes del grado de afectación a la comunidad estudiantil. De hecho hay un dato que no podemos pasar por alto: en los 45 años de existencia de la UAM un 66% del alumnado total no terminó sus estudios. Sabemos que los motivos por los que los estudiantes abandonan la escuela son variados. No obstante, uno de los principales motivos es la falta de recursos económicos, ¡y a pesar de ello el Gobierno Federal se atreve a recortar el presupuesto para becas y apoyos económicos! Además, muchos de los alumnos de la UAM son estudiantes foráneos, por tanto, la beca les sirve no sólo para pagar transporte, sino también para solventar gastos de comida, productos de limpieza personal, material de papelería, etc. La beca adicional de transporte también beneficiaba a todos los compañeros que viven en la zona metropolitana (Chimalhuacán, Chalco, Ixtapaluca, Naucalpan, Toluca, etc.). Sabemos, porque lo experimentamos en nuestra carne todos los días, que las condiciones económicas del país han empeorado, y con ello el nivel de vida de las personas también va en detrimento. Como ocurre en la mayoría de las veces, los que sufrimos somos nosotros, los desposeídos.
Lamentablemente, los recortes de presupuesto en el área educativa son a nivel nacional, no es algo exclusivo de la UAM. Esto ha golpeado duramente a otras instituciones educativas y de investigación social, como es el caso del Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora. Debido a la austeridad republicana han despedido al 40% de los trabajadores de dicho instituto. Cabe mencionar que en el Instituto Mora se llevan a cabo importantes investigaciones en el área de las Ciencias Sociales. Es un error grave recortar presupuesto a la ciencia y a la educación en un país que, además de tener mentes brillantes, adolece precisamente por falta de universidades e institutos de desarrollo científico.
El problema del recorte a los programas de becas y apoyos y los recortes a la educación en general es un hecho que nos afecta a todos. Entiendo perfectamente las intenciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, e incluso considero plausible que intente terminar con los privilegios de la alta burocracia. Sin embargo, la estrategia que está utilizando es, a mi juicio, incorrecta.
El papel del estudiante y de la organización revolucionaria en éste conflicto
¿Qué debemos hacer nosotros como estudiantes? Es fundamental solidarizarnos con nuestros compañeros que ya están en la lucha. Recordemos que los apoyos y becas, así como la garantía de que la educación sea pública y popular, son el resultado de años de lucha y movilización por parte de los estudiantes. Las generaciones anteriores los consiguieron, es nuestro deber mantener esos logros y no dejar que nos los arrebaten. Por ello, es importante asistir a las asambleas para estar bien informados y apoyar, en la medida de lo posible, toda movilización y acción que se lleve a cabo en beneficio de la comunidad estudiantil.
Es necesario construir una organización revolucionaria de los estudiantes. Lo primordial es mantener y mejorar la organización con el fin de guiar el descontento que éste hecho suscita y, de ésta forma, canalizar las energías hacia el lugar adecuado. Mediante el contacto y la solidaridad con el movimiento estudiantil podremos ayudar a desarrollar la conciencia de clase que se necesita para despertar a la juventud universitaria. Una organización verdaderamente revolucionaria es aquella que sabe aprovechar y guiar el descontento que, inevitablemente, nace de forma espontánea.