Escrito por La Izquierda Socialista
El artículo “El negocio privado de la dirigencia del SME y el choque con el gobierno” ha tenido un gran impacto entre los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas, en pocos días recibió más de 4 mil visitas. Este interés no es gratuito, el SME se encuentra en una encrucijada histórica que se debate -desde nuestro punto de vista- entre seguir plegados a los intereses trasnacionales producto de pactos con el gobierno de Peña Nieto o recuperar el rumbo del sindicalismo democrático e independiente.
Tampoco es casual que a nuestro artículo la dirección del SME haya respondido con un texto titulado “Respuesta de la base trabajadora del SME a David Colín Carrillo” firmado a nombre de “El Taller de Formación Política José Manuel Pérez Vázquez del Sindicato Mexicano de Electricistas” que queremos responder por este medio. Solicitamos a los compañeros que así como La Izquierda Socialista dio difusión a su respuesta, en reciprocidad, den difusión a esta contrarréplica en los medios a su disposición pues compartimos la idea de que “la disputa ideológica y la discusión política son una parte fundamental de la lucha política”.
Cabe decir que varios de los integrantes de La Izquierda Socialista somos familiares de electricistas en resistencia, somos sindicalistas y conocemos la lucha del SME de primera mano; en cualquier caso consideramos que el SME -como sindicato referente y centenario-y la industria eléctrica no son patrimonio exclusivo de las dirigencias y que el debate sobre el camino elegido pertenece al pueblo de México. No olvidemos que ante el decreto de extinción de Felipe Calderón cientos de miles de personas colmaron el Zócalo. Esta lucha y debate no es propiedad privada de nadie. Es evidente, sin embargo, que los únicos que van a poder reencaminar el timón serán los sindicalistas del SME, y a ellos va dirigida nuestras respuesta.
Llama la atención de que en su respuesta, la dirección del SME y los compañeros que firman apenas responden a nuestra afirmación de que la estrategia implementada, al menos a partir de los acuerdos con el gobierno de Peña Nieto en 2016, subordinó al SME a los intereses privados, en la lógica de la privatización de la industria energética; en su lugar los compañeros tratan de desviar la atención con una relatoría histórica, sobre todo a nivel jurídico, a partir del decreto de extinción del 2009. Curiosamente en su recuento histórico no se menciona que el SME nació luchando contra los intereses de la empresa Mexican Light and Power, la “Mota Engil” de la época pos-revolucionaria.
Pero algo que se cuidan mucho de explicar los compañeros en su texto son las razones detrás de la extinción: La liquidación de Luz y Fuerza del Centro se hizo con el objetivo de despejar el camino para la privatización de la industria eléctrica, para abrirle el camino a empresas privadas como la trasnacional Mota Engil con la que la dirigencia del SME se ha unido. Es inocultable que a través de Generadora Fénix, Mota Engil tiene el 51% de las acciones, SME tiene 40% y cooperativa LyFC el 9%. Lo que se traduce en términos concretos en el control por parte de Mota Engil de todo el negocio. Reveladoramente el nombre de esta empresa portuguesa no aparece, ni por error, en ninguna de las seis cuartillas del texto en cuestión. Esta increíble omisión no es casualidad pues con esa alianza, que pretende obligar al gobierno mexicano a comprar a esta empresa privada fluido eléctrico por un plazo de 25 años, se traicionó, a nuestro parecer, la propia historia del SME y a ese movimiento popular desencadenado en 2009 contra la privatización. Por ello resulta irónica y ridícula la referencia a las “Cartas sobre Táctica”, donde Lenin entabla una batalla para reorientar al Partido rumbo a la toma del poder y en donde es imposible encontrar algo con lo que remotamente la burocracia del SME pueda justificarse. Se trata de una referencia gratuita y sacada de la manga de un texto que no parecen haber leído los compañeros.
Los compañeros reconocen que su intento de reinsertar a los despedidos consiste en: “la creación de nuestras herramientas económicas -los emprendimientos Generadora Fénix, Cooperativa LF del Centro y Suministro Básico del Centro (SUBACE)- se ciñen al marco jurídico impuesto por los gobiernos neoliberales del PRI y el PAN”. Por una vez estamos de acuerdo, reconocen que actúan en el marco del neoliberalismo y la privatización. De hecho no sólo pretenden imponerle al nuevo gobierno que les compre –a través de Generadora Fénix y Mota Engil- fluido eléctrico, sino que -como hemos señalado- pretenden vender electricidad -a través de SUBACE- para uso doméstico. Sí, nosotros estamos a favor del “borrón y cuenta nueva” pero no para beneficiar a los privados y a una trasnacional.
Los compañeros justifican esta aberración señalado que en 2013 la Suprema Corte de Justicia de la Nación desechó el recurso de “patrón sustituto” mediante el cual se intentó reinsertar a los trabajadores a través de la Comisión Federal de Electricidad. Sin embargo esta consideración leguleya omite el “pequeño detalle” del terremoto electoral de julio de 2018 que ha desatado una avalancha de luchas reivindicativas y una nueva ola de insurgencia sindical. Son los compañeros los que “no toman en cuenta el proceso histórico, ni los factores políticos en disputa, […] ni mucho menos de los planes, proyectos y perspectivas de los distintos actores”. De hecho los movimientos que han logrado algún avance relativo en sus luchas en el actual gobierno son los que se han mantenido firmes: los compañeros de Atenco lograron mover el aeropuerto -echando a perder, por cierto negocios a la dirigencia del SME que concursó por obras en el NAIM-, y si bien buena parte de la Reforma Educativa de Peña Nieto ha sido revivida por los legisladores de Morena, al menos la CNTE ha logrado echar abajo una parte punitiva de la reforma y la lucha por su total derogación sigue vigente. ¿Es tan difícil imaginar el escenario donde un SME sin compromisos privados pudiera luchar unificado por la reinstalación vía CFE? ¿No era eso lo que buscaba el SME hasta antes del 2013? Es un triste pretexto, tirando el agua sucia con todo y niño, sostener que como en la CFE rige un sindicato charro es mejor la alianza charra con la empresa portuguesa.
En cualquier caso no se necesita ser muy inteligente para saber que con el presupuesto estatal hay mayor posibilidad de encontrarles lugar a los miles de despedidos y resulta una utopía reaccionaria creer que se hará a través de los negocios privados que, a todas luces, no alcanzarían para dar trabajo a los 16 mil ni mucho menos a los 44 mil. Tampoco se necesita mucha imaginación para visualizar las oportunidades para el SME si los trabajadores fueran reinstalados en CFE, no sólo recuperarían su trabajo en una empresa productiva del estado mexicano sino que podrían pelear la titularidad al SUTERM tal como lo harán los compañeros de Sindicato de Petroleros de México (Petromex) con respecto al sindicato de Romero Deschamps o como lo intentarán otros sindicalistas en el Seguro Social frente a los charros. Lo que es seguro es que no se podrá conquistar jamás aquello por lo que no se lucha, ni jamás obtendrá nada aquél que se ha rendido. Insistimos que en cualquier caso con el presupuesto estatal hay mayor posibilidad de ubicar a los miles de despedidos que a través de los negocios privados que no podrán absorber a los 16 mil, ni mucho menos a los 44 mil despedidos. La reorientación de la estrategia rumbo a la reinstalación vía la CFE renovaría el entusiasmo y podría catapultar la capacidad de movilización del SME, misma que ha caído presa de la desmoralización y los métodos equivocados.
Los compañeros afirman: “nosotros defendemos que la industria eléctrica debe ser un sector al servicio del pueblo y los trabajadores, por ello propusimos al Gobierno de la Republica [Sic!] caminar en la vía de la renacionalización de la industria eléctrica. Estamos dispuestos incluso a abandonar la concesión para la generación de energía eléctrica conquistada por la resistencia, con la condición que se restituya a Luz y Fuerza del Centro; los SMEitas tenemos claro que para los trabajadores es mejor una empresa pública con Contrato Colectivo de Trabajo”. Estamos de acuerdo, sin duda, con ese objetivo. Pero lamentablemente no se aterriza de forma. Los intereses privados y la nacionalización o expropiación de esos intereses son una contradicción en los términos. Es imposible buscar concesiones para empresas privadas y decir, al mismo tiempo, que se está luchando por la recuperación del interés colectivo. El lucro privado capitalista y los intereses colectivos de los trabajadores son irreconciliables. La dirección del SME se ha puesto en una situación grotesca donde sus integrantes son empresarios, lideres sindicales y trabajadores al mismo tiempo.
Nosotros dijimos que cuando muchos usuarios se percataron de que estaban siendo utilizados como medio de presión para intereses privados a través de la Asociación Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica (ANUEE), surgió una organización independiente de la dirección del SME, la Coordinación Nacional de Usuarios en Resistencia (CONUR). En su respuesta los compañeros señalan que “la CONUR es una organización al servicio de CFE y sirve como brazo político gubernamental para intentar sortear el descontento de los usuarios del servicio público de energía eléctrica, ahí están en redes sociales sus fotos con el ahora Director General de CFE”. Seguramente los compañeros de la CONUR tendrán algo que decir al respecto. Pero la dirigencia del SME ataca a la CONUR para ocultar que con sus pactos con Peña Nieto son ellos los que están sirviendo como brazo político para apuntalar los intereses de Mota Engil. Los compañeros parecen verla paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. No sabemos nada de las fotos de los compañeros de la CONUR con Manuel Bartlett pero sí conocemos los desesperados intentos de Martín Esparza por congraciarse con Manuel Bartlett -parece que los acercamientos con el gobierno de AMLO sólo están bien si los dirige la burocracia del SME-. Allí están las declaraciones de Esparza afirmando que “es una excelente decisión el nombramiento de Manuel Bartlett al frente de la CFE”. Lamentablemente para la dirección del SME los pactos con Peña Nieto se están cayendo a pedazos pues el nuevo gobierno está más interesado en generar energía propia que en comprarla a sus competidores. No creemos que sea correcto construir usuarios para los negocios privados o ser carne de cañón para los buitres de la iniciativa privada.
Los compañeros se molestan de que hablemos de la corrupción de la dirigencia del SME pero las liquidaciones millonarias de los dirigentes y allegados no pueden ser llamados de otra forma. No nos basamos en rumores sino en datos oficiales obtenidos por el Instituto Nacional de Acceso a la Informición y el Sistema de Administración y Enejenación de Bienes. Cualquiera puede consultar estas liquidaciones y comparar lo que obtuvo la dirección con lo que obtenido por un trabajador de base del mismo escalafón y antigüedad. Veamos algunos casos escandalosos del Comité Central: Martín Esparza Flores, con 23 años, 9 meses y 9 días de antigüedad y un salario de $335.26, le correspondía $1,079,702.32 por Ley Federal del Trabajo, pero obtuvo: $5,129,132.22. José Fernando Muñoz Ponce obtuvo $7,121,179.66 con 20 años de antigüedad, Eduardo Bobadilla Zarza $5,689,066.95 con 25 años de antigüedad, Humberto Montes De Oca Luna $4,412,417.03 con 21 años de antigüedad. Que los propios compañeros del SME saquen sus conclusiones y hagan la consulta por su cuenta:
Cabe añadir que la información anterior está notariada
En lo que respecta a las rentas vitalicias para algunas personas cercanas a la dirección del sindicato, de la misma manera que en el caso anterior, la información está dada por transparencia y cualquiera puede verificarla de forma pública.
Baste citar las mensualidades de dos familiares del Secretario General: Pablo Alejandro Esparza Flores $44, 439.76, Roberto Esparza Flores $44, 439.76:
Estos elementos de corrupción son tan claros y evidentes como la luz del sol y no es casual que en su respuesta no aparezcan ni por error.
Los compañeros señalan que todas las decisiones sobre la ruta a seguir han sido consultadas y decididas democráticamente por las bases. Pero en realidad la democracia interna del SME está comprometida dado que los compañeros disidentes son apartados con métodos stalinistas y burocráticos e incluso con agresiones físicas, tal como ha sucedido con compañeros que han asumido posiciones críticas: el compañero Delfino Maldonado quien fue brutalmente golpeado por grupos de choque, el compañero Cayetano Cabrera Esteva, símbolo de la resistencia, quien fue hostigado y golpeado por haberse negado a levantar la huelga de hambre, y Rodrigo Almazán que fue golpeado incluso por un miembro del CC., sólo por mencionar algunos casos.
Existe video de la agresión al compañero Almazán (a nosotros no nos importa que el video haya sido subido por los compañeros de Animal Dañero -no tenemos prejuicios de ningún tipo-, lo que nos interesa es lo que se ve en el video minuto 1:40).
Así mismo, a 30 compañeros en resistencia les negaron sus certificados de cooperativistas, con lo cual se les impide su derecho al voto, prácticamente están expulsados del SME. Muchos de ellos son representantes votados democráticamente por sus asambleas. Pero estos métodos stalinistas se expresan incluso en el lenguaje de la respuesta de los compañeros: acusar de traidores a los disidentes, señalan como chivo expiatorio a compañeros en resistencia que osan organizarse o formar corrientes sindicales, a todos los que critican los meten al saco de los “liquidados”. Pero olvidan que fue la misma dirección del SME la que llamó finalmente a liquidarse con cantidades no muy diferentes a las ofrecidas inicialmente al traidor Alejandro Muñoz, cediendo al gobierno el pasivo laboral de 80 mil millones de pesos a cambio de contratos de compraventa y generación de energía eléctrica.
Los compañeros afirman que nuestro artículo intenta congraciarse con el gobierno pero no hace falta ser muy brillante en comprensión lectora para ver que dijimos una cosa muy diferente: “Ante el choque entre el gobierno y los intereses privados de la dirección del SME, los trabajadores deben enarbolar una bandera independiente frente a ambos bandos”. En realidad nadie hará por los trabajadores lo que los trabajadores no logren mediante su organización y lucha. Lo decimos claramente, el camino del sindicalismo clasista se dará con independencia de charros, gobierno y empresarios.
Para recuperar la industria nacional en manos del pueblo necesitamos organizaciones sindicales independientes -tanto del gobierno como de los intereses empresariales- y democráticos para caminar rumbo a una organización política de la clase obrera. Creemos que la herencia centenaria de lucha del SME no va a perderse tan fácilmente en los intereses privados de Mota Engil ni por la dirigencia actual del SME siempre y cuando las bases se hagan oír y tomen el control en sus manos. La disidencia debe organizarse con base en principios, tácticas y estrategias correctas. Para esto el SME debe romper con las alianzas contra natura y recuperar el rumbo. Esa es la tarea y nadie más la hará al margen de las bases mismas. El SME y los trabajadores en resistencia se merecen un futuro y una esperanza; una perspectiva real de lucha. Deben conquistarlas.