Por: Noemí Salinas, estudiante de la UAM-Iztapalapa
Como cada año las autoridades de la Universidad y el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) abren mesas de negociaciones para revisar salarios y prestaciones, aspectos relacionados al contrato colectivo de los trabajadores. En esta ocasión no se concretaron acuerdos por lo que el sindicato hizo dos emplazamientos, uno por un aumento salarial del 20% y otro por violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo, ambos vencieron el viernes 1 de febrero, en consecuencia, se colocaron las banderas roji-negras en todas las unidades de la UAM, así como en Rectoría general y los 3 CENDI.
Entre las demandas del sindicato están el recuperar las plazas, no más precarización laboral a los docentes de la universidad, no a la carrera administrativa, romper con la política de contención salarial, transparencia en el uso de los recursos de la universidad, así como terminar con los privilegios y corrupción de las autoridades universitarias, como lo son los sueldos exorbitantes del rector y demás altos mandos. Por otra parte, lo que vemos de las autoridades universitarias es una negativa a cumplir las demandas, han dicho que el presupuesto no es suficiente para cumplir con lo que se pide y plantean un aumento del 3.35%, porcentaje que ni siquiera rebasa el nivel de inflación y no compensa el hecho de que el poder adquisitivo ha disminuido en un 80%.
Primero hay que mencionar que esta huelga se da en un contexto de despertar de los movimientos obreros a nivel nacional y no es coincidencia, el nuevo gobierno ha dado a la clase trabajadora una confianza que con los en anteriores no había. Podemos ver las luchas magisteriales en Michoacán; a los obreros en las maquilas de matamoros Tamaulipas, que han sido el gran ejemplo para todos, al enfrentarse a sus propios líderes charros y a la represión violenta de la patronal, a pesar de las dificultades han conseguido que se cumplan sus demandas; ahí mismo ahora los trabajadores de la empresa Coca-Cola entraron en paro y ahora los empleados de Chedraui y de algunos centros comerciales.
Los estudiantes en general no podemos ser indiferentes a la lucha de los trabajadores en las universidades, puesto que hay problemas que nos perjudican directamente y se desean resolver con la huelga, como es el mal uso del presupuesto de la universidad.
En la Unidad Iztapalapa no contamos con lo más básico, que es mantener la infraestructura necesaria para el desarrollo de académicos y estudiantes. Los sismos del año pasado afectaron seriamente el edificio S en donde los compañeros de CBS desarrollaban investigaciones, así como prácticas de laboratorio, a la fecha las autoridades se han limitado a decir que no hay presupuesto para reconstruir dicho edificio. Esto es totalmente incongruente si nos ponemos a revisar los salarios de la burocracia universitaria, para empezar el rector general Eduardo Peñalosa Castro percibe $129,000 mensuales, el rector de unidad 61,507; el secretario general 101,351; el abogado general 98,708; el tesorero general 98,708; y así nos encontramos con una larga lista de personal con salarios de este calibre.
Todos conocemos la necesidad de crear más salones y mobiliario suficiente para atender a toda la matricula estudiantil, sin embargo en la Unidad Iztapalapa tenemos un par de enormes edificios en obra negra que llevan así ya más de 10 años. Es increíble encontrarse con comentarios de parte de los estudiantes despreciando la huelga o incluso pidiendo que los despidan a todos, como si los trabajadores fueran un material desechable, tal parece que no nos hemos dado cuenta que nosotros no seremos estudiantes toda la vida, pareciera que no ven que los derechos laborales que tenemos hoy existen gracias a la organización y lucha de la clase obrera en el pasado, todo esto no lo tenemos gracias a la buena voluntad de las autoridades, son batallas que se han ganado y de las que ahora podemos decir tenemos derechos y prestaciones.
Tenemos que darnos cuenta que no sólo es el personal administrativo el que está en huelga, también los académicos sufren de precariedad laboral, año con año ven como sus ingresos no son suficientes para satisfacer las necesidades de ellos y sus familias. Al igual que nosotros lo hacemos ahora, ellos se esforzaron por obtener un título universitario, por prepararse, el tenerlo no es garantía para nadie, dentro de este sistema capitalista, de conseguir un buen empleo o siquiera de encontrar uno.
Como podemos ver esta huelga es un asusto que nos incumbe a todos, solamente con la solidaridad de la comunidad estudiantil podremos ver una pronta solución a las demandas de todos, incluyéndonos.