Desde hace algunos meses ha habido varios paros descoordinados en diferentes escuelas del IPN. Empezando el 29 de agosto en UPIBI, una escuela normalmente apática ante los movimientos estudiantiles. Así el movimiento se extendió a más escuelas que en tiempos normales suelen ser apáticas: ESCOM, EST, ENCB-Zacatenco y diferentes vocacionales.
También hubo una huelga en la ESIA Ticomán. La organización espontánea se hizo notar. Un caso es el de UPIITA, donde votaron colocándose en la explanada (a favor del paro) y en el jardín (en contra del paro). Bastó con que ESIME Zacatenco anunciara su asamblea y un paro de 48hrs para que más escuelas se fueran a Huelga-paro indefinido. Este paro se intentó ratificar como indefinido, sin embargo, las votaciones en la resultaron 940 en contra y 634 a favor. Se perdió la votación en las urnas, sin embargo, hay un fervor del estudiantado por seguir el movimiento, el solo hecho de haber 634 votos a favor es un acto colosal. Asimismo, otros planteles de la ESIME han tenido asambleas y votado paros, para empezar a hacer sus pliegos petitorios.
Los estudiantes de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, escuela de la UNAM, han tenido una asamblea y votado acciones, pues tienen también varios problemas en su escuela.
Si nos ponemos a leer los pliegos petitorios de las diferentes escuelas, todos tienen muchas demandas en común, incluso podrían conjuntarse. Por ello es importante una coordinación entre todas las escuelas en lucha, y levantar un movimiento general en el IPN.
Los edificios se pueden remodelar y acondicionar; pero no será suficiente. El POI y el IPN en general tienen recursos limitados.
Los sobrecupos se pueden asignar. Pero la verdadera demanda debe ser “apertura de más grupos”. Esto conlleva la contratación de más profesores (dinero) y la creación de más aulas y laboratorios: Infraestructura (más dinero).
Para lo anterior se necesitan recursos financieros y personal calificado, pero ni todo el dinero del mundo será suficiente ni útil, si no se trabaja de manera organizada priorizando el beneficio de la comunidad antes que las ganancias o cualquier plan de austeridad. Si no se toma en cuenta a los estudiantes y trabajadores, no será posible un cambio real.
Hoy en día existe una dislocación entre los sectores educativo y productivo. Esto genera un círculo de desempleo, donde la gran masa de estudiantes no sale con la experiencia ni conocimientos suficientes para enfrentarse al campo laboral. Por eso es importante la actualización de planes y programas de estudio. Pero no solo para calzar en un empleo, sino para cumplir con un modelo educativo al servicio del pueblo de México; para cumplir ese plan de nación que lleve este país a la verdadera independencia.
El acoso sexual y laboral dentro de las escuelas sigue siendo una constante. Se debe exigir que el IPN y el SNTE pongan todo de su parte, y toda la información a disposición para que los juicios sean llevados a terreno penal. Pero debemos crear redes de apoyo, denuncia pública y si es necesario, brigadas de acción y auxilio ante estas situaciones. Importantísimo que estas redes no sean separatistas.
Así mismo es necesario que los docentes cuenten con trabajos dignos, que conllevan horarios completos (40 horas), derechos laborales y todas las prestaciones que conlleva la sindicalización. Éstos a su vez deben participar para democratizar sus delegaciones sindicales y tomar el sindicato en sus manos. Los trabajadores de apoyo deben hacer lo mismo, exigiendo también la contratación directa basificación del personal de limpieza, que es del personal más marginado del país.
El primer paso debe ser una coordinación en Asamblea General del IPN, que lleve a cabo la coordinación de jornadas de lucha: paro de labores sincronizados donde las escuelas ya están organizadas, manifestaciones públicas por un cambio radical en la estructura del IPN, organización de brigadas para difundir la información y extender el movimiento a las escuelas que, círculos de estudio para discutir y analizar la situación.
Debemos ser conscientes de las limitantes del movimiento; por un lado, la fuerza que pueda llegar a tener, la capacidad organizativa mermada por 2 años de pandemia y pérdida de tradiciones de lucha, y por otro lado las barreras típicas de un movimiento estudiantil politécnico, que pueden romperse si se amplía el movimiento tanto a los trabajadores del IPN, como a las demás instituciones de educación (universidades y bachilleratos). La mayor victoria de un movimiento es que una enorme masa de jóvenes hace una pausa, cuestiona todo lo que está dentro de su vida cotidiana y lo pone patas arriba. Este proceso crea personas conscientes y críticas que aprenden, por medio de la práctica, a organizarse, a tomar las escuelas, hacer marchas, brigadas, volantes; tomar en sus manos su presente.
Los objetivos de este movimiento no deberían terminar en esfuerzos parciales, sino genera un esfuerzo colectivo que pueda llevar a cabo un programa mínimo de lucha, que pueda incluir:
- Instauración permanente de la asamblea como máximo órgano de toma de decisiones. Lo que conlleva la asignación de un horario específico sin carga académica para poder participar.
- Creación de grupos con máximo 25 estudiantes, lo que obligadamente debe significar.
- Apertura de más grupos para cubrir la demanda académica
- Incremento de personal docente con todos los derechos laborales para cubrir la carga académica
- Aumentar la infraestructura para cubrir las necesidades materiales (aulas, laboratorios, servicio médico, oficinas).
- Generar un mecanismo que agilice y facilite la denuncia de acoso laboral y sexual para toda la comunidad.
- Garantizar la alimentación a toda la comunidad convirtiendo las cafeterías concesionadas en una red de comedores. Donde se den diariamente 2 comidas por persona (desayuno y comida o comida y cena).
- Dormitorios para todos los alumnos que lo solicite, iniciando por los estudiantes de más escasos recursos y cuyo domicilio esté a más de 15 km de su unidad académica.
- Becas económicas para todo el alumnado eliminando el promedio como criterio de selección.
- Gestión de los recursos de manera democrática y plural, donde los trabajadores, y estudiantes puedan participar en la toma de decisiones en primera instancia en Asamblea escolar. Esta actividad debe contar con informes periódicos públicos de recursos materiales y financieros.
- Actualización de planes y programas de estudio con un enfoque humano entrelazando las necesidades sociales locales y nacionales con las capacidades profesionales del perfil de egreso. También tomando en cuenta las condiciones sociales en las que se encuentran los estudiantes.
- Aumentar el número de unidades académicas del IPN para poder cubrir la demanda de estudio superior y medio superior en todo el país, garantizando así el derecho a la educación a toda la población.
Invitamos a toda la comunidad politécnica a participar en el CLEP y seguir la tradición de lucha que respaldan 54 años de lucha ininterrumpida por la transformación de la sociedad.
¡UNIDOS Y ORGANIZADOS VENCEREMOS!
¿Quieres organizarte? Visita el Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico, edifico 4, segundo piso, ESIME Zacatenco.