Escrito por Carlos Ricardo Márquez
El día de la mujer comenzó a conmemorarse en homenaje a las obreras de Nueva York que en dos ocasiones (1857 y 1908) fueron reprimidas y quemadas vivas como parte del combate de los capitalistas a su lucha. Estas son acciones de un sistema barbárico que algunos piensan son cosas del pasado. Es una trágica coincidencia que el pasado 8 de marzo murieran quemadas 19 adolescentes guatemaltecas de entre 12 y 17 años, cifra que en los días siguientes ha ascendido a 38 muertas y que por desgracia muy probablemente se incrementará en las siguientes horas y días. Jimmy Morales, presidente de Guatemala, tardíamente ha lamentado estos hechos pero el pueblo guatemalteco indignado empieza a levantar la voz exigiendo su renuncia.
El infierno se llama Hogar Seguro
Estas adolescentes vivían en una especie de centro de “readaptación social” que irónicamente se llamaba Hogar Seguro Virgen de La Asunción. Este centro tenía capacidad para albergar a 400 jóvenes pero ahí vivían cerca de 750 (sin contar a los niños ahí nacidos), de ambos sexos, en condiciones de insalubridad y hacinamiento, con mala alimentación y durmiendo en el piso o compartiendo una colchoneta. Los habitantes de este Hogar son huérfanos, víctimas de la violencia y jóvenes con discapacidades que conviven con delincuentes y miembros de las pandillas que ahí mismo albergan. El trato recibido es humillante lleno de maltratos físicos y sexuales. El diario El País señala:
“Hay denuncias de que un monitor del centro las obligaba a boxear entre ellas y con él. Tanto chicos como chicas han sido violados en las instalaciones. El trato era vejatorio y las palizas continuas.” [1]
Se dice que el profesor Edgar Rolando Diéguez Ispache le dijo a sus alumnos de entre 12 y 13 años: “Ustedes no salen de aquí hasta que me hagan sexo oral”. Todos los alumnos de esa clase fueron abusados ese día [2].
Sara, de 17 años, era una interna que había huido de su casa porque sufría acoso escolar, finalmente fue encontrada, llevada a tribunales y después a este centro. Su madre cuenta:
“’Lo que me contaron fue horrible. Allí se cometen malos tratos continuos, principalmente a los niños con discapacidad mental’ (…) ’[Sara] Tardó mucho en contarme qué había sucedido allí dentro. Tiene mucho miedo. Está traumatizada y tiene ataques de ira. Poco a poco me fue explicando qué le pasó. Me dijo que les daban una especie de líquido por las noches’ (…) ’Estamos convencidos de que las drogaban. Uno de los días ella lo vomitó. ‘Un hombre, que recuerda que tenía acento americano, abusó de ella. Entró acompañado de uno de los Deltas (jefes de seguridad)’” [3]
Este trágico acontecimiento está sacando a la superficie la putrefacción del Estado guatemalteco. Es muy probable que en ese centro, que en teoría debía ser refugio de jóvenes desprotegidos, exista una red de prostitución a menores.
Los jóvenes trataban de huir de ese Centro, quienes lo conseguían se encontraban ante una sociedad que no les brindaba apoyo y protección y por el contrario podrían entrar a nuevos infiernos. El día 7 de marzo hubo un motín y un intento de huida, pero la mayoría fueron recapturados. Una testigo cuenta que las chicas aventaban piedras a sus maestros y policías gritando:
“– Viólennos aquí, delante de todos. Vengan a violarnos pues, si eso quieren otra vez.” [3]
Testimonios cuentan que ese trágico 8 de marzo fueron las propias adolecentes quienes quemaron colchonetas en protesta iniciado así el incendio. ¿Qué más da que se prenda en fuego si ese centro ya es un infierno? El saldo fue mayor porque las internas quemadas no podían huir porque estaban encerradas bajo llave y el personal no brindó el apoyo de manera rápida.
Descomposición social
Muchos de los adolescentes que viven en el Hogar Seguro vienen de familias disfuncionales. Marx y Engels hablaban sobre cómo la familia, que tanto promueven los moralistas burgueses, es destruida por su propio sistema:
“Las declamaciones burguesas sobre la familia y la educación, sobre los dulces lazos que unen a los padres con sus hijos, resultan más repugnantes a medida que la gran industria destruye todo vínculo de familia para el proletario y transforma a los niños en simples artículos de comercio, en simples instrumentos de trabajo.” [4]
Es tal la descomposición del capitalismo guatemalteco que muchos niños y adolescentes ni siquiera llegan a ser instrumentos de trabajo sino que se convierten en mercancías sexuales o sectores completamente desclasados.
“De acuerdo al informe de Desarrollo Humano para Guatemala 2015-2016, el 73 por ciento de los guatemaltecos no gana lo suficiente para cubrir los gastos mínimos y una tercera parte de la población no tiene lo necesario para comprar alimentos. Además, 8 de cada 10 niños presentan desnutrición crónica.” El presidente ha reconocido que 6 de cada 10 guatemaltecos son pobres. [5]
Estas son algunas de las razones materiales que provocan la disolución familiar y la existencia de esta capa de jóvenes. Sin embargo el Estado en vez de jugar un papel de brindar alternativas ayuda a terminar de romperles la vida. Ya existían varias denuncias de padres contra este y otros centros similares, al igual que recomendaciones de cierre o cambios radicales por parte de organismos como el l Juzgado Sexto de Niñez y Adolescencia del Área Metropolitana y el Mecanismo contra la tortura. El Estado solo ha maquillado un poco las cosas siguiendo las recomendaciones a medias. La muerte de estas jóvenes es un real crimen del Estado. El problema es estructural y la verdadera raíz está en un sistema capitalista decadente con un estado putrefacto que ha tenido una historia criminal en el país.
Fue el Estado
La primera reacción del gobierno se dio con Carlos Antonio Rodas, secretario de Bienestar Social, minimizando los hechos, negando las acusaciones y diciendo que no había razón para que renunciara. Se tuvo que tragar sus cínicas palabras y tuvo que dimitir. Jimmy Morales primeramente no dio la cara porque “había importantes tareas para la nación” que requerían su atención, mandó un mensaje lamentando los hechos y dada la presión finalmente apareció en público. Ha tenido que reconocer la responsabilidad del Estado, declarando:
«Que es una responsabilidad de Estado es un hecho, pero entendiendo el concepto pleno de la palabra. El Estado de Guatemala está conformado por Gobierno y población»
Que fue el Estado es tan evidente que el propio presidente tuvo que reconocerlo, pero es falso que es la sociedad la culpable, ella es víctima de un sistema explotador y excluyente que sufre de un estado que se ha formado para defender los privilegios de oligarcas e imperialistas. El Estado Guatemalteco se ha formado con una historia de muerte. El derrocamiento, por parte del imperialismo del gobierno progresista de Jacobo Árbenz en 1954 desató una lucha armada que se prolongó por décadas. En los 80´s la consigna era que para matar al pez había que quitarle el agua lo que significaba que para acabar con la guerrilla había que acabar con su base de apoyo cometiéndose así matanzas a pueblos enteros. La Comisión para el Esclarecimiento Histórico estima que durante la guerra la cifra de muertos ascendió a 200 mil.
El pueblo guatemalteco lucha por un cambio
La sociedad está cambiando, hay un creciente desprestigio del régimen que ya no cuenta con el apoyo del pasado y el Estado se ha visto obligado incluso a procesar ex dictador Ríos Montt por sus crimines de guerra e incluso a destituir al presidente Otto Pérez. En este caso hubo intervención de la ONU a través de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) sin embargo esto nada esencial cambió, aunque en última instancia estas acciones han sido producto de la presión y la lucha popular pero para la clase dominante es mejor sacrificar algunos peones para que el sistema siga en pie. Hay que reconocer que nada fundamental ha cambiado aun. Estos cambios de fondo solo serán posibles cuando los trabajadores tomen las riendas de la sociedad en sus manos, esto es un proceso en el que las masas van adquiriendo experiencia, conciencia y confianza en sus fuerzas.
El hartazgo hacia la pobreza, la corrupción y los viejos partidos y políticos de siempre llevó a que Jimmy Morales, un actor satírico de televisión, ganara la presidencia. Su eslogan de campaña era. “Ni corrupto, ni ladrón”. Su triunfo se enmarca en una profunda crisis política que llevó a la caída del entonces presidente Otto Pérez Molina. Morales prometió un combate a la corrupción pero las cosas no han cambiado. Llegando con una popularidad del 82% en un año cayó a 19%.
Este pasado 7 de marzo el Comité de Desarrollo Campesino realizó una movilización con participación de campesinos indígenas, organizaciones populares y sociales exigiendo su renuncia porque no ha cumplido sus promesas, por estar vinculado a la corrupción, no resolver las demandas sociales, en contra de los incrementos a los servicios eléctricos y contra la represión a los luchadores del agro.
Con el caso Hogar Seguro se realizaron emotivas protestas a las afueras de casa presidencial donde se llevaron veladoras, carbón y muñecos de peluche. Estudiantes universitarios y otras organizaciones también se han manifestado en rechazo a este crimen. La exigencia de la salida de Jimmy Morales va creciendo.
Guatemala nos enseña, sin embargo, que no es suficiente sacar a un presidente, que tenemos que hacer un cambio de raíz. El triunfo de Jimmy Morales y su evolución no hacen más que recordarnos unas sabias palabras de Lenin, quien decía:
“Los hombres han sido siempre en política víctimas necias del engaño de los demás y del engaño propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a discernir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase. Los partidarios de reformas y mejoras se verán siempre burlados por los defensores de lo viejo mientras no comprendan que toda institución vieja, por bárbara y podrida que parezca, se sostiene por la fuerza de unas u otras clases dominantes. Y para vencer la resistencia de esas clases, sólo hay un medio: encontrar en la misma sociedad que nos rodea, educar y organizar para la lucha a los elementos que puedan y, por su situación social, deban formar la fuerza capaz de barrer lo viejo y crear lo nuevo.” [6]
Hay que echar a Jimmy Morales y al conjunto del Estado putrefacto que protege y sostiene a una clase opulenta que mantiene al pueblo en la miseria. En esta tarea histórica los campesinos y obreros guatemaltecos solo pueden confiar en sus propias fuerzas, hay que rescatar las mejores tradiciones revolucionarias del pueblo guatemalteco dentro de las que se inscribe también métodos como la huelga general. Es con acciones revolucionarias de masas, independiente políticamente de la burguesía y sus instituciones nacionales e internacionales como se puede aspirar a un cambio de raíz. Es necesario para ello también construir las herramientas para llevar adelante estas tareas. A través de estas luchas y la experiencia brindada es necesario que los trabajadores guatemaltecos construyan un auténtico partido revolucionario que aspire a cambiar de raíz esta sociedad.
Adolecentes con potenciales que deberían estudiar, que deberían aportar sus energías, mentes y energías al desarrollo de la sociedad, que deberían preocuparse por disfrutar la vida sufren bajo este sistema decadente marginación, exclusión, violencia y muerte. Las jóvenes quemadas, que muy probablemente habían sido violentadas física y sexualmente, tenían derecho a otra vida que el capitalismo no les pudo brindar.
Nosotros creemos que otra sociedad no solo es posible sino necesaria, una donde las riquezas sociales se pongan al servicio de todos y no de una minoría. Tenemos que luchar por una sociedad igualitaria basada en la democracia del pueblo, es decir auténticamente socialista. Una sociedad en donde cada ser humano tenga derecho al estudio, al trabajo, a la diversión, a una buena alimentación, a salud pública de calidad, a un real buen hogar y a una vida sin violencia. Un sistema que genera brutalidades como la que hemos visto este 8 de marzo es un sistema enfermo que debe morir.
¡Justicia para las adolecentes muertas en el Hogar Seguro y castigo a los culpables!
¡Fuera Jimmy Morales el Estado!
¡Por un Estado de los trabajadores!
¡Por una sociedad socialista que de una vida y futuro digno a la juventud!
[1] elespanol.com/mundo/america/20170309/199480159_0.html
[2] animalpolitico.com/2017/03/ninas-motin-hogar-seguro-guatemala/
[4] centromarx.org/images/stories/PDF/manifiesto%20comunista.pdf
[5] telesurtv.net/news/Por-que-los-guatemaltecos-exigen-la-renuncia-de-Jimmy-Morales-20170307-0023.html
[6] marxists.org/espanol/lenin/obras/oe3/lenin-obras-1-3.pdf