A primeras horas de la tarde del 26 de abril se informaba de la destitución del director de la cubana Revista Alma Mater. La decisión ha causado enorme revuelo y conmoción en las redes sociales en la isla y más allá de las redes también.
La nota, muy escueta, de apenas 23 palabras, decía:
“Por decisión del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, Armando Franco Senén fue liberado de sus funciones como director de la revista.”
El motivo del revuelo causado es porque se ha interpretado universalmente que la decisión es una censura a la línea político-editorial de la redacción que presidía Armando Franco Senén.
Desde el punto de vista formal, la decisión no se podía haber tomado de peor manera. La revista Alma Mater (fundada en 1922 por Julio Antonio Mella) es la revista de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), pero la decisión fue tomada por el Buró de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba – UJC, así como para recordar que nada se hace sin el permiso de las altas instancias.
La nota que informa de la decisión no dice el motivo de la misma. No trata ni siquiera de ofrecer una justificación. Tampoco trata de explicar si la decisión fue de mutuo acuerdo. Esta opacidad no es casual. Quiere transmitir un mensaje claro: la burocracia es la que manda, el que se salga de la línea tiene que aceptar las consecuencias. En realidad habría que preguntarse ¿sabríamos siquiera de la decisión, sino fuera porque la redacción decidió publicar esa escueta nota en sus redes sociales?.
Algunos han salido en las redes a pedir cautela. No hay que precipitarse, no se puede comentar ni mucho menos criticar sin conocer los motivos, dicen. Bien, pero la pregunta es ¿quién es responsable de que no se conozcan los motivos? Los que tomaron la decisión pero optaron por no ofrecer explicaciones. Es decir, en este caso, el Buró de la UJC.
Ante esta falta de explicaciones es normal, justificado diría yo, interpretar que el cese (de esto se trata a pesar del uso del eufemismo “liberación») de Armando Franco Senén, es una represalia política por la línea editorial de la revista que dirigía hasta ayer.
Alma Mater es una revista que se dirige a la juventud cubana, particularmente la juventud estudiantil. Para llegar a su público potencial, la revista había adoptado un estilo desenfadado e incluso en algunos aspectos crítico con la oficialidad.
Algunos ejemplos. Ya en el número de enero de 2021 (http://media.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2021/01/AM592_Enero2021.pdf), después de los acontecimientos de la sentada del 27N y la Tángana de Trillo, Alma Mater preguntaba a varios jóvenes cómo veían el 2021. Entre las respuestas se encontraban estas observaciones bien agudas (énfasis nuestro):
“Prefiero pensar el 2021 como el año de los intentos. Un tiempo en que el optimismo crítico se imponga ante la norma dogmática, ante las soluciones chatas que ofrece el burocratismo ideológico, que funcione como puente de diálogo, y de paso logremos el reentronque, la profundización teórica y práctica del socialismo cubano partiendo siempre de las expectativas de nuestra gente.” (Yosvani Montano)
“Por otro lado, se ha hablado mucho de democracia socialista, y de su profundización. Pero se ha relacionado poco con un proceso que llegará próximamente: la autonomía empresarial. En un escenario social en que las empresas serán más autónomas en sus decisiones, ¿qué grado de participación tendrán los trabajadores en la toma de esas decisiones? La democracia obrera y laboral será una pieza clave de la profundización y el mantenimiento del socialismo en Cuba.” (Iramís Rosique)
El mismo número de la revista publicaba un artículo muy agudo de Fabio E. Fernandez Batista en el que entre otras cosa decía:
“Desde posiciones diversas se modelan diferentes proyectos de nación. Unos anclan en plataformas abiertamente conectadas con los intereses de la gran potencia que no nos soporta. Otros esbozan, generalmente con palabras bellas, los caminos de la restauración capitalista que nos llevarían a la dependencia. Frente a ambas proyecciones se erigen dos respuestas. La anclada a una lectura conservadora del socialismo y la que entiende que solo con la renovación del proyecto será posible vencer los retos actuales. Vale aclarar, desde el inicio, que construyo este texto a partir de los soportes de la última línea definida.
“Esta nueva manera asumir el hacer política en Cuba pasa por la superación de versiones cerradas y dogmáticas del socialismo que aún detentan importantes cuotas de poder. Una estructura burocratizada, ineficiente, conformista y acostumbrada al monólogo no puede comandar la batalla que se dirime en la hora actual. Los temores a reformar nuestro socialismo le hacen el juego a la agresión externa, crean condiciones para el avance de las fuerzas propulsoras del capitalismo y le fallan a la ciudadanía. De manera puntual, resulta apremiante romper con la inercia del campo mediático-informativo, acostumbrado a responder con tardanza y a pelear de riposta. Fallar en el terreno de los medios es entregar las llaves de la casa al enemigo.
“La derrota del socialismo anquilosado ha de conectar con el fortalecimiento de aquellas corrientes que postulan rejuvenecidas maneras de alcanzar el horizonte de emancipación gestado en las coordenadas del marxismo. Hoy coexisten en Cuba tendencias representativas de ese modo otro de encarar la construcción de un proyecto anticapitalista. Están dentro de la institucionalidad, pero sobre todo en diversos ámbitos de la sociedad civil.” (Coordenadas para hoy, Fabio E. Fernández Batista, Alma Mater 592, Enero – Febrero – Marzo 2021)
Los periodistas de Alma Mater estuvieron en las calles durante las protestas y contra-protestas del 11J, incluso uno de ellos fue detenido en las mismas. La revista hizo un intento por catalogar y analizar lo que había sucedido y publicó un extenso reportaje con cinco jóvenes cubanos (https://medium.com/revista-alma-mater/11j-7b492dbc4ec0) acerca de los acontecimientos, en el que se vertían opiniones críticas y diversas acerca de los mismos, con una discusión de los motivos que los causaron, la actuación de la policía, etc.
La redacción de la revista se preocupó por la suerte de los estudiantes que habían sido detenidos (https://www.facebook.com/RevistaAlmaMater/posts/6204251092926044) e incluso entrevistó a varios de ellos en un artículo que se publico con varios meses de retraso, lo que probablemente reflejaba discusiones internas y presiones para que no se publicara (https://medium.com/revista-alma-mater/deudas-1230d5de6fef). El artículo no gustó ni a unos ni a otros, pero ese ya es otro tema.
Esta línea editorial crítica le generó a Alma Mater todo tipo de ataques. Ya en noviembre de 2021, la revista denunciaba una serie de ataques y calumnias bastante serias (https://www.facebook.com/RevistaAlmaMater/posts/6847035611980919) se acusaba a la revista de haberse alejado de Mella e incluso de estar más cercana al dictador Machado (!). Claramente, a algunos sectores, estalinistas, de la burocracia, molestaba la línea editorial de la revista. Se acusaba a la redacción de “anexionistas y oportunistas que disfrazan sus discursos como izquierda crítica”. Algunos de los mensajes en las redes exigían justamente una depuración de la redacción.
En realidad, Julio Antonio Mella, fundador del primer Partido Comunista de Cuba, era una persona de ideas firmes y nunca rehuía la polémica ni la crítica. Eso le llevó a todo tipo de enfrentamientos durante su militancia tanto en el PCC como en Partido Comunista de México, incluyendo su expulsión del partido en 1926 a raíz de la huelga de hambre que realizó estando encarcelado. A los que decían que la redacción de Alma Mater no hacía honor a su fundador, muchos respondieron que los que hacían las críticas probablemente hubieran estado con los que expulsaron a Mella.
Los ataques arreciaron de nuevo hace unas semanas, cuando la revista se hizo eco de las burlas en las redes de la publicidad de la empresa alimentaria Prodal (https://medium.com/revista-alma-mater/viva-la-salchicha-9282c88f7b8f). El artículo en sí era inócuo, pero claramente molestó. Como también molestó una nueva sección de la revista que explicaban las diferentes definiciones de palabras comunes, incluyendo las acepciones soeces o populares de las mismas. Ese fue el último aviso, el 11 de abril (https://www.facebook.com/RevistaAlmaMater/posts/7696797350338070). En menos de quince días el director fue cesado.
Con estos antecedentes, y teniendo en cuenta la manera en que se anunció la decisión, es imposible no sacar la conclusión de que el motivo de la misma es la censura política fulminante de la línea editorial de Alma Mater por parte de la burocracia.
No hace falta estar de acuerdo con todo lo que la revista publica (por ejemplo el artículo post-11J sobre la economía entrevistaba a economistas que quieren ir más rápido hacia la “liberalización»). Lo que está claro es que la causa del socialismo y de la revolución cubana no se fortalece con decisiones de este tipo, sino todo lo contrario.
La arbitrariedad burocrática, el pensamiento único impuesto desde arriba, no tienen nada de revolucionario y su efecto es el de alienar a un sector creciente de la población, particularmente entre la juventud, de la tarea necesaria de la defensa de la revolución cubana. Y además fortalece a los medios de la contrarrevolución, si la gente no puede leer información veraz ni opiniones críticas en los medios del estado, algunos terminarán leyendo los medios pagados por Washington.
En un país en el que existe el monopolio estatal de la prensa, ésta debe abrir sus puertas a todas las corrientes de opinión dentro de la revolución. Que no se nos diga que la crítica revolucionaria mina la necesaria unidad de revolución cubana ante sus enemigos. Al contrario, la ausencia de crítica, el oficialismo gris y castrante es lo que la mina.
El período de 1959 a 1971 fue quizás el de mayor peligro para la revolución cubana, la invasión de Playa Girón, la crisis de los misiles, etc. Y ese período se caracterizó por las más amplias polémicas y debate de ideas en todos los campos (del arte y la literatura, de la estrategia revolucionaria, de la política económica y de la enseñanza del marxismo, entre otros).
Que no se nos diga que eso no es posible ahora, porque al final lo que sucede es que solamente las opiniones oficiales y las contrarrevolucionarias son las que tienen acceso a los medios (unas en los del estado, otras en los que financia el vecino del norte). Y entre las opiniones oficiales muchas se dedican a promover la propiedad privada, las mypimes, como salida a los desafíos económicos a los que se enfrenta la revolución, o a defender la burocracia, sus errores, y sus privilegios.
Lo que la defensa de la revolución cubana requiere en esta hora de dificultades y peligros es justamente la más amplia discusión y confrontación de ideas. La destitución del director de Alma Mater es por tanto un golpe a la revolución cubana.
Toda nuestra solidaridad con Armando Franco Senén y la redacción de Alma Mater.