Por: La Izquierda Socialista
Entrevista a Frank García Hernández, intelectual cubano, organizador del Primer Evento Académico Internacional sobre León Trotsky, en la Habana.
La Izquierda Socialista (LIS): ¿Me quisieras decir tus impresiones sobre el encuentro de Trotsky que acabamos de tener?
Frank: Yo nunca imaginé que iba a ser tan impactante. Cuando se acabó, un poco antes de que terminara el evento, fue que me percaté de tantos intelectuales buenos que había, entre ellos Robert Brenner, Paul LeBlanc, Gabriel García, Helmut Dahmer, Eric Toussaint, personas que por desgracia no se conocen en Cuba –salvo el compañero Eric- pero que son excelentes académicos.
Había presentes casi 10 tendencias trotskistas –que no fueron invitadas como tal, vinieron todos los expositores representando universidades, instituciones y revistas académicas- y no sucedió ningún choque entre ellas. Se sentaron en la misma mesa, aunque tengan grandes diferencias políticas. Y al final, cuando terminaba la última jornada, el compañero Rob Lyons subió el puño izquierdo y arrancó a cantar La Internacional. Casi no pudo continuar, muchos no sabían qué hacer, pero después se unieron otras voces, y todas: en iraní, indio, turco, italiano, alemán, francés, español, portugués se cantaba La Internacional. Y en unos pocos minutos vivimos en aquel pequeño salón la Revolución Mundial. Entonces me di cuenta de algo muy importante: Cuba, 60 años después, sigue siendo un punto de encuentro revolucionario.
El evento tuvo una recepción grandísima a nivel global, una participación de instituciones académicas, de organizaciones como la de ustedes. La Corriente Marxista Internacional fue uno de los primeros que nos tendieron la mano cuando el encuentro era sólo una idea, un agradecimiento muy grande a ustedes que hicieron en tiempo récord la publicación del libro de La revolución traicionada para poder traerla a Cuba: tendrán el mérito de ser los culpables de que se lea-. También estamos muy agradecidos por el texto de Alan Woods En memoria de León Trotsky, un texto básico y por tanto muy útil en la juventud cubana que aún lo desconoce. Además, el CEIP nos ayudó mucho haciendo posible, gracias a los compañeros Pablo Oprinari y Sergio Moissen, la presentación del título de Trotsky Escritos Latinoamericanos. Pero es muy importante hablar de la Casa Museo León Trotsky. Tanto, que por eso los menciono de último: para poder detenerme en ellos con más fuerza. La compañera directora: Gabriela Pérez Noriega, siempre nos escribía y nos preguntaba ¿en qué podemos ayudar? A cada una de las peticiones que le hacíamos, respondía ella afirmativamente. Nunca puso un pero, antes bien, tenía iniciativas tan bellas como lo fue traer la primera exposición de fotografía sobre Trotski que se expone en Cuba. Y gracias a ellos, Santa Clara y La Habana se inundarán de camisetas con la imagen de Trotsky. Trotsky caminará en Cuba.
LIS: El encuentro es muy significativo precisamente porque se hace en Cuba, en momentos donde la revolución es asediada por el imperialismo americano: los discursos de Trump han sido bastante duros en el último período pidiendo que Cuba saque las manos de Venezuela, si no lo hace va a tener repercusiones muy duras para la isla. Trump sigue pensando que América Latina es su patio trasero. Es una tarea fundamental de un revolucionario marxista defender las conquistas de la revolución cubana de cualquier ataque imperialista. Por el otro lado hay una situación que me llama la atención, la situación dentro de Cuba ha cambiado rápidamente en los últimos años, particularmente en la Habana, hay cientos tal vez miles de nuevos negocios, parece que una nueva clase se está formando, ¿qué piensas de esto?
Frank: Primero quisiera decir algo, aunque no tenga que ver con el evento. Las medidas que Trump está tomando contra Cuba no son precisamente un resultado de lo que sucede en Venezuela, sino que este presidente ha tenido un mandato con resultados pésimos. No ha puesto un ladrillo del muro que había prometido en la frontera con México, la guerra económica con China no le ha traído dividendos económicos sino que solo pérdidas, su economía no ha crecido, se ha peleado con sus mejores aliados en la Unión Europea. Él sabe que al tratar de aplicar la ley Helms-Burton va ganar votos en el electorado cubano de la Florida, que pesa mucho en la elección presidencial.
Segundo, que tiene que ver con el evento, es la situación cubana. Estamos aprendiendo a convivir con la propiedad privada -lucha de clases mediante-. Algunos quieren que convivamos tranquilamente con la propiedad privada y la aceptemos como tal. Aunque lo hagamos, la lucha de clase nos atraviesa.
La burguesía nace con sus medios de comunicación, sus políticas culturales, su consumismo. Los precios de las mercancías -debido a que están bastante desregularizados en la capital- se disparan, ya que la burguesía necesita, para mantener sus negocios, consumir más de lo que consumen las clases trabajadoras. El impacto es más duro aun pues los negocios que esta clase controla esencialmente son del sector de los servicios. Esto genera acaparamiento de alimentos y por tanto: desabastecimiento. Algo que no sucede en otras regiones del país, como en Santa Clara, porque la burguesía está más controlada por el gobierno y hay menos concentración de riqueza.
Pero el compañero Yunier Mena, expositor cubano en el evento, estudiante de filología, afirma con razón que, más que fuerza económica, tiene la burguesía fuerza en su impacto ideológico. Explico por qué: ellos se presentan como cubanos exitosos, preocupados por la cultura, los derechos de los animales, la comunidad LGTBIQ; se apropian de buena parte de la sociedad civil, hablan en nombre de ella, se presentan con un discurso renovador, dicen que no les interesa la política y que son incomprendidos por el Partido Comunista, enfatizan que son cubanos y nada más. ¿El resultado?: La sociedad, principalmente la habanera, termina admirándolos.
Por otro lado el partido no sabe qué hacer. Estimuló, propició y garantizó el nacimiento de esta nueva –vieja- clase. No los combate porque creen que la lucha de clases es dividir al pueblo. Olvidan la postura de Fidel –que mantenía a los burgueses débiles-: les advertía una y otra vez a ellos que eran fruto de una política económica provisional. Ahora, la nueva Constitución, si bien insiste en la construcción de la sociedad comunista, les da garantías constitucionales a su forma de propiedad: la privada, la que se establece y existe gracias a la explotación del ser humano por el ser humano.
Estoy seguro de que todo esto llamó la atención de tantos participantes. Sólo como público recibí la solicitud de 192 personas para asistir al encuentro, si hubieran asistido todos los expositores eran 51. Si hubiese tenido una estructura logística más grande con mucho gusto lo hubiera aceptado a todos.
Lo que más me dolió es que no hubo mucho público cubano debido a que no se difundió el evento, pero lo que más me gusta es que todos los cubanos que estuvieron en el evento se han llevado un ejemplar de La revolución traicionada.
LIS: Victor Hugo dijo una vez que cuando a una idea le llega su momento nada la puede frenar. Me parece que, como tú lo comentas, aunque hubo poca difusión al evento, las ideas y el pensamiento de Trotsky tendrán un impacto en el próximo periodo aquí. No podemos decir que es la primera vez que se conoce a Trotsky en Cuba, anteriormente hubo grupos autodenominados trotskistas que participaron en los diferentes procesos revolucionarios en Cuba, sin embargo, ahora la reaparición de esta figura se da un momento muy significativo, el capitalismo está en un callejón sin salida, no ofrece nada a la juventud, a las mujeres y la clase obrera. ¿Tú qué puedes decir a los jóvenes y trabajadores sobre la figura de Trotsky y su impacto que tendrá en Cuba?
Frank: Las ideas cuando empiezan no hay quien la detenga, eso es muy cierto. Yo quiero acotar algo, no asombra que sea tan buena la recepción de Trotsky en Cuba, lo que asombra es que Trotski no haya llegado antes.
Este retorno de Trotsky a Cuba no se puede comparar nunca con su llegada en el año 32 cuando lo trajo en una maleta Juan Ramón Breá y Sandalio Junco. Estábamos hablando, en ese momento, de una sociedad capitalista en crisis, envuelta en una lucha de clases violenta contra una dictadura asesina y con un pueblo un nivel de alfabetización menor al 50%. Ese primer trotskismo fue desapareciendo poco a poco. Después de la década de los años 50 del pasado siglo el trotskismo cubano nunca rebasó los 50 militantes, casi siempre haciendo entrismo en otras organizaciones tan minúsculas como ellos. Al triunfo de la Revolución quedaron sofocados, no solo por la persecución del Partido Socialista Popular, sino por los acontecimientos mayúsculos que estaban ocurriendo. Las clases trabajadoras ponían más atención en los ataques del imperialismo y la contrarrevolución interna que a las polémicas, complejas para ellas, a veces incluso extemporáneas, entre el trotskismo y el estalinismo.
A su vez, desde los años 60 se fomentó en Cuba un marxismo crítico, heterodoxo, que fue censurado en los setenta, pero después de la caída de la Unión Soviética reapareció con una fuerza tremenda. Ese marxismo se ha estancado un poco. Necesita de más teoría. Donde más existe un gran retroceso de la asimilación del marxismo hoy es en el estudiantado universitario. Siguen identificándolo con el discurso oficial. Por ello, Trotsky, que no está presente en los programas de estudio, les resulta tan atractivo. Ya esto sucedió en los años 90 con Gramsci y se intentó que sucediera con Rosa Luxemburgo pero no fructificó. 60 años de revolución, a pesar de todos los errores, transforman por completo la mentalidad de la sociedad. Uno de los principales logros de Fidel es que se encargó de desenajenar la sociedad brindando constantemente la cultura como instrumento emancipador. Este acercamiento a Trotsky parte de un marxismo ya estudiado y asumido, algo que evitará cualquier posición sectaria.
En Santa Clara ya ha surgido un círculo de estudio compuesto por estudiantes universitarios llamado Foro Comunista Cubano. Tienen una página en Facebook y llamo a la militancia mundial que se solidaricen con ellos enviándoles revistas y bibliografía de pensadores como Daniel Bensaid, Pierre Broué, Isaac Deutscher, Ernest Mandel, Víctor Serge, Alex Callinicos, Cornelius Castoriadis, Alan Woods, Tariq Alí, Michael Löwy… Necesitan, con urgencia, teoría. Vean si es importante ayudar a estos estudiantes, que en cuanto ellos regresaron a Santa Clara comenzaron la divulgación de la bibliografía que trajeron y, como ya te dije, especialmente La revolución traicionada, la pequeña biografía de Alan Woods y otro texto, también biográfico, de autoría de Esme Choomara, además de unos folletos explicativos de la Revolución Permanente facilitados por Paul Le Blanc. Estos jóvenes no están organizados como grupo político, no les interesa hacerlo. Nacen como un círculo de estudio y debate. No se reivindican trotskistas, sino comunistas. Ellos entienden a Trotsky como parte de un sistema de ideas en el cual está Marx, Engels, Lenin, Rosa Luxemburgo, Mariátegui, Gramsci, Che Guevara, Fidel.
Regresa Trotsky a Cuba, a la revolución cubana 60 años después y la situación es completamente diferente a cuando vino con Junco y Breá. Los análisis que se están haciendo ahora no son extemporáneos ni supranacionales. Trotsky no aterriza en un lodazal. Ya había un conocimiento de él, se había impartido en noviembre del 2016 un curso posgrado sobre su vida y obra. Curso que provocó que en una revista cultural de Santa Clara se publicase un fragmento del discurso de Trotski al fundar el Ejército Rojo. Ahora lo que hace falta es la literatura. Para ello tenemos que trabajar con fuerza en la publicación del libro que recoja las memorias del evento. El libro va a terminar siendo un antes y un después del encuentro. Será el primer título publicado en Cuba que se dedicará en exclusivo a Trotski. Llamo a la solidaridad plena con ese sueño y con el sueño de realizar un segundo encuentro internacional en junio del 2020 en Sao Paulo: uno de los más bellos frutos del encuentro de La Habana.
LIS: Muchas gracias, Frank, te agradecemos todo lo que has hecho por el encuentro y por los compañeros de la Corriente Marxista Internacional y la Casa Museo León Trotsky.
Frank: Mis más grande saludos y reconocimientos a la Corriente Marxista Internacional, al compañero Alan Woods que envió un emotivo mensaje. La Corriente Marxista Internacional fueron los primeros que nos extendieron su mano cuando este encuentro sólo era una idea, fueron quienes establecieron el contacto con la Casa Museo León Trotsky porque no teníamos ningún contacto con ellos. Han sido claves para poder desarrollar el evento, un trabajo de casi un año, fueron tremendamente comprensivos ante todos nuestros problemas, en especial el compañero Ricardo Márquez -alias el Che- que a cualquier hora yo le escribía por WhatsApp o por Facebook y él, incluso en las madrugadas, se tomaba la molestia de contestarme, de ayudarme en coordinar con otras personas con las cuales yo no podía mantener en comunicación debido a los problemas tecnológicos. Sé que detrás de él hay todo un equipo, una estructura de apoyo, de compañeros como Ubaldo, la compañera alemana Rosa Carolina: la primera extranjera que vino a preguntar y ver qué sucedía –después vinieron decenas- el compañero Jordi Martorell, que estuvo siempre dispuesto a venir y que tenía siempre un vínculo fuerte con la compañera Celia Hart -quién fue mi amiga muy cercana-. A todos ustedes muchas gracias. Excelente revista América Socialista, esperamos tener más números de esta revista en Cuba y poder colaborar con ella.