Escrito por: Ubaldo Oropeza
«Hoy, el poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa.» (K. Marx & F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista, 1848.)
La polarización entre la oligarquía y el candidato de izquierda, AMLO
En las pasadas semanas se han polarizando las posturas de la burguesía mexicana con respecto al candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). El conflicto comenzó cuando el candidato a la presidencia dijo que no estaba de acuerdo en que el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México se construyera como lo han planificado ya, el gobierno federal y la gran burguesía. Días después el hombre más rico de México salió a defender el proyecto aeroportuario, afirmando que sería un retroceso para miles de familias, que se quiere cancelar el desarrollo del país. A voz de una periodista que le preguntó cuánto dinero tiene invertido Slim en el aeropuerto, él contesto cínicamente que no había invertido un solo peso, que lo que se había invertido eran las Afores que maneja una de sus empresas, Inbursa.
Más tarde se filtró que en la reunión que tuvo AMLO con los banqueros, estos salieron muy inconformes con los planteamientos que el candidato hizo, en mensajes de WhatsApp representantes de Bancomer decían estar totalmente en contra de AMLO. No solo son los representantes de este banco, en realidad toda la banca internacional, que es la que controla los bancos nacionales, no tiene confianza en Andrés Manuel.
Después, en una asamblea publica AMLO dijo que algunos empresarios –de la mafia en el poder- se habían reunido con Anaya, el candidato del PAN y PRD, para preparar la declinación de Meade, el candidato del PRI a favor de Anaya, esto desato una respuesta airada de los empresarios, los cuales dijeron que eran mentiras, que ellos no estaban presionando a nadie, que AMLO los estaba difamando.
A partir de ahí la controversia ha subido de tono. Andrés Manuel ha mencionado, especialmente a 5 de ellos (Claudio X González, Alberto Bailleres, German Larrea, Eduardo Tricon y Alejandro Amírez), miembros de la oligarquía nacional y los ha acusado de forma directa de haber estado detrás del fraude del 2006, de financiar la campaña de los candidatos de la derecha, de enriquecerse a costa de los intereses de la nación, los ha llamado rapaces y ambiciosos.
En el Consejo Mexicano de Negocios se agrupan –dicen los más informados- cerca de 60 familias, las más poderosas del país, sacaron un comunicado llamado “Así no”, donde le exigían a AMLO que no les llamara mentirosos y decían que ellos tienen derecho a defender sus puntos de vista y decir lo que no les gusta de las propuestas de los candidatos. Días más tarde, han publicado una carta con cientos de firmas de empresas y empresarios, que ocupaban más de 2 páginas en todos los periódicos de circulación nacional, cerrando filas como clase –como burguesía- frente a AMLO y las próximas elecciones. En ella defendía su punto de vista de clase, sus intereses y dejaban claro que ellos son los que proporcionan trabajo y que no se van a callar.
¿AMLO ataca a los empresarios?
AMLO ha insistido en diferentes entrevistas y asambleas, que él no tiene nada en contra de los empresarios, que en su gobierno habrá cabida para todos y que dará oportunidades para que sigan creciendo sus negocios. En el programa que ha presentado para desarrollar su gobierno, en ningún momento se dice que va a nacionalizar empresas o que está en contra del capitalismo –cosa que nosotros criticamos-, tampoco habla de expropiaciones. Lejos de eso, lo que plantea es apoyar a la empresa media y pequeña, dar apoyos para que estas se desarrollen; propone abrir corredores industriales, en el norte y sur del país, para invitar a la gran burguesía extranjera y nacional a invertir, (en el proyecto de nación ofrece abrir una gran franja a lo largo de toda la frontera donde podrán invertir, principalmente capital judío, y dónde el cobro del agua, luz e impuestos será menor).
Podemos decir que su interés es impulsar un capitalismo de primer mundo donde el Estado juegue un papel impulsando obras publicas de gran calado y apoyando al capital privado; de igual forma, el Estado jugará un papel para dar programas asistenciales a la gente que más lo necesite. Podemos decir que quiere fortalecer un estado asistencialista que pueda dar pequeñas reformas para aliviar las grandes penas que hay entre la inmensa mayoría de la población y al mismo tiempo potenciar el capitalismo nacional, sacarlo del atraso en el que lo han sometido, tanto el imperialismo americano como la burguesía nacional cobarde –la cual gana más dinero apoyando, estando de aliado del imperialismo, que jugando un papel independiente de él-.
Por eso el discurso de AMLO es muy claro, no quiere conflictos con la burguesía, no la va a atacar como clase, lo único que va a hacer es quitar privilegios, por ejemplo, la condonación millonaria de impuestos que reciben las grandes empresas o los contratos secretos que tienen con las diferentes instancias del gobierno, etc. Por eso, también, hay una parte de la pequeña burguesía nacional, e incluso gran burguesía, que apoya a AMLO. Estos sectores no se han beneficiado por entero con todas las reformas, ni con la entrega de bienes públicos, la violencia brutal que hay en el país les pega en los bolsillos, han tenido que abandonar territorios por el narco, etc. Creen necesario que esto se calme, piden un cambio en la política del país, tampoco son una clase revolucionaria ni mucho menos, lo que quieren es seguir manejando sus negocios, extraer riqueza de los recursos naturales y de la mano de obra, etc. Pero no pueden seguir haciéndolo en las condiciones actuales.
Entonces, ¿cuál es el problema de fondo?
El Consejo de Hombres de Negocios, como ya lo dijimos, es la oligarquía. Ellos junto con el imperialismo americano son los que verdaderamente mandan en el país, los que han dirigido la política económica durante los últimos 30 años de forma directa, son los que designan quienes deben de gobernar y que es lo que se debe o no hacer en México.
“Entre sus miembros destacan los dueños o responsables de empresas tan importantes como Kimberly-Clark de México, de Claudio X. González; Televisa, de Emilio Azcárraga Jean; Industrias Peñoles, de Alberto Bailleres; y FEMSA, de José Antonio Fernández Carbajal, alias “El Diablo”.
“También, de Alfa, de Armando Garza; Grupo Lala, de Eduardo Tricon; Bachoco, de la familia Bours de Sonora; Vitro, de Adrían Sada; Grupo Carso, de Carlos Slim; Bimbo, de Daniel Servitje Montull.
“A la lista se agregan los dueños o responsables de Soriana, de Ricardo Marín Bringas; Grupo México, de German Larrea; Softek, de Blanca Treviño y Cinéopolis, de Alejandro Ramírez, actual presidente del Consejo…” (El Universal)
De esta lista de 60 nombres o familias, por lo menos 16 son multimillonarios que entran dentro de la lista de los más ricos de Forbes en este 2018. Estos hombres han incrementado su riqueza en medio del dolor, el sufrimiento y la miseria:
“El número de multimillonarios en México no ha crecido mucho en los últimos años, pero su fortuna en conjunto ha aumentado de forma exponencial, pues en conjunto acumulan 142 mil 900 millones de dólares, de acuerdo con el informe Desigualdad Extrema en México, Concentración del Poder Económico y Político, del investigador Gerardo Esquivel Hernández.
“… Esquivel Hernández precisa que los 16 personajes más acaudalados de México concentraban en 1996 una riqueza de 25 mil 600 millones de dólares.
“…Esquivel hace otra precisión sobre la magnitud de la riqueza: en 2002, la riqueza de cuatro mexicanos representaba el 2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), pero de 2003 y 2014 ese porcentaje subió al 9 por ciento. “Se trata de un tercio del ingreso acumulado por casi 20 millones de mexicanos». (https://suracapulco.mx/2017/12/04/fortuna-de-16-magnates-mexicanos-aumento-de-25-mil-600-millones-a-142-mil-900-millones-de-dolares/)
Tenemos que sumar a estos personajes a los directores y dueños de la banca, que de nacional no tiene nada. Ellos son los que explotan y saquean el país:
“Los dueños de Bancomer, tienen su sede en Bilbao, España, controla el 23.19% del mercado, Banamex es propiedad del Citi Bank de Nueva York, y controla el 14% de los activos, Santander, también español tiene el 13.5%. Scotiabank el 6. 2 % y HSBC tiene el 6.5%, esto es prácticamente el 70% de la banca, es propiedad de sociedades extranjeras y por supuesto su rentabilidad se reporta a sus centros, de hecho, son la causa principal de estabilidad de, la ya no tan poderosa banca española, pero les gusta opinar y amenazar. Es muy común que entre sus consejos de administración encontremos a exfuncionarios o futuros funcionarios: Agustín Casterns, Ernesto Zedillo, Carlos Salinas, Jesús Reyes Heroles y Luis Ramírez Corzo, Georgina Kessel, Juan José Suárez Coppel, Pedro Aspe Armella. Sin duda José Antonio Meade, formará parte de algún Consejo de Administración, su ya añeja estancia en Hacienda y otras secretarias le da información privilegiada que los bancos están dispuestos a comprar, pero hay algo que caracteriza a todos estos políticos que han trabajado para los bancos, lo han hecho en calidad de empleados.” (https://marxismo.mx/los-banqueros-y-lopez-obrador/)
La posición que toman ellos con respecto a un posible gobierno de AMLO es clara, no les gusta, no están dispuestos a que un político que habla mal el español, “que no sabe inglés” –como lo dijo públicamente el dueño de tiendas Coopel- pueda llegar al gobierno y les diga que es lo que tienen que hacer. Nada de migajas para el pobre.
El conflicto en México aún no ha escalado más porque hasta el momento AMLO solo es candidato, ahora la oligarquía nacional y el imperialismo están tratando de resolver sus conflictos internos para presentarse a la contienda lo más sólidos y unificados que puedan. Aunque ya no pudieron hacer que Meade declinara por Anaya, seguramente están alineando las estructuras de sus partidos y sus fondos para que a partir del segundo debate sea más claro que ellos van a apoyar a Anaya y que los gobernadores del PRI van a tener que hacer campaña de “voto útil” para comprar y acarrear votos para este cruento personaje.
Sí AMLO gana la presidencia lo que hemos visto solo será el preludio de una campaña de sabotaje económico y político de la oligarquía y el imperialismo al gobierno. Su objetivo es bastante claro: cualquier gobierno tiene que estar a sus servicios, sí AMLO no se alinea lo presionarán o intentarán echarlo del gobierno.
Ejemplos recientes en AL sobre conflictos entre las oligarquías nacionales y los gobiernos reformistas
Se puede decir que tenemos una ventaja de estar a la cola de los acontecimientos en AL. Desde la llegada al poder de Hugo Chávez en Venezuela en el 98 se sucedieron una serie de movimientos y giros bruscos a la izquierda que lograron, en algunos países, hacerse del gobierno. Estamos hablando de los llamados “gobiernos progresistas” –en realidad son gobiernos reformistas los cuales quisieron hacer algunas reformas para mejorar las condiciones de la gente más pobre, utilizando los recursos del Estado para crear programas de ayuda social, pero sin romper los límites del capitalismo-.
Aunque no es el momento de analizar en profundidad ninguno de estos gobiernos, si podemos dar algunas generalidades que son bastante ilustrativas de cómo es que la oligarquía y el imperialismo respondieron. Se pueden dividir en dos periodos estos gobiernos, antes de la crisis económica internacional del 2008 y después de ella. En el periodo previo a la crisis estos gobiernos pudieron aprovecharse de los altos costos de las materias primas y del petróleo, principalmente, para que los recursos que ingresaba el Estado se ocuparan en crear infraestructura y programas de ayuda a las capas más necesitadas de la población (no podemos meter en un solo saco a todos los países, el caso de la revolución venezolana fue el más avanzado y tuvo un apoyo decidido de la clase obrera y los pobres del campo y la ciudad, también donde los programas sociales se profundizaron más).
Después de la crisis la situación cambió drásticamente y uno a uno, los gobiernos reformistas tuvieron que recortar el gasto social y comenzar a aplicar contra reformas, en oposición a los intereses de los tajadores. Si un gobierno acepta las reglas del capitalismo las tiene que aceptar no solo en época de bonanza, principalmente las tiene que aplicar en épocas de crisis. De esto se desprende un proceso de crisis interna, desmoralización y falta de confianza en estos gobiernos, por parte de los trabajadores.
Lo que nos interesa resaltar en este momento es la actitud de las diferentes oligarquías, que, junto con la mano del imperialismo norteamericano, prepararon una reacción rabiosa a todas estas reformas. Podemos recordar algunas: en Venezuela, el golpe de estado que fue derrotado por las masas en el 2002, el paro petrolero del 2004, el sabotaje económico, la huelga de capitales, el sancionar las exportaciones de petróleo venezolano, los intentos de asesinato a Chávez, etc.; Los intentos de golpes de estado en Bolivia contra Evo Morales; el “golpe de estado técnico” contra Dilma Rousseff y el encarcelamiento de Lula; el golpe de estado contra Mel Zelaya en Honduras y después los escandalosos fraudes electorales, etc.
Aquí vemos cual es la forma de actuar de estas mafias que gobiernan los diferentes países, que deciden todo y que cuando alguien se les opone mínimamente sabemos como actúan. No es que alguno de los presidentes antes citados –Chávez quiso ir más lejos pero tampoco rompió con el capitalismo al 100%- quisiera el socialismo, solo querían reformas, “volver al capitalismo más humano” dirán algunos. En todos los casos la oligarquía y el imperialismo respondieron con una patada en la boca a estas “buenas intenciones”.
¿La solución a un posible conflicto es expropiar y gobernar por decreto?
Aunque no directamente, lo dicho por Paco Taibo en una conferencia algunos meses atrás, sobre la necesidad de que, en caso de que el gobierno de AMLO sea saboteado por algunos empresarios, el pueblo debería de exigir que se les expropiara, fue metido al debate, por los pelos, por los medios de comunicación.
Como él mismo explico, en realidad lo que los medios masivos quieren es utilizar esta idea para abrir una campaña de miedo entre la gente para decir: ya ven, ahí están los radicales proponiendo expropiaciones, etc. Él mismo, en una entrevista a El país (periódico español) dijo ante una pregunta sobre si es que AMLO no obtiene la mayoría en el parlamente ¿cómo podría gobernar? Contesto que con decretos. El presidente de la república tiene el derecho a presentar decretos presidenciales para implementar su política.
Nosotros nos preguntaríamos ¿estas dos formas de proceder, que podría utilizar un gobierno de AMLO son suficientes para transformar el país? Nosotros responderíamos que no serían suficientes. Ha habido gobiernos en la historia de México que han hecho expropiaciones y estas han servido para recapitalizar las empresas y después volverlas a privatizar, en el mejor de los casos, el general Cárdenas expropio el petróleo para desarrollar el capitalismo nacional e industrializar el país, dotarlo de una infraestructura.
Nosotros estamos a favor de que se recuperen las empresas nacionales que fueron privatizadas, no solo eso, se tendrían que expropiar todas las grandes empresas, bancos y grandes tiendas comerciales para tener los recursos suficientes para satisfacer las necesidades más urgentes de toda la población. Se tendría que industrializar el país y dar trabajo a todo el mundo. Estamos a favor de que las empresas sean administradas y dirigidas por los mismos trabajadores y que estos concentren su poder político en un gobierno de la clase obrera.
Los decretos los apoyamos, siempre y cuando sean para fortalecer esta política antes comentada, dar el poder al pueblo, no en la forma de un presidente popular, sino de una gran asamblea nacional de lucha donde se concentren todas las fuerzas progresistas y revolucionarias, que sea este poder quien dirija al país y la lucha revolucionaria para mantener las conquistas. En otras palabras, creemos que, si el pueblo no se involucra, de forma plena a dirigir la lucha que se avecina, y nuevamente delega sus aspiraciones, el gobierno de AMLO, por mejores intenciones que tenga, no va a poder frenar solo a la oligarquía y al imperialismo.
Al mismo tiempo pugnamos por que la clase obrera entre a la lucha con un programa socialista y revolucionario, que las tareas, nuestras tareas, no sean luchar por un capitalismo con rostro humano –que como hemos visto en AL es una idea utópica y reaccionaria- tenemos que transgredir los límites del capital, con el pueblo organizado, en armas, es la única forma de defender un gobierno que respete sus intereses.
Los argumentos baratos de la oligarquía, que dicen que ellos crean 9 de cada 10 empleos, son falsos. La juventud está en el desempleo y la informalidad. La burguesía crea empleo dónde puede explotar la mano de obra, ellos no tiene una visión social del empleo, lo crean por conveniencia. La única forma que puede haber empelo bien pagado y distribuido entre todos, es terminar con el poder de la burguesía, expropiandoles lo que nos han quitado por décadas.