Por: Adrián Alvarado*
Los resultados de la elección del pasado 1º de julio continúan causando efectos en diversos sectores de la sociedad, la estructura del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, controlada por el charrismo sindical, se ha cimbrado. La renuncia del presidente nacional Juan Díaz de la Torre, quién fue fiel impulsor de las políticas del gobierno federal en el terreno educativo y laboral, presagian grandes acontecimientos dentro de la agrupación sindical.
Lo que es el mayor sindicato de México y América Latina se encuentra en un momento crucial, la estructura de lo que se denomina charrismo sindical, que representa la entrega total de los derechos y aspiraciones de los trabajadores a la patronal y al Estado por parte de la burocracia enquistada en las dirigencias seccionales y la dirigencia nacional, ha comenzado resquebrajarse; esto abre una oportunidad al Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación para lograr la anhelada democratización para la organización al servicio de los trabajadores.
Entreguismo absoluto al gobierno de Peña Nieto
La ex dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo Morales, fue detenida en el mes de febrero del 2013 mientras se dirigía a una asamblea nacional sindical. Las acusaciones que la Procuraduría General de la República le imputó, estaban relacionadas con el uso de dinero de manera ilícita que fueron desviados de las cuotas sindicales de los afiliados. Cerca de 2 millones de pesos pertenecientes a los trabajadores, fueron utilizados para pagar cirugías, mantenimiento de aeronaves, entrenamiento de pilotos, pago de tarjetas y compra de artículos de lujo. El uso discrecional y personal de las cuotas sindicales por parte de los dirigentes del SNTE y la corrupción imperante, se ha denunciado cotidianamente por parte de la disidencia sindical.
Durante años la ex dirigente nacional promovió, impulsó y pactó con diputados, senadores, gobernadores, funcionarios de alto nivel del gobierno federal y presidentes del PRI, PAN o PRD, según su conveniencia. Ha existido un amasiato entre el poder político y los dirigentes sindicales charros; el arresto de Elba Esther obedeció no a un acto de “justicia” del gobierno federal, sino que simplemente la veían como un obstáculo para imponer la mal llamada Reforma Educativa, necesitaban a alguien más dócil y entreguista al frente del SNTE para realizar ese trabajo sucio.
Es sabido del apoyo que Elba Esther Gordillo brindó a los políticos del PRI, el PAN y el PRD para acceder al poder, pero a cambio exigía algunos espacios para su círculo cercano, colocó a personas cercanas a ella incluso en gubernaturas, tal es el caso de Rafael Moreno Valle quién fue gobernador en el estado de Puebla. Llegó incluso a controlar instituciones como el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) durante el gobierno panista de Vicente Fox por medio del entonces director general: Benjamín González Roaro. Además fue una entusiasta impulsora de la denominada Ley del ISSSTE en el año 2007, la cual modificó el régimen de jubilaciones y pensiones de los trabajadores del Estado en perjuicio de sus intereses, participó activamente en el fraude electoral que impuso a Felipe Calderón Hinjosa en el año 2006.
El charrismo sindical se caracteriza por el alejamiento de los intereses de la clase trabajadora por parte de los dirigentes y su identificación con los intereses de la patronal y el Estado, la entrega de las prestaciones y derechos adquiridos de los trabajadores, la corrupción y la persecución a la disidencia sindical que desea democratizar el sindicato. Elba Esther representó esto y más durante su estadía al frente del SNTE. Sin embargo, para los deseos de un sector de la clase dominante, agrupados en torno a la figura de Claudio X. González, la Asociación Civil “Mexicanos Primero” y de un sector aparato estatal, los pactos con Elba Esther eran demasiado costosos para avanzar en la mal llamada Reforma Educativa, contra la que hizo declaraciones muy tímidas para oponerse por que que implicaba hacer a un lado al sindicato en la discusión de la agenda educativa y por lo tanto mermar el poder de la burocracia sindical y su capacidad para obtener prebendas, ante esta situación el poder político y económico en México decidió deshecharla y prescindir de lo que alguna vez fue su fiel aliada.
Quien si aceptó el papel de entreguismo absoluto al Estado fue Juan Díaz de la Torre. En el momento de la detención de Elba Esther él ocupaba la cartera de la Secretaría de Finanzas en el Comité Ejecutivo Estatal, por lo que es de suponerse que estaba al tanto del uso ilícito de los recursos del sindicato por parte de Elba Esther. Él no fue a dar a la cárcel, fue encumbrado en la cúspide del poder del SNTE por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto para cumplir un objetivo: impulsar y promover la mal llamada Reforma Educativa.
La dirigencia nacional del SNTE y la mayor parte de los integrantes de los comités seccionales, salvo honrosas excepciones, se convirtieron en promotores entusiastas de la mal llamada Reforma Educativa, a la cual el magisterio y el movimiento democrático catalogó como una contrarreforma laboral que facilitaba el despido y la eliminación de los derechos adquiridos de los trabajadores de la educación. Para cumplir su objetivo la Secretaría de Educación Pública entregó a la dirigencia sindical, entre el año 2013 y 2016, 550 millones de pesos
Mientras cientos de miles de trabajadores de la educación se manifestaban en la calle contra la reforma, los charros del sindicato en voz de Juan Díaz de la Torre manifestaron en múltiples ocasiones: “toca ahora a los maestros demostrar que cumplen con la calidad en la educación” y que “se confirma que el espíritu de la reforma educativa y su contenido no sólo están vigentes sino en marcha” (8 de Febrero de 2017, ceremonia de asignación de plazas docentes de Educación Básica en la Ciudad de México).
#GraciasMaestroPor “Mi reconocimiento al Maestro Juan Díaz, por el compromiso de hacer suya la reforma educativa”@EPN pic.twitter.com/Xt3t0wHhFa
— Snte Nacional (@SnteNacional) 15 de mayo de 2017
Los dirigentes del SNTE no solamente se subieron al carro de las reformas estructurales impulsadas desde el régimen, tuvieron que manejar hasta el final ese auto que se dirigía al abismo. En las pasadas elecciones presidenciales se vieron obligados a apoyar al candidato más impopular del PRI: Antonio Meade, mediante el Partido Nueva Alianza que se sostenía con base a la estructura charra del SNTE. Perdieron absolutamente todo.
El ocaso de Juan Díaz y la crisis del charrismo sindical
El terremoto político que vivimos el pasado 1º de julio sacudió los cimientos del régimen, millones de personas hartas de la corrupción, de los bajos salarios, de las reformas estructurales, de la lesiva desigualdad y pobreza, decidieron votar a quién prometió un cambio en el rumbo político y económico del país: Andrés Manuel López Obrador, lo que provocó el hundimiento electoral de los partidos del régimen, incluyendo aquel al que los charros apoyaron.
El 1º de julio perdió estrepitosamente el candidato de los charros del SNTE, su partido Nueva Alianza sufrió un descalabro electoral y perdió el registro, por consecuencia una buena parte de los dirigentes se quedaron sin el fuero que les garantizaba acceder a la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores, el mismo Juan Díaz de la Torre se quedó con los deseos de ocupar una curul como diputado por la vía plurinominal.
Un mes después de la elección presidencial, el 8 de agosto, un juez ordenó la liberación de Elba Esther Gordillo, previamente dentro del sindicato sus operadores conformaron una agrupación denominada Maestros por México y en el terreno político su círculo cercano impulsó, durante la campaña presidencial, las Redes Sociales Progresistas las cuales manifestaron su apoyo a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.
Una de las propuestas de campaña del futuro presidente fue la de dejar sin efecto a la mal llamada Reforma Educativa, durante el pasado Congreso Nacional Educativo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que agrupa diversas expresiones democráticas, de izquierda, disidentes, revolucionarias a lo interno del SNTE. AMLO accedió a recibir a una delegación representativa, 40 representantes de la Comisión Nacional Única de Negociación (CNUC), de acuerdo al columnista del periódico La Jornada, Luis Hernández Navarro, también señaló su aprecio por que muy poco resistió al vendaval llamado neoliberal, además señaló:
“El gobierno –señaló– no va a tener sindicatos ni líderes favoritos. Va haber democracia sindical. Los dirigentes van a ser los que elijan los trabajadores. Serán reconocidos los dirigentes que surjan del proceso democrático, en elecciones limpias y libres. Es democracia. Democracia en el sindicato, democracia en la familia, democracia en la sociedad. Democracia como forma de vida. Lo hacemos por convicción. No por hacerles la barba.
“No tenemos –aseguró– compromiso con la maestra Elba Esther ni con Romero Deschamps ni con Napoleón (y es senador nuestro). Lo apoyamos porque lo persiguieron. No va a haber charrismo sindical, ni de derecha ni de izquierda.”
Aunque el grupo de Elba Esther Gordillo pretenda adjudicarse el dejar sin efectos la mal llamada Reforma Educativa, la realidad es que tuvieron un nulo papel en las grandes movilizaciones magisteriales las cuales fueron el factor más importante para poner sobre la mesa la abrogación de la reforma, solamente una agrupación dentro del SNTE tiene el derecho a adjudicarse ese logro y es la CNTE.
Tras obtener su libertad, Elba Esther comenzó su presión dentro del sindicato, se declaró como la única presidenta nacional legítima, y de acuerdo con periodista de La Jornada, Arturo Cano, el destino de Juan Díaz de la Torre que ya estaba echado, fue decidido en algunas reuniones donde participaron la misma Elba Esther Gordillo, y dos representantes del futuro gobierno federal: Olga Sánchez Cordero, futura secretaria de gobernación y Esteban Moctezuma Barragán, futuro secretario de educación pública.
Las reuniones fueron promovidas por integrantes del gabinete de Andrés Manuel López Obrador. Díaz de la Torre fue convocado a la primera por Olga Sánchez Cordero, Esteban Moctezuma –uno de los amores antiguos de Gordillo– y Zoé Robledo.
Ahí le hicieron una petición respetuosa de parte del presidente electo, fundada en que los maestros están muy lastimados por los agravios de la reforma educativa y que se requería un cambio sin conflictos. Era igual que pedirle la renuncia. Díaz rechazó la solicitud.
Moctezuma insistió en que la solución estaba en el regreso de Gordillo; mientras que Díaz se atrincheró en la imposibilidad legal de una restitución, entre otras cosas porque su periodo había concluido en octubre y porque la dirección sindical fue renovada apenas en febrero pasado, a instancias del entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
En reuniones posteriores, esta vez con la presencia de Elba Esther Gordillo y tras una amenaza de realizar una gira nacional para pedir el voto de los afiliados al SNTE para restituir a Juan Díaz, este último aceptó su destino, renunciar a la presidencia nacional y modificar los estatutos para eliminar la figura del persidente del sindicato y nombrar una nueva dirigencia por medio del voto, universal, libre y secreto.
Teniendo un acuerdo cupular entre los nuevos integrantes del gobierno y Elba Esther Gordillo, en el pasado Consejo Nacional del SNTE reunido el 22 de noviembre, Juan Díaz de la Torre presentó una solicitud de licencia como presidente del sindicato, lo sustituyó Alfonso Cepeda, un personaje que en su momento fue cercano a Elba Esther Gordillo, operador político del ex gobernador del PRI, Humberto Moreira, quien fue detenido en España por su complicidad con el crimen organizado y además es cómplice de los malos manejos financieros de las cuotas sindicales de otro integrante del SNTE: Bernanrdo Quezada, a quién se le ha descubierto propiedades en Estados Unidos que superan los 8 millones de dólares.
Lo que fuera una mole monolítica dentro del SNTE: el charrismo sindical, sale de este proceso debilitado, dividido y enconado, entre los seguidores de Elba Esther y Juan Díaz de la Torre. Sin embargo fieles a sus tradiciones los dirigentes charros seccionales y nacionales se formarán detrás de quién les asegure sus puestos, privilegios y prevendas; ya traicionaron en una ocasión a Elba Esther y se alinearon completamente detrás de la figura del entonces presidente nacional, lo mismo harán ahora con Juan Díaz, el cual se retira y se hunde con los mismos que lo encumbraron como dirigente del SNTE: el régimen del PRI.
Los principales puntos de apoyo del charrismo vienen desde el Estado, de los gobernadores, las autoridades educativas y la presidencia misma. Si tomamos por cierto lo declarado por Andrés Manuel López Obrador que desde su presidencia no se promoverá ni se apoyará al charrismo sindical, la burocracia entrará en crisis y encontrará dificultades para sostenerse, ante esto y los nuevos cambios en el SNTE el movimiento democrático tenemos una tarea titánica por delante y se nos abre una oportunidad histórica.
Las tareas del Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación
En la base del sindicato existe un rechazo natural a las prácticas corruptas de los dirigentes del SNTE, tanto de Juan Díaz de la Torre y de Elba Esther Gordillo, incluso hay un rechazo que puede ser mayoritario para que ella o alguien de su grupo cercano regrese a dirigir el sindicato, sabemos lo que representa y que su nuevo discurso sobre democracia sindical y transparencia es demagogia pura.
Los trabajadores de la educación no podemos dejar el destino del sindicato en personajes afines al grupo de Elba Esther Gordillo, no debe existir ningún tipo de confianza a una posible transición de este tipo, debemos preparar nuestras fuerzas para disputarle al charrismo sindical el SNTE, la coyuntura nacional y dentro del SNTE nos abre una enorme oportunidad para esto.
Como correctamente lo manifiestan los contingentes organizados entorno a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, en un comunicado de prensa fechado el 22 de noviembre de 2018:
“Los acomodos cupulares dentro del SNTE no representan, en modo alguno, un proceso de democratización de nuestro sindicato ni garantizan que se ejercerá la libertad sindical en los procesos de elección de dirigentes y representantes sindicales. Es una serie de actos entre espurios, para no perder prebendas y situarse en diferentes lugares, para continuar con los mismos manejos clientelares que tanto han dañado al magisterio del país”
Previamente hace un llamado para
“… que se desconozca las dirigencias sindicales impuestas por el manejo centralista y corrupto de Juan Díaz de la Torre y el heredado por Elba Esther Gordillo, para que, en pleno uso de los derechos sindicales, cada sección organice asambleas desde las delegaciones y centros de trabajo, para la toma de decisiones y elección de representantes, a fin de que logren colocar representaciones sindicales seccionales democráticas…”
Por su parte la Sección 22 de Oaxaca del SNTE y que forma parte de la columna vertebral de la CNTE, rechaza las decisiones que se llevaron acabo en el pasado Consejo Nacional del sindicato:
“Exigimos al Nuevo Gobierno que sus instancias actúen con apego a los derechos laborales de los trabajadores y así se logre garantizar una verdadera democratización del Sindicato en donde prevalezca una democracia participativa de los maestros en servicio desde los centros de trabajo y delegaciones sindicales hasta arribar a una elección nacional que exprese la representación sindical de las bases y no de los mecanismos que impulsen los caciques de la educación.
“Rechazamos la estrategia utilizada por los elbistas para volver a enquistar a sus títeres en el SNTE con el voto libre y secreto en un congreso nacional extraordinario a modo.
“Hacemos el llamado para que Andrés Manuel López Obrador, mediante su estructura gubernamental, emita, una vez asumida la presidencia de la República Mexicana, la convocatoria para la democratización del SNTE en el marco de la democracia participativa y no de un Congreso Nacional Extraordinario enquistado por las dos facciones del charrismo sindical que se disputan el poder”
Al final hacen un llamado a la movilización y la lucha en las calles para lograr la democratización del SNTE.
¡RECHAZAMOS EL REGRESO DE EEGM, FUERA CHARROS! VAMOS POR UNA VERDADERA DEMOCRATIZACIÓN, SIN CACIQUES https://t.co/nzIoKUeD4I
— Cencos22 (@Seccion22Cencos) 23 de noviembre de 2018
Como explica la CNTE la elección de dirigentes por la vía secreta y universal no garantiza el fin del charrismo sindical, ¿quién garantizará que los gobernadores, autoridades educativas y funcionarios de la derecha y reaccionarios, vínculados al PRI y el PAN no intervengan para imponer dirigentes regionales y seccionales para mantener sus cotos de poder dentro del sindicato y usarlos como una herramienta de oposición al nuevo gobierno?.
De hecho, la ruta para el nuevo Congreso Nacional, lo ha trazado el propio grupo de Elba Esther Gordillo para imponer a uno de los suyos. El ejemplo de elecciones de este tipo lo tenemos recientemente en el Sindicato Petrolero, donde la disidencia se animó a participar, pero el poderío del charrismo sindical terminó por imponerse, para lograr la democratización del SNTE se requieren más que elecciones secretas y universales.
Se requiere reactivar la participación de las bases sindicales, mediante asambleas por centro de trabajo, regionales, seccionales, estatales y a nivel nacional, un primer paso podría ser la convocatoria de Convenciones Sindicales en cada una de las Secciones con la finalidad de discutir lo que sucede a lo interno del sindicato, y tal y como lo marca la Sección 22, comenzar con una serie de movilizaciones regionales, seccionales y que culmine con una gran movilización nacional por la democracia del SNTE en las calles de la Ciudad de México.
En la mayoría de las 62 secciones del SNTE existen diversos grupos que se asumen como disidentes al charrismo sindical y reivindican la democracia como principio, un llamado a la unidad de los diversos grupos, a un Frente Nacional de Trabajadores por la Democratización del SNTE, dejando atrás el sectarismo y el divisionismo, poniendo por encima los intereses generales de los trabajadores y por la democratización del SNTE, tendría eco inmediatamente. Y quienes tienen la autoridad moral para hacerlo son los contingentes integrados en la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación.
La coyuntura nacional y dentro del sindicato comienza a balancearse a favor del movimiento democrático, el viento empieza a soplar a nuestro favor, debemos aprovecharla para fortalecer el movimiento democrático y ponerle fin al charrismo sindical y al régimen corrupto y caduco que le dio origen.
La democratización del sindicato más grande del país, y de América Latina a su vez abrirá una coyuntura favorable para las luchas de la clase trabajadora por nuestras demandas inmediatas, pero también para fortalecer la organización para luchar por nuestro proyecto histórico: una sociedad sin explotados, ni explotadores.
¡Charros del SNTE la cuenta está pendiente!
¡Ya cayó, ya cayó Juan Díaz, ya cayó!
¡Elba Esther, Elba Esther, tu también vas a caer!
*Secretario General de la D-III-75, Bloque de Delgaciones Democráticas del IPN, Sección 11, SNTE-CNTE