En un movimiento sin precedentes, los estudiantes del Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo han iniciado un paro como medida de protesta. Hace tres semanas ya se habían manifestado contra la detención forzada de estudiantes por parte de las autoridades policiales de Real del Monte. El paro tiene como objetivo mostrar su descontento ante lo que es una burla y falta de respeto para los estudiantes por la imposición de la nueva directora de la institución.
Éste movimiento, que comenzó en la mañana del lunes 28 de agosto del presente año, ha congregado a cientos de estudiantes. Portando pancartas y entonando consignas, los manifestantes exigen la destitución de la nueva directora del Instituto de Artes, María Teresa Paulín Ríos. Existen diversos testimonios en su contra por discriminación y violencia contra el alumnado de dicho instituto. Los representantes del movimiento estudiantil entregaron un pliego petitorio a la dirección, el cual se consensó a partir de una asamblea estudiantil, en el que detallan sus demandas y expectativas. Hasta la fecha, las autoridades no han dado soluciones a sus legítimas peticiones. El actuar de las autoridades ha sido la indiferencia y la reprensión.
Este paro estudiantil refleja el creciente malestar entre la comunidad del Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Los jóvenes artistas están determinados a hacer escuchar sus voces pues sus voces no se han callado pese a todas las medidas represivas de la autoridad de la universidad y sus aparatos de control que van desde amenazas, retención de documentos, hasta un ataque porril por parte del Consejo Estudiantil Universitario del Estado de Hidalgo. El consejo, encabezado por José Esteban Rodríguez Dávila, agredió físicamente a los compañeros en paro mediante el uso de la fuerza, ocasionando la obstrucción del paso al instituto. Los grupos porriles son actores que a menudo se emplean como herramientas para contraatacar a los estudiantes universitarios que buscan organizarse por algún cambio. Estos grupos, en su mayoría financiados y manipulados por intereses de la burocracia universitaria, tienen la misión de obstaculizar los movimientos estudiantiles y reprimir cualquier intento de transformación radical en las instituciones educativas.
Desde una perspectiva marxista, estos «grupos porriles» se convierten en extensiones de los aparatos represivos del Estado capitalista, similares a los grupos paramilitares que actúan fuera de las universidades. En esencia, desempeñan un papel crucial en la defensa de los intereses de la clase dominante. Los aparatos represivos estatales, como la policía y el ejército, están diseñados para mantener el orden capitalista y proteger los privilegios de la burguesía. Cuando surgen movimientos estudiantiles que desafían el statu quo, estos grupos de choque son activados para sofocar la disidencia y restaurar la «paz» dentro de las instituciones académicas. Los grupos porriles y paramilitares juegan el mismo papel, con la diferencia de que el Estado no tiene que usar y manchar sus instituciones oficiales.
Esta relación entre los grupos de choque y los aparatos represivos estatales es evidencia de cómo el capitalismo utiliza una red de mecanismos para proteger sus intereses y perpetuar la explotación de las masas trabajadoras. Los estudiantes universitarios, al cuestionar al sistema y luchar por un cambio social significativo, a menudo se enfrentan a una formidable oposición que va más allá de la simple resistencia institucional.
Pero ni con las agresiones físicas y verbales del Consejo Estudiantil se pudo frenar el paro, pues los estudiantes organizados demostraron el gran papel revolucionario al unificarse y echarlos del Instituto.
El 3 de septiembre de 2023, en medio de la clausura de la afamada “Feria Universitaria del Libro” (evento en el que la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo suele querer aparentar todo lo que no es), un grupo de estudiantes que encabezan el movimiento estudiantil se apropió del escenario en que las autoridades de la Universidad querían cerrar con broche de oro la feria, poniendo la atención de los presentes sobre lo que realmente importa y visibilizando toda la podredumbre de la Universidad. Se decidió reanudar el concierto, «el show debía continuar», fingiendo que no pasaba nada. Esto es un mensaje muy fuerte y contundente que nos permite ver lo más entrañable del sistema corrupto de la UAEH.
La UAEH no es ajena a los intereses de la clase política y económica hegemónica, es decir, la burguesía. Esto nos permite comprender cómo los intereses de clase de la burguesía se reflejan en las aulas universitarias pues aspectos como la antidemocracia de las elecciones de directivos universitarios, así como el desvío de recursos de la universidad son características del sistema político del capital.
Estos fenómenos que se han dado y siguen brotando a lo largo de la historia (como huelgas de campesinos, trabajadores y estudiantes), muestran un reflejo de la sociedad y evidencian la desigualdad, la falta de acceso a la educación y la crisis que pone en peligro el futuro de la juventud debido al capitalismo. En este contexto, las instituciones y las personas están inmersas en la economía y política imperante dentro del actual sistema, lo que genera un choque constante entre intereses de clase. Las universidades no están fuera del sistema de producción en vivimos y la clase dominante, a atreves del Estado, influye para que en ellas se defienda al sistema en su conjunto, pero la comunidad universitaria (que muchos de ellos forman parte o tienen un extracto proletario o pequeñoburgués) sufre los embates del sistema y reaccionan contra los males del sistema. Esto sólo es resultado de las contradicciones dialécticas del capitalismo, viéndolo a través del método científico del marxismo.
En conclusión, la organización estudiantil independiente del Estado y la clase dominante en las universidades es esencial debido a su papel crucial en la lucha contra las manifestaciones más perniciosas del capitalismo en la educación superior. Las universidades, lejos de ser instituciones neutrales (aunque realmente, ninguna institución en sí misma es neutral, todas están atravesadas por un control e intereses) están inmersas en las estructuras capitalistas que perpetúan la desigualdad y el control de la burguesía sobre los recursos y el conocimiento.
La relación entre las universidades y el capitalismo es intrínseca, ya que estas instituciones no sólo reflejan en última instancia los intereses de la clase dominante, sino que también sirven como fuentes de reproducción ideológica y fuerza de trabajo para el sistema. Los estudiantes, al reconocer esta realidad, pueden desempeñar un papel crucial al cuestionar y desafiar estas estructuras desde adentro.
La organización estudiantil no solo busca reformas superficiales, sino que también debe verse como un motor de la revolución proletaria. La lucha estudiantil es necesaria en tanto que puede convertirse en fuente de consciencia de clase y, con ello, reconocer el papel revolucionario que tenemos como juventud. Pero es preciso contemplarla en conjunto a la clase obrera. Sin la fuerza productiva, el cual es el motor de la humanidad, no podemos siquiera plantear un devenir. Al unirse a la lucha obrera y unificar sus demandas por una educación accesible y de calidad con las luchas más amplias contra la explotación y la opresión capitalista, los estudiantes pueden contribuir significativamente a la superación de la fase del capitalismo. Esta colaboración entre estudiantes y trabajadores es esencial para avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa, donde los intereses de la clase trabajadora prevalezcan sobre los de la burguesía y se pueda construir un futuro sin explotación ni desigualdad.
Al día en que escribimos estas líneas el paro continúa. El martes 5 de Septiembre del presente año, se convocó una marcha por parte de los estudiantes en paro del Instituto de Artes, la cual tuvo buena respuesta en solidaridad con el alumnado. Así mismo, mencionar que esto no es un problema ajeno a los demás institutos de la UAEH; ICSA, ICEA, ICSHU, ICBI, ICAP, etc. pues hablamos desde un análisis sistemático, estructural, el cual, va a afectar a cada una de las partes que compone el sistema, a saber: la institución. Y es que es en la unidad es que emerge el resultado de la toma de consciencia y con ella, la acción de transformar la realidad material en la que nos encontramos, libre de abusos institucionales, explotación y robo a los obreros.
La última acción que se realiza mientras escribimos estas líneas, se da en la mañana del 19 de septiembre del 2023 donde alumnos del Instituto de Artes retienen el Garzabus (transporte universitario) y con él bloquean la calle Mariano Abasolo de Pachuca, como medida de protesta ante la falta de apoyo por parte de la Universidad. En un acto de VIOLACIÓN a la autonomía universitaria la policía municipal se llevó al compañero Víctor Hanzi Hernández sin razón aparente. Por su parte, en la mañana de este día, se presenció algo histórico, la toma por parte de los estudiantes organizados al edificio central de la UAEH ubicado en Abasolo. La toma de las instalaciones y la toma simbólica de la Garza son muestra del poder revolucionario de los estudiantes.
Así mismo se reportan decenas de compañeros del IDA agredidos físicamente por parte de la Policía Municipal, Grupos de Choque y, nuevamente, el ataque porril del Consejo Estudiantil Universitario del Estado de Hidalgo (CEUEH). Así como ataques con gas lacrimógeno por parte de las autoridades de Universidad Autónoma Del Estado De Hidalgo hacia sus propios estudiantes. Esto solo es un reflejo de hasta donde es capaz de llegar las autoridades de la UAEH con tal de seguir velando por los intereses de la oligarquía universitaria.
Repudiamos por completo todos estos actos de represión contra los estudiantes y hacemos un llamado a los estudiantes de todos los Institutos de la UAEH a sumarse a la lucha.
¡Si golpean a uno, respondemos todos!
¡Unidos y Organizados, Venceremos!
¡En solidaridad con los estudiantes en paro del Instituto de Artes!