La crisis sanitaria que se ha desatado en el mundo por el COVID-19 nos lleva indudablemente a hacernos un sinfín de preguntas, ¿qué pasará con la economía?, ¿podré mantener mi trabajo?, si la industria para ¿me seguirán pagando mi salario?, ¿cómo pagaré mis créditos y gastos regulares?, etc. Todo esto en medio de la angustia de contagiarse en el trayecto hacia el trabajo o en la misma fábrica, porque debemos decir que aunque la indicación muy repetida y correcta del gobierno federal es: ¡Quédense en casa!, no es aplicable para todos.
En México 6 de cada 10 trabajadores pertenecen al sector informal, es decir el 57% del total de los trabajadores del país, aquellos que no gozan de ninguna seguridad social, fondos para el retiro o derechos laborales básicos, generan el 23.7% del PIB de este país, de acuerdo a cifras del INEGI. Lo que hace evidente que la cuarentena va a afectar severamente el desarrollo de las actividades económicas del sector informal y por ende la economía nacional.
Por otro lado tenemos a los trabajadores formales, donde las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) juegan un papel muy importante, pues según la OCCMundial, una cuarta parte de las ofertas de trabajo que se publican en su página, provienen de una PyME. De acuerdo con esta página, las 5 primeras industrias con más propuestas de empleo se numeran de la siguiente forma: 1. Empresas de Servicios, 2. Industria manufacturera, 3. Tecnología y telecomunicaciones, 4. Alimentos y Bebidas y 5. Construcción.
Para el sector manufacturero, según cifras del INEGI, 2019 cerró con un 0.7% de incremento en el personal ocupado, un incremento en remuneraciones medias reales del 3%, pero también un incremento en 0.2% de las horas trabajadas. Los 3 estados que tuvieron la mayor producción manufacturera en 2019 fueron Nuevo León, con un valor alcanzado de 999,665 millones de pesos; Coahuila, con 957,359 millones de pesos de producción, y el Estado de México con 954,029 millones; de las cuales las industrias que más aportan son la automotriz, industria química y productos derivados del petróleo, fabricación de aparatos eléctricos, entre otras.
Con estas cifras podemos ver un panorama general de la distribución laboral y cuanto se produce en el país.
Debido a la pandemia del COVID-19, los diferentes países han tomado distintas medidas, en el caso de México, se pretende aplanar lo más posible la curva de contagio para evitar un colapso en el sector salud, pues es bien sabido que no se cuenta con la infraestructura e insumos necesarios para atender a una gran cantidad de enfermos al mismo tiempo, es por eso que el 30 de marzo, el Consejo de Salubridad General junto con el Gobierno Federal, declararon un estado de “Emergencia Sanitaria”, por causas de fuerza mayor, por lo que todas las empresas del sector público y privado que no se consideren esenciales, deberán detener sus operaciones en lo inmediato, respetando los derechos laborales de sus trabajadores, que incluye el pago íntegro de sus salarios. Esto significa que solo los siguientes sectores permanecerán abiertos con medidas precautorias: sector financiero, actividades para la recaudación tributaria, distribución y venta de energéticos, gasolineros y gas, generación y distribución de agua potable, Industria de alimentos y bebidas no alcohólicas, mercados de alimentos: supermercados, abarrotes, mercados y tiendas de alimentos preparados, servicios transporte, producción agrícola, ganadera y pesquera, actividades agroindustriales, industria química, productos de limpieza, ferreterías, servicios de mensajería, guarderías e instancias infantiles, asilos y hogares para la tercera edad, refugios y centros de atención para mujeres y niños víctimas de violencia, el sector de telecomunicaciones y medios de información, servicios funerarios y de inhumación, logística (aeropuertos, puertos y ferrocarriles) y el sector de conservación y mantenimiento de infraestructura crítica. Todos estos toman medidas extraordinarias donde los trabajadores no deberán estar en reuniones de más de 50 personas, se debe hacer el estornudo de etiqueta, mantener la higiene, etc.
Ante la declaración de la emergencia sanitaria, el gobierno federal ha dicho que el sector privado no ha mostrado rechazo y oposición a la medida decretada, que al contrario se han mostrado muy solidarios y respaldan la medida, pero ¿esto es realmente cierto? La respuesta es: No. Los grandes empresarios no están de acuerdo en que sus empresas tengan que parar su producción y encima tener que pagar el salario completo a sus trabajadores por quedarse en casa. Se ha visto como trabajadores son despedidos o sus salarios han sido recortados al 50 o 60%, principalmente en la frontera se ha planteado que los que tengan días de vacaciones se tomarán a cuenta durante la cuarentena y los que no cuenten con días de vacaciones, se les descontarán de los que generen para el próximo periodo. Otras hablan de pagar el 50% de salarios y el otro 50% a cuenta de adelanto de utilidades. Ha habido sectores industriales que están cayendo en lo absurdo, este es el caso de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, la cual ha pedido al gobierno federal que se pueda incluir a la industria automotriz dentro de la lista de sectores esenciales (es claro que es esencial fabricar automóviles en este momento, todos en la cuarentena necesitamos uno, léase con la ironía que amerita), para poder mantener sus operaciones durante el decreto, hasta han declarado que estarían dispuestos a utilizar parte de su línea de producción para la fabricación de insumos médicos, con tal de no parar.
Tan solo el sector automotriz, aporta el 3.8% al PIB, es claro que sus finanzas pueden resistir la contingencia, respetando los salarios y prestaciones de sus trabajadores, aun deteniendo sus operaciones para salvaguardar la salud de sus empleados y del resto de la población en México, pero no están dispuestos a perder sus ganancias, ni siquiera por tratarse de una emergencia sanitaria. En enero de este año ya se sabía que era cuestión de tiempo para que la enfermedad llegara a México, ¿por qué no mostraron su preocupación y cambiaron sus líneas de producción en ese momento? Porque, dentro del capitalismo, la producción se pone al servicio de los intereses monetarios de la clase burguesa y no al servicio de las necesidades de las mayorías obreras que están pereciendo alrededor del mundo por falta de insumos, medicamentos y equipos. Es ahora, en medio de la crisis, en que los grandes empresarios recuerdan las épocas de la segunda guerra mundial, donde la industria de bienes y servicios fue sustituida en gran medida por la industria pesada, siendo la siderurgia y química las que tenían mayor importancia pues eran fundamentales para la fabricación de tanques, aviones, armas, explosivos, etc., todo al servicio de la guerra y sus intereses, ahora es la misma situación, la industria y el desarrollo científico al servicio del lucro y sus intereses. La segunda guerra cobró millones de vidas de trabajadores en el mundo, el COVID-19 ya lleva varios miles. A la burguesía mundial, no le interesa encontrar una vacuna para salvar a la humanidad, le interesa desarrollar una vacuna para ver quién se queda con la patente que le generará inmensas ganancias.
Los trabajadores no podemos seguir exponiendo nuestras vidas para salvaguardar los intereses del 1% de la población mundial. Somos los trabajadores los que echamos adelante la producción, sin la explotación de nuestra fuerza de trabajo este sistema no podría existir, es momento de avanzar y, de forma colectiva, tomar el destino en nuestras manos. Los trabajadores del mundo debemos unirnos en una sola fuerza, expropiar al gran capital y poner la producción a disposición de las necesidades y demandas del pueblo obrero.