El pasado mes de octubre de 2024, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó, en La Mañanera del Pueblo, los 4 ejes que definen la Estrategia Nacional de Seguridad del Gobierno de México. Estos ejes son: Atención a las causas; consolidación de la Guardia Nacional; fortalecimiento de la inteligencia e investigación con la creación de un nuevo Sistema Nacional de Inteligencia; y la coordinación con las entidades federativas.
En este artículo revisaremos cada uno de los ejes desde una perspectiva marxista y de clase.
Atención a las causas
El nuevo gobierno ha planteado la necesidad alejar a los jóvenes de las garras del crimen organizado a partir de mejorar sus condiciones, incrementar sus oportunidades y atender las necesidades de sus familias, y plantea lograrlo fortaleciendo los programas sociales como “Jóvenes Construyendo el Futuro” y con la creación de una subsecretaría de prevención dentro de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Nosotros estamos de acuerdo con la presidenta en que para combatir la violencia es necesario atender las causas, pero tenemos una visión muy diferente de cuales son las causas, pues las condiciones de desigualdad, la falta de oportunidades y las necesidades familiares son, en realidad, síntomas de la verdadera causa que es un sistema económico basado en la explotación perpetuada por una pequeña minoría que lleva a la miseria a la inmensa mayoría. Así, mientras las familias más ricas del país duplican sus fortunas, los jóvenes de las familias proletarias se ven en la necesidad de incorporarse a las filas del crimen organizado para poder sobrevivir y sustentar sus hogares. Esa es la verdadera causa.
De acuerdo con la ENOE del INEGI, en 2023 la tasa de desempleo de los jóvenes fue de 5.26%, casi el doble más alta de la tasa promedio nacional que fue de 2.7%. Según datos de la Encuesta de Jóvenes en México del Observatorio de la Juventud en Iberoamérica y Fundación SM, un tercio de los jóvenes que tienen trabajo no tienen ingresos suficientes y viven en la pobreza, pues ganan menos de $3,500 mensuales y el 51% carecen de seguridad social. Esas son las condiciones de vida de la juventud y no pueden aspirar a mejorarlas bajo este sistema donde tener un empleo no significa la posibilidad de acceder a una vida digna.
Entonces para poder atender las causas, la verdadera causa, tendríamos que garantizar el acceso a la educación, a la salud, a la vivienda, incremento de los salarios; pero para poder conseguirlo tendríamos que enfrentarnos directamente a los intereses de los dueños del capital que se enriquecen a partir de perpetuar las condiciones de miseria de nuestra clase.
Consolidación de la Guardia Nacional
La Guardia Nacional (GN) se creó con el gobierno de AMLO en sustitución de la Policía Federal, siendo una guardia civil, pero fue hasta el final de su sexenio donde se consolidó su incorporación a la Sedena. De esta manera se ha otorgado al ejército una mayor injerencia en los asuntos civiles del país. Todos hemos visto cómo ha incrementado la presencia de la GN, están en el metro de la CDMX, en los aeropuertos, en las autopistas y, por supuesto, en las fronteras. Desde 2019 la GN se encuentra en las calles y los índices de violencia no han disminuido, al contrario han escalado. Ejemplos son Chiapas, donde la población ha tenido que huir de sus localidades para evitar el reclutamiento forzoso; Guanajuato con explosiones de coches bomba; Guerrero con la decapitación del presidente municipal de Chilpancingo; y ni hablar de Sinaloa, donde han incrementado drásticamente los enfrentamientos armados entre los diferentes grupos del crimen organizado.
Además, el hecho de que la GN sean parte de la Sedena no garantiza que no tengan nexos con el narco. Nosotros no olvidamos el caso del general Cienfuegos quien fue detenido en Los Ángeles por la DEA por su “presunta” implicación con el narcotráfico y por lavado de dinero cuando fue Secretario de la Defensa Nacional en el gobierno de Peña Nieto, y quien actualmente es asesor de la Sedena.
Así que no podemos decir en absoluto que la presencia de la GN en las calles ha inhibido o mermado la violencia o la presencia de las organizaciones criminales. Quizás la única función que han cumplido casi a cabalidad ha sido la de convertirse en la patrulla fronteriza de EUA en nuestro territorio.
Fortalecimiento de la inteligencia e investigación, creación del Sistema Nacional de Inteligencia
En realidad, sería iluso creer que el Estado no cuenta actualmente con un sistema de inteligencia e investigación muy eficaz. De hecho, el hackeo de los Guacamaya Leaks develaron que el ejército mexicano es muy bueno en inteligencia, pues tienen un seguimiento muy pormenorizado de los activistas sociales, reporteros y demás, en pro y en contra del gobierno. También es muy sabido que el ejército ha utilizado el software Pegasus para espiar a las personas de su interés, así que si el crimen organizado sigue operando no es por falta de operativos de inteligencia e investigación, sino por el simple hecho de que son parte de este sistema, y aunque sus actividades salen del marco de la legalidad burguesa, sus intereses son los mismos que los de cualquier burgués “legal”.
Si tomamos en cuenta la definición marxista del Estado como un grupo de hombres armados al servicio de la propiedad privada podemos entender que, independientemente del gobierno o presidente en turno, las fuerzas armadas estatales existen para proteger los intereses de una clase sobre otra, por lo que los servicios de inteligencia no se usan para combatir al crimen, sino para mantenerse al tanto de las actividades de los que luchamos contra este sistema.
Coordinación con las entidades federativas
Para este punto se plantea que el 80% de los delitos que se cometen en el país son de fuero común, por lo que es necesario que las fiscalías locales trabajen adecuadamente. De esta manera pretenden dar un mejor seguimiento a la incautación de bienes y a la vinculación a proceso de los detenidos y así poder eficientar el ejercicio de justicia. Esto en teoría no debería representar ningún problema pues como ahora Morena está en la presidencia y gobierna la mayoría de las entidades, no tendría que haber excusa para la «falta de coordinación», dado que aparentemente los intereses estarían alineados. Sin embargo, las fuerzas de «seguridad» estatales o municipales sirven en su mayoría a cacicazgos locales. Es decir, su razón es política y su utilización también.
Para nosotros los marxistas, el problema de la «seguridad» no es una anomalía en el sistema, sino parte integrante de este. No hay posibilidad alguna de resolverlo a cabalidad bajo los marcos del capitalismo, incluso con pequeñas reformas que intenten paliar las causas como la pobreza o la violencia, porque este sistema es violento por naturaleza, su esencia es el despojo y la marginación. Y mucho menos podrá combatirse con medidas de seguridad que criminalizan a los pobres. Porque hay que decirlo claro, la «guerra contra las drogas», aunque ahora retóricamente han querido distanciarse de la palabra «guerra», es una estrategia de control territorial y sobre todo donde la clase trabajadora una vez más, pondrá los muertos mientras los grandes «capos» (burgueses de la droga) quedarán impunes o negociarán sus sentencias.
En ese sentido, creemos firmemente que esto sólo podrá combatirse con un cambio revolucionario de la sociedad que extermine, por siempre y para siempre, la calamidad que representa vivir en un país lleno de violencia estructural, en un país de capitalismo decadente.