El martes 30 de abril por la noche, la policía se cruzó de brazos y permitió a una turba de extremistas sionistas asaltar violentamente el campamento de solidaridad con Palestina de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Los medios de comunicación y los políticos de todo signo han tachado de violentas, racistas y antisemitas las protestas pacíficas a favor de Palestina que se están produciendo en Estados Unidos. Pero ha habido una conspiración de silencio en torno al verdadero racismo manifiesto y la violencia extrema de los sionistas que han atacado los campus estos últimos días.
Armados con porras de metal, spray de pimienta y haciendo llover potentes fuegos artificiales sobre los campamentos, los sionistas atacaron las barricadas, tratando de desmantelar físicamente el lugar de la protesta. Los estudiantes de la UCLA, por su parte, se defendieron valientemente, contraatacando e impidiendo la destrucción del campamento.
La policía, por su parte, fue cómplice de la violencia. Se quedaron de brazos cruzados, permitiendo que se produjera el ataque, limitándose a grabar los acontecimientos o a sonreír ante lo que estaba ocurriendo. Los acontecimientos posteriores parecen indicar cierta coordinación entre la policía y las turbas sionistas de extrema derecha, que han sido utilizadas para ablandar a los estudiantes y crear escenas de caos como pretexto para disolver los campamentos pro palestinos.
Apenas unas horas después de la violencia provocada por los sionistas en la UCLA, la policía irrumpió en el campamento. En un movimiento coordinado, la policía de otras partes del país disolvió campamentos en Yale, Columbia y otros lugares. En la Universidad de Columbia, en Nueva York, la policía disolvió el campamento pacífico utilizando balas de goma, granadas de concusión y otro armamento «menos letal», y detuvo a 300 estudiantes. Según algunos informes, más de 2.000 estudiantes han sido detenidos en todo el país.
En una rueda de prensa celebrada la mañana siguiente a la represión, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, del Partido Demócrata, se dirigió a los medios de comunicación para difamar una vez más a los manifestantes propalestinos como responsables de la «violencia» y el «caos».
A continuación justificó la violenta represión como parte de la lucha contra la radicalización de la juventud en todo el mundo, dando a entender que oscuros «profesionales» se han infiltrado en los campus:
«Voy a proteger a la ciudad de quienes intentan hacer lo que está ocurriendo en todo el mundo. Hay un movimiento para radicalizar a los jóvenes. No voy a esperar a que se haga para reconocer su existencia. Se trata de un problema global, de jóvenes influenciados por aquellos que son profesionales en radicalizar a nuestros hijos. No voy a permitir que eso ocurra como alcalde de la ciudad de Nueva York… Agitadores externos están entrenando y cooptando este movimiento».
Estamos de acuerdo con el alcalde: se trata de un «problema» mundial, para la clase dominante. Los jóvenes de todo el mundo se están radicalizando, contra la barbarie imperialista, contra la violencia del Estado y los matones de extrema derecha que trabajan mano a mano con el Estado, y contra aquellos en el poder y en los medios de comunicación que distorsionan la verdad para justificar horrores injustificables.
Pero no hay necesidad de señalar a «agitadores externos» para entender esta radicalización. La matanza que Adams y sus amigos están apoyando en Gaza, la violencia de todo el sistema, está radicalizando a la juventud. Los torpes intentos de la clase dominante de detener este proceso aplastándolo no harán sino extender aún más las chispas de la ira, donde se encontrarán con condiciones de polvorín.
Las protestas siguen saltando de campus en campus a medida que más se unen al movimiento en Estados Unidos y más allá.
Y ahora el sindicato UAW Local 4811, que organiza al personal de la UCLA y representa a 48.000 trabajadores, en un comunicado de su ejecutiva ha declarado que va a realizar un referéndum de huelga en respuesta a la represión.
¡Este es el camino a seguir! Los estudiantes cuentan con la cálida simpatía de millones de trabajadores que contemplan horrorizados la represión de las administraciones universitarias, el gobierno, la policía y los matones de derechas. Debemos intensificar la acción en los campus, en EEUU y en todo el mundo, en solidaridad con Palestina, en solidaridad con quienes se enfrentan a la represión por tomar partido del lado de los oprimidos.
Los trabajadores deben entrar en esta lucha, deben conectar con los estudiantes, los estudiantes deben conectar con ellos, para hacer huelga y protestar en defensa de los derechos democráticos básicos que ahora están siendo pisoteados, y para extender la acción de la clase obrera necesaria para detener la maquinaria de guerra israelí. Los trabajadores tienen el poder de parar los engranajes de la maquinaria imperialista: desde las fábricas de armas, pasando por los estibadores que transportan las mercancías destinadas a Israel, hasta los campus universitarios. La dirección del movimiento obrero debe desatar este poder.