Escrito por: Sharon Mayren Padilla
El 27 de agosto de este año los estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades Azcapotzalco impulsaron una asamblea donde emplazaron al diálogo público a la directora Guadalupe Márquez Cárdenas, debido a que en días anteriores las autoridades de la escuela habían borrado algunos murales que formaban parte de la memoria gráfica del plantel y que se sumaron al descontento que los alumnos ya habían manifestado por la falta de maestros para sus clases.
Ese mismo día los estudiantes aprueban un paro indefinido para obtener respuesta a sus demandas.
La respuesta a las autoridades fue la agresión pues utilizaron a los grupos porriles para amedrentar e intimidar a los estudiantes que decidieron tomar la escuela. A lo interno de la toma los estudiantes se agruparon para defenderse y poder expulsar a estos grupos de choque que fueron ayudados por las autoridades del CCH para ingresar. La intimidación llego a la agresión física y se vivió una gran tensión durante toma.
El “error” que desató la lucha
El hecho de que las autoridades hayan decidido borrar los murales del plantel sin consultar a la comunidad no nos parece una decisión mínima pues a toda costa se ha buscado borrar la memoria de lucha, organización y movimiento estudiantil. Los murales representan una crítica social, un momento grabado en la historia, una imagen que permanecerá a lo largo de la historia no sólo en las individualidades sino que será ejemplo de lucha para las futuras generaciones del CCH.
Pero el movimiento trascendió, la problemática del plantel no solo era sobre los murales, los estudiantes desde el inicio del curso no tenían clases a falta de maestros que pudieran cubrir las materias, asunto que se presenta en varias escuelas de la UNAM.
Hace algunas semanas, un grupo de profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México denunciaron que viven en la pobreza, debido a los bajos salarios que reciben, el pago aproximado por hora es de $90 a clase frente a grupo y sólo el 5% accede a 30 horas por mes.
El presupuesto que designa la UNAM para pagar los salarios de los maestros es de 4.38% más de 36 mil 500 maestros trabajan con estos salarios precarios.
La falta de estabilidad laboral y las condiciones en las escuelas bajo las que dan clase son lamentables.
Los maestros que trabajan en la universidad atienden por clase entre 50 y 90 estudiantes, de 49 mil nombramientos solo 5 mil son de tiempo completo.
Los maestros agrupados en la asamblea de profesores de la UNAM (la mayoría son profesores de la escuela Nacional Preparatoria y de los Colegios de Ciencias y Humanidades) han denunciado las precarias condiciones laborales, sin embargo la política de la Rectoría ha sido de oídos sordos. La inestabilidad del empleo genera estrés e incertidumbre pues los maestros se pueden quedar sin trabajo en cualquier momento y sin ningún tipo de indemnización.
Esta política de precariedad y de ataque a la educación no ha cesado y se profundizó con la implementación de la Reforma Educativa, que pretende minimizar a cero el papel del maestro y así ahorrar el gasto salarial con la política de estudiantes “autodidactas” que no necesitan de un profesor que los oriente.
Los maestros organizados en la asamblea exigen un aumento salarial del 50% y mejores, prestaciones laborales.
La lucha estudiantil de la Universidad Nacional Autónoma de México y en concreto la del CCH Azcapotzalco debería tender lazos con la lucha de los maestros de la asamblea de profesores.
El paro en CCH Azcapotzalco lleva 7 días y la cerrazón de la Dirección para dialogar los llevó a pedir la renuncia de la directora del plantel al no ser capaz de abrirse al dialogo para resolver las demandas de la comunidad.
La organización estudiantil aumenta, se han organizado brigadas de seguridad, de difusión y un Comité Contra el Acoso. La Preparatoria 5 paró en solidaridad, CCH Sur hizo asambleas y en general los CCH discutían la forma de abrazar la lucha del CCH Azcapotzalco; estudiantes del Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico escribimos un manifiesto en solidaridad. Situación que alarmó a las autoridades, ya que la lucha comenzaba a extenderse más allá de Azcapotzalco.
Después de una asamblea de profesores el día jueves 30 de agosto la Directora presentó su renuncia formal con la finalidad de que el plantel volviera a las actividades académicas lo más pronto posible, lo que significaría una desmovilización; sin embargo los estudiantes del plantel sabían que aún no estaba resuelto los problemas que dieron origen al paro y decidieron impulsar una movilización el lunes 3 de septiembre del Parque de la Bombilla a Rectoría haciendo un llamado a todos los universitarios a sumarse.
Una alternativa para el movimiento
Las asambleas en CCH Azcapotzalco se desarrollan de manera cotidiana y bastante nutrida, hay actividades a realizar como carteles con consignas de lucha o brigadas de limpieza, existe un comité contra el acoso y comisiones, sin embargo eran descuidadas por no tener un responsable o seguimiento puntual.
El avance de conciencia de los jóvenes ceceacheros es evidente, exigen una educación y una institución democrática, además denunciaron este sistema en putrefacción donde se cometen actos de barbarie en contra de la juventud, la clase trabajadora y las mujeres, al solidarizarse con la familia de la joven de CCH Oriente, secuestrada y calcinada,
Los llamados de solidaridad son importantes, que los demás planteles se sumen y se extienda la lucha, no solo en la UNAM sino en todas las escuelas de educación media superior y superior.
Hcaemos un llamado a los estudiantes del CCH Azcapotzalco a crear un Comité de Lucha Estudiantil, que pueda darle seguimiento a las tareas de la lucha que han emprendido, que sea una organización amplia, democrática, combativa y revolucionaria, capaz de dar la lucha por las demandas más sentidas de la comunidad estudiantil.
Nos solidarizamos plenamente con la lucha estudiantil que han emprendido los estudiantes del CCH Azcapotzalco y trabajaremos porque esta triunfe contundentemente y muestre una vez más el camino a seguir para la juventud y los estudiantes: la organización y la lucha organizada.