Escrito por: Ubaldo Oropeza
El día miércoles los estudiantes dimos muestras de nuestra capacidad de organización, es evidente que hay una rabia acumulada. Tenemos tareas que se tienen que superar pero también una fuerza increíble, pese a vivir ya 12 años de una guerra brutal en la que nos han sumido los diferentes gobiernos del PRI y del PAN.
Es difícil contabilizar la gente que salió a la manifestación que inundó Ciudad Universitaria, pero podemos decir con certeza que es una de las movilizaciones más grandes en la historia de la universidad que se da dentro de su Casco. Algunos dicen 40 mil, otros dicen 60 mil, hay algunos incluso que llegan a decir que rebasan los 100 mil. Lo que sí es claro es el ánimo, la fuerza del movimiento y al mismo tiempo la falta de demandas del todo claras por las que luchar.
La agresión a la marcha de los CCH fue una clara provocación orquestada en las cupulas, pero por debajo se dejó claro el profundo resentimiento que hay entre la juventud en contra de lo que el sistema capitalista nos ha ofrecido: una violencia desmedida a todos los niveles. Sufrimos asaltos cotidianos en el transporte público, desaparición y asesinato de mujeres y compañeros, salarios de miseria y un ambiente tan terrible que uno no puede sentirse tranquilo en ningún lado.
No es de extrañarnos que las consignas que se coreaban no sólo tenían que ver con la desaparición de los cuerpos porriles de la universidad, sino que recordaban una y otra vez a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, ésta es una bandera que engloba toda la tragedia que sufrimos como jovenes actualmente; gritabamos “¡Basta ya! de seguir atacando a las mujeres, de asesinarles y desaparecerles”. La furia de nosotros los juvenes se ha acumulado por largos años y el miércoles encontró una forma de expresarse en unidad, en solidaridad y en las calles. Los ataques porriles están siendo un accidente que desata todas las problemáticas acumuladas.
Junto a nosotros los universitarios, también marcharon compañeros de la UAM, del IPN, el Colegió de México y de otras escuelas públicas y privadas. Sabemos muy bien que la lucha en contra de la violencia no se restringe a lo que se vive en la universidad, sino que ahora es la cotidianidad en la que vivimos, por eso es que salieron a las calles a luchar hombro a hombro, porque esta violencia la sufrimos todos.
El mitin que se desarrolló en rectoría y en las islas desgraciadamente careció de un buen sonido, para poder aglutinar en una sola voz el sentir de los presentes ahí, sin embargo, con escasos recursos, diferentes representantes de escuelas pudieron hablar, incluso superar una provocación que montaron los grupos llamados anarquistas que quisieron, en un momento determinado, pintar rectoría y cerrar insurgentes, en contra de la gran mayoría de los contingentes.
Un día después de la gran manifestación, se han tenido asambleas en las diferentes escuelas y facultades, donde se discutieron las propuestas para la asamblea interuniversitaria, la cual será fundamental.
¿Cuáles son las tares del movimiento ahora?
Lo primero y más importante es comprender que la lucha ya no solo es por apoyar el pliego petitorio del CCH Azcapotzalco (aunque sí es un aspecto importante), ahora es una lucha general contra la violencia, contra el autoritarismo, la falta de democracia interna, la necesidad de una educación y condiciones laborales de calidad y la falta de presupuesto.
De esto, algunas demandas son locales y las podemos atacar a lo interno estableciendo una ruta crítica para resolver el problema de la democracia (órganos paritarios de poder, elecciones libres y democráticas para elegir directores, al rector y demás funcionarios, repartir democráticamente el presupuesto, etc.)
También pedir las respuestas a los pliegos petitorios de las escuelas, se podrían resolver a lo interno, en pliego petitorio general puede incluir un punto donde se pida que se resuelvan los pliegos petitorios de las escuelas.
Pero el caso de luchar contra la violencia no se va a resolver expulsado a 18 porros y con la suspensión de Teófilo Licona. La violencia porril es una prolongación de la violencia provocando por la descomposición política y social que hay en el país y la protección de funcionarios universitarios y de los distintos niveles de gobierno. Hay que desmantelar esas estructuras y generar condiciones que combatan la descomposición social.
Dentro de las escuelas se nos agrede a las compañeras mujeres, se nos acosa; las autoridades ejercen violencia contra los alumnos, personal administrativo y docente; hay violencia causada por el narcomenudeo; etc. Esta violencia se tiene que terminar con un cambio profundo del sistema económico y social. Por eso es que la lucha tiene que salir de las universidades.
Otra demanda que se levanta es el resolver el problema de más infraestructura, profesores mejor pagados y mayores salones para evitar la saturación. Esto tiene que ver con el presupuesto asignado a la UNAM y lo mismo pasa en el resto de universidades públicas. Tenemos que movilizarnos unificadamente para pedir más presupuesto al nuevo gobierno, que ha prometido aumento al gasto a la educación.
Por eso pensamos que en el plan de acción debemos de convocar a una gran marcha nacional, donde se invite a participar a todos los sectores que defienden la educación pública, gratuita, científica, laica y de calidad. Además, también se debe de extender la convocatoria a toda la población, organizaciones, sectores (indígenas, campesinos, obreros, mujeres y todo el pueblo en general) a luchar contra la violencia que se vive en las calles con los asaltos, la violencia institucionalizada de bajos salarios, la violencia contra la mujer (acoso, desapariciones y violaciones), violencia por despojo de territorios por parte del gran capital, etc. TODOS JUNTOS REALICEMOS UNA GRAN MARCHA NACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA Y POR LA EDUCAICÓN.
Los paros son herramientas importantes de lucha con lo cual se libera a los estudiantes, profesores y trabajadores de ir a la escuela para que acudan a la marcha o a brigadeos. Estos debemos convocarlos cuando tengamos una movilización importante. No consideramos que el paro indefinido sea la mejor alternativa. Un paro no es una panacea que resuelva los problemas, lo que los resuelve es la lucha organizada de la juventud.
No quedará impune la agresión que los grupos porriles han causado a nuestros compañeros estudiantes de los CCH´s, la movilización del miércoles es una muestra clara que si vuelven a intentarlo van a desbordar la lucha a un nivel nunca antes visto, por nuestra parte tenemos que seguir organizándonos por asambleas de escuela en escuela, escoger representantes para poder organizar una gran asamblea de representantes como lo fue en el 99, el Consejo General de huelga, o en el 68 el Consejo Nacional de Huelga. Tenemos que prepararnos para sacar el conflicto de la universidad al pueblo y que éste se sume, no sólo apoyándonos, sino sumando sus demandas para hacer una lucha única, al final de cuenta, el origen de todos nuestros ataques y todas nuestras desgracias es el Estado capitalista. Para esto la organización de brigadas informativas a las colonias, el transporte publico y las zonas fabriles son muy importantes
Ponte en contacto con nosotros para discutir como seguir la lucha y organizar un comité de lucha en tu escuela.