Una falsa paz, una paz imperialista
Alejandro Aguilar-Reyes
El 9 de octubre de 2025, a dos años y dos días de empezar el recrudecimiento de la campaña de exterminio por parte de Israel hacia el pueblo palestino en la franja de Gaza, Trump se enorgullece de haber alcanzado un acuerdo de paz entre el estado de Israel y los militantes de Hamás. Este acuerdo consiste en varias fases con 20 puntos serviles a los intereses particulares del estado israelí. Entre estos resaltan el cese total al fuego, el intercambio de cautivos por parte de ambos bandos y la entrada de ayuda humanitaria a la franja [1]. El 13 de octubre, todos los cautivos israelíes vivos que fueron aprehendidos el 7 de octubre de 2023 han regresado a Israel. A su vez, fueron liberados 2000 prisioneros palestinos —con señas de tortura y maltrato— que han sido aprehendidos durante la duración del genocidio [2]. Después de dicho intercambio, Israel —cómo es su modus operandi, véase la historia que tiene con el Líbano— violó indiscriminadamente los acuerdos de paz. Al día de escribir este artículo, las violaciones por parte del Estado de Israel han resultado en un total de 94 palestinos muertos y 344 heridos [3].
La paz, en un contexto de alta tensión interimperialista, difícilmente es paz. Es, por su contrario, un periodo de rearmamento y preparación para la siguiente agresión imperialista. Al revisar los 20 puntos anteriormente mencionados uno puede discernir que estos acuerdos no buscan favorecer al pueblo palestino sino al capital financiero e inmobiliario de EEUU e Israel. Es decir, no solo no taclea los factores de raíz que propiciaron este genocidio y la ocupación de territorios palestinos —asegurar los beneficios de los imperialistas norteamericanos e israelíes y apropiarse del territorio palestino— sino por el contrario, busca acentuarlos.
Desde que entraron en vigor dichos acuerdos, Israel ha intensificado su agresión imperialista colonial —tanto por parte de las fuerzas de ocupación como por colonos— en Cisjordania ocupada. Adicionalmente, el 22 de octubre, el Knesset —parlamento israelí— aprobó un proyecto de ley que consiste en anexionar en su totalidad a Cisjordania [4]. Todo esto nos muestra la nula seriedad que manejan las burguesías de las potencias imperialistas hacia la ley internacional. Esto es, vivimos en un momento histórico en el que el capitalismo engendra monopolios no sólo en los mercados sino también en el escenario geopolítico internacional.
La emancipación del pueblo palestino aún está muy lejano, así permanecerá bajo el capitalismo. Es por esto que necesitamos una internacional consecuente con los acontecimientos históricos, con un análisis y práctica marxista para la liberación nacional frente al yugo imperialista. ¡No queremos paz imperialista, queremos emancipación! ¡Intifada hasta la victoria! ¡Por una federación socialista de Medio Oriente! ¡Viva Palestina Libre!
NOTAS
