El pasado 19 de agosto se llevó a cabo un debate en línea con el tema “Los trotskismos y Cuba hoy” en la que Jorge Martín, dirigente de la Corriente Marxista Internacional, participó. Publicamos su participación a continuación. Ésta actividad fue parte del Simposio Homenaje 80 años León Trotsky organizado por el blog de izquierda cubano Comunistas y la Librería de la paz. El mencionado debate puede ser visto de forma completa en el siguiente video:
https://youtu.be/ti6eRNtNcWw
Este debate como habéis mencionado al principio es muy importante, Cuba no es solamente importante en Cuba, es importante para la izquierda, para el movimiento obrero, para el movimiento revolucionario marxista en todo el mundo, y es muy importante tener un análisis facto sobre esta cuestión.
La charla se titula “Trotskismo y Cuba hoy” y yo tengo una pequeña enmienda que hacer a esto, porque en realidad, en nombre del trotskismo se han dicho muchas barbaridades en relación a Cuba, y yo voy a defender un punto de vista que creo que es continuación de la tradición, del legado de las ideas de León Trotsky. Pero muchas veces, por ejemplo, en discusión con compañeros cubanos, nosotros hemos presentado La revolución traicionada de Trotsky en la Feria del Libro de la Habana, hace algunos años en una sala totalmente llena con muchísimo interés, y a veces huyo de la etiqueta de trotskismo por precisamente eso, porque ha habido mucha distorsión al respecto.
Yo creo que es importante dar un vistazo a la historia revolucionaria de Cuba porque en realidad se puede ver que hay dos tradiciones que recorren toda esta historia revolucionaria. Una historia revolucionaria que se remonta a la época de la lucha por la independencia contra el imperio español, en el que siempre ha habido, como no podía ser de otra forma, en un país como Cuba, que es un país que llegó muy tarde a su independencia nacional, de hecho, fue prácticamente la última colonia en ganar su independencia en América Latina. Quedaban algunas pendientes, pero la última que consiguió su independencia fue Cuba y la consiguió en un momento en el que ya existía en Cuba una clase obrera con cierto desarrollo sobre obreros del azúcar, del tabaco, etcétera. Entonces, siempre hubo una vinculación muy estrecha entre la lucha entre la liberación nacional y la participación en la misma de los trabajadores con sus propias reivindicaciones, es decir, la lucha por la liberación social. Esto se puede ver hasta incluso, por ejemplo, en el Partido Revolucionario Cubano que dirigió Martí, cuya base principal, financiera y militante estaba en los trabajadores tabaqueros de Tampa en Florida, quienes proporcionaban las finanzas, la fuerza militante de ese partido y había siempre una relación entre las 2 cosas.
Esa relación se puede ver también en la fundación del Partido Comunista de Cuba y sobre todo en la figura de Julio Antonio Mella, ya que él planteó claramente como estrategia para la Revolución Cubana, una estrategia de Revolución Permanente, eso no quiere decir que él hubiera leído a Trotsky y su análisis de 1905, lo que quiere decir es que en aquella época, a principios de los años 20, la estrategia justamente de la Internacional Comunista era una estrategia que combinaba la Liberación Nacional con la Revolución Socialista, que planteaba que en los países de desarrollo capitalista tardío, atrasados, la burguesía no podía jugar un papel independiente, Mella decía “el ladrón Nacional frente al ladrón extranjero”, finalmente el ladrón Nacional, la burguesía Nacional termina aliándose al ladrón extranjero en contra del propio pueblo, de la clase trabajadora y de los campesinos. Mella decía que fue el fundador del Partido Comunista de Cuba y que tenia de Trotsky una opinión favorable.
También podemos ver esa vinculación, entre la Liberación Nacional, la Lucha por la Independencia Nacional, la liberación de la subyugación del imperialismo y la lucha por la Liberación Social, en otro personaje de los años 30, muy importante para la historia revolucionaria de Cuba, Antonio Guiteras. Fue alguien que provenía justamente del campo de la Liberación Nacional del que fue adoptando progresivamente, aunque de una forma confusa con ideas socialistas y hay otra tradición en Cuba que nosotros rechazamos, que es la tradición estalinista sobre todo a partir de los años 30. Esta tradición, que en los años 30 adopta una postura totalmente ultraizquierdista y sectaria en relación con el gobierno de los 100 días, en relación a Guiteras y que juega un papel importante al hacer fracasar la Huelga General de 1933 y el proceso revolucionario que en ese momento se estaba dando.
Posteriormente, adopta una postura totalmente traidora y oportunista cuando se alía con Batista en 1942, sobre la base de la idea de que el conflicto es entre democracia y fascismo, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y que por lo tanto, como Estados Unidos representaba la democracia, entre comillas contra el fascismo y Batista estaba del lado de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, pues había que hacer una alianza con Batista. Posteriormente, esta tradición estalinista adopta una postura abstencionista y contraria durante los primeros embates de la Guerra Revolucionaria de 1956 y es justamente este hecho, el hecho de la existencia de esta tradición estalinista que tenía un apoyo importante en el Movimiento Obrero Cubano, lo que hace que los jóvenes de clase media, médicos, abogados, profesiones liberales que empieza la lucha contra la dictadura de Batista no se sienten atraídos por el comunismo porque el comunismo en aquel momento estaba representado justamente con ese partido que había pactado con la dictadura de Batista.
Entonces, hay que decir que nosotros partimos de la defensa de la Revolución Cubana y de sus conquistas. La dirección de la Revolución Cubana no tenía una perspectiva socialista, su programa era un programa democrático, nacional, avanzado, progresista, antimperialista, pero no era un programa socialista desde ningún punto de vista, como se puede ver si se leen los documentos de aquel momento. Al llegar la guerrilla al poder, el 1 de enero de 1959, donde se produce el hecho clave en aquel momento ante la huida de Batista y el intento de recambio por parte del régimen, es la Huelga General que paraliza la Habana durante una semana y que destruye el aparato del Estado hasta el momento en que entra la guerrilla en la Habana. Cuando esta dirección guerrillera del movimiento 26 de julio, Fidel Castro, Raúl, el Che, Camilo Cienfuegos, entre otros, llegan al poder a diferencia de otras ocasiones, ellos se mantienen consistentes a la hora de llevar adelante su propio programa, programa Democrático Nacional hasta el final.
Los primeros enfrentamientos que se producen en Cuba entre los demócratas burgueses y la dirección revolucionaria es justamente a raíz de la aplicación de la reforma agraria, porque la reforma agraria en Cuba, como explica la teoría de la Revolución Permanente, no solamente toca a los propietarios agrícolas, sino estos propietarios agrícolas en muchos casos tenían que ver con el imperialismo. Ellos tenían lazos con la burguesía nacional, lazos con la burguesía internacional, y, a medida que se va avanzando en esa dirección, los representantes de la burguesía progresista desaparecen, dimiten del gobierno, se enfrentan a la revolución y la revolución sigue avanzando y en el periodo de 1959 – 1962 se producen una serie de expropiaciones, cada vez más amplias hasta que al fin de 1962, el capitalismo ya no existe en Cuba, ha sido abolido. Todas las propiedades de la burguesía nacional y de la burguesía extranjera, especialmente la estadounidense y canadiense también, han sido expropiadas: bancos, grandes empresas del sector público, el sector privado, manufactureros, agrícolas, etc. Es la primera vez en el hemisferio occidental que se produce la abolición del capitalismo y la creación de un Estado que no es capitalista, y es sobre esa base material, sobre la que se asientan todas las conquistas de la Revolución Cubana, que no son pocas. Si uno describe a Cuba como un país capitalista, no se puede explicar de dónde salen esas conquistas. La reforma agraria, la alfabetización, todos los avances tan extraordinarios que la Revolución Cubana logró en el terreno de la educación, de la salud, de la salubridad, de sus habitantes, de la vivienda, por ejemplo, se produce la abolición de los alquileres, la prohibición de los desahucios, etcétera.
Todas esto son conquistas cuya base material es justamente la abolición del capitalismo. Conquistas que siguen existiendo hasta hoy, es cierto que están ahora erosionadas, están debilitadas, pero de una forma u otra siguen existiendo y el punto de partid, yo creo que para nosotros tiene que ser la defensa de estas conquistas, la discusión de cómo se pueden defender esas conquistas. Además, yo creo que hay que añadir que la Revolución Cubana es una confirmación, digamos negativa de la teoría de la Revolución Permanente. La teoría de la Revolución Permanente, una de las cosas que dice, es que de la burguesía nacional de países capitalistas dominados, no puede llevar adelante, es incapaz de llevar adelante ninguna de las tareas de la Revolución Democrática Nacional que puedan quedar pendientes, y en este caso esto se demostró. La burguesía nacional no fue capaz de llevar adelante ninguna de esas tareas y fue contra la burguesía nacional se llevaron a cabo. Además, es una confirmación de una perspectiva que Trotsky había trazado en el programa de transición donde dice él, aunque no es la perspectiva más probable, que en algunos casos direcciones pequeñoburguesas en determinadas condiciones pueden verse obligadas a ir más allá de sus propias intenciones y completar la tarea de la abolición del capitalismo. Entonces, obviamente la Revolución Cuba significó una ruptura frontal en la línea de 180°, partiendo en una línea de 90° con la línea que apoyaba la Unión Soviética, que era la línea de la consistencia pacífica y la dirigencia cubana se planteó la necesidad de extender la revolución a otros países y se libró una batalla muy fuerte durante los primeros años 60 en ese sentido: una batalla que fue contra la burocracia soviética. Esa batalla fracasó, la Revolución Cubana quedó aislada y el Ché Guevara que quizá representaba más claramente esa perspectiva murió en el intento y la Revolución Cubana quedó aislad. También le llevó a un acercamiento mucho más estrecho con la Unión Soviética, una dependencia económica, política y en todos los aspectos que solidifico una serie deformaciones burocráticas que existen en Cuba, que son el resultado del aislamiento de la revolución. La vinculación con la Unión Soviética y también el propio modo en cómo se conquistó el poder, a través de un grupo guerrillero, que obviamente era un grupo sin la disciplina militar, jerarquizado de arriba abajo y sin la existencia de auténticas organizaciones de democracia obrera y de expresión propia de la clase trabajadora por abajo. La revolución tenía el apoyo de masas pero no era una participación genuina ni una auténtica democracia obrera.
Cuando cayó la URSS, con la que obviamente Cuba tenía relaciones económicas muy estrechas y que eran muy favorables a Cuba, Cuba sobrevivió y eso en cierta medida nos señala la vitalidad propia que tenía la Revolución Cubana. La dirigencia cubana que estaba en el poder en 1989-1990 era la misma que había llevado adelante la Revolución, tenía un vínculo directo con la Revolución de 1959, a diferencia de la dirigencia soviética de 1989, que no tenía ningún vínculo, que estaba separada por un río de sangre de la dirección que había llevado durante la Revolución en 1917. La caída de la Unión Soviética generó una serie de debates muy importantes dentro de Cuba acerca de qué pasó con la Unión Soviética, etc.
También las implicaciones que eso tenía para Cuba, he dicho antes que en esos debates se expresaron una multitud de aspectos pero uno de ellos fue, por ejemplo, el hecho de que nosotros estuvimos en la Feria del Libro de la Habana presentando públicamente y de manera oficial el libro de La revolución traicionada de Trotsky, y la gente que estaba en ese acto no estaban solamente pensando con lo que pasó en la Unión Soviética sino que estaban pensando en Cuba y ese libro es fundamental para entender el carácter de la burocracia.
Hoy la Revolución Cubana está amenazada, está amenazada en primer lugar y sus conquistas están amenazadas en primer lugar por el imperialismo, sobre todo de Estados Unidos, que durante 60 años a tratado de asfixiar, ahorcar y destruir la Revolución Cuba porque representa una amenaza el hecho de que haya un país que no esté sometido al imperialismo donde las multinacionales capitalistas no están a sus anchas y donde el capitalismo ha sido abolido a 90 millas de la potencia imperialista más importante del mundo; eso es algo bastante significativo. También que el imperialismo norteamericano ha tratado de impedir por todos los medios a su alcance. También esta amenazada por otra estrategia del imperialismo, el imperialismo canadiense, europeo que trata de destruir la Revolución Cubana mediante inversiones, mediante la penetración del mercado mundial del capitalismo dentro de las estructuras de la débil y maltrecha economía cubana. Ambas son una amenaza y en realidad incluso dentro de Estados Unidos se podría decir que están representadas por la política que ha seguido Trump, la política que siguió Estados Unidos anteriormente, y a diferencia, la política que se trató de seguir Obama durante un cierto periodo de tiempo, la apertura de relaciones, la apertura de negocios, de inversiones, etc. Es otra forma de destruir la Revolución Cubana, es en lugar de la porra, el policía, el porrazo fuerte, es el abrazo de oso del capitalismo mundial
Pero también, la Revolución Cubana y sus conquistas están amenazadas por aquellos que en la dirigencia cubana abogan por la vía China, o mejor dicho. como se dice normalmente en Cuba, por la vía vietnamita. Es decir, la restauración del capitalismo, de la dominación del capitalismo en la isla de forma plena, en la que ya se ha avanzado hasta cierto punto. Mientras, esta restauración se llevaba adelante por parte del partido comunista siguiendo en el en el poder, es decir, la vía China o la vía vietnamita, la restauración capitalista controlada por arriba que ya se ha empezado a realizar.
Finalmente, ante toda esta situación, decir que nosotros, la Corriente Marxista Internacional, estamos en primer lugar por la defensa incondicional de la Revolución Cubana contra estos peligros: tanto el peligro del imperialismo como el peligro de la restauración capitalista interna, y que la salida en la medida que los problemas a los que se enfrenta la Revolución Cubana provienen principalmente de su asilamiento, del aislamiento de la revolución en un país pequeño, atrasado, a 90 millas de Estados Unidos, es en primer lugar la democracia obrera para acabar con la burocracia que es una rémora sobre los medios de producción nacionalizados, y la Revolución Internacional, es decir, el proceso revolucionario en otros países que terminen con el capitalismo y vengan en ayuda de la revolución Cubana y ambas cosas, la lucha por la democracia obrera auténtica y la lucha por la Revolución Internacional, en el caso de la defensa de la Revolución Cubana van intrínsecamente ligadas la una con la otra.
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