Han pasado 50 años de la muerte de Lucio Cabañas Barrientos, uno de los maestros, líderes de masas de estudiantes y campesinos, guerrilleros y revolucionarios más conocidos de la historia mexicana. Su legado sobrevive aún con energía hasta nuestros días, pero ¿qué lecciones nos dejó? ¿Qué hemos aprendido de sus acciones y qué cosas podemos reconocer como sus errores?
Lucio Cabañas Barrientos nació el 12 de diciembre de 1938 en una ranchería llamada El Porvenir. Un sitio donde, como en muchas de las poblaciones, nunca llegó el progreso social y existían caciques a la cabeza de ejércitos privados de mercenarios armados, estos eran la ley en esas tierras, ellos impartían su justicia y explotaban de maneras casi feudales a los campesinos e indígenas.
Es curioso considerar que Lucio Cabañas nació en pleno cardenismo, un periodo caracterizado por una expansión relativa del bienestar general, así como de movilizaciones obreras y campesinas masivas (aún quedaban remanentes de la no tan lejana Revolución Mexicana) y, sin embargo, el joven Lucio conoció las más absolutas carencias experimentadas por los pobladores de las sierras de Guerrero.
A inicios de los años 50´s Lucio Cabañas entra a la primaria en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, donde continúa sus estudios hasta recibirse de maestro rural a los 27 años. Dentro de esta escuela (y al igual que en muchas otras escuelas normales rurales) la resistencia se gestaba a diario, a pesar de que estas escuelas nacían del cardenismo, los gobiernos del PRI cada vez tenían menos interés en continuar la política educativa de la “educación socialista” por lo que se comenzó a reducir drásticamente el presupuesto y las facilidades para los estudiantes de las normales rurales. Esta lucha se unió a las otras que libraban los campesinos contra los abusos de los caciques, esto creó el ambiente propicio para el involucramiento pleno de Lucio Cabañas en la resistencia campesina. Algunas de estas luchas incluyen el movimiento general de obreros, campesinos y estudiantes en 1961 por la destitución del en ese entonces gobernador de Guerrero, el general Raúl Caballero Aburto, la cual lo encontró con otro reconocido líder político y magisterial de su tiempo, Genaro Vázquez Rojas.
En 1962, el maestro Lucio Cabañas se integra como militante a las juventudes comunistas dentro del Partido Comunista y para inicios de 1963 funda la Central Campesina Independiente (CCI) para realizar trabajo político intensivo en Guerrero. Para ese punto, el Partido Comunista vivía periodos turbulentos de burocratismo y las expulsiones de miembros más radicales y críticos eran lo común, entre todo esto aparece la Liga Comunista Espartaco con José Revueltas, y el Partido Obrero y Campesino de México, profundamente estalinista.
Es en este periodo que se dan dos sucesos fundamentales en la historia, en la izquierda mundial, y en lo general: La Revolución China, con Mao Tse Dung al frente, se había concretado hace no muy poco tiempo y había roto formalmente con la Unión Soviética; y del otro lado del mundo, en Cuba, Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara habían vencido en su Revolución recientemente. Inevitablemente estos dos acontecimientos moldearon en una gran manera el pensamiento de Lucio Cabañas con respecto a la idea de la guerrilla ya que la Revolución China se formó sobre la base del campesinado y resistió en las montañas contra sus enemigos, y por el lado cubano, la concepción general fue que la Revolución nació de la guerrilla que formaron los revolucionarios recién llegados a Cuba. De esta forma, los escritos de Mao y Guevara fungieron como iniciador de la chispa que llevaría a Lucio a la insurgencia, el maestro ya empezaba a formar esta idea en la mente, pero aún faltaba una chispa más determinante.
Lucio es enviado temporalmente a trabajar en Durango. El maestro regresa a Atóyac en 1967 a la escuela Juan N. Álvarez donde se vincula, con el movimiento de padres de familia y maestros por la destitución de las autoridades del plantel y a la vez, se involucra con las luchas campesinas contra los monopolistas de la producción de café en la región, Lucio ya empezaba a hacer despotricar a los caciques y latifundistas quienes intentaron orquestar su muerte. El 18 de mayo de 1967, policías estatales al servicio de los caciques, abrieron fuego contra las personas reunidas en un mitin convocado por la misma organización de Lucio, el blanco central era el maestro, sin embargo, él salió ileso gracias a los pobladores, 5 compañeros murieron ahí y este fue el impulso que Lucio Cabañas necesitaba para tomar finalmente la resolución de iniciar la lucha clandestina. Un elemento desencadenante fue que, al enterarse del atentado, el Partido Comunista insta a Lucio a huir del país, sin embargo, esto significaba dejar solo al movimiento y los compañeros, y esto, Lucio Cabañas no podía concebirlo.
En el mismo año de 1967, Lucio Cabañas se reúne con varios activistas y guerrilleros en la comunidad de San Martín de las Flores donde se decide iniciar el trabajo político en la clandestinidad. Importante mencionar que, a pesar de que el movimiento se movía en lo clandestino, aún Lucio no buscaba generar un movimiento guerrillero propiamente dicho, sino una organización de masas, recorriendo los distintos y aislados poblados de la sierra, a esta organización la llamaron, el Partido de los Pobres.
El Partido de los Pobres buscó estructurarse a la manera maoísta: con Comités Revolucionarios Clandestinos, Brigadas de Ajusticiamiento y un trabajo paralelo con organizaciones de base amplia que funcionaban independientes del Partido de los Pobres. Lucio siempre se destacó por el convencimiento a través de la lucha de masas antes que, del fusil, y siempre instaba a los militantes a formarse y educarse.
Aquí ya podemos vislumbrar uno de los talones de Aquiles (si no es que el mayor de ellos) del Partido de los Pobres, y que resulta ser un fenómeno común en las organizaciones clandestinas y en su caída: el aislamiento. Lucio Cabañas era un hombre formado sobre la teoría marxista y comprendía la necesidad de vincular la lucha ampliamente con el proletariado de las ciudades, pero esto no estaba sucediendo, el Partido de los Pobres se componía prácticamente de campesinos en su totalidad, esto presentaba dos problemáticas:
1. Al no tener más apoyo que dentro de las comunidades pobres de la región, el movimiento sufría de muchas carencias, de armas, provisiones y protección, lo que lo hacía presa fácil contra el Estado, el cual ya empezaba con los preparativos para aniquilar a la guerrilla.
2. El aislamiento de la base proletaria generaba que las metas de una revolución socialista a nivel nacional se perdieran entre las barrancas, al no tener contacto con el exterior era prácticamente imposible expandir la influencia del movimiento. Todo esto iba haciendo mella poco a poco en el Partido de los Pobres e iba obligando a Lucio Cabañas a tomar medidas más ofensivas.
El Estado contraataca en 1972 durante el sexenio de Luis Echeverría. Para este punto, el Partido de los Pobres y el propio Lucio Cabañas ya extendían su influencia en buena parte del centro sur de Guerrero, ante esta presión, el Estado intentó primero ofrecerle al maestro algún puesto gubernamental de buen nivel con tal de hacerlo salir de la sierra y entregar las armas, Evidentemente él se negó. Y en 1974, Lucio Cabañas apresa al senador y candidato a la gubernatura de Guerrero Rubén Figueroa quien había acordado un encuentro y entrevista, y es hasta el 30 de mayo que se logra rescatar a Figueroa. El Estado responde y envía 25,000 efectivos a la sierra de Atóyac para acabar con la guerrilla, las medidas que toman las fuerzas armadas son brutales: allanamientos de casas sin orden, arrestos sin pruebas o causas, desplazamientos de pueblos enteros y torturas y ejecuciones a los campesinos para que delataran al maestro. Este cerco se fue estrechando poco a poco, sin embargo, no había mucho que el Partido de los Pobres pudiese hacer, por más conocimiento de la zona que tuviera, contra el enorme aparato armado del Estado. Pronto el ejército y la policía tenían encasillados a los guerrilleros y el 2 de diciembre cerca de El Otatal sorprenden a Lucio Cabañas y sus compañeros restantes. Se dice que Lucio cae herido y al darse cuenta de la situación perdida decide poner fin a su vida él mismo dándose un disparo que lo dejó herido y posteriormente un capitán del ejército le dio el tiro de gracia. Sea como haya sido, el maestro Lucio Cabañas murió peleando en la madrugada del 2 de diciembre de 1974.
A pesar de las fallas fundamentales y estructurales que la lucha guerrillera imprimió en el movimiento, la experiencia de Lucio Cabañas fue una de enorme valentía y sagacidad contra el Estado y el sistema capitalista, de determinación y consecuencia con las ideas. Hoy día como marxistas sabemos muy bien que ninguna lucha aislada en las sierras va a tener la capacidad de llevar a cabo una lucha socialista nacional o internacional por las condiciones paupérrimas de aislamiento que vive a diario. Sabemos perfectamente que la revolución socialista se debe de organizar y ejecutar en las calles, las industrias, los centros de trabajo, las escuelas, los campos y los sindicatos, en donde se encuentra el verdadero músculo del proletario y desde donde se tiene la fuerza para alcanzar nuestros objetivos que son el derrocamiento del capitalismo y el establecimiento del Estado Obrero, pero no dejamos de mirar a Lucio Cabañas y al Partido de los Pobres con respeto e inspiración que forjaron en todas sus notorias vidas.