Reproducimos a continuación la posición de Telefonistas Construyendo Democracia del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana respecto a la decisión de eliminar Instituto Federal de Telecomunicaciones, organismo autónomo.
La decisión de la Presidencia de la República dada a conocer el 7 de enero de este año respecto a los órganos autónomos como el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la COFECE y otros, es de singular importancia porque le quitaría, entre otras cosas, el control absoluto de las telecomunicaciones a los monopolios dominantes, nacionales y extranjeros, de este sector, volviendo su rectoría a manos del Estado. No solo es un aspecto de ahorro de importantes sumas del presupuesto federal sino, además y principalmente, un asunto de soberanía en las telecomunicaciones.
Asimismo, las declaraciones del Presidente, Lic. Andrés Manuel López Obrador, confirma que los llamados agentes preponderantes, es decir, Carlos Slim y Televisa, más los restantes monopolios que controlan el sector, tienen más injerencia que el Presidente mismo, pues son ellos quienes deciden qué personas son las que fungen a cargo del IFT. Esos funcionarios, por consiguiente, se convierten en sus servidores con sueldos de ricos, pero paradójicamente son pagados con nuestros impuestos. Con este organismo, las telecomunicaciones están bajo el control perverso de los fines de la ganancia y no para brindar lo mejor de la comunicación humana para beneficio de los mexicanos.
Pero incluso hay otro aspecto relevante. Si los agentes preponderantes son los que tienen más injerencia que el propio Presidente, entonces la decisión de partir en dos a Telmex fue orquestada por los dueños de América Móvil para golpear al Sindicato de Telefonistas y a su principal contrato colectivo de trabajo. Hoy la ofensiva patronal no solo proviene de los directivos de Telmex, sino también del IFT, órgano que se ha convertido en el garrote de los monopolios dominantes. Es la verdad al desnudo revelada meses atrás cuando el propio Carlos Slim planteaba el retiro de la separación funcional si los telefonistas aceptamos el canje de parte de la pensión jubilatoria por acciones de Telmex, y desenmascarada hoy por el Presidente.
Particularmente, el IFT sirve a dichos monopolios; no le importan ni los millones de usuarios ni los trabajadores del sector, ya que en siete años que han estado en funciones, ha servido para que los monopolios extranjeros se apropien de parte del mercado nacional de telecomunicaciones y para que los monopolios nacionales se hagan más poderosos. Su gestión ha resultado un completo fracaso para llevar las telecomunicaciones a todo el país. Por eso, el gobierno federal ha tenido que emprender la tarea de llevar el internet al 80% del territorio nacional.
La partición de Telmex en dos empresas y la conversión de los telefonistas en contratistas de nuestra propia materia de trabajo, es lo que nos ha dejado este rapaz instituto. El resultado ha sido, para los trabajadores agrupados en el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, una mayor pérdida de materia de trabajo, la acelerada disminución de la plantilla laboral porque así Telmex no cubre las más de 12 mil vacantes que nos adeuda, la proliferación mayor aún del tercerismo y el consiguiente debilitamiento de nuestro contrato colectivo.
Por eso, los trabajadores agrupados en la corriente nacional Telefonistas Construyendo Democracia, apoyaremos la iniciativa de ley que elimine este horrible monstruo que es el IFT para que las telecomunicaciones y todas aquellas actividades que hoy se encuentran secuestradas por los órganos llamados autónomos, vuelvan a la rectoría del Estado
En consecuencia, también solicitamos que, junto con la disolución del IFT, quede sin efecto la nociva resolución que ordenó la partición de Telmex en dos empresas.
Es un acto cínico y oportunista que el casi eterno secretario general de los telefonistas, Francisco Hernández Juárez, hoy se pronuncie por la disolución del IFT cuando en los hechos no hizo absolutamente nada para detener la partición de Telmex y cuando no movió un solo dedo para eliminar la autonomía de dicho instituto. Además, fuimos ignorados los jubilados por el secretario general cuando en las asambleas, en los mítines y en las mañaneras nos pronunciamos por la desaparición del IFT y contra la partición de Telmex. Mintió cuando decía a los trabajadores que los emplazamientos a huelga iban a frenar la llamada separación funcional.