El ataque ideológico de la burguesía hacia los estudiantes
El asistir a un espacio académico, no va ligado estricta y únicamente al objetivo de sentarse en un salón de clases, tomar nota de lo que dice el profesor, terminar la clase de irse. Durante ese periodo de tiempo los estudiantes tienden a socializar con sus compañeros, más cuando se tienen cosas en común, como la edad, el gusto por la disciplina de estudio, preferencias, etc. Como se expone en la carta primera de Lenin en Las tareas de la juventud revolucionaria, los estudiantes no se encuentran aislados de la sociedad, al contrario, estos vienen con una ideología que replicarán en su comunidad estudiantil, de la cual emergerán diversos grupos socio-políticos de los cuales, uno de ellos emergerá como la ideología dominante dentro de los estudiantes. Este grupo dominante es el claro reflejo de la ideología que impera en nuestra sociedad. Como explicó Marx, la ideología dominante es la ideología de la clase dominante. Este principio es aplicable a los estudiantes.
Si nos damos cuenta, la mayoría del pensamiento actual se basa en posiciones individualistas, posmodernas, que rechazan cualquier cambio que ponga en riesgo o sobrepase los limites que la burguesía ha impuesto. Tomando esto como ejemplo, nos damos cuenta de que muchas cosas que Lenin criticaba, aún siguen muy presentes en la actualidad; la idea que se tiene sobre la imposibilidad de unificar un frente estudiantil debido a la diversidad de ideas diferentes que existen sirve para desmoralizar y fomentar un separatismo que impide una correcta organización de las masas de estudiantes. La típica propaganda individualista de “sólo tú forjas tu camino”, “no sigas grupos”, “crea tu propio sendero”, etc., sólo incentiva la nula participación efectiva en los eventos determinantes en la política nacional.
Otra situación ligada a lo anterior es la idea que se tiene sobre la participación política de la juventud, en especial en los espacios académicos. Se ha creado la idea de que la política es un espacio restringido, poco interesante, complicado o en países como el nuestro hasta peligroso; se tiene la concepción de que, si tienes intenciones de intervenir políticamente, forzosamente debes estar afiliado al cualquiera de los innumerables partidos burgueses que dicen representar al pueblo de México, cosa totalmente alejada de la dirección de un partido u organización proletaria socialista. Existe un gravísimo rechazo de intervenir verdaderamente en un proceso de movilización de masas y, por consiguiente, un rechazo amplio a la organización de estudiantes dentro de las instituciones académicas.
Aunque la clase dominante fomenta su ideología la realidad está en contradicción con ella. La explotación, los efectos de la crisis, la violencia y demás problemas son temas que sufren una buena parte de las familias de los estudiantes, ya sea de familias obreras, campesinas e incluso de la pequeña burguesía. La realidad hace que el estudiantado se vea en la necesidad de movilizarse, aunque en sus primeras etapas puede haber confusión. Por eso la necesidad que el sector más consciente de los mismos esté organizado desde antes, preparándose para batallas futuras y asuma permanentemente una posición de defensa de los intereses de la clase trabajadora y de sus hijos, incluyendo la educación pública. Una vanguardia organizada bajo una correcta política marxista puede convertirse en catalizador que ayude a elevar la toma de conciencia del estudiantado.
La institucionalidad: arma de las universidades para impedir la organización estudiantil
Una de las problemáticas mas grandes, al menos en universidades cuyos logros de la izquierda han sido pocos o malogrados, y cuyas tradiciones de protesta social fuera de los limites institucionales son muy pocas o definitivamente nulas, es la idea de la institucionalidad. Igual de dañina que el patriotismo o el nacionalismo, cala poco a poco en los estudiantes, logrando que piensen que el espacio académico es ajeno a lo que sucede fuera, que dichos espacios son sólo para estudiar y fomentar el amor a lo establecido, a adaptarse y aprender cómo sobrevivir en la barbarie capitalista que llamamos sociedad civilizada. Es esta Institución la que niega, rechaza y fomenta la separación de los sectores estudiantiles hacia el espíritu revolucionario que abunda en la juventud.
Debido a estas estrategias institucionales que toma la universidad, poco a poco los estudiantes van asimilando esta ideología y la defienden a capa y espada. Muchas veces el peor enemigo de un estudiante revolucionario, más que un docente o directivo, es el estudiante dogmatizado. Es por eso que no se puede derrotar a un ejército con solo un efectivo; la revolución no se logra en un día ni la construye uno solo.
En espacios altamente institucionalizados, el trabajo político no es imposible (nunca lo es cuando las ideas son las correctas), pero la paciencia debe estar presente en los estudiantes dispuestos a organizar primeramente a la capa de estudiantes de izquierda.
Organizar a los estudiantes de izquierda y educarlos en el marxismo
Sabiendo que la universidad es un reflejo de la sociedad y de la ideología dominante, podemos notar que dentro del estudiantado existen diversos grupos; así como fuera de esta existen personas de derecha o izquierda, naturalmente podremos encontrar en los espacios académicos los mismos sectores políticos. Nuestro trabajo como organizadores de la revolución en los espacios estudiantiles radica en empatizar con el sector de izquierda. No forzosamente debe ser por medio de círculos, debates o seminarios, a veces las discusiones mas interesantes y nutritivas se pueden dar en la mesa de la cafetería después de clases. El objetivo es acercarnos de manera camaraderil, empatizar con las ideas y opiniones de los compañeros y que la misma dinámica de la conversación nos permita explicarles nuestra postura. Hay que convertir la empatía en organización, agrupando permanentemente a los sectores más conscientes y educarlos en las ideas del socialismo científico.
La lucha revolucionaria en tiempos virtuales
La virtualidad se ha transformado en nuestro medio de comunicación, en nuestro centro de estudio y prácticamente en nuestro estilo de vida. Aunque la interacción se haya limitado y el trabajo político ralentizado, no podemos esperar a que regrese la presencialidad para comenzar a trabajar en espacios estudiantiles en los que no haya presencia de la organización.
La pandemia ha dificultado la interacción personal y casual entre compañeros, cosa que viene muy bien a la hora de hablar de política o explicar las ideas que defendemos, el contexto virtual obstaculiza y ralentiza la discusión política, ya que una vez que termina la clase, finaliza toda interacción, ya no hay estos espacios entre clases en los pasillos, en las cafeterías, o las horas de estudio en la biblioteca, lugares convenientes para hablar, discutir e invitar a saber más sobre la organización o el marxismo. Los espacios de ahora son exclusivamente para las clases, que de por sí el docente tiene menos de una hora para dar su cátedra en las plataformas virtuales, lo cual hace poco probable que brinde este espacio para que un compañero realice trabajo político (sin mencionar las irrupciones de los compañeros mezquinos, amantes de su inmaculada universidad, o bien claro, la postura de los mismos docentes).
A pesar de que el trabajo político virtual a veces resulta difícil, los trabajos en los seminarios, círculos de discusión y la reunión nacional de estudiantes socialistas que se han hecho el año pasado, todo por medios virtuales, demuestra que la paciencia y el trabajo organizado es capaz de llamar a una cantidad importante de estudiantes interesados por el socialismo.
Por experiencia propia de los camaradas de Veracruz, y probablemente de algunas otras zonas de provincia, la necesidad de llamar a los estudiantes a organizarse, de explicar de manera correcta el porqué de la situación tan alarmante que se vive en el capitalismo y el mostrar la verdadera alternativa a todos los problemas elementales de nuestra sociedad, genera entusiasmo, ilusión y expectativa a la hora de elaborar una estrategia para atraer contactos a pesar de las limitantes virtuales, pero no todas las veces esto resulta de manera satisfactoria. Esto no debe desanimarnos, los marxistas sacamos lecciones de todo lo que nos rodea y de los acontecimientos, ya sean satisfactorios o no. El sentido de todo esto es seguir formándonos; aunque no se consiga el objetivo principal de atraer a mas estudiantes a la organización, los conocimientos y la preparación para intervenir y defender nuestras ideas se queda con nosotros. Un día sin trabajo político práctico es un día para aprovechar en nuestra formación como cuadros.
Consideraciones a recordar y el actuar del estudiante revolucionario
Cinco cosas claras que debemos contemplar para la intervención revolucionaria en los espacios estudiantiles son las siguientes:
- Los estudiantes vienen con una ideología altamente individualista, sea consciente o inconscientemente, pero indiscutiblemente reforzada por los aparatos ideológicos de la burguesía, dificultando la unificación ideológica revolucionaria dentro de las agrupaciones estudiantiles;
- La idea de una institucionalidad que “protege” los intereses y la autonomía universitaria no sólo dificulta acercarse a docentes o tomar espacios de la universidad para el trabajo político, también moldea las mentes de los estudiantes y los utiliza a su favor, generando un rechazo para organizarse e ir en contra de lo establecido;
- Más que organizar a todos los estudiantes en las ideas del socialismo, debemos buscar al sector de izquierda dentro del estudiantado y centrarnos en ganarlos, así será mas fácil tener una base política sólida dentro de las escuelas.
- Teniendo a la vanguardia organizada se puede influir en los distintos procesos que se desarrollen, explicando al estudiantado en su conjunto que los problemas que sufrimos en esta sociedad tienen su raíz en el capitalismo, buscando usar cada coyuntura para elevar el nivel de conciencia del estudiantado. La lucha puede llevar a desarrollar la conciencia y un estudiantado apático e individualista puede convertirse en un sector con conciencia de clase y un aliado en la lucha por el socialismo.
- Como bien decía Lenin, sin teoría revolucionaria no puede haber práctica revolucionaria, para poder intervenir en los espacios estudiantiles se debe contar con las herramientas necesarias para defender nuestra postura, muchas veces los “argumentos” burgueses utilizados de manera audaz por nuestros opositores, pueden acabar fácilmente con un compañero que defiende el marxismo, solo por el hecho de no defender bien sus ideas, esto casi siempre por la escasa formación política que se tiene al comienzo de nuestra participación política.
Este último factor es el más importante, puesto que es la mejor arma para hacer frente a las primeras dos situaciones, nuestro poder se basa en las ideas, si son bien explicadas pueden hacer frente a la ideología burguesa y ganar a compañeros absorbidos por la institucionalidad.
Un estudiante revolucionario, con el marxismo como bandera, debe hacer lo posible por introducirse en los espacios de compañeros, buscar la forma de participar en círculos de estudio en los cuales se puedan prestar a discusión temas actuales; políticos, sociales, de historia, etc., identificar a los estudiantes que expresen ideas sobre libertad, igualdad y justicia, que, pese a no tener una influencia marxista, se entiende que van por nuestro camino, e invitarlos a conversar políticamente sobre su manera de ver el mundo.
En estos tiempos en los que el capitalismo se ha evidenciado como lo que verdaderamente es, un sistema de opresión, cinismo y barbarie, los pensamientos de incertidumbre, impotencia y confusión están en boca de todos. Debemos aprovechar esta coyuntura para compartir las ideas del marxismo con nuestros compañeros, y hacerles saber que la lucha por el socialismo es la alternativa revolucionaria al que todo proletario y estudiante consciente debe aspirar.
Para terminar, esta cita de Lenin resulta muy acorde al objetivo que todo estudiante revolucionario debe centrarse:
“El agrupamiento político de los estudiantes ha de reflejar por fuerza el agrupamiento político de toda la sociedad, y es deber de todo socialista esforzarse por conseguir el deslindamiento más consciente y consecuente posible de los grupos heterogéneos políticamente”.