Hace unos días publicamos una nota que nos fue enviada por trabajadores del INEGI denunciando la arbitrariedad de la que eran objeto, pues les estaban presionando para firmar su renuncia anticipada y así no pagarles su salario, que debían tener asegurado mínimamente hasta el día 17 de abril, fecha en que se vencía su contratación. Todo esto ocurría mientras los coordinadores, en medio de la contingencia, irresponsablemente estaban en una fiesta. Ésta nota fue ampliamente distribuida y leída por los trabajadores de base probando su claro enojo. Fue tan escandalosa la actitud de los jefes y la presión ejercida por muchos trabajadores del INEGI en varias partes del país, que, en al menos en el caso del Edomex del que hablamos, los jefes tuvieron que recular y citar nuevamente a los trabajadores y desechar los despidos anticipados que les obligaron a firmar.
A los trabajadores les hicieron firmar un nuevo documento que mantiene la vigencia de labores hasta el 17 de abril, de tal forma que el salario de los compañeros está asegurado hasta esa fecha. Los compañeros trabajaran desde sus casas, ellos nunca se han negado a trabajar y están dispuestos a seguir contribuyendo a realizar las tareas del INEGI. Éste es un pequeño pero significativo triunfo. No tenemos dudas de que si los trabajadores nos mantenemos unidos, organizados y luchando seremos capaces de alcanzar muchas más victorias en defensa de nuestros derechos y los de nuestras familias.
No está mal corregir un error y seguir adelante, pero el pasado lunes, a los trabajadores que no firmaron su renuncia anticipada les amenazaron diciendo que el INEGI los iba a boletinar y no les contratarían más en el futuro. Sumado a eso, la servidora pública del INEGI, de nombre Sandra, que participó en la fiesta que se menciona y se le vio muy alegre bailando, llamó a La Izquierda Socialista -que pone sin dudar sus medios de comunicación independiente al servicio de los trabajadores-, amenazándonos con que nos iban a demandar por difamación, diciendo que las fotos de la fiesta que publicamos eran de días anteriores. Ella sabe que esa fiesta se realizó el 8 de abril (tan lo sabe que ella estuvo presente) y también sabe que fue ilegal lo que hizo al presionar a los trabajadores a renunciar anticipadamente. Hasta los coordinadores que no fueron a la fiesta hoy se sienten aliviados por no tener que sufrir ese quemón. Los jefes, desesperados, ahora presionan a compañeros de base de reciente contratación para investigar de donde salió la información.
Ahora se muestran amables con los trabajadores (que bueno) pero antes no se tentaron el corazón para intentar dejarlos sin su sustento. Ustedes son servidores públicos, saben lo que ocurrió, asuman las responsabilidades de sus actos. Le decimos a Sandra y al resto de coordinadores del INEGI que dejen de amenazar a los trabajadores de base y a nosotros, que deje de mentir, de atacar los derechos laborales y acosar a los trabajadores de base. Su salario es pagado por nuestros impuestos, ustedes no tienen la tarea de actuar como capataces para dejar a las familias sin su sustento y su pan. Son servidores públicos, es vergonzoso que intentaron dejar a familias sin el necesario salario de una quincena, en medio de esta emergencia nacional, mientras ustedes irresponsablemente estaban de fiesta. No dudamos que estén presionados por la patronal, pero ustedes son también asalariados y deben ponerse del lado de los trabajadores sino van a recibir la furia organizada de los trabajadores de base en defensa de sus derechos.
Les decimos a los trabajadores de base del INEGI que la unidad hace la fuerza, que no se dejen dividir ni presionar para dejar de defender sus derechos, que se organicen y luchen por sus derechos. Si ustedes actúan juntos, no los pisotearán.