Tras el regreso a las clases presenciales en este nuevo ciclo escolar, las protestas estudiantiles en el Instituto Politécnico Nacional se han extendido como fuego en pradera seca, las razones: cientos de estudiantes en las escuelas se han quedado sin poder inscribir materias, falta de infraestructura y mantenimiento a las instalaciones, así como el permanente autoritarismo, arrogancia y prepotencia de las autoridades.
Se han realizado asambleas, tomas de escuelas, edificios de gobierno y manifestaciones; los estudiantes hemos redactado pliegos petitorios, el ambiente ha animado a estudiantes de otras escuelas a luchar; las autoridades son incapaces de contener el ambiente que ha surgido, pero a su vez tampoco pueden dar una solución de fondo al problema de los sobrecupos.
Necesitamos que el movimiento estudiantil se coordine en una Asamblea General de Lucha, para que demos una lucha unificada, la misma problemática de sobrecupos sucede en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica o en la Escuela Superior de Medicina; aunque cada escuela puede tener algunos asuntos por resolver en particular.
Los estudiantes fuimos severamente afectados en las clases en línea que se impusieron a partir de la pandemia de Covid 19, de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública al menos 2.5 millones de estudiantes de todos los niveles educativos desertaron momentáneamente o para siempre de las escuelas, la razón fundamental fueron las complicaciones económicas o falta de infraestructura para tomar las clases en línea, ya que más de 16 millones de hogares no cuentan con conexión a internet.
Aquellos que logramos permanecer, también sufrimos los efectos de la crisis económica y sanitaria; los efectos de la pandemia sobre la juventud, de acuerdo con un estudio publicado por la Organización Internacional del Trabajo, llamado Los jóvenes y la Covid-19. Efectos en los empleos, la educación, los derechos y el bienestar mental fue: “sistemático, profundo y desproporcionado” y continúa:
De los jóvenes que estaban estudiando uno de cada ocho quedó sin poder hacer la transición a las clases en línea, de aquellos que lo hicieron el 65% de los alumnos indicaron que habían aprendido menos durante la pandemia.
En la cuestión laboral, uno de cada seis jóvenes que laboraban al inicio de la pandemia perdieron sus empleos y dos de cada cinco vieron sus ingresos reducidos. Además, los problemas de la salud mental se agravaron con la pandemia, por lo menos 17% de jóvenes sufren ansiedad o depresión.
Esta situación por supuesto que es resentida por miles de estudiantes a nivel nacional y en particular en el Instituto Politécnico Nacional, los deseos de luchar por transformar radicalmente, los efectos de esta realidad sin duda están presentes como un factor importante en las recientes protestas estudiantiles que se han desarrollado.
Esta situación se mezcla con la situación concreta del Politécnico, en particular la problemática de los sobrecupos.
En los últimos 10 años el Instituto Politécnico Nacional tuvo un incremento sustancial de la matrícula estudiantil, de acuerdo con la Agenda Estadística del Instituto, en el ciclo escolar 2012-2013 estaban matriculados 171, 513 estudiantes; el reciente ciclo escolar inició con 221 estudiantes, en 10 años la matricula creció en aproximadamente 50 mil estudiantes.
El año pasado, en marzo de 2021 el Politécnico anunció que su matrícula en un 10.76%; lo que representó 20 mil estudiantes más para el pasado ciclo escolar.
El incremento de la matrícula es un hecho positivo, el acceso a la educación pública superior para una capa mayor de jóvenes es un paso adelante, recordemos que el origen del Politécnico se remonta a la misión de abrirle las puertas a la educación a los hijos de las familias procedentes de la clase trabajadora del campo y la ciudad.
Pero si el incremento de la matrícula no va acompañado de un proyecto de inversión en la creación de nuevos edificios o escuelas, lo que se genera es una saturación de alumnos en los salones existentes, además de que si no se toman medidas para tener los suficientes profesores para impartir clases o personal administrativo, técnico o profesionista para atendernos; se ocasiona la falta de grupos y malos servicios dentro de las escuelas.
En abril de este año, un grupo de profesores protestaron frente a la Dirección General del IPN y resaltaron que se requiere por lo menos la creación de al menos 3 mil plazas debido a la ampliación de la matrícula estudiantil; y en semanas recientes el personal no docente ha protestado permanentemente, exigiendo la ocupación de las plazas que la administración no ha realizado.
Para cumplir esta situación el Politécnico tendría que ocupar mayor presupuesto y administrarlo de manera más eficiente para satisfacer las necesidades que exigen las protestas estudiantiles.
El presupuesto es asignado anualmente por la Presidencia de la República y aprobado o en su caso modificado por la Cámara de Diputados y Senadores, sin embargo, la administración de éste corre a cargo de las autoridades del IPN.
Los acuerdos que logremos en nuestras respectivas escuelas deben dar alternativas de manera inmediata al problema de los sobrecupos y debemos sacar esos acuerdos, pero el problema subsistirá si no se revierte lo que hemos explicado anteriormente.
Por lo que, debemos dirigir nuestra atención hacia las instancias del gobierno federal para exigir un mayor presupuesto a la educación pública superior y en particular para el Politécnico, aunado a ello debemos asegurar que los recursos sean manejados de manera transparente y que se destine a las necesidades académicas y estudiantiles.
Además debemos elaborar un programa de mejoras estudiantiles, que incluya un programa de becas alimenticias y económicas, la mejora de las instalaciones dañadas o que carecen de mantenimiento, la mejora de los laboratorios, establecer un programa de precios subsidiados a las cafeterías, las cuales deben dejar de ser un negocio en manos de particulares, la revisión y actualización de los planes y programas de estudio de manera coordinada entre profesores y estudiantes , así como la defensa firme de la educación pública, científica y popular.
Para lograr esa y otras demandas, debemos construir una organización estudiantil democrática, combativa, revolucionaria, vinculada a las luchas populares y de la clase trabajadora, pues la cuestión educativa no es una burbuja aislada de los problemas sociales generales, para ello hay que fomentar la concientización de los estudiantes mediante círculos de estudio. Retomando lo mejor de las experiencias previas de los movimientos estudiantiles politécnicos, desde 1942 hasta la fecha.
Esa tarea la estamos desarrollando en el Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico y en las Juventudes Marxistas, hacemos una invitación fraterna a todos los estudiantes conscientes a acercarse, organizarse y luchar con nosotros.