Se prevé el regreso a clases en la segunda quincena del mes de mayo, así lo ha dicho el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez. Ha quedado claro que la educación virtual agrava exponencialmente las desigualdades que han existido desde siempre en la educación bajo un sistema clasista y desigual. Cientos de miles de niños y jóvenes estudiantes, hijos de trabajadores, no han podido solventar los grandes gastos que conlleva mantener una educación a distancia, aunado a la crisis económica, los índices de deserción se han disparado debido a la necesidad de apoyar con los gastos familiares.
Se ha anunciado la aplicación de vacunas a todos los trabajadores de la educación, reforzando los ánimos y la expectativa de un regreso escalonado a clases presenciales para el mes de mayo y pese a ser una buena noticia el retornar a instalaciones adecuadas para una correcta educación, el contexto material aun no es apto, en especial para la población estudiantil la cual no ha recibido la vacuna contra el COVID-19. El gobernador menciona que se planea regresar la segunda quincena de mayo, aproximadamente el 17, aun así, debe atenerse a las consideraciones de la Secretaria de Educación Pública, la cual es la que decidirá la fecha de regreso a clases en el estado.
Sea el 17 de mayo o hasta el siguiente ciclo escolar la realidad no cambia, los estudiantes no han sido vacunados y ese debe ser el principal tema a tratar. Las consideraciones que se deben tomar deben ir destinadas a asegurar el bienestar de ellos primordialmente. Como ya se mencionó, el regresar a clases refleja un alivio económico y emocional para los estudiantes, todos tenemos la esperanza y la emoción de volver a nuestros espacios de estudio y desconectarnos del ambiente de reclusión, interactuar físicamente con nuestro entorno y volver a nuestras vidas como antes del COVID-19, pero no hay que dejar de lado las complicaciones que esto conlleva.
Las instituciones tienen un “plan de seguridad” que consideran óptimo; el regreso escalonado en pequeños grupos y separados con “sana distancia”, gel antibacterial y cubrebocas obligatorio; esto es un método responsable, claro está, pero no consideran que antes de entrar a este “espacio sanitizado” la gran mayoría de los estudiantes deben tomar el transporte público (la mayor parte del tiempo repleto de personas), gastar en cubrebocas, mascarillas, etc. Puede que algunos cuenten con las posibilidades de realizar ese gasto sin afectar sus bolsillos, pero para un sector de estos estudiantes esto refleja un gasto considerable. Recordemos también que las cuotas “pro-mejoras” de la Universidad Veracruzana (hablando del sector universitario), sobrepasan en algunas facultades los 5 mil pesos, reflejando el poco interés de los burócratas institucionales de solidarizarse con el pesar de miles de estudiantes proletarios, incluso desde antes de la pandemia.
Es así que, como marxistas y estudiantes organizados, debemos abogar por que el Estado proporcione los artículos básicos de salud, al igual que acelerar el proceso de vacunación para el sector estudiantil, para que así ningún estudiante deba preocuparse por su salud ni economía. A su vez, debemos exigir a los aparatos universitarios el cese definitivo del cobro de cuotas obligatorias y de inscripción, exigiéndole mayor presupuesto de educación al Estado veracruzano; es indignante y un insulto a nosotros los estudiantes el hecho de que nos obliguen a pagar cantidades obscenas de dinero para tener derecho a una educación “pública”.
¡La educación será socialista o no será!