Escrito por: Fanny Casillas
El aumento al precio de la gasolina ha caído como pólvora a la conciencia de la sociedad mexicana, y es que es evidente que con este incremento se disparará el precio de productos de la canasta básica, el transporte público incluso bienes y servicios o manufactura es decir sobrellevar la vida para una familia, para un joven, trabajador, será más complicado de lo que de por sí ya era.
El día de hoy Enrique Peña Nieto se deslindó de la responsabilidad que conlleva esta medida letal que entró en vigor el 1 de enero, dijo que no era culpa de la reforma energética o hacendaria mucho menos de su administración si no que obedecía al alza de los precios en gasolina en el mercado internacional. Claro, cuando le conviene a EPN las fluctuaciones del mercado internacional afectan a la economía nacional, cuando no le conviene como aquella vez que ganó Trump la presidencia y se disparó el dólar aseguraron no tenía repercusiones locales.
Lo cierto es que el capitalismo necesita la explotación de los trabajadores para subsistir, crisis tras crisis provocada por los grandes capitalistas internacionales y quienes pagan la crisis son los trabajadores con políticas de austeridad como en Grecia, España, como el FOBAPROA en el 94. Somos los trabajadores, jóvenes sin oportunidad de estudiar, las amas de casa y comerciantes los que pagamos la factura de la barbarie capitalista. Es verdad que desde el 2009 el mercado energético no puede recuperarse, pero México aun a sabiendas de esta situación decidió ir adelante con las reformas estructurales, sobre todo con la energética y hoy pagaremos la factura gasolinazo tras gasolinazo al punto en que hoy es insostenible el precio de esté a la par de las demás mercancías que se encarecen y el salario mínimo que es de 80 pesos al día, pero con un nivel inflacionario que ha llegado en estos días al 5%.
En tan solo 4 días hemos visto una oleada de movilizaciones espontaneas a lo largo del país desde toma de gasolineras, cierre de avenidas, repartir gas y otros productos, hasta la toma de espacios como en Aguascalientes la toma del palacio municipal, todo este tipo de actividades en el marco de protesta contra el gasolinazo.
El ambiente que hay no se veía en procesos anteriores, estás han sido producto de diferentes escuelas de lucha que ha tenido el pueblo de México, como la lucha del 2012 contra el fraude, el 2013 contra la reforma educativa, el 2014 por la desaparición forzada de 43 normalistas. Estos días hemos podido ver un sinfín de actividades que surgen de la nada, de personas que están pasando por ahí y comienzan una protesta, y ha ido evolucionando a hacer llamados de movilizaciones, el lunes 9 de enero por ejemplo se convoca a una movilización que podría ser clave para definir el rumbo de este proceso de lucha. El martes en Aguascalientes se tomó el palacio municipal, al mismo tiempo se convocó una asamblea popular en Naucalpan a la que llegaron aproximadamente 400 personas horas después de un proceso asambleario un grupo de personas aparentemente manifestantes saquearon un centro comercial. ¿lógico? Claro, el temor del gobierno federal es latente que en menos de una semana se ha contagiado la fiebre en contra de las medidas de austeridad que le quieren imponer a los trabajadores. Motivo por el cual el PRI, ese viejo lobo que ha estado orquestando durante 80 años procesos contra la clase obrera, volvió a dejar relucir su naturaleza al mandar a grupos de porros a agredir, saquear y provocar enfrentamientos para desmovilizar, ahuyentar y legitimar la represión de las movilizaciones que apenas nacen.
En este cuarto día de jornada amanecemos con la propagación de histeria colectiva, audios en whattsaap, inbox, publicaciones de fotos que describen hechos que no corresponden a las fotos, en las calles personas que de la nada corren señalando que llegan los saqueadores, los mismos empresarios solapando la intentona del gobierno por aterrorizar a la sociedad, cerrando sus negocios y los grupos que contrata el PRI ,más un sector lumpenizado aprovechando el caos para delinquir y justificar la violencia del estado.
Lo cierto es que esta medida no es nueva, en el 2013 en medio de la jornada contra la reforma educativa cuando en Nezahualcoyotl diferentes sectores se movilizaban y coordinaban asambleas barriales se esparció el rumor de un grupo de choque contra los pobladores y tal hecho se recorrió a la ciudad de México logrando distraer y evitar la adherencia a las movilizaciones que desbordaba el magisterio.
En Nochixtlán, Oaxaca vimos las artimañas que el estado puede hacer, infundir el terror, cortar la luz, las vías de comunicación y perpetrar la barbarie, sin embargo lo que no entienden estos amantes del miedo social es que también de este lado tenemos procesos y tradiciones que combaten y superan a su intentona por acabar con la chispa que apenas se encendió.
En el 2006 en medio de la primavera que vio nacer Oaxaca con la conformación de la APPO se formaron diferentes estructuras que fortalecieron el movimiento a tal grado de que la ciudad de Oaxaca era del movimiento y no sucedían escenarios de histeria colectiva como hoy lo vemos en el valle de México, brigadas de seguridad que tenían protocolos para asegurar a todos de las caravanas de la muerte que eran personas enviadas por Ulises Ruiz a matar, detener o desaparecer a los integrantes de la APPO.
Pese a las caravanas que llegaban para disolver las más de mil barricadas que había en Oaxaca, se instalaron comisiones de seguridad del magisterio y de los ciudadanos, además de la apropiación de radios comunitarias para informar cuando estos porros llegaban a tal barricada y la gente en lugar de esconderse en sus casas, salían a dispersar y hacerle frente a los hombres que enviaba Ulises Ruiz.
Lecciones como estas son las que debemos utilizar en un momento en el que aprovechan el entusiasmo de las masas en actividades que no están coordinadas del todo y sin dirección alguna para dislocarlas con provocaciones como las que hoy tienen paralizada la Ciudad de México y el Edomex, El saqueo tiene dos propósitos, atemorizar a la gente para que no salga a luchar, paralizar. Por el otro lado, dar la justificación para que la policía y el ejército salgan a las calles y corte la lucha. Es necesario no caer en intimidaciones de este tipo necesitamos hacer un llamado serio a organizarnos y preparar nuestras batallas, atentos y siempre un paso adelante sin claudicar.
Hemos visto en menos de una semana la chispa de un México que hace mucho no se veía, en medio de la desesperanza que nos han sembrado aun con 43 jóvenes que esperamos, 30 mil desapariciones que el gobierno tiene en la bóveda del olvido, en medio de un bloque de reformas que cada vez nos asfixian y cortan la idea de vivir una vida digna y humana también el 1 de enero ha marcado la pauta de esperanza, de poder cambiar nuestro futuro que ese está en nuestras manos y es más cercano cuando salimos a las calles a desmantelar la barbarie en la que nos encontramos , la historia no se acabará con esta batalla pero si daremos pie a las siguientes, hasta tener una sociedad en donde no tengamos que marchar para que nos alcance para medio vivir.
Organicémonos en unidad por un frente obrero y popular!