El jueves 17 de diciembre del 2020, la dirección de Morena en la sede nacional daba a conocer que Celia Maya García sería candidata a la gubernatura del Estado de Querétaro. El presidente nacional de Morena, Mario Delgado, en compañía de Celia Maya y los demás candidatos, anunció la decisión a la que llegó la dirección del partido:
«Es la encuesta más cerrada que hemos tenido, tuvimos que hacer dos encuestas para obtener un desempate, eso nos da mucho gusto, quiere decir que tenemos perfiles para competir en Querétaro».
Con estas palabras, Mario Delgado anunciaba la decisión que se tomó desde la dirección del partido para los candidatos a la gubernatura. El 5 de diciembre de 2020 se registraron un total de 13 aspirantes (6 hombres y siete mujeres). El senador suplente, Juan José Jiménez; la diputada federal Beatriz Robles; las diputadas locales Martha Fabiola Larrondo Montes, Laura Polo Herrera; el senador y ex delegado de programas, Gilberto Herrera y el regidor de Cadereyta Bertín Velázquez Rángel.
La dirigencia nacional de morena había optado por las encuestas abiertas a simpatizantes con el partido, como método para elegir a los candidatos.
Hay que ser claros en esto, elegir candidatos bajo este método con las características y requisitos que se pedían no es nada democrático, basta con ver las inconformidades que han surgido por parte de los candidatos y los militantes que conforman el partido.
Casos como la designación de candidatos en Guerrero y Nuevo León han generado un gran repudio y rechazo hacia las autoridades electorales y a la dirigencia del partido.
Es inadmisible que las autoridades encargadas de ejecutar el proceso de las candidaturas acepten gente proveniente de otros partidos o bien, que representan a la derecha que se ha incrustado en Morena.
Todo militante honesto, consecuente y, sobretodo, comprometido con una transformación radical de la sociedad, debe rechazar firmemente estas acciones de la dirigencia que significaría entregar un partido-movimiento, resultado de años de lucha, a los representantes de la derecha. No a pocos les resultó una sorpresa la decisión que dio a conocer Mario Delgado, de hecho fue algo inesperado para los militantes más activos, esto porque el senador Gilberto Herrera era el aspirante con más aceptación entre los militantes, no solo eso, sino, incluso entre el grueso electorado del Estado.
A Gilberto Herrera el presidente de la República le había confiado la tarea de delegado de programas federales y participó en las elecciones de 2018 para senador. Esa ha sido su única trayectoria política, fuera de eso resalta haber sido rector de la máxima casa de estudios del Estado, la UAQ.
Durante estos últimos años, el doctor Herrera, como también le llaman, ha sembrado una simpatía y un apoyo en sectores como el de la juventud, de la misma universidad, y, más reciente, entre sectores del movimiento obradorista.
La candidatura de Gilberto Herrera llenaba de entusiasmo y para muchos era una alternativa para poder quitarle el poder del gobierno al reaccionario Partido Acción Nacional.
Hay que recordar que en semanas anteriores ocurrió un hecho que marcó el proceso de candidaturas, cuando Santiago Nieto Castillo anunció que no competiría en el proceso electoral. Esto cayó por sorpresa a militantes y simpatizantes, al igual que en el caso de Gilberto Herrera, Santiago Nieto, contaba con un amplio apoyo para derrocar al empresario Kuri.
Se han presentado manifestaciones tanto en apoyo Celia Maya como a la exigencia de transparencia en resultados de las encuestas (muchos apoyando abiertamente como candidato único a Gilberto). La manifestación más significativa fue la del sábado 19 de diciembre, a la que asistió un grupo nutrido de simpatizantes y militantes. La convocatoria fue por redes sociales y se recorrió desde Plaza del estudiante hasta la sede estatal de Morena.
La exigencia fue por la transparencia de los resultados en las encuestas. Esta demanda es totalmente válida y legítima y hay que empujarla para adelante, es una exigencia básica hacia la cuestionada dirección del partido.
La ahora (pre)candidata única a la gubernatura, Celia Maya, tiene de trayectoria ser magistrada jubilada del poder judicial del Estado. Es la tercera vez que competirá pues ya había aparecido su nombre en las boletas en las elecciones de 2003 y 2015.
En ambas aspiraciones por la gubernatura salió con un terrible y poco decente tercer lugar. Además de ser acusada de falta de transparencia en sus ingresos y ligada a casos de uso indebido de recursos del sindicato de trabajadores de la UAQ.
Preguntas quedan muchas, pocas resueltas. Resulta útil preguntarse si una candidatura como la de Celia podrá hacer frente al bipartidismo del PRI-AN, se cuestiona si será una candidata de izquierda que luche por las necesidades y demandas del pueblo explotado.
Como marxistas decimos que la solución a los grandes problemas de la sociedad en que vivimos no se halla en las elecciones, pero éstas son un espacio de batalla más y nos ofrecen una oportunidad para entrar en contacto con un sector de las masas y explicar la importancia de involucrarse en la política a favor de los explotados. No nos cerramos, sí estamos abierto al diálogo camaraderíl con simpatizantes de Celia Maya y Gilberto Herrera para debatir francamente cuál es el mejor programa y estrategia en la defensa de los intereses del pueblo trabajador.
Por todo esto, es justo el llamado combativo a construir grupos y círculos de formación política y demás espacios de debate y acción que sirvan para que los sectores más conscientes y arrojados tengan un canal de participación.
¡Luchemos contra los corruptos amos del capital, PRI Y PAN!
¡Por un gobierno de y para los trabajadores!