Como sindicato de trabajadores nos pronunciamos en contra de la política migratoria impuesta por la presidencia de Donald Trump que criminaliza a los migrantes y en contra de su política imperialista que atenta contra la dignidad nacional de México y prácticamente de todo el mundo.
Las redadas y deportaciones masivas son un crimen no sólo contra los derechos humanos más elementales, sino contra la clase obrera en general ya que se trata de trabajadores que aportan aproximadamente un 10% del PIB estadounidense, son los que cortan la fruta en los campos, construyen y reconstruyen las ciudades, cocinan, limpian y empacan en el sector servicios. Son trabajadores, no criminales, obligados a migrar por la lógica del sistema capitalista y las políticas impuestas por el propio imperialismo estadounidense. Sistema que causa desempleo, miseria, hambre, feminicidios, guerras y calentamiento global, que obligan a migraciones masivas en busca de una vida mejor.
De concretarse las amenazas arancelarias con las que el gobierno de Trump está extorsionando a países como México y Colombia ‒con el pretexto de la migración y el tráfico de drogas‒, se ocasionaría una recesión, causando desempleo masivo, inflación y desindustrialización que sufrirán en primer lugar las masas trabajadoras y los pobres de estos países, ya de por sí impactados por décadas de contrarreformas neoliberales.
Como sindicato nos solidarizamos con nuestros hermanos migrantes y con las inspiradoras movilizaciones que han realizado los trabajadores y sus familias en contra de las políticas trumpistas. Estas movilizaciones están marcando el camino a seguir: la única arma efectiva en contra de las políticas fascistas es la organización y movilización unitaria de la clase obrera en Estados Unidos, México y el mundo.
Hacemos un llamado a las organizaciones de los trabajadores a movilizarnos en contra de las políticas imperialistas y la persecución racista de los migrantes. No sólo es una lucha de solidaridad con nuestros hermanos migrantes, sino una batalla por impedir que la crisis del sistema y la política arancelaria de Trump se cargue sobre las espaldas de la clase trabajadora en su conjunto.
Un gobierno verdaderamente de izquierda tendría que retomar la rica experiencia histórica de la lucha antiimperialista de países como México, en donde la única manera eficiente de luchar en contra de las políticas anexionistas y fascistas ha sido la movilización del pueblo y la nacionalización de sectores importantes de la economía, como se hizo en el periodo cardenista. Los trabajadores debemos construir una política antiimperilista de clase e independiente de los gobiernos capitalistas.
“Por educación y trabajo dignos”
SUTIEMS
Ciudad de México a 04 de febrero de 2025