Perú sigue hundido en una crisis política sin precedentes. La nueva mesa directiva del Congreso de la República sigue con su campaña para destituir al presidente por medio de la vacancia. Este órgano del Estado peruano apenas cuenta con la aprobación del 13%. La inmensa mayoría de la población lo detesta. Sumado a lo anterior, la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, tampoco se salva del escándalo. Su título académico de maestría y doctorado cuenta con apenas dos meses de diferencia. Esto es algo totalmente inaudito en cualquier parte del mundo, encima los expide una universidad donde uno de los dueños es Joaquín Ramírez (ex secretario general de Fuerza Popular). Además, la hermana de la fiscal, Emma Benavides, estuvo involucrada en el cambio injustificado de fiscales en el caso «los cuellos blancos del puerto» y fue investigada por haber recibido coimas millonarias por la liberación de narcotraficantes.
La DBA (Derecha Bruta y Achorada) ha sumado fuerzas en su campaña vacadora, pero las denuncias de sus colaboradores caen en saco roto porque son inconsistentes y no tienen pruebas objetivas. No sólo se ha limitado en atacar al presidente sino que, para hacerle más daño, comenzaron a atacar a sus más cercanos, entre ellos la primera dama, su hermana, hijos y sobrinos. Esto ha llegado a tal punto que la fiscalía se presta al juego sucio pidiendo prisión preventiva de 36 meses a la sobrina del presidente, buscándola en el palacio de gobierno, lo que fue visto como un golpe blando que no llegó a tener éxito gracias a que las masas le hicieron frente a estos parásitos fiscales serviles, con intereses evidentemente políticos.
El presidente de la república, Pedro Castillo Terrones, ha empezado a hacerle frente; junto con su premier, Aníbal Torres, convocando a las comunidades campesinas para unir fuerzas en contra de todo este movimiento vacador. Esto es positivo, sin embargo, no es firme en la lucha contra los que impulsan esa política, que son los dueños del capital. Castillo está tratando de movilizar a las masas a partir de la consigna de la Asamblea Constituyente, pensando que con eso se van a resolver sus problemas, cuando no es pues, una nueva constitución no elimina el poder que tiene el gran capital, en el que se sustenta la desigualdad y demás problemas de la sociedad.
Por estas últimas declaraciones del premier Aníbal Torres, convocando a las movilizaciones, el congreso lo citó el día jueves 18 de agosto para cuestionar estás convocatorias que «incitaban al odio y la violencia». El objetivo era claro, censurar al premier y frenar las movilizaciones. El premier asistió con los argumentos suficientes, demostrando que, desde antes de julio del 2021, los grupos opositores y la burguesía han mostrado todo tipo de racismo y odio en contra del presidente y el sector popular que lo respalda. Con audios y vídeos demostró quienes son realmente los que motivan el odio y a la desintegración en el país. El caso más resaltante es la parte del vídeo donde se muestra a la vicepresidenta del congreso, Marta Moyano (Fuerza Popular), en el cual se aprecia cómo invoca a los transportistas a detenerse en los peajes y así generar desabastecimiento de alimentos, caos y especulación.
Este conflicto ha dejado en evidencia a los diferentes medios de comunicación, entre ellos RPP, quien censuró a mitad de la transmisión la parte donde dicha congresista llama al paro en perjuicio de la población. Esta tensión y conflicto político deja al descubierto que una buena parte de los medios de comunicación masivos están al servicio del gran capital y no se preocupan por transmitir la verdad de lo que sucede en el país.
Siguiendo esta línea de incertidumbre, acaba de salir en libertad, después de 17 años de prisión por el levantamiento en armas y asesinato de 4 policías en la región de Andahuaylas, el chauvinista Antauro Humala, hermano del ex presidente —traidor— Ollanta Humala, ambos hijos de un conocido “comunista” Don Issac Humala.
Haciendo un análisis sencillo de lo que propone Antauro Humala se puede evidenciar, una propuesta totalmente racista que más que generar la unión entre el campesinado y la clase obrera promueve una separación entre hermanos obreros peruanos, un movimiento que se basa en la etnia.
El movimiento etnocacerista es uno más de los movimientos chauvinistas, donde la fuerte figura de un caudillo que, basándose en un patriotismo, no rompe con los poderes de la burguesía y la clase dominante, sino que propone aliarse con ellos en pro de la «Patria».
Sabemos que el nacionalismo de esta gente sólo lo utilizan para hacerse de cargos de gobierno y entrar en alianza con la burguesía entreguista y obedecen fielmente a los intereses del gran capital nacional e internacional. Así quedó evidenciado en las últimas elecciones generales presidenciales y congresales, dónde un sector de este movimiento no dudó en pactar una alianza con el candidato de extrema derecha Rafael López Aliaga, dejando imágenes para recuerdo.
Lo que vemos en nuestro entorno es una expresión de una crisis del régimen y de un sistema donde la clase gobernante ya no puede dirigir con los viejos métodos y la incapacidad del reformismo para dar una salida a esta crisis. Todo lo que sucede en nuestro entorno nos hace pensar que la necesidad de estar organizados y luchando por los intereses de las mujeres, los trabajadores y la juventud, con ideas de clase, es cada vez más importante.