El martes 4 de febrero, los trabajadores de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMyH), del Instituto Politécnico Nacional, estallaron un paro de labores debido a la violación al Reglamento de las Condiciones Generales de Trabajo del Personal No Docente del IPN por parte del Director, Dr. Marco Antonio Martínez Silva. A más de una semana de inicio, aún no hay una salida para la solución de las demandas por las que inició el conflicto, las autoridades han amagado con sancionar a quienes impulsaron el paro mediante el levantamiento de actas administrativas, los trabajadores han respondido que se mantendrán en lucha y además, prepararán una huelga de hambre.
El contexto de la presente lucha
Si decides acercarte al campamento que los trabajadores de la escuela mantienen en la entrada principal, podrás conocer y entender las razones del paro. El actual Director del plantel ha acumulado una serie de desencuentros con los trabajadores, pero también con los otros sectores de la comunidad de la ENMyH. Eso ha causado que durante su corta gestión se ha enfrentado a por lo menos 5 paros de todos los sectores de la comunidad que componen la escuela.
Dentro de las relaciones laborales, es decir, el conjunto de normas que rigen los vínculos que se establecen entre el trabajador y en este caso la institución del IPN, existe internamente el Reglamento de Condiciones Generales de Trabajo del Instituto Politécnico Nacional, al igual que los reglamentos superiores. Aquí se define que deben existir dos tipos de trabajadores a lo interno del IPN: interinos y de base. Además, existen lineamientos que se deben seguir para el ingreso y la contratación de nuevo personal.
Algunas de las conquistas laborales plasmadas no son concesiones gratuitas de los gobiernos, las administraciones del IPN o las autoridades locales; son producto o sub-producto de la lucha colectiva y estas evitan la precarización de las condiciones de vida de la clase trabajadora, en el marco de una sociedad profundamente desigual.
Respecto a los lineamientos para el ingreso de nuevo personal pretende evitar que prevalezca la inestabilidad e incertidumbre laboral para los trabajadores del IPN, como ha sucedido en diversos centros de trabajo a nivel nacional, en donde los patrones han impuesto una política de contratos temporales e irregulares que han eliminado la estabilidad en el empleo.
Esta política generalizada de ataque a la estabilidad laboral y reducción a las conquistas laborales, que aplicaron durante décadas los gobiernos del PRI y el PAN, atendiendo los intereses de los grandes empresarios y banqueros, también ha tenido su impacto en el Instituto Politécnico Nacional. Existen cerca de 4 mil trabajadores de limpieza y jardinería contratados por la modalidad de outsourcing que fue impuesto desde hace años; además, anualmente se otorgan miles de contratos por honorarios que no garantiza ningún tipo de derechos para los trabajadores.
Este gobierno ha declarado muerto al neoliberalismo. En el terreno laboral implicó lo que anteriormente mencionamos: precarización del empleo, reducción o eliminación de la seguridad social, contratos temporales, contención salarial. En congruencia con la idea de ponerle fin al llamado modelo neoliberal, esta situación se tendría que revisar y buscar alternativas para revertirlas. Pero, tenemos que decir, hasta la fecha las condiciones laborales precarias prevalecen y se han mantenido con la actual administración del IPN, encabezada por Arturo Reyes Sandoval, que fue nombrado y ratificado por los gobiernos actuales.
Durante los años del confinamiento de la pandemia de Covid-19 las autoridades, de manera unilateral y sin existir un acuerdo público con los trabajadores, implementaron un llamado “plan emergente”, que nadie sabe a ciencia cierta en que consiste. Éste implicó el ingreso de cientos de trabajadores que están en la incertidumbre laboral, en sus talones de pago aparece ahora una leyenda con “interinato no basificable”, lo que puede significar que nunca podrá obtener la esperada estabilidad laboral. Esta situación ha continuado de manera paulatina en diversos centros de trabajo y unidades académicas.
Hasta antes del 4 de febrero la ENMyH estaba en relativa calma, los trabajadores estaban esperando los resultados de un proceso de selección y admisión de personal. La gota que derramó el vaso para el estallido del paro de labores, fue el intento del director por ingresar, de manera unilateral, a cuatro personas a laborar bajo el concepto de “interinatos, no basificables”, sin informarle o consultar a los trabajadores y a su representación, pasando por encima de los lineamientos del Reglamento de las Condiciones Generales de Trabajo.
La respuesta de las autoridades y de los trabajadores
En un conflicto, en teoría, las autoridades involucradas deberían tener capacidad de resolución mediante el diálogo; eso lo dictan incluso en cursos de capacitación que se imparten a quienes laboran en el Instituto Politécnico Nacional, ¿cuál fue la primera respuesta del director de la ENMyH? ¡todo lo contrario a esto!
En un comunicado, que posteriormente fue retirado de las redes sociales oficiales de la institución, el director respondía con un documento donde señalaba sus logros al frente de la escuela y lanzaba las consignas: “¿por qué habría que renunciar?”, “¿debería de irme?” y acusó a los trabajadores de tener “intereses de grupo”. La cuestión es que nadie, hasta el momento del estallido del paro había emitido un documento en el que le pidiera su renuncia.
Por otro lado, ante las violaciones a las Condiciones Generales de Trabajo, que hemos mencionado anteriormente, ¿cuál debería ser el papel de la representación sindical?, ¿qué espera un trabajador que sus dirigentes sindicales realicen?
Es importante mencionar que los trabajadores del IPN, en su mayoría están afiliados a la Sección 60 y Sección 11 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Particularmente en la Sección 11 existe una expresión democrática y combativa, que ha echado raíces entre un sector importante de trabajadores de la educación, se trata del Bloque de Delegaciones Democráticas, y que en algunas escuelas y centros de trabajo como la ENMyH tiene un arraigo y trayectoria que debe considerarse.
Si se acude al campamento de los trabajadores, se observa detenidamente y se escucha atentamente, se puede dar cuenta de la trayectoria de lucha de muchos trabajadores, la cual ha permeado en una capa de nuevos compañeros. Puedes escuchar historias de cómo ha evolucionado la escuela, de su historia. Al pasar por la entrada que te lleva al estacionamiento un trabajador comentó: “esto antes no pertenecía a la escuela, era una calle, en algún momento pasó a ser parte de la institución cuando los trabajadores y la comunidad nos fuimos apropiando de ella”. También escuchas relatos sobre las primeras batallas en el IPN por la defensa de las conquistas laborales y de las múltiples luchas que han enfrentado. Sus anécdotas y experiencias es parte de la historia no oficial del Instituto Politécnico Nacional, que algún día tiene que ser escrita.
Especial mención merecen las trabajadoras que participan en el paro, quienes, sin temor a exagerar son las que ahí ponen orden y las que en gran parte le dan vida a ese movimiento.
El viernes 7 de febrero a los trabajadores les llegó una respuesta a las peticiones, firmada por el Director de la escuela; el Director de Educación Superior, Gilberto Alejandro García Guerra, y el Director de Capital Humano del IPN, Héctor Bello Ríos. En ésta se distorsiona lo plasmado en el Reglamento a las Condiciones Generales de Trabajo y se argumenta que el director sí está facultado para ingresar personal de manera unilateral e irregular. Lo que se les olvido agregar a las autoridades mencionadas, es que el artículo 91 al que hacen mención se refiere no a la selección e ingreso de nuevo personal sino a como se procesan ¡las plazas vacantes temporales que se generan cuando un trabajador en activo solicita una licencia para atender algún asunto particular! Los trabajadores, que sí conocen como se realizan estos procesos, por su puesto que respondieron y plasmaron sus argumentos en un documento ante esa barbaridad firmada por los funcionarios.
El lunes 10 de febrero, los trabajadores en paro recibieron una propuesta, muy al estilo de las actuales autoridades del Instituto Politécnico Nacional: entreguen primero las instalaciones y después estableceremos una reunión para ver si solucionamos sus peticiones, si se niegan levantaremos actas administrativas. Los trabajadores respondieron que primero era la mesa de diálogo y una vez que se vean avances en la voluntad de las autoridades por resolver el origen del conflicto, se entregarán las instalaciones y ante las amenazas de represión respondieron con un emplazamiento a una huelga de hambre.
Esto último parece una medida extrema, pero las autoridades centrales del Politécnico no es la primera vez que recurren a actos represivos contra estudiantes, profesores y trabajadores del IPN. Esta acción refleja la disposición de lucha abnegada de los compañeros, pero sólo será efectiva si en torno a ella se desarrollan acciones de lucha de masas de la comunidad.
Trabajador eres tú y trabajador también soy yo
El Bloque de Delegaciones Democráticas ha convocado a una jornada de lucha, con posibilidad de estallar paros de 24 horas para el día martes 18 de febrero. Se han convocado asambleas, pues la problemática no se reduce a la ENMyH, también en la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología, la Directora Dra. Karina Cruz Pacheco, pretende ingresar unilateralmente a nueve personas de la misma manera, y en diversos centros de trabajo del IPN existen este tipo de irregularidades.
La problemática es común y se necesitan acciones comunes y colectivas, independientemente del centro de trabajo al que pertenezca cada trabajadora.
Ante este llamado a la jornada de lucha, nuevamente las autoridades cometen graves irregularidades. En la UPIBI, la directora llamó a reunión a los funcionarios para pedirles que impidieran que se desarrollaran las asambleas sindicales y persuadir a los trabajadores para que no asistieran, en un acto que violenta flagrantemente la libertad sindical.
Las autoridades le apuestan al desgaste, a la represión y a reproducir prácticas dignas de las épocas más oscuras del priismo; los trabajadores deben apostarle a la unidad, a la solidaridad y a las acciones colectivas, la problemática es común en todo el Politécnico.
Los estudiantes y trabajadores que pertenecemos a la Organización Comunista Revolucionaria manifestamos nuestro apoyo y solidaridad a los trabajadores de la ENMyH, a los trabajadores del IPN y al Bloque de Delegaciones Democráticas.