La Asociación de Transportistas del Estado de Veracruz (Astraver), ha anunciado que cerca del 20 por ciento del parque vehicular se encuentra parado. A consecuencia de las alzas en los precios del combustible la solución mas sencilla para los empresarios es elevar los precios del pasaje para remediar estas pérdidas; una vez mas se demuestra que cuando la burguesía pierde ganancias la clase trabajadora debe pagar los platos rotos.
El vocero de Astraver, Jorge Ramos Magaña menciona que los concesionarios «no tienen el dinero o recurso económico suficiente para poder reiniciar operaciones con sus unidades por lo que están parados y eso obviamente afecta al sector». Rutas de la zona conurbada Veracruz-Boca del Rio han anunciado una “quiebra técnica”, alegando que están dejando de ser «rentables» para los empresarios, disminuyendo así el número de camiones en circulación.
Podemos apreciar que para los empresarios lo único realmente importante es la rentabilidad, mas no el brindar realmente un servicio para la clase trabajadora que debe viajar largas distancias para llegar a su trabajo o a sus escuelas. La tarifa estándar de los transportes públicos es de 9 pesos y para estudiantes 7, lo cual ya es una tarifa excesivamente alta. No conformes con cobrar semejantes precios, la solución más lógica para los empresarios es elevarlos, o esperar que el Estado apoye con un subsidio para gasolina.
Lo que está sucediendo no es nada nuevo, ya hemos sido testigos de que, cuando una empresa esta al borde de la quiebra, o cuando sus ganancias decrecen, la clase trabajadora termina cargando con todo ese peso, siendo obligada a pagar las consecuencias.
El transporte público debe ser un derecho para todo estudiante o trabajador, un servicio que no debe buscar mas beneficio que el ofrecer rutas de transporte de calidad. Miles de personas usan este servicio para ir a sus trabajos y/o a estudiar, no se trata de un lujo o un capricho acceder a esto, ni mucho menos se trata de acceder a pagar una tarifa mayor mientras los camiones se caen a pedazos y el servicio que los choferes brindan raye en lo inhumano. El Estado debe tomar acción ante la avaricia de los concesionarios, tomar las riendas del transporte público y poner a circular rutas bajo el control estatal, y permitir que padres, madres e hijos sigan accediendo a este servicio sin pagar los precios criminales que se imponen actualmente. A su vez, la clase trabajadora debe tomar partido de esta situación y luchar por la baja de tarifas y el control estatal de los medios de transporte público, poner bajo dirección obrera la operación de los camiones y fijar precios mínimos para el mantenimiento de las unidades, sin que afecte la economía del trabajador.
¡Fuera las manos privadas de los servicios públicos!
¡Control estatal de los medios de transporte!
¡Unión de los trabajadores por tarifas bajas para el transporte público!