Escrito por: La Izquierda Socialista
Publicamos a continuación la Editorial del Suplemento Especial de nuestro periódico impreso que hemos sacado para el cierre de la campaña electoral.
Se acerca la elección del 1 de Julio, la más grande en la historia, no sólo por el número de cargos a elección en disputa: 17 mil 600 en todo el país, incluyendo presidencia, 500 diputados, 128 senadurías, 8 gubernaturas y presidencias municipales, sino también por el número de personas que están en posibilidades de votar: más de 89 millones. La crisis del régimen político que es consecuencia de la crisis del sistema capitalista ha salido a relucir durante este periodo electoral: crisis y divisiones de los partidos tradicionales, desconfianza en las instituciones y el actual gobierno; por otro lado un sector importante de las masas trabajadores y la juventud utilizarán la vía electoral para tratar de derrotar al régimen y sus candidatos.
Tsunami electoral
Ante el hundimiento de los candidatos de la derecha algunos analistas de la burguesía tratan de explicarse ¿qué es lo que sucedió?, por supuesto que sus análisis son superficiales y se basan en los efectos secundarios; algunos adjudican el declive a la mala elección de candidatos del PAN y de PRI, otros a la pugna «inecesaria» y «excesiva» entre el candidato de la Coalición Por México al Frente (PAN, PRD, MC) Ricardo Anaya y Enrique Peña Nieto. Lo que omiten decir es que la división de los partidos de derecha, la pugna entre sus dirigentes no es la causa, sino la consecuencia de un régimen político agonizante que a su vez es el reflejo de la crisis orgánica del sistema capitalista.
Por otro lado algunos hablan del temor que existe entre un sector de la cúpula empresarial ante un «tsunami electoral», que el 1 de julio exista un voto masivo hacia el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT, PES) Andrés Manuel López Obrador y que incluso le pueda dar mayoría en el Congreso de la Unión.
Oraculus, un sistema de agregación de encuestas le da un intervalo de intención de voto a AMLO entre un 47.4% y un 52.4%, muy lejos se encuentra Ricardo Anaya con un intervalo de 25.2%-29.4% y en tercer lugar Antonio Meade con 19.8-21.3%, los resultados son muy similares a otros agredadores de encuestas y coincide incluso con la que presentó la reaccionaria Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
La diferencia entre el primer y segundo lugar, de acuerdo a las encuestas, puede ser entre 10 y 13 millones de votos.
La explicación de los intelectuales de la burguesía ante estas predicciones es sencilla: la población no está votando seriamente, se dejará llevar por la crispación, el enojo y la irracionalidad. Lo racional para ellos es que los gobiernos sigan siendo fieles servidores del gran capital y que se mantenga la corrupción, la desigualdad, el saqueo y la explotación. Se niegan a aceptar que existe un cambio en la consciencia de millones de personas que comienzan a cuestionar abiertamente al régimen.
Un sector importante de las masas, hartos de la situación actual de pobreza, desempleo, cinismo, corrupción, intentará ajustar cuentas contra los partidos responsables de esta situación.
Pero lo que nos ha demostrado la actual coyuntura electoral es que detrás de los gobiernos y partidos de la derecha se encuentran los grandes capitalistas aglutinados en el Consejo Mexicano de Negocios, el Consejo Coordinador Empresarial, la Confederación Patronal de la República Mexicana; quienes imponen gobernantes, financian candidatos para que atiendan sus intereses para la acumulación de riqueza y de ganancia, en detrimento de la mayoría de la población.
La derecha llega dividida, pero no implica que no exista riesgo, los sectores aglutinados en el PRI han apostado firmemente a su aparato para implementar un fraude electoral, los partidos aglutinados en la coalición Por México al Frente también han aprendido bastante bien esta forma de operar las elecciones, por lo que debemos estar alerta durante la jornada del 1 de julio y preparados para defender la voluntad popular en las calles de manera organizada, masiva, contundente y combativa.
Debemos evitar a toda costa que se repita el mismo escenario de la elección del 2006, 2012 y en la pasada elección a gobernador en el Estado de México, debemos confiar en la fuerza organizada del pueblo, la juventud y los trabajadores, desconfiar de las instituciones del Estado, incluyendo las instituciones electorales. Debemos estar alerta.
Nuestras tareas
Por otro lado, de concretarse un futuro gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la organización del pueblo y los trabajadores debe profundizarse para asegurar que se reviertan las reformas estructurales y lograr el derecho pleno a la educación, salud, vivienda, elevar los salarios, etc.
Sectores de derecha, ante el hundimiento del régimen, se han desprendido y se han sumado a la Coalición Juntos Haremos Historia, lo hacen no por que estén convencidos de una trasformación social profunda, sino para salvar sus privilegios e intereses. Los jóvenes y los trabajadores debemos ser cuidadosos en no confundir nuestros intereses y aspiraciones con estos sectores, nada hemos tenido en común durante estas décadas de saqueo y explotación de la que han sido cómplices y nada podemos tener en común ahora.
Es importante profundizar la organización y las vías democráticas de decisión, evitar la imposición de dirigentes, de candidatos arribistas y de decisiones. Dotarnos de una actuar y estructuras democráticas en la toma de decisiones, que se escuche la voz y la opinión de todos los involucrados en este proceso de transformación, fortalecer la organización popular, la organización estudiantil-juvenil de izquierda, y la lucha sindical democrática, es la única vía para garantizar que el verdadero cambio en beneficio del pueblo y los trabajadores.
Además debemos dotarnos de un programa político que defienda los intereses del pueblo, la juventud, las mujeres y la clase trabajadora, que busque revertir las reformas estructurales, la defensa de la educación pública, la mejora salarial y la creación de empleos, el fortalecimiento y la mejora de la seguridad social, pero también creemos que debe trascender para luchar por arrancar de raíz el origen de la desigualdad y la explotación y terminar con los privilegios de la minoría rapaz que nos gobierna que se basa en la estructura económica del actual sistema económico y político: el capitalismo, avanzar en un programa contra el sistema para cambiarlo de raíz es más necesario que nunca.